Se trata de un cambio que encaja en la política de cuadros que impulsa Raúl Castro. Cabañas pertenece a una nueva hornada de diplomáticos forjados en Cuba y sus anteriores vínculos con el predecesor, de 75 años, parecen apuntar a que la proyección de su labor se mantendrá en la misma senda, a la expectativa de los pasos que pueda dar Obama respecto a Cuba.
Son escasos de los datos que se tienen de Cabañas, que ha mantenido hasta ahora un bajo perfil como viceministro de Relaciones Exteriores.
Es natural de Matanzas, tiene alrededor de 50 años y reside en el reparto Alamar, al este de la capital cubana.
En los años 80 ingresó al Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), una institución docente monitoreada muy de cerca por la inteligencia cubana. El ingreso a esta institución es altamente selectivo dentro del sistema educacional por constituir una cantera de la diplomacia y de personal calificado para labores estratégicas para el país.
Dentro del ISRI, Cabañas ostentó el cargo de presidente de la federación estudiantil (FEU), momento en que fue captado por la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior.
Fue miembro del consejo editorial de la revista semestral Política internacional del ISRI.
A mediados de los años 80 se graduó de ese centro universitario y comenzó a trabajar en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), pero ya como un oficial de la inteligencia cubana. En la actualidad tiene el grado de teniente coronel.
Antes de ocupar el cargo actual, fue viceministro del MINREX y se desempeñó como director gestor documental de ese organismo, con la responsabilidad de recibir, archivar y distribuir toda la información clasificada, ordinaria y cifrada, tanto para Cuba como para el exterior. De manera que toda documentación recibida o generada en el MINREX pasaba por su departamento, por lo que se infiere que acumula un importante bagaje de información sobre la política exterior cubana.
En enero de este año formó parte de la delegación cubana que viajó a Guatemala para la toma de posesión del presidente Otto Pérez Molina.
Aunque es un discípulo de Bolaños, se considera que Cabañas tiene una personalidad y un carácter muy diferentes a los de su predecesor. Se le percibe como un funcionario hábil, con gran capacidad negociadora y comunicativa.
La designación de Cabañas se ajusta a un peculiar momento de la relación bilateral, en la que el gobierno de Raúl Castro busca atemperar la hostilidad con Washington. La tendencia viene manifestándose desde la designación de Bolaños, que manifestó un comportamiento y un lenguaje mucho menos agresivos en comparación con el rol desempeñado por Dagoberto Rodríguez, al frente de la Sección de Intereses de Cuba entre el 2001 y el 2007.
No será una tarea nada fácil para Cabañas en medio de las fricciones latentes por la permanencia del contratista estadounidense Alan Gross en una cárcel cubana, y la arremetida propagandística y diplomática desde La Habana por la liberación de sus cinco espías presos.
Pero sin dudas su faena va a tener mucho más contenido respecto al acercamiento que busca el régimen de Raúl Castro con relación al mundo político y empresarial norteamericano, y a la comunidad cubana en Estados Unidos. Le aguardan varias pruebas de fuego.
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