Citando a publicaciones de la industria del petróleo, Global Post advierte que, tras arrendar la plataforma semi-sumergible Songa Mercur, de propiedad noruega, Rusia podría comenzar este mes sus tareas de prospección en los bloques de exploración de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el golfo de México que le fueron concedidos frente a las costas de Villa Clara y Ciego de Ávila. Sólo que más cerca de la orilla.
A diferencia de la Scarabeo 9 construida en China, y utilizada por varias compañías extranjeras para explorar la zona cubana a casi 4 mil metros de profundidad, la Songa Mercur fue diseñada para trabajar a unos 400 metros bajo la superficie del mar. La empresa estatal rusa Zarubezhneft contrató la perforadora noruega a un costo de 88 millones de dólares.
La Songa Mercur fue construida en la antigua Unión Soviética en 1989. Pero Global Post cita a Jorge Piñón, experto de la Universidad de Texas en la exploración petrolera cubana, quien señala que el complejo fue reforzado y modernizado en 2006 en Galveston, Texas, después de haber sido adquirido de una empresa mexicana por la compañía noruega Songa SE Offshore.
Ello implica que a diferencia de la Scarabeo 9, Songa Mercur está repleta de tecnología de EE.UU., incluyendo cinco generadores Caterpillar, motores General Electric para bombas de lodo, y el equipo de cimentación fabricado por Halliburton. El especialista anticipa que eso probablemente dejará al operador ruso Zarubezhneft en violación de las sanciones de Estados Unidos.
El embargo sólo exime de tratos con Cuba a tecnologías que tengan 10 por ciento o menos de componentes estadounidenses.
El diario digital apunta que La Habana recibe actualmente alrededor de dos terceras partes de su combustible de su aliado socialista Hugo Chávez, pero el cáncer que padece el presidente venezolano le ha compulsado a buscar alternativas.
Zarubezhneft abrió a mediados del 2010 una oficina de operaciones en La Habana, con el fin de incrementar las producciones de petróleo y gas natural en los próximos años.
En noviembre de 2009 los gobiernos de Cuba y Rusia firmaron cuatro contratos de asociación para la exploración a riesgo, tanto en tierra como en el mar, encaminados a la extracción de petróleo en la isla.
Los acuerdos permiten operaciones de la empresa estatal rusa por 25 años en bloques ubicados frente a las provincias cubanas de Matanzas, Sancti Spíritus, Villa Clara y Ciego de Avila.
En el ámbito de las preocupaciones ambientales que suscita el proyecto ruso-cubano, Lee Hunt, ex presidente de la Asociación Internacional de Contratistas de Perforación, con sede en Houston, consideró que el área en que se concentrará la empresa rusa debe presentar una amenaza menor a las playas de Estados Unidos en caso de un derrame.
Hunt señaló a Global Post que la prospección en aguas poco profundas no elimina el riesgo, pero que las corrientes oceánicas en la zona probablemente se llevarían el crudo lejos de las costas estadounidenses.
Durante una visita a La Habana del ministro ruso de Industria y Comercio, Denis Manturov, Cuba y Rusia firmaron el lunes un acuerdo para fortalecer la colaboración económico-comercial y científico-técnica en el período 2012-2020.
Según los medios oficiales “el convenio persigue el objetivo común de fortalecer, profundizar y ampliar el intercambio mercantil, las inversiones y los vínculos en sectores clave, entre ellos industria, transporte, agricultura, níquel, finanzas, energética, cultura y educación”.
Moscú, que durante tres décadas fue el principal socio económico de la isla, ocupa ahora el noveno lugar entre los países de mayor intercambio comercial con Cuba, el cual registró un valor de 224 millones de dólares en 2011.
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