Carromero dice que él conducía el auto, y a su derecha estaba el político sueco Aron Modig, y sentados atrás Payá y Cepero, cuando fueron embestidos con fuerza por un vehículo que los seguía en una carretera de la provincia Granma.
Tras el incidente, Carromero fue puesto en un van muy moderno y llevado inconsciente a un hospital en Bayamo, y que la primera persona que le habló fue una agente uniformada del Ministerio del Interior. En ese momento le dijo a la funcionaria que el auto fue golpeado por otro.
Posteriormente el hospital fue militarizado y Carromero llevado a una cárcel de Bayamo, lo que describió como la peor experiencia de su vida. En medio de esa situación, Carromero afirma que fue obligado a mentir y aceptar la versión oficial en un video, y que el juicio celebrado en Bayamo fue una farsa.
Carromero explica al Washington Post que decidió hablar sobre la realidad de los hechos tras haberse reunido en Madrid con Rosa María Payá, hija de Oswaldo Payá. Agrega que Oswaldo fue la persona que más impresión le ha causado en su vida.
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