Reproduzco integramente la entevista que sostuvo el corresponsal de la BBC en Cuba Fernando Ravsberg con Castro Morua y Denia Rodriquez a proposito de la creacion de un partido socialdemocrata en la isla Cuba: tres partidos opositores en uno.
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Cuba Tres grupos opositores, dos del interior de Cuba -la Corriente Socialista Democrática y el Partido del Pueblo- y otro de Miami -la Coordinadora Socialdemócrata en el Exilio-, se fundieron en un único partido político de tendencia socialdemócrata.
Sobre Arco Progresista, BBC Mundo conversó en La Habana con el historiador Manuel Cuesta Morúa, líder de la agrupación recién constituida "Hemos convertido al Arco Progresista en el partido por excelencia de la izquierda democrática, dentro y fuera de Cuba", dijo a BBC Mundo Cuesta Morúa y explicó que en la fundación participaron alrededor de 50 personas, disidentes venidos de toda la isla.
El dirigente opositor indicó que el paso se da para que "aunemos fuerzas en este momento que nosotros interpretamos como cambio histórico, en el que queremos adelantar a la sociedad nuestras iniciativas para lograr el bienestar y la democratización".
Explicó además que "el partido empieza con 400 miembros a lo largo de la isla y un número mayor de simpatizantes dentro de la red de 'Ciudadanos por un Cambio Tranquilo', una de las instituciones que estamos promoviendo en el pueblo".
"Respeto y tolerancia"
"Una de las dificultades de la oposición es el alejamiento de la gente, nosotros somos una de las organizaciones que mejor ha sabido captar la sensibilidad de un ciudadano que tiene el mercado en la cabeza pero la sociedad en el corazón", expresó Cuesta Morúa.
Dijo el dirigente opositor que en los cubanos "hay además un fuerte sentimiento de independencia que el Arco reproduce en su discurso y en su comportamiento", y aseguró que son contrarios al embargo de Estados Unidos y que no reciben ayuda de Washington.
Pero lo más importante y novedoso consiste en promover los cambios que desea la población, "tratando de identificar cuáles son los problemas del ciudadano, alimentación y reforma agrícola", por encima de los temas tradicionales de la disidencia.
"En el pasado dedicábamos más tiempo a cuestiones abstractas, ligadas a las libertades políticas, en una sociedad que no estaba preparada para eso", explicó Cuesta Morúa y señaló que "esto ha salido de la discusión con la gente del pueblo".
La profesora Denia Rodríguez del Toro, presidenta del Partido del Pueblo, reconoció "los logros que se han obtenido en la Salud Pública y en la Educación", aunque afirmó que habría que promover mucho más "el respeto y la tolerancia".
"Entre otras cosas queremos promover la igualdad de las mujeres", subrayó Rodríguez del Toro e indicó que de las seis vicepresidencias del partido, dos son ocupadas por mujeres, "los socialdemócratas están ayudándonos en la emancipación de la mujer".
Oposición "potable"
Según informes de prensa, las autoridades trataron de impedir la celebración del congreso fundacional, cosa que confirmó Rodríguez del Toro: "Los delegados de las provincias orientales fueron citados por la policía y se les retiraron los documentos de identidad para que no puedan asistir y se les negó la visa a eurodiputados socialistas".
De todas formas, reconoció que la actitud de las autoridades hacia ellos es diferente que con otros grupos opositores, "nos hostigan bastante pero con cierto respeto y cierta cortesía, parecen tener en cuenta que somos de una línea moderada".
A pesar de su pequeñez, el movimiento socialdemócrata tiene características propias que podrían convertirlo en una alternativa política nacional, ya que se trata de la fuerza opositora más potable del espectro, tanto para la población como para el gobierno.
Su posición crítica ante las políticas de Estados Unidos contra Cuba, que incluye un rechazo sin matices del embargo económico, hace muy difícil acusarlos de ser mercenarios pagados por Washington, tal como hace el gobierno con el resto de los grupos disidentes.
Por otra parte, el discurso de cara a la población podría resultar más cercano en la medida en que se plantean mantener los logros de la Revolución como la salud y la educación, a los cuales la mayoría de los ciudadanos no parece dispuesta a renunciar.
Sin embargo, no se puede confundir el potencial con la realidad y la realidad es que los socialdemócratas continúan siendo, junto al resto de los grupos opositores, una fuerza de apenas unas pocas miles de personas.
Hasta ahora, ninguna organización política ha sido capaz de activar y organizar a ese 10% de la población que en cada elección rechaza las propuestas gubernamentales, absteniéndose de votar, votando en blanco o anulando el voto.
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