Los Castro Soto de Valle frecuentaban la Marina Gaviota, enclavada en aquellos tiempos en una base de Tropas Guardafronteras. Contaba entonces con una casa de botes muy rústica, pero donde podían degustarse excelentes pescados y langostas capturados en la misma zona. La marina contaba con uno o dos barcos de pesca, a bordo de los cuales Antonio y sus hermanos realizaban excursiones a Cayo Piedra del Norte y otros lugares de pesca.
Cuando la familia Castro iba a pasar vacaciones en Varadero se designaba un oficial de la escolta de Fidel Castro para que se hiciera cargo de la seguridad de ellos, y coordinara las visitas y suministros en ese lugar. Esos oficiales eran regularmente Solén Méndez Venero y Juan Picornel Núñez.
La alta dirigencia se volcó a pasar vacaciones familiares en Varadero a comienzos de los años 80. En virtud de la concurrencia de los hijos de Fidel Castro y otros dirigentes al balneario, se tuvo que ampliar la Unidad de Seguridad Personal. Se designó como jefe de esa unidad al mayor Lorenzo, se remodelaron las instalaciones y se asignaron más recursos, como almacenes para comidas y bebidas, dormitorios, un comedor y bombas de combustible. Todo lo necesario para que, gratuitamente, los hijos del gobernante y Dalia Soto del Valle pasaran felices vacaciones en la playa más hermosa de Cuba.
Hoy Antonio Castro disfruta del golf en las áreas de su antigua residencia en Varadero. Su triunfo en el Campeonato Internacional Montecristo, a finales de abril, patrocinado por el grupo de empresas de Palmares SA, con el apoyo de Habanos SA, la firma británica Esencia y la corporación Cubanacán.
El campeonato se celebró en el Club de Golf de Varadero, con18 agujeros y 3.5 kilometros de longitud, y con una cuota de inscripción de 150 CUC, que equivale al salario promedio de siete meses para un cubano de a pie. El hospedaje en el Hotel Meliá Las Américas durante los días del evento fue de 810 CUC, unos 19,440 pesos cubanos (CUC).
Contrario a lo informado en la prensa internacional, Antonio Castro no es el consentido de mamá y papá. El más consentido es el menor de los hermanos, Angel, el único que no terminó una carrera universitaria y dejó sus estudios cuando concluyó el preuniversitario en la Escuela Vocacional Lenin. Por esa época se le veía merodeando una de las unidades de la escolta de su padre, montando y manejando los autos destinados a la protección del gobernante, hasta que un buen día se conoce de su designación como representante de la Mercedes Benz en Cuba.
Antonio Castro es el único de los cinco hijos de Fidel Castro que estudió la carrera que quería su padre: Medicina. Aunque no son pocos los testimonios sobre su profesionalismo, dedicación y buen trato a los pacientes, lo cierto es que ni él ni ninguno de los restantes Castros Soto del Valle hicieron jamás servicio social en el interior de Cuba y mucho menos cuentan con una misión internacionalista de las que enrolaron a miles de cubanos en Africa y América Latina.
En los últimos años he visto correr versiones en internet sobre la supuesta austeridad de Fidel Castro respecto a sus hijos. Nada más alejado de la verdad. No debemos confundir un régimen de autorización, que pasaba por Dalia Soto del Valle, con las limitaciones, una palabra que nunca se alojó en la vida cotidiana de los hijos del Comandante.
Las influencias formativas de los descendientes de Fidel Castro están dando frutos a la vista de todos. Ellos prefieren los campos de golf, la pesca, el sol y la arena fina de Varadero.
*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Tiene en preparación un libro sobre su experiencia en la seguridad personal del gobernante cubano.
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