Antonio Castro en una subasta de humidores. |
Clarín, y otro importante diario en español, el madrileño ABC, también se han preguntado por qué la lista (de gastos de Antonio Castro en el reciente torneo) no cuadra con el billete.
La interrogante es: si Tony Castro es cirujano ortopédico y trabaja en Cuba con el equipo nacional de béisbol -- en la isla un especialista de segundo grado gana algo más de 31 dólares-- ¿cómo pudo pagar para inscribirse en el torneo 150 CUC --o 150 dólares-- y 800 CUC por tres noches en el hotel Meliá Las Américas?
La explicación se entiende. Si Cuba fuera oficialmente una monarquía, el torneo de golf bien podría llevar el nombre de Antonio Castro, como existe en España una regata con el nombre del Príncipe de Asturias. Como ese no es el caso, se sufragan los gastos del delfín para aprovechar su participación con fines promocionales. Lo que no quiere decir que el joven Castro no tuviera con qué hacer frente a los gastos en moneda dura.
¿ACCIONES O COMISIONES?
Hace unos años el editor del imprescindible blog de asuntos cubanos Penúltimos Días, Ernesto Hernández Busto, publicó un reportaje titulado “Castro Jr., Inc”, dedicado a exponer cómo la convalecencia de Fidel Castro había animado a sus hijos a dedicarse “a negocios e inversiones que demuestran cómo la connivencia entre corrupción y nepotismo permea las llamadas ‘inversiones extranjeras’ en Cuba”.
Basándose en sus propias investigaciones y en datos y testimonios que compartió con su blog la producción del programa de la periodista cubanoamericana María Elvira Salazar, Hernández Busto le dedicaba la mayor parte de su reportaje a Tony Castro, por ser “quien ha hecho los negocios más exitosos en el corrupto entramado de las empresas cubanas que funcionan con divisas”
Hernández Busto le atribuía entonces al ahora flamante vicepresidente de la Federación Internacional de Béisbol (IBAF) comisiones o participación accionarias en los negocios de dichos testaferros en al menos seis países: Canadá, Belice, España, EE UU, Italia y México.
Juan Juan Almeida, quien considera a Tony Castro “una buena persona”, no está tan seguro de sus negocios, pero sí cree factibles el tráfico de influencias y las comisiones, regalos y otros “agradecimientos”.
Hernández Busto afirma que en La Habana a Tony Castro le llaman “El Padrino”, entre otras razones por su facilidad para gestionar viajes a Cuba.
A manera de ejemplo, cita cómo organizó una visita de médicos norteamericanos a Cuba para cerrar contratos, comercializaciones y producciones de equipos e instrumental médico especializado dentro de Cuba. La compañía estadounidense que representaría los intereses de estos doctores, Arthrex, se dedica a la comercialización de equipos quirúrgicos para operaciones de ortopedia. El autor afirma que Castro-Soto del Valle usó su influencia para que los visitantes se entrevistaran con el célebre ortopedista cubano Dr. Rodrigo Álvarez Cambra.
CHATEANDO CON TONY
Juan Juan Almeida describe a Antonio Castro como uno de los menos opulentos entre los “hijos de papá”, lo que no quita –según dice-- que haya recibido “una educación de príncipe, o de conde o prácticamente de rey”. “En su casa” –ya no vive en la de su padre en Punto Cero, sino en el también exclusivo reparto Náutico-- “hay cocineros, sirvientes, le sirven una mesa bien puesta con varias copas y cubiertos, y no bebe cualquier vino, sino de casas importantísimas como Chateau-Lafitte”
El propio hijo de Fidel Castro ofreció sin proponérselo algunos indicios sobre su vida privilegiada cuando en 2009 estuvo chateando durante meses a través de su Blackberry con una supuesta beldad de Cartagena, Colombia, nombrada “Claudia Valencia”.
La cadena estadounidense ABC dedicó un reportaje a “Claudia”, quien resultó ser el editor del blog “Cuba al Descubierto”: Luis Domínguez, un activista anticastrista cubano de Miami.
Domínguez dijo a ABC News que tuvo la idea de tender la celada en 2006 durante una visita a Cartagena, Colombia, donde también estaba Tony Castro como médico del equipo nacional de béisbol de Cuba. Afirma que después del partido, vio a "cientos de chicas tomándose fotos" con Castro, quien "les daba su correo electrónico y les invitaba a salir a un club nocturno".
Domínguez, que mantiene transcripciones de los chats en su blog, dijo a ABC News que aunque “el hijo del dictador” nunca compartió detalles sobre su padre ni secretos de la inteligencia cubanos, sí le dejó vislumbrar la vida de lujos y libertades que los dirigentes cubanos y sus familiares disfrutan mientras el pueblo de la isla a duras penas sobrevive.
Durante el “romance”, a lo largo del cuál “Claudia” recibió fotos obviamente personales del joven Castro, éste le habló de sus viajes, sus contactos con líderes mundiales y celebridades (en una foto aparece con Leonel Messi en las Olimpiadas de Pekín), los idiomas que habla (Inglés francés e italiano), su teléfono Blackberry y su laptop Mac de última generación (“me cambié hace poco [a Mac] y estoy feliz”). También la invitó a viajar a Cuba para ir a Varadero, un balneario que aparentemente frecuenta (”quiero ir el fin de semana”).
Juan Juan Almeida cuenta que cuando él cayó en desgracia en 2003 por escribir lo que pensaba, Tony Castro se le acercó, le regaló un billete de dos dólares “porque dicen que dan buena suerte” y le dijo que lo apoyaba mucho, porque él sabía que tener problemas con su tío Raúl era "bastante complicado".
Con la presente campaña robesperiana contra la corrupción en Cuba, a Tony Castro podría hacerle mucha falta mantener el favor de su tío, y que su padre viva muchos años más. De lo contrario, podría necesitar toneladas de buena suerte.
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