La astusia de un segundón.
Punta Brava, Ciudad Habana-17-08-10.
La súbita aparición del anciano líder de Fidel Castro en la política oficial cubana después de varios años de ausensia. No era obra de pura casualidad. Era el señuelo urdido por el bunker de la Habana para distraer a la opinión pública internacional sobre las intempestuosas excarcelaciones que a tres bandas se producirián en breve plazo entre el Gobierno Cubano, la Iglesia Católica y el Gobierno Español.
La conjura promovida por Raúl y sus amanuenses militares había echado andar. El tiempo era el peor enemigo para los planes del General. Él conocía de antemano el valor político de las liberaciones y las posibles consecuencias que de estás se pudierán derivar en suelo foráneo. Raúl presumiblemente no tenía otra salida que jugarselo el todo por el todo. El escenario era cada vez más adverso y convulso. En está ocasión no podría darse el lujo de una nueva abalancha de críticas y condenas contra su gobierno. Precisaba cosechar lauros para legitimar su maltrecho estado. Para lograrlo urgia de inmediato de las artimañas del vejete de su hermano.
Personaje que raudo y veloz y sin pensarlo dos veses montaría su schow publicitario con su voluntarismo maldito. Él caballo había regresado con su cansado y trillado discurso. Trataria de lucirse acaparando la atención de los medios informativos y él de sus más fervientes colaboradores. Indicación que se cumpliría a la perfección por el viejo caudillo.
Para el régimen militar éste era el peor momento de su historia. Había cometido una irreparable pifia de inclaculables magnitudes. Había hecho caso omiso a las peticiones del huelguista Orlando Zapata Tamayo. Los verdugos no le tendrián compasión lo dejarián morir. Abominable crimén que desataría una multitudinaria campaña de repulsas y críticas contra está onnimoda tiránia
Está ola gigantesca de repudio se convertiría en un filoso bumerán hasta en las propias filas de la vieja guardia pro-estalinista. Produciendo un contexto tenso e indecoroso para el gobierno del menor de los Castro. Situandolo de facto en una posición incomoda y sin retorno. Que hoy se agrava con la voz irrefutable de los presos políticos recién llegados a España. Los que sin quitarse el sudor del viaje y el rigor de la cárcel han comenzado inevitablemente a denunciar las atroces violaciones que contra ellos se cometieron en las érgastulas cubanas.
Raúl presunto autor de está tragedia nacional está obligado a mover los hilos de poder, aunque paresca y diga lo contrario. Ya ha enviado señales de flexibilidad y mesura a las otras partes involucradas en las negociaciones. Él y su gabinete necesitan de ciertos logros políticos a cambio de conseciones económicas. Pero la actitud esteríl y reaccionaria de su hermano le pueden revertir la estrategia. Peligroso motivo por lo que él General no puede descuidarse ni un instante de esté ambisioso dinosaurio capaz de todo.
Para muchos avezados en real polític las intermitentes apariciones del vetusto líder son espóntaneas y dadas por el carácter rebelde y tiránico de éste. En mi modesta opinión el áquelarre de sacar aún viejo moribundo que desvaría mentalmente, confunde nombres y sonríe fuera de lugar me suena a sancadillas Raulianas. Éste habilidoso y zorro militar sabía premeditadamente el estado seníl de su hermano. Por eso no dudo en montar el acto circernse sabiendo que su eterno rival jamás volveria al poder.
Silvio Benítez Márquez.
Promotor de la Propuesta Participativa Voces del Barrio.
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