Hacer alto a su muerte es imposible,
cuando esa turba se muestra intransitable:
¿País prestado a bullicio tan amable,
merece juventud impredecible?
El miedo no es su karma, ni la audible
hambruna ante principios denostables:
La ira confundida entre los cables
se enreda con la náusea más temible.
Adónde van las huestes carcomidas,
sino a negarse al fin que son hermanos,
descifrando el desmán de ese hortelano,
que come y asegura, en su mordida,
dar al mundo otra prueba del desgano
que ha prendido en su turba de cubanos.
Que ha prendido en su turba de cubanos,
diezmada sólo por la incompetencia
de ideales, que aseguran su impotencia,
ante el muro senil de tantas manos,
empuñadas por seres tan ufanos,
como si semejante disidencia
atentara feroz con su decencia,
pronto en tela de juicio: Mito insano
que el hortelano impide remover,
con una libertad a medio hacer,
aturdida y cegada por su “gloria”,
pero esta cita deshecha, sin memoria,
podría reescribirse cual historia
de un pueblo que está a punto de aprender.
De un pueblo que está a punto de aprender
que la conciencia no es objeto de discordia,
cuando un gobierno asume la concordia
como un juego de bandos, a saber
con ese Arma-Ge-Dos, que al someter,
a unos contra otros ceremonia
conducta tan brutal, que testimonia
hasta cuánta infamia puede haber
en estas situaciones perentorias,
en que son condenados por escorias
aquellos que maldicen el poder
de un hortelano que niega hasta el comer
a sus hijos, cual Cronos furibundo,
lanzado de por muerte al inframundo.
JOSÁN CABALLERO
20 de noviembre del 2009.
Gracias, Lázaro, por incluir mis sonetos con pies forzados en tu blog, espero que nos enseñen a no partir por la primera en materia de actitudes encontradas entre cubanos. Y soy Josán Caballero, no Jasón, si pudieras arreglarlo, lo agradecería, abrazos y saludos, Josán Caballero.
ResponderEliminarEl poeta con innata sencibilidad lo dice todo. Sufro cuando veo a esa parte del pueblo vilmente manipulada desde los hilos del poder, donde con cruenta saña no prevee las fatales consecuencias de su macabra obra.
ResponderEliminarPerdona Josan por tan lamentable gazapo. Gracias para ti tambien Lori que coincido contigo en la digna belleza de los sonetos de Jason.
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