Fidel Castro contra "el gobierno mundial"
Antonio Arencibia/ Cubanálisis-El Think-Tank
Gracias a una batería de cinco “artículos” de Fidel Castro, la semana ha sido movidita para los analistas de la actualidad cubana. Las salvas del Comandante contra “el gobierno mundial” empezaron el lunes 17 con una Reflexión donde citaba el artículo de Randy Alonso, su obsecuente entrevistador oficial, sobre la última reunión del Grupo Bilderberg, y siguieron retumbando miércoles y jueves, con otros dos donde copió decenas de párrafos del último libro que el periodista investigador Daniel Estulin ha elaborado sobre el tema.
Como hay que tomar con pinzas todo lo que escribe o dice el viejo dictador, me propuse hurgar en los escritos de y sobre Estulin, para encontrar la razón por la que Fidel Castro lo citase in extenso como la más alta autoridad en los proyectos secretos de dominación universal de las personalidades que integran el “Club” de Bilderberg.
El propio Castro hace una selección de los miembros del Grupo mencionados a lo largo del libro:
Henry Kissinger, George Osborne, los directivos de Goldman Sachs, Robert Zoellic, Dominique Strauss-Kahn, Pascal Lamy, Jean Claude Trichet, Ana Patricia Botín, los presidentes de la Coca Cola, France Telecom, Telefónica de España, Suez, Siemens, Shell, British Petroleum, y otros similares políticos y magnates de las finanzas.
El Comandante reproduce en sus Reflexiones algunas de las acciones que, -según dice Estulin- ha planeado el Grupo y que pueden resumirse así:
La guerra de Kosovo, que se libró por una cuestión de drogas.
El ataque del 11 de Septiembre en New York está relacionado con el negocio del petróleo como requisito para una Guerra Total que llevará a la Esclavitud Total de la humanidad bajo el Gobierno Mundial.
Utilizando todos sus recursos, el Grupo ha impulsado manifestaciones culturales para hacer un lavado de cerebro a la juventud norteamericana con grupos como Los Beatles, los Rolling Stones, el Festival de Woodstock, la Emisora Top 40 y MTV, un canal de mercado para música popular de rock y vídeos musicales.
En los proyectos de dominación global del Grupo Bilderberg han colaborado filósofos, escritores, periodistas, sociólogos, como Theodor Adorno, Aldous Huxley, H.G. Wells, Walter Lippmann y otros.
¿Quién es realmente Daniel Estulin?
Ahora hay que preguntarse: ¿Si de las reuniones de tan poderoso Grupo está excluída la prensa, cómo supo Daniel Estulin todo lo anterior?
Pues el autor escribe que un emigrado ruso lo contactó en 1992 y le entregó un maletín con documentos de la relación de los Bilderberg con el derrocamiento del presidente filipino Ferdinand Marcos, actas de “reuniones secretas en las que se debatía el asesinato de JFK”, “un anteproyecto para el genocidio global” y -entre otras cosas- “los archivos de Kissinger de la KGB”.
En efecto, en el libro de Estulin se cita varias veces la temida KGB soviética: algunas veces Castro lo reproduce, pero otras no lo hace. Por ejemplo, en la última Reflexión aparece que el abuelo de Daniel Estulin era “un ex agente del contraespionaje de la KGB”, pero en una entrevista del autor concedida a Alex Jones en el 2005 se dice lo siguiente:
“Soy un expatriado ruso que fue expulsado de la Unión Soviética en 1980. Mi padre era un disidente que luchó por la libertad de expresión y fue encarcelado y torturado por la KGB (…) Nos mudamos a Canadá, y hace 12 años vine para España. Mi abuelo era coronel de la KGB y la contra-inteligencia en los años 50, por lo que tengo el privilegio de conseguir mucha información del servicio secreto que es la mejor fuente de información.”
En otra parte del libro, que Castro no toca, Estulin escribe que en medio de sus investigaciones sobre el Grupo Bilderberg se valió del apoyo de antiguos miembros de la KGB:
El 7 de noviembre de 1999 participé en una conversación telefónica por vía satélite a través de una red segura en la que intervinieron varios antiguos miembros del dispositivo de seguridad de la Unión Soviética. Debo admitir que cuando las cosas se ponían mal, siempre confiaba en los antiguos funcionarios soviéticos.
Uno de ellos era experto en armas bacteriológicas y nucleares de alcance medio. (…) Otro era un funcionario en plantilla a las órdenes del general Valery Manilov, segundo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas (…) Decidimos rápidamente que yo no podía meterme en esto solo. Uno de los hombres me brindó nombres de antiguos contactos de la KGB y personal de seguridad emplazado en Roma para que me dieran apoyo. (subrayado mío.- AAR)
Los cubanos conocemos demasiado bien los métodos de la KGB en que se adiestró la Seguridad del Estado castrista como para que no nos sorprendan biografías contradictorias como las de este señor Daniel Estelin, que recibe la “colaboración” de los antiguos compañeros de armas de su abuelo, que son también camaradas de quienes torturaron a su padre.
Lo cierto es que en otra obra, Shadow Masters, (publicada por primera vez en inglés en Oregon, USA, y no en español, en Barcelona, como acostumbra), Estelin defiende a Victor Bout, un traficante de armas ruso que va a ser extraditado de Tailandia a Estados Unidos. En su blog, www.daniel-estulin.blogspot.com, escribe que la persecución de Bout por la justicia norteamericana está “políticamente motivada”, y hace una interesante conclusión del porqué:
En mi libro, descubro que la historia contada de Bout es una mentira como un catedral. El objetivo desacreditar a Rusia, el único país en el camino del Gobierno Mundial Único.
Entra Castro
Si empezamos a atar cabos, no es de extrañar que Fidel Castro dijera que Estulin es alguien “honesto” y “bien informado”, y éste por su parte anunciara en el programa radial norteamericano Coast to coast que Castro lo ha invitado a visitar Cuba, y que “es interesante” la idea de tener una reunión privada con él.
El viejo líder, al que no solo le queda “el casco y la mala idea”, sino también enorme poder, ha gustado siempre de codearse con personalidades, y especialmente con cierto tipo de personajes, digamos que interesantes y convenientes para sus planes, no ya de dominación, -pues no puede seguir siendo condotiero de la Unión Soviética-, pero sí de perturbación mundial.
Para ello, Estulin ahora, como en un tiempo Frey Beto, García Márquez, Atilio Borón, Miguel Bonasso o Piedad Córdoba, han cumplido, cumplen o podrían cumplir misiones encomendadas por el Comandante en virtud de su gobierno paralelo y sus lazos especiales con poderosas fuerzas exteriores.
Como apunta el periodista Bruce Ramsey en The Seattle Times, Estulin ha asegurado en su libro, sin demostrarlo, que el Grupo Bilderberg mandó a quitar a Margaret Thatcher de Primer Ministro de Gran Bretaña, que quieren establecer “el control de las mentes” y “destruir toda identidad nacional”, que quieren detener todo crecimiento económico y “desindustrializar el mundo suprimiendo todo desarrollo científico” y que planean la creación de “un estado socialista de bienestar, en el que los esclavos obedientes serán recompensados y los no-conformistas destinados al exterminio”.
Pero nada de eso le importa a Fidel Castro, pues él también apunta a un catastrófico fin de la humanidad por culpa del “imperialismo”, por eso estaría bien dispuesto a suscribir este pronóstico descabellado que hace Daniel Estulin del futuro Gobierno Mundial:
La Nueva Edad será una nueva Edad Oscura. Significará la muerte prematura de poco más de la mitad de la población y el olvido deliberado de los mayores logros de la humanidad. Ésta es la ideología totalitaria que propugna el Nuevo Orden Mundial, decidido a gobernar el mundo aunque sea por encima de nuestros cadáveres. […]
Castro deja deslizar la opinión de Estulin de que el fenómeno de los Beatles en Estados Unidos fue planificado para sacudir al país del trauma del asesinato de Kennedy y desviar la atención de la juventud en momentos en que tenía auge la lucha de Martin Luther King por los derechos civiles.
No hay contradicción en esto con la autorización del régimen a erigir la estatua de John Lennon en un parque de La Habana. Ya estaba muerto y se podía utilizar, aunque a la juventud cubana de los años 60 se le haya impedido escuchar al grupo musical británico.
Estulin escribe en el capítulo 4 de su libro, que el Grupo Bilderberg aspira a someter a vigilancia a la poblacional mediante tarjetas de identificación y chips personales, pero Castro no copia eso en sus Reflexiones porque no le conviene, ya que hace casi medio siglo ha implantado métodos rudimentarios pero efectivos de control mediante el Carnet de Identidad y la Libreta de racionamiento.
Claro, muchas veces el viejo déspota yerra el tiro, como cuando el viernes 20 de agosto escribía, glosando el libro de Estulin, sobre “la forma horrible en que las mentes de jóvenes y niños de Estados Unidos son deformadas por las drogas y los medios de comunicación masivos, con la participación consciente de los organismos de inteligencia norteamericanos e ingleses”.
Y a continuación ampliaba sobre el tema de la educación norteamericana actual, según un estudio de la Universidad de Beloit, en Wisconsin, sobre “conocimientos y costumbres de los estudiantes universitarios estadounidenses”.
Merecen un comentario los tres primeros resultados que cita Fidel Castro:
1º “No llevan reloj para ver la hora, sino que utilizan sus celulares”.
2º “Creen que Beethoven es un perro que conocieron en un film”.
3º “Que Miguel Ángel es un virus informático”.
Lo que no plantea Castro es que Beethoven es el título de una muy exitosa y divertida película norteamericana que no se ha visto en Cuba, cuyo protagonista es un perro que lleva el nombre del compositor alemán.
Que Miguel Ángel es, efectivamente, el nombre de un peligroso virus informático, lo que ignora la inmensa mayoría de los estudiantes universitarios cubanos porque no tienen computadoras que cuidar.
Que en un país cómo Cuba, donde solo una pequeña minoría puede hacer ostentación del teléfono móvil, solo una mente decrépita puede pensar que los jóvenes de la Isla consideren ridículo que sus coetáneos norteamericanos usen el celular para saber la hora.
¿Conocerá el Comandante el informe que circulaba hasta no hace mucho en Internet con respuestas disparatadas de los estudiantes cubanos? Daban más risa y más pena que las que él reproduce de los estudiantes norteamericanos.
Pero su mayor metedura de pata es cuando concluye el artículo diciendo:
Se queda uno frío, cuando ve hasta qué punto la educación [en Estados Unidos] puede ser deformada y prostituida.
La liga de “educación” y “prostitución” no debería usarla jamás Castro en público, de nuevo y mucho menos para acusar a la nación norteamericana, porque, no hace tanto tiempo, reconoció la existencia de las lamentables jineteras en la Isla, pero intentó ironizar con esa desgracia, alardeando de que eran las prostitutas “más cultas del mundo”.
Muchos no conocerán eso, y otros no lo recordarán.
Por eso tenemos que informar a unos, recordárselo a otros, y también restregárselo en la cara a los que defienden al abominable castrismo y la resurrección de su Líder Máximo.
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