¿Renovación?. No la habrá mientras detenten el poder los hermanos Castro, causantes del cataclismo cubano precisamente por haberse negado siempre a realizar cambios reales. La perestroika en Rusia fue posible porque surgió un Gorbachov, y en China las reformas no las hizo Mao Tse Tung, sino Deng Xiaoping.
A más tiempo de castrismo –aunque lo maquillen-, más difícil y costosa será la reconstrucción del país, que ya en ruinas suelta los pedazos. Ese debiera ser el tema de la conferencia partidista citada. ¿No tiene autoridad el PCC para destituir a Raúl y emprender reformas de verdad?
Es de tal magnitud la devastación material y social, y tanto lo que se ha dejado de hacer en 53 años, que ni una junta de premios Nobel de Economía podría precisar cuántos miles de millones de dólares, esfuerzo y tiempo serán necesarios para reconstruir la nación, y llevarla al nivel de desarrollo socioeconómico que le correspondía en el contexto latinoamericano de 1958.
La tarea colosal de hacer un inventario del desastre será una prioridad de cualquier gobierno de transición, o definitivo, que se constituya en la isla. El cambio de comunismo a capitalismo será inevitable y de lo que se trata es de cómo llevarlo a cabo.
El Estado postcastrista tendrá que reconstruir toda la infraestructura del país. Habrá que reparar y construir autopistas, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, sistemas de telecomunicaciones, edificios públicos, alcantarillados, acueductos y redes de abasto de agua, puentes, carreteras, avenidas, calles, correos, hospitales, plantas de generación de electricidad, y de combustibles, alumbrado público, escuelas, universidades, redes de servicios sociales, recogida de basura, vertederos, incineradoras.
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