CONTRA EL PINGALISMO CASTRISTA/ "Se que no existe el consuelo que no existe la anhelada tierrra de mis suenos ni la desgarrada vision de nuestros heroes. Pero te seguimos buscando, patria,..." - Reinaldo Arenas
domingo, noviembre 02, 2008
domingo, octubre 05, 2008
Centro de entrenamiento guerrillero dirigido por cubanos en Venezuela
No ha dicho el Coma-andante que la via armada no es la forma mas conveniente para tomar el poder politico en las actuales circunstancias? Acusan a Cuba de formar guerrilleros en campamento turístico venezolano
domingo, septiembre 28, 2008
martes, septiembre 23, 2008
Las guerras secretas de Fidel Castro. El Che guevara en Bolivia/ Juan F. Benemelis
A 35 años de la muerte de Ernesto Che Guevara, me pareció importante presentar un itinerario de aquellos ideales y métodos que le han hecho un ídolo internacional, para sorpresa de los cubanos quienes mejor le conocieron como “revolucionario”. No sólo los ensayos literarios posteriores a su muerte realizados por la izquierda "chic" y los intelectuales de café en Roma o París han exagerado sus escritos panfletarios, su rol guerrillero, y han obviado su rotundo fracaso como administrador de la economía cubana, sino que han tendido un manto de silencio sobre su participación en el mecanismo de “terror rojo” que se implantó en Cuba.
El pasaje del Che Guevara por la administración cubana es un rosario de fracasos, desde su ineptitud como jefe de la fortaleza de La Cabaña, pasando por su desastrosa estancia como director de Industrialización de la Reforma Agraria, como su poca efectividad al frente del Banco Nacional de Cuba y su final descalabro en el cargo de ministro de Industrias.
Lejos de lo que se ha creído, el Che Guevara era un escritor mediocre, no gozaba de una cultura eminente, ni era un teórico de las ideologías de izquierda. Los escritos del Che Guevara no aportan al marxismo ningún pensamiento original, ni siquiera para el ámbito latinoamericano. Sus apuntes en el folleto El Hombre Nuevo resultan un amasijo improvisado e insustancial, alejado de la realidad que enfrenta el individuo dentro del socialismo real. Su intento de estructurar un sistema económico en el socialismo basado en los estímulos morales como palanca del trabajo, el famoso “sistema presupuestado”1 experimentado en Cuba llevaron a su actual colapso a la economía de la Isla.
El Che Guevara era un individuo inhumano, frío e implacable, que igual a Maximiliano Robespierre mandaba a ejecutar por simple sospecha, sin juicios. El Che Guevara no ocultaba su desprecio y desdén por casi todos los latinoamericanos, en especial a los cubanos, a los que consideraba inferiores culturalmente. Castro tuvo en el Che Guevara al ajusticiador de la revolución. En su tiempo de comandante en la fortaleza militar de La Cabaña, Che Guevara ordenó y supervisó el fusilamiento de miles de cubanos con esa frialdad hacia la vida humana que lo caracterizaba. Durante el año 1959 y parte del 1960, un baño de sangre sin paralelo cubrió la Isla de Cuba: 17,121 cubanos fueron fusilados, de los cuales 9,245 no fueron juzgados.
En febrero de 1959, frente a las cámaras de televisión del Canal 6 de La Habana y ante el estupor general de los televidentes, el Che Guevara declaraba que en La Cabaña todos los fusilamientos se hacían por órdenes expresas suyas2. Las madrugadas habaneras se hacían eco de las descargas de los pelotones de ejecución que ordenaba el Che Guevara.
El Che guerrillero es un mito creado por Fidel Castro, a inicios de la década sesenta, un instrumento idóneo para atraer latinoamericanos y africanos para desarrollar la guerra de guerrillas, la violencia como método para asumir el poder, la subversión de países y continentes, el terrorismo urbano, la eliminación física de los "enemigos de clase" y de armas.
El Che Guevara no era un ser desprendido que puso su vida al servicio de los “condenados de la tierra”. Todo lo contrario, era un ambicioso desmedido que anhelaba brillar con luz propia; que rehusaba escoltar la sombra de Castro; que ansiaba ser también el jefe de una revolución. En suma, un aventurero que el destino colocó en una coyuntura de poder. El Che Guevara no fue un guerrillero hábil y brillante como el númida Yugurta, el galo Vercingetorex, el sioux Caballo Loco, el confederado John S. Mosby, el dominicano Máximo Gómez, el croata Joseph Broz Tito, el chino Mao Tse Tung, o el vietnamita Nguyen Von Giap. Como militar fue uno de los peores comandantes conque contó Castro en la Sierra Maestra; y sus andanzas de jefe guerrillero por El Congo y en Bolivia resultan una lección de incompetencia y de gruesos errores tácticos.
La indiada de Bolivia no realizó esa marcha de gigantes que el Che Guevara profetizara y los hormigueros de rudos jornaleros y mineros no estallaron en tempestades de protesta. El experimento de Bolivia no fue sino la marcha cruel de una hambreada retahíla de cubanos por embrujadas selvas, encabezados por un hermético, insensible y enfebrecido profeta por elección propia, prisionero de su razonamiento utópico e impregnado del destino bíblico del comunismo.
Si bien en Occidente se desató una frenética campaña de mistificación del Che Guevara y los jóvenes llevan aun su rostro impreso en las camisetas, éste no era un romántico sino el anticristo de aquellos que le abrazarían a partir de su muerte: los abanderados del pacifismo, del amor social, de la juventud de las flores y los Beatles. Sin embargo, en todo el bloque comunista, en las sociedades del futuro para la cual supuestamente se había sacrificado, no sólo fue objeto de críticas sino que su muerte pasó con indiferencia. Cuando en Varsovia o Praga se le preguntaba a los jóvenes, al hombre nuevo que tanto predicó, su criterio sobre el Che Guevara, estos decían no saber de quién se trataba, y algunos preguntaban si era una marca de perfume o un grupo musical. Se habla del asesinato del Che Guevara, pero en la quebrada del Yuro, éste recibió de los bolivianos la misma medicina que había aplicado en Cuba, de forma implacable y masiva, a sus opositores: el ajusticiamiento sin apelación.
Si bien Bolivia llegará a ocupar la primera plana por la figura del Che Guevara en la guerrilla, el país andino no se destacaba en la agenda que originalmente había confeccionado Castro para el continente. Bolivia sería al principio un mero puente fronterizo para el teatro de operaciones argentino. Mucho antes del triunfo de la revolución, Cuba ya tenía una larga historia de asociación y auspicio a la subversión y al terrorismo en la Argentina. Después de 1959, Castro y el espadón rioplatense Juan Domingo Perón confluyeron uno hacia el otro a la velocidad de la luz.
En junio de 1959, Castro establece en La Habana la agencia cablegráfica de noticias Prensa Latina3, repetición de la que había sido fundada en tiempos de Perón. Prensa Latina servirá a varios propósitos además del informativo: simultáneamente, será un vehículo de sostén a la beligerancia, un medio de procesamiento de información para la policía política, y un instrumento de reclutamiento de intelectuales y periodistas latinoamericanos.
En Cuba se dio cita un enjambre de peronistas y comunistas argentinos en diciembre de 1959, entre ellos Jerónimo Ludovico Remorino, Jorge Antonio, Angel Berlenghi y John William Cooke. Este último había sido simpatizante público del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Esta tertulia cristaliza una alianza política con Raúl Castro, el Che Guevara y el entonces vicecanciller castrista Carlos Olivares. Entre el "justicialismo" de Perón y el "humanismo" de Castro se esperaba fomentar el pugilato en Argentina.
El reportero argentino Jorge Ricardo Masetti había visitado la guerrilla de Castro y del Che Guevara en La Sierra Maestra, y se había convertido en un expositor de la oposición anti-batistiana en Argentina. Masetti, eligiendo un nuevo oficio, el de las armas, pasaría a integrar el círculo íntimo del Che Guevara. Masetti introdujo en la agencia Prensa Latina a sus coterráneos Carlos Aguirre, Raúl Alejandro Apold, Ezequiel Martínez Estrada y Rodolfo J. Walsh, todos miembros peronistas de la Alianza Nacionalista Libertadora. A este ensamblaje se sumaron varios españoles y latinoamericanos, entre ellos Gabriel García Márquez; también se añadieron cubanos de la seguridad del estado, y miembros de la vieja guardia comunista cubana.
En julio de 1960, la policía bonaerense decomisó una valija diplomática cubana con material subversivo dirigida a los militantes peronistas. Tres meses después expulsan al embajador de Cuba en Buenos Aires, Américo Cruz, a quien acusan de estar implicado en conspiraciones con elementos peronistas.
En el plan cubano para Argentina se insertaba a la vecina Bolivia como un punto necesario de tránsito y logística. Así lo infiere el hecho que en enero de 1960 José Tabares, funcionario castrista en La Paz, fuera señalado por el gobierno boliviano como la mano organizadora y financiera de los corrillos insurrectos en ese país. Un año y medio después, en junio de 1961, se descubrirá una extensa conspiración encaminada a propagar la agresión guerrillera, y cuyos hilos salían de La Habana. En el centro del complot estaba el representante cubano Mauro García Triana, con la participación de los estalinistas bolivianos Jorge Kolle Cueto, Monje y Luís Leyton.
Cuba continuó formando bandas armadas en Sacaba, Cochabamba y en otros sitios para derrocar al gobierno4, lo que provocó que las autoridades de La Paz realizaran una vasta redada entre los militantes de izquierda y del partido comunista. Ya en diciembre de 1960 se había tratado de poner en marcha el diseño de La Habana para Buenos Aires con una intentona acelerada por el general gaucho Miguel A. Iñiguez en la que la embajada cubana era nuevamente el eje de los contactos.
En La Habana, acontecimientos con el círculo de argentinos que resultaría ser portavoz de la nueva idea del foco guerrillero, precipitaron los eventos en el Cono Sur. Masetti se vio compelido a renunciar a su cargo en Prensa Latina por intrigas del anterior Partido Comunista cubano, y entonces abraza la idea de Guevara de intentar, una vez más, la agitación armada en su país.
Pero el momento escogido para irrumpir con la insurrección en Argentina resultó contraproducente. Arturo Illía acababa de ser elegido presidente el 7 de julio por mayoría de votos. No obstante, se llevaría a cabo el intento de provocar la insurrección en las provincias de Salta y Jujuy y en las proximidades de Córdoba. Las actividades fueron supervisadas por el Che Guevara, y la ejecución estuvo a cargo de Masetti, transformado ahora en el “comandante Segundo5”.
El objetivo de Castro, el Che Guevara y Masetti era establecer inicialmente los cuarteles generales de las guerrillas en Bolivia. Desde allí, y bajo la tutela de Masetti, se velaría por las actividades de los primeros cuerpos combatientes en los collados y selvas de Salta y Jujuy. Todo obedecía a preparar el arribo del Che Guevara, quien ya estaba familiarizado con estas localidades. Dada su ubicación, estos parajes estaban llamados a convertirse en el santuario guerrillero para todo el desempeño en Bolivia, Perú y Chile, pero, en especial para la Argentina.
En junio de 1963, Masetti recala en Bolivia escoltado por uno de los agentes claves en las posteriores campañas del Che Guevara, reconocido como el Ricardo Morales que organizó la red clandestina en la empresa de Bolivia. Masetti armó su campo de entrenamiento en un punto fronterizo con Argentina, en una hacienda llamada Emboraraza, al frente del cual había un cuerpo guerrillero en el que figuraban tres militares cubanos. Meses después, Masetti comenzó a infiltrar hacia suelo argentino contingentes para ir creando santuarios y emprender el reclutamiento para su Ejército Guerrillero del Pueblo.
Pero, Masetti cometió dos errores fatales: dividir su pequeña columna en dos grupos, y lanzarse a operar prematuramente sin haber aún consolidado su plataforma logística en Bolivia y Argentina. En septiembre, Masetti comenzó la introducción del primer grupo de guerrilleros; el segundo penetró en diciembre de 1963, a las órdenes de los cubanos Hermes Peña y Raúl Dávila, que asesoraban y entrenaban a los futuros combatientes. Los siete guerreros de Masetti acamparon en las márgenes del río Pescado, en el norte desértico del país; sostenían comunicación directa con el Che Guevara mediante un equipo que se habían traído de Cuba. Después se sumaron dos voluntarios de Córdoba, uno de los cuales resultó ser un espía de la inteligencia militar Argentina.
La infiltración al grupo de Masetti, propició la información necesaria para desmantelarlo con rapidez; así, el 19 de abril de 1964, el ejército argentino rodeaba el campamento insurrecto en la provincia de Salta. En la redada algunos rebeldes resultaron muertos, entre ellos el cubano Peña; catorce de ellos fueron hechos prisioneros; el otro instructor cubano, Dávila, logró escapar. Las armas incautadas eran de manufactura belga y provenían de Cuba.
Este sería el más nefasto de los presagios para los planes de Castro en todo el cono sur. Masetti, por su parte, se vio abandonado a su suerte, se internó con dos de sus seguidores en la impenetrable jungla del Yuto, en El Chaco, para no aparecer nunca más. La intentona combativa de Masetti en Argentina sería silenciada por parte de la dirigencia cubana, como lo sería la catástrofe del Che Guevara en el Congo.
De ahí en adelante, lo que siguió fue el derrumbe de todo el andamiaje tan cuidadosamente levantado desde La Habana. Una red de espionaje que Cuba había armado en pleno estado mayor del ejército argentino fue desmantelada. En conferencia de prensa en junio de ese año, el jefe de la policía, Carlos Maldonado, revelaba el fracaso de la operación guerrillera que se había introducido desde Bolivia, y la cual sostenía contacto con el Che Guevara.
En julio se capturó un enorme arsenal en el hotel Sweet Home, en pleno Buenos Aires. Dos semanas después era destapado otro escondite en el aeropuerto de Ezeiza, en los suburbios de la capital, donde se requisaron fusiles, ametralladoras y uniformes procedentes del ejército rebelde de Castro. En septiembre caía en manos de las autoridades en Monte Grande un importante contrabando de equipos bélicos.
Pero el dossier argentino no fue engavetado del todo por el régimen cubano. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (Tacuara) que manejaba el aventurero Joe Baxter, recibía asistencia del Che Guevara por gestiones de William Cooke. Tacuara desató una ola de atentados y sabotajes que sacudieron el país. El 26 de diciembre de 1964 volaron el gasoducto de La Plata. La Habana acrecentaba su furia por todo el sur de América: el entrenamiento militar de jóvenes latinoamericanos, la labor de espionaje, la preparación de alzamientos armados en varios países del área y la existencia de violentas luchas en Guatemala, en Venezuela y en Perú tenía en ascuas a todo el alto mando militar del continente.
En agosto de 1965, el general argentino Juan Carlos Onganía pidió a las naciones del Cono Sur que sumaran sus fuerzas para encarar la ola terrorista. A su vez, el caporal de la gendarmería, general Julio Alsogaray, revelaba cómo el gobierno de Cuba tuvo participación en el suministro de armas que han usado varios grupos de jóvenes guerrilleros en Argentina6.
LA RED ILEGAL
Es el momento en que fracasan las operaciones de Masetti en la Argentina, y cuando el agente secreto cubano "Ricardo" logra entrar clandestinamente en La Paz. Allí comienza a reforzar la red ilegal boliviana, con el fin de repetir la faena para 1966 y 1967. A Ricardo luego se le incorporó el alto oficial cubano Orlando Pantoja (Olo), quien venía de asesorar al guerrillero peruano Hugo Blanco.
Las labores de penetración del aparato secreto cubano en Bolivia se habían incrementado desde el año 1963: originalmente para proteger la función de Masetti y el Che Guevara en la Argentina, y posteriormente con el designio de poner en pie una infraestructura que patrocinase eventualmente el despliegue de una contienda armada competente en Bolivia.
Paquita Leytón, esposa de Luís Leytón, así como el boliviano Orlando Jiménez Bazán (Camba) habían comenzado a colaborar desde muy temprano en la red de espionaje que Ricardo levantaba en La Paz. Camba se afiliaría más tarde a la guerrilla del Che Guevara. En marzo de 1963, la contrainteligencia militar boliviana arrestaba al peruano Armando Rivas Paredes que respondía a Ricardo; infiltrado en Cochabamba, Rivas Paredes se dedicaba al reclutamiento de bolivianos y peruanos que debían procurarse instrucción guerrillera en Cuba; asimismo, empleaba como contacto a Víctor Zannier, editor del diario El Mundo.
En esa época Ricardo participa en las operaciones que Cuba lleva a cabo en La Paz y que serían descubiertas más tarde. El gobierno cubano dispone de fuertes sumas de dinero para fortalecer un brote armado dirigido por Alberto Muñoz de la Barra, así como para apoyar los desórdenes en las minas de estaño que manejaban Ireneo Pimentel y Federico Escobar. Pese a la eficiente labor de la policía boliviana, Ricardo no es detectado.
En junio de 1964 se descubre otro intento de subversión en el oriente boliviano, donde Ricardo y el militar cubano Olo Pantoja se habían involucrados; los agentes cubanos escapan de nuevo. Pocos meses después, en octubre, las autoridades bolivianas vuelven a desarticular otra pequeña red de espionaje cubana que llegaba incluso hasta la propia Cancillería, donde el boliviano Juan Rivero Lezcano, substraía para Cuba documentos secretos. El diplomático cubano José R. Viera, empalme principal con la red, se ve precisado a salir precipitadamente del país.
La Habana había colmado la copa. Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Cuba, pero la ponzoña queda dentro: la estructura de espionaje de Ricardo permanece intacta. Entonces, La Habana envía a Bolivia a Tamara H. Bunke Bider, la famosa "Tania la guerrillera", que asume el falso nombre de Laura Gutiérrez Bauer. Tania había nacido en Argentina en 1937, hija de un comunista alemán que escapó del nazismo y de una judía de origen ruso. En 1952 se trasladó con sus padres a Alemania Oriental, y en 1958 fue reclutada por los servicios secretos del Ministerio de Seguridad Estatal bajo las órdenes de Guenther Maennel. Es el propio Maennel quien posteriormente descubre la identidad de Tania, al desertar a Occidente7.
Tania fue asignada a la KGB para relacionarse con altos dignatarios extranjeros que frecuentaban Berlín y obtener de ellos información. En diciembre de 1959 Tania entró en contacto con el Che Guevara, como traductora en un viaje que éste hizo a la Alemania Oriental. La extraña belleza de Tania atrae al Che Guevara, iniciándose un idilio que tendría consecuencias letales para éste.
En mayo de 1961 arribó Tania a Cuba, solicitada directamente por Guevara a las autoridades alemanas para que trabajase en el Ministerio de Educación. De inmediato Tania se hace necesaria a los planes del foco guerrillero en América Latina, siendo su primer bautismo de fuego con el brote guerrillero nicaragüense de 1962. Durante su estadía en Cuba y en Bolivia, Tania se mantuvo fiel a sus jefes en Berlín y por intermedio de ellos con la KGB, los cuales seguían paso a paso toda la estrategia cubana.
En 1964, Tania arribó a Bolivia bajo el nombre de Laura Gutiérrez Bauer con documentación Argentina, para unirse al hábil espía Ricardo. El trabajo de penetración que realizaron Tania y Ricardo en Bolivia permitió consumar con precisión una de las operaciones más complejas y vastas que halla afrontado el aparato cubano. Pero el papel de Tania en la edificación de este andamiaje clandestino, y en la destrucción intencional del mismo que precipitará el final del Che Guevara, merece atención. A su aparición en Bolivia, Tania asiste a cursos de arqueología en la Universidad e imparte clases privadas de alemán. Así comienza a desplazarse en los círculos intelectuales y de la alta sociedad de La Paz.
A través de su amistad con la boliviana Anita Heirinch logra acceso al poderoso ministro de gobernación Antonio Argüedas. Todo parece indicar que Tania y el ministro boliviano se hacen amantes. Argüedas termina siendo reclutado para el servicio cubano de espionaje. Por medio de él, Tania tendrá acceso no sólo a los procedimientos de entrada y de salida del país, sino a los detalles que posee la policía boliviana sobre las actividades clandestinas.
Argüedas propicia la introducción de otro agente de Ricardo en las oficinas de la presidencia, el boliviano Antonio (Inti) Peredo, miembro de una familia de guerrilleros. En marzo de 1965, Ricardo enrumba hacia Méjico con un pasaporte colombiano. De allí pasa a La Habana para concretar los detalles operativos de la próxima lucha armada en El Congo junto al Che Guevara. Ricardo deja entonces a Tania a cargo de la red clandestina en Bolivia.
Ya en 1965, la actividad insurreccional en Perú se incrementó con las refriegas en la cordillera andina oriental de Uceda, cabeza del MIR y vinculado estrechamente a Cuba. Uceda había sido expulsado del APRA por su vínculo con La Habana y fundó posteriormente el MIR, cuyas aventuras de violencia estremecieron a todo el país. Internado en las intrincadas estribaciones andinas, por Quillabamba, su brote guerrillero resultaba casi inexpugnable.
En octubre de 1965, Uceda es capturado y ejecutado junto a otros siete guerrilleros. Entre las pruebas encontradas a Uceda figuraba el asiduo contacto radial clandestino que sostenía con Cuba. A Uceda le siguieron otros cabecillas rebeldes que venían de Cuba, luego de recibir un fuerte entrenamiento. Ese fue el caso de Guillermo Lobatón, protegido del Che Guevara, y Gonzalo Fernández, jefe del APRA rebelde. En diciembre fue apresado y ejecutado Máximo Velando, otro de las connotadas firmas guerrilleras del MIR, y días después cae en combate el propio Lobatón, que había reemplazado a Uceda en la jerarquía insurreccional. El ocaso de la guerrilla peruana resultó fatal para todo el engendro Castro-guevarista en Bolivia: el Che Guevara entró en la palestra sin contar con una retaguardia segura.
Se escoge a Bolivia como el foco guerrillero principal debido a su posición geográfica central y contigua a varios países del Cono Sur: Argentina, Brasil, Perú, Chile, Paraguay. El croquis castrista de originar la guerrilla primero en Bolivia con el Che Guevara y luego en Perú fue consecuencia de los reveses anteriores de Lobatón y Uceda. Se resolvió preparar a los peruanos en el foco guerrillero boliviano del Che Guevara para después introducirlos en su país.
Con los residuos de la guerrilla de Masetti el Che Guevara esperaba empezar la contienda en la Argentina. Según el concepto del Che Guevara y de Castro a Estados Unidos no le quedaría más remedio que participar militarmente en el Cono Sur, el cual se transformaría entonces en el tan ansiado segundo Vietnam8. "El Che Guevara siempre tuvo en mente volver a Bolivia, donde había estado en 1953.. allí se hizo amigo de José Fellman Velard, subsecretario de prensa del gobierno del MRN. Trabó contacto con Paz Estensoro y Juan Lechín y estuvo con ellos cuando la Revolución del 6 de enero de 1953. Guevara logró vincularse al Ministerio de Asuntos Campesinos, encabezado por Nunflo Chávez, allí le acompañaba Ricardo Rojo, un argentino que defendió a Regis Debray y Bustos. Guevara visitó las minas y se informó por entonces de todos los detalles de la Revolución del 9 de abril; él pensó hacer su Revolución con esa gente y esas armas, pero olvidó que no eran comunistas sino sólo trabajadores, imbuidos de un profundo sentido nacionalista".
LOS PREPARATIVOS
Durante la conferencia Tricontinental Castro se compromete con el capo comunista boliviano, Monje, a favorecer la apertura de un frente armado paralelo al del Che Guevara. Tal núcleo diseminaría la lucha armada en todo el Cono Sur y serviría sobre todo para extender el foco guerrillero de Bolivia a la Argentina, así como para organizar la insurrección del círculo brasileño de Leonel Brizola.
En febrero de 1966, Tania se escurre de Bolivia y acude al Brasil; de allí se encaminará a México con destino a Cuba. En La Habana es puesta al corriente del nuevo foco guerrillero que se prepara en las montañas bolivianas en colaboración con el partido comunista de Monje. Mientras el Che Guevara se hallaba inmerso en El Congo, los servicios de espionaje cubanos fabricaban febrilmente desde Bolivia el esquema trazado por Masetti en el Cono Sur. De esta forma, la preparación de bolivianos emprendida por Masetti en 1963 es proseguida ahora hasta producir el contingente que difundirá la lucha.
Es evidente que el Che Guevara no era el candidato escogido inicialmente para asumir la cumbre de la jerarquía boliviana. Si el Che Guevara alcanza en 1966 el timón guerrillero en Bolivia es sólo porque la operación en el Congo había fracasado. De no haber sido así, Castro hubiese despachado a Bolivia a cualquier otro de sus guerreros estelares. Mientras, se incrementa la faena de la red clandestina cubana en Bolivia. Tania concretaba los contactos necesarios para desatar la subversión con el soporte de los comunistas bolivianos Rodolfo Saldaña y Luís Tellería; a la vez, preparaba un vital servicio de información para la guerrilla.
A las órdenes de Piñeiro y de Luís Fernández Oña, el centro de la operación boliviana en La Habana realizó un verdadero alarde de técnica al proveer de múltiples identidades y pasaportes de diversas nacionalidades a cada uno de los hombres que participaron en la guerrilla. Se procuraron inscripciones de nacimiento, visas, sellos oficiales, tarjetas de identidad, y toda suerte de documentos de otros países. En Ecuador se apropiaron de formularios; mediante soborno, se obtuvieron documentaciones en Panamá, Colombia y Perú. Asimismo, en Uruguay y Bolivia los agentes cubanos se agenciaron de pasaportes, visados y cuños aduanales.
Todo parece indicar que el Che Guevara visitó el futuro campo de acción boliviano y el norte de Argentina antes de julio de 1966 para examinar el trabajo de la red confidencial cubana con antelación a su ingreso definitivo en Bolivia. El Che Guevara aprontó su foco guerrillero en Bolivia, trayendo consigo grandes cantidades de dinero; también infiltró armas y concretó los avituallamientos necesarios en un corto período de tiempo.
Tania resultó fundamental para introducir a los guerrilleros por diferentes países limítrofes. Su puesto en la oficina de prensa e información de la presidencia boliviana allanó la adquisición de numerosas tarjetas de identidad, que usarían el Che Guevara, Regis Debray y Ciro Bustos, entre tantos. Con su programa radial en Radio Zararenda lograría mandar mensajes cifrados hacia La Habana. Tania a su vez había logrado mudar y ocultar armas en la jurisdicción de Ñancahuazú donde se libraría el duelo.
Entre los que ingresan en Bolivia para crear las condiciones al Che Guevara, figura nuevamente Ricardo, que se traslada al centro de la clandestinidad en La Paz que coordina Tania. También concurrirán los hermanos Inti y Roberto (Coco) Peredo. Este último había asistido a la conferencia Tricontinental, y había sido adiestrado en Cuba. Los hermanos Peredo se dedicaban al negocio del ganado y al contrabando, y ayudarán a la entrada de los cubanos y a aparejar la infraestructura logística de los campamentos, emplazándolos en un rancho que compran en la zona para dichos propósitos.
Para efectuar los itinerarios que encubriesen su presencia y al mismo tiempo fabricarse una leyenda, el Che Guevara utiliza las identidades uruguayas de Ramón Benítez y Adolfo Mena, que habían perdido sus pasaportes. El Che Guevara viajará con carta de identificación, inscripción de nacimiento y pasaporte debidamente legalizados en la cancillería de Montevideo. El 9 y otra vez el 16 de octubre de 1966, bajo el nombre de Adolfo Mena, pasa por España burlando la supervisión de la policía franquista. El 7 de noviembre, esta vez bajo el nombre de Ramón Benítez y con cuatro acompañantes, entra de incógnito en Bolivia en vuelo de Brasil al poblado de El Alto, donde los burócratas de la aduana, previamente sobornados por la red clandestina cubana, no registran su ingreso.
El Che Guevara se encamina al campamento en Ñancahuazú. El resto del dispositivo cubano llegaría a Bolivia viajando por diversas vías: de Cuba a Praga, a Moscú o a Leningrado, donde cambian su identidad; torciendo por Frankfurt o Ginebra, penetrando por Brasil, Chile y Argentina. Para despistar a los aparatos de investigación occidentales, muchos de ellos viajan abiertamente y otros en forma ilegal.
En diciembre de 1966, un desconcertado Monje vuelve a dialogar con Castro para concretar si el Che Guevara pensaba convertir a Bolivia en el centro de sus andanzas. Monje quería saber si el núcleo bélico cubano operaría más al sur, o si ello significaba supeditar el otro frente guerrillero que él preparaba a los cubanos, con lo cual se violaba el pacto asumido en la Tricontinental. Castro ratificaría que Bolivia era sólo el santuario para desplazar con mayor facilidad al foco guerrillero hacia otros sitios, pero le pidió a Monje que discutiese con mayor detalle la delimitación de las áreas de operaciones con el Che Guevara. En la entrevista, sin embargo, Castro no puso todo el énfasis necesario para que los comunistas bolivianos secundasen la guerrilla del Che Guevara.
En su posterior entrevista con el Che Guevara, el dirigente comunista constata que la decisión anterior sobre quién ejercería el padrinazgo de las guerrillas en Bolivia se había alterado. El Che Guevara no sólo rechazó la noción de supeditar su tropa a Monje y al partido comunista boliviano, sino que indico sus intenciones de mantener en esa nación su cuartel general, desde donde partiría toda la lucha hacia el Cono Sur.
La guerrilla del Che Guevara en Bolivia se establece en la quebrada selvática de Ñancahuazú. Estaría integrada en su mayoría por cubanos, además de bolivianos, argentinos, peruanos, venezolanos, uruguayos y brasileños. Todos los cubanos poseían fuerte entrenamiento y experiencia combativa; la mayoría era altos oficiales del ejército o de la seguridad y algunos habían participado en otros focos de subversión en el exterior, como Juan Vitalio Acuña, que venía de guerrear en Vietnam.
Pero el fracasado esquema de Masetti es reproducido por el Che Guevara en Bolivia. Por algún tiempo se mantiene en secreto su presencia en las selvas bolivianas. Tania se transforma en su hilo directo con la red clandestina en La Paz, y se utiliza también a Julio Pacheco, Paquita Leytón, Loyola Guzmán y Humberto Vásquez. El Che Guevara esperaba avanzar lo más rápidamente posible hacia las jurisdicciones norteñas de Argentina tan pronto las condiciones fueran favorables y su gente se aclimatase a la dura geografía de la comarca.
Entonces decide despachar a Tania a la Argentina para activar los contactos pasados y localizar a los antiguos colaboradores de Masetti. Pero Tania no cumplirá las instrucciones del Che Guevara en la Argentina, ni realizará esfuerzo alguno por reproducir los pasados contactos de Masetti. Sólo trae consigo a un viejo camarada de Masetti, el periodista argentino Bustos, para que entreviste al Che Guevara. Al fallar Tania en la misión que el Che Guevara le ha adjudicado, se malogra su verdadero fin. El Che Guevara abandona por el momento la apertura del foco insurgente en la Argentina y se ve constreñido a persistir en las inhóspitas espesuras bolivianas, que devorarán a la guerrilla.
El golpe de gracia definitivo contra la guerrilla del Che Guevara lo proporcionará la misma Tania. La disciplinadísima combatiente no sólo desobedece las órdenes del Che Guevara llevando a los periodistas Debray y Bustos hasta los campamentos, sino que abandona su vehículo en el poblado de Camiri cargado con toda la documentación secreta de la red clandestina urbana, sus contactos en La Paz, la ubicación del foco insurrecto y sus santuarios, y las fuentes secretas de fondos financieros en Suiza9. Tania sabotea la operación, indudablemente bajo las orientaciones de sus verdaderos jefes en Berlín y en Moscú.
Ante este maná caído de la propia red cubana, las autoridades bolivianas ejecutaron una ola de detenciones, y la soldadesca adquiere la iniciativa estratégica sobre el foco subversivo. La liquidación de la guerrilla sería sólo cuestión de tiempo. El propio Guevara lo comentará en su diario, al decir de Tania, que con su error, al comprometer de un golpe la seguridad de la guerrilla, echaba abajo todo el trabajo anterior, tan cuidadosamente elaborado por años.
El Che Guevara queda totalmente aislado del exterior y privado de información y logística. Sumado a esto, el foco guerrillero del Che Guevara en Bolivia encontró dificultades imprevistas, como el choque con el partido comunista, ya que pese a sus compromisos iniciales y a las presiones de Castro, los marxistas locales se negaban a aceptar la jefatura del Che Guevara.
La población india y campesina boliviana no apoyarán el alzamiento porque había sido beneficiada anteriormente con tierra y consideraba a los guerrilleros como extranjeros. Por su parte, el ejército boliviano se presenta combativo y, en su momento, adquiere la superioridad estratégica, unido a la labor de inteligencia que desarrolla un dispositivo de cubanos anti-castristas enviados por la CIA. Sumado a esto, en los meses críticos finales, el descalabro que representa para los insurrectos las acciones de Tania será un golpe crítico, y Castro decide abandonar al Che Guevara a su suerte.
En marzo de 1967, en un punto conocido como El Angosto, los rebeldes sorprenden a una unidad del ejército ocasionándole numerosas bajas. La alarma cunde en La Paz y el presidente Barrientos decide pedir ayuda a los Estados Unidos. El primero de abril comienza el aterrizaje en Santa Cruz de los enormes transportes aéreos Hércules C-130 con logística militar norteamericana.
LA MUERTE EN EL YURO
Estados Unidos había instalado en Panamá un centro de adiestramiento anti-insurgente para un batallón de 800 bolivianos, al mando del mayor Ralph Shelton, oficiales del Comando Meridional (SOUTHCOM) y veteranos de Corea y Vietnam. Bajo el mismo plan remitió armamento ligero, cinco cazas P-51, varios helicópteros rápidos y dos H-19, raciones de campaña y avituallamiento. La CIA, a través de un núcleo de cubanos anti-castristas, desarrollaba las labores de contra inteligencia militar.
El 10 de abril una escuadra del ejército boliviano es emboscada por la guerrilla, que le inflige más de 20 bajas; los días 15 y 19 se sostienen otros encuentros y el 26 de ese mes, tiene lugar un sangriento combate en Taperillas, favorable al Che Guevara. El 18 de abril de 1967 la revista Tricontinental publicará un artículo del Che Guevara sobre la lucha armada, en el que dice: "nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos, como ya ha ocurrido en Bolivia, e irán creciendo. América tendrá una tarea de mucho mayor relieve: la de la creación del Segundo o Tercer Vietnam".
El 15 de mayo, se escenifica en la ciudad colonial de Bogotá, una reunión de altos oficiales de Estados Unidos, Bolivia, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, para analizar el estado de los conflictos de baja intensidad en varios países del continente y discutir sobre las posibles medidas para combatirlas.
En junio de 1967 el premier soviético Alexei Kosigyn llega a La Habana luego de sostener conversaciones con el mandatario norteamericano Lyndon B. Johnson. En la agenda de Kosigyn está incluido el espinoso punto de la subversión castrista en América Latina. A criterios de Moscú, ese diseño desestabilizador de Castro les impide asumir la defensa estratégica de Cuba ante cualquier contingencia con Estados Unidos, como resultado de los compromisos contraídos por ambos a raíz de la Crisis de los Cohetes. Kosigyn presiona a Castro para que ponga término a su compromiso con las guerrillas del Che Guevara en Bolivia.
El primero de julio, Washington decide evaluar en el terreno el panorama en Bolivia, ante los últimos golpes del Che Guevara, y envía a ese país a los generales Robert Porter, jefe del SOUTHCOM, Reginald James, jefe de la Fuerza Aérea, y Chester L. John, jefe del ejército norteamericano, conjuntamente con el director de operaciones y entrenamientos del Pentágono, Albert H. Smith.
En el momento en que el ejército boliviano decide emprender una campaña contra los destacamentos enemigos que operan al sudeste del país, concentrando en un amplio cerco 2,000 soldados de la Cuarta y Octava divisiones, el Che Guevara comete un error fatal al fraccionar la guerrilla en dos columnas, una de las cuales va a operar en las proximidades del Río Grande, al mando de Vilo Acuña, y la otra, bajo su mando, en la región de Ñancahuazú.
El equipo de contrainsurgencia de cubanos anti-castristas que colaboraba con el ejército boliviano recibía informaciones precisas acerca de la localización y estado de la guerrilla del Che Guevara a través de los desertores y los campesinos que cooperaban con el ejército. Pero sobre todo, y en forma consciente, tanto Tania (el 4 de marzo) como La Habana (el 21 de marzo) cortaron al Che Guevara las rutas de comunicaciones, de abastecimientos, la ayuda financiera, armas y hombres.
Incomunicado del resto de Bolivia y del mundo el Che Guevara se hallará sin acceso de escape hacia la Argentina, resultado de la labor premeditada de Tania, o hacia el Perú, por el descabezamiento de las guerrillas; verá desbaratado sus células clandestinas en La Paz, también como resultado de las maniobras de Tania; se sentirá rechazado por los campesinos bolivianos, se verá ante una geografía terriblemente hostil y que además desconocía en absoluto, y ante un ejército bien entrenado, armado y con una excelente información de inteligencia sobre sus movimientos.
La URSS no es totalmente ajena a la génesis, desarrollo y fracaso del proyecto boliviano del Che Guevara y de Castro. A pesar de que el bloque soviético brindó logística e inteligencia a través de Checoslovaquia y de la Alemania Oriental, la URSS no mostraba esperanzas sobre su resultado final.
Hay evidencias que dentro de la guerrilla en Bolivia, tanto la KGB como la DGI se movieron a espaldas del Che Guevara y nada hicieron por evitar la catástrofe10. El vocero del PC francés, L'Humanité, publicó en noviembre de 1967 un extenso artículo de Jacques Arnault donde se acusaba a Castro de haber provocado la muerte del Che Guevara en Bolivia. En septiembre de 1968, el PC colombiano declaró oficialmente que Castro había abandonado al Che Guevara dos meses antes de su muerte. Y Gary Prado, el militar boliviano que capturó al Che Guevara, declaró al Journal do Brasil, que éste le había dicho antes de morir que había sido abandonado por Castro11.
Abandonado a su suerte por La Habana y después de cometer el trascendental descuido de fragmentar su pequeña fuerza, los hambreados destacamentos del Che Guevara se dirigirán hacia las bien orquestadas emboscadas que les ha tendido el enemigo. En agosto, ocurre un inmenso descalabro al ser interceptada y batida la escuadra de Vilo Acuña en Río Grande, por el batallón de rangers bolivianos, recién entrenados por Estados Unidos. En esta emboscada caerá abatida a balazos en las oscuras corrientes del río, Tania, ya en estado avanzado de gestación de un futuro vástago del Che Guevara.
El 28 de septiembre tiene lugar la acción de Higueras en la que el comando rebelde soporta importantes bajas, entre ellas Coco Peredo. El Che Guevara, vegetando lenta y abúlicamente, acosado por la sed y alucinado por el hambre, está perfectamente consciente del cerco que le había tendido el coronel Joaquín Zenteno, comandante de la Octava División. Un segundo regimiento de rangers le persigue con tenacidad noche y día; el Che Guevara busca desesperadamente un corredor de escape, entre las escarpaduras y macizos selváticos, para salvar sus últimos 17 hombres.
Anotará en su diario el 26 de septiembre: "derrota". Dos días después: "día de angustias que, en algún momento, pareció ser el último nuestro". El 7 de octubre, un campesino notifica al ejército la posición exacta de los "extranjeros". A la 1:30 de la tarde del 8 de octubre, Zenteno cierra la trampa mortal alrededor del Che Guevara en la árida quebrada del Yuro. Con heroísmo trágico el Che Guevara afrontaría la muerte con el rostro tenso y lleno de fatiga.
viernes, agosto 08, 2008
Las guerras secretas de Fidel Castro. Congo: el Viet Nam cubano/ Juan F. Benemelis
Cierra la narración un epílogo que plantea las interrogantes de la lucha en África y, en general, de la lucha de Liberación nacional contra la forma neocolonial que constituye su modalidad de presentación más temible, dado los enmascaramientos y sutilezas que conlleva y la larga experiencia que en este tipo de explotación tienen las potencias que la practican".
Che Guevara Pasajes de la Guerra del Congo/ Advertencia preliminar.
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CAPÍTULO 7 CONGO: EL VIETNAM CUBANO
Los problemas de la incomprensión inicial a su régimen por el mundo sovietizado y las pugnas en el plano ideológico entre los dos colosos comunistas resultarían pequeñas ante los escollos que Castro hallaría en África, ese continente brutalmente agrícola, con tres escuálidas organizaciones marxistas Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), el Partido Africano por la Independencia (PAI) de Senegal y el Partido Comunista en África del Sur y donde Castro, a diferencia de América Latina, no tuvo que enfrentarse con partidos estalinistas que desdeñaban su foco guerrillero.
Los teóricos castristas y chinos litigaban con los moscovitas acerca de que en África no había que aguardar por la emergencia del proletariado mediante un largo proceso de industrialización, sino que se podía transformar al huraño tribalismo agro-nomádico en vanguardia política armada; sin embargo, el agricultor africano, contrario a todas las predicciones, se aferraría a sus estáticos valores ancestrales.
Castro se presenta en África como un Lenin contemporáneo y se disocia de la concepción economicista de la revolución proletaria, caracterizada por la línea soviética, que espera por la creación automática y pacífica de un proletariado, para entonces arribar a la etapa comunista. El teorema de la política subversiva de Castro es reducido a lo siguiente ¿Contra qué clase de régimen tiene lugar la lucha armada guerrillera? Ciertamente nadie puede responder a tal pregunta; la lucha tendrá lugar contra los regímenes a que se oponga Castro.
En las colonias portuguesas y África, los soviéticos utilizaron un grupo de judíos marxistas residentes, que colaboraban con sus servicios de inteligencia desde los tiempos de Josef Stalin y el COMINTERM. En este ciclo, los checoslovacos fueron usados en el trabajo de espionaje y penetración del bloque comunista en África, hasta que fueron reemplazados por los cubanos y los alemanes orientales. La ofensiva africana de China comunista, en los años sesenta, resultó a la postre un fiasco, contrastando con la presión que imprimió Cuba en África, donde logró anotarse puntos importantes, no sólo en el orden militar y político sino en la creación de un ropaje mítico para la revolución cubana.
En noviembre de 1964, y a petición de la URSS, tuvo lugar en La Habana un congreso secreto de partidos comunistas latinoamericanos, donde Castro denunció el desviacionismo chino y quebró sus tratos con agrupaciones pro-maoístas y trotskistas, a cambio de recibir cierto soporte político continental a su exportación guerrillera en Venezuela, Colombia, Guatemala, Honduras, Paraguay y Haití1.
Antes del asesinato del presidente Kennedy, la Dirección General de Inteligencia elaboró planes para intervenir en el Congo y ampliar su radio de acción en América Latina. Tales diseños se hallaban en manos directas de Raúl Castro y el Che Guevara. Varios sucesos precipitaron la ejecución rápida del designio subversivo general para África: el despeñamiento de Jruschov en la URSS, el coup d'etat en Argelia y las disparidades Che Guevara‑Castro.
La ilusión era crear varios Vietnam, con vista a inducir el desangre del imperio tecnológico norteamericano. En un plan simultáneo, se probó desatar una ofensiva global en África a partir del Congo, guiada por el propio Che Guevara, quien asumió el mando de las operaciones guerrilleras, de espionaje y diplomáticas en el triángulo que abarca Argelia, Congo (Brazzaville) y Tanzania; y otras en América Latina, a partir de Venezuela, donde se enviarían de guerrilleros a los generales Arnaldo Ochoa y Raúl Menéndez Tomassevich.
En la práctica, cuando Estados Unidos se enfrascase cada vez más en Vietnam, se consideraría disparar la trampa desgastadora: tratar de buscar que los norteamericanos interviniesen bien en África o en América Latina.
Excluyendo al África, la cultura de la revolución armada en América Latina contó, para desgracia de Castro, con movimientos guerrilleros en plena descomposición. En 1964, Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay rompen todo vínculo diplomático con La Habana. A mediados de 1965, mientras se ensambla el experimento guerrillero del Congo, los esfuerzos combatientes de Venezuela, Colombia y Perú languidecían, quedando sólo el caso Guatemala. Para colmo, la ocupación norteamericana de la República Dominicana, en 1965, paralizó el eco de la guerrilla hemisférica cubana.
El Congo (luego Zaire) resultaba un tajo geográfico estratégico imprescindible para la defensa Occidental entre otras razones, por sus yacimientos de minerales raros, en cuya explotación se entrecruzaban diversos intereses internacionales. Estados Unidos era dependiente de su tantalio y su niobio, esenciales para las armas nucleares; la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de su columbita, para las aleaciones refractarias del fuselaje de los cohetes y como placas protectoras de los satélites.
Desgarrado por el tribalismo y la modorra del subdesarrollo, el endeble gobierno del premier Lumumba trató infructuosamente de sostenerse con el soporte de una aterrorizada élite marxista. En el cometido, Lumumba encontró el antagonismo del consorcio belga Unión Miniere du Haut Katanga, y del economista Moisés Tshombé transformado en líder tribal. Un puñado de comunistas griegos exilados en el Congo desde hacía años, e influyentes en los bloques nacionalistas, pujaba por inclinar la balanza interna hacia la orilla del Kremlin.
En esta crisis de la independencia congolesa, la URSS utilizó la figura de Pierre Mulele, en contubernio con los servicios secretos checoslovacos. Bélgica, ante la posibilidad de una creciente soviética, hizo patente su influencia a través del ejército congolés.
Lumumba, con sus íntimos se entrevistó con un representante del espionaje checoslovaco; allí se determinó estatalizar los yacimientos de minerales estratégicos propiedad de compañías occidentales, como los del uranio y la columbita. Los altos círculos financieros de Occidente, y el clan Rockefeller muy especialmente, estuvieron al corriente de este cónclave que selló la suerte del gobierno lumumbista2. El Congo se precipita en una vorágine de violencia que conmociona la opinión pública internacional, donde el propio premier es sacrificado. Las sorpresas de la crisis congolesa convencen al mandatario cubano de que Jruschov había dejado pasar una coyuntura favorable.
LA PUJA POR EL CONGO
Castro estaba decidido a la puja por el Congo, centro atómico del África, cuya pechblenda de las minas catanguesas provee las reservas de uranio norteamericanas. En octubre de 1963, la oposición congolesa lumumbista en el exilio crea un Consejo Nacional de Liberación (CNL), con ayuda de algunos países africanos, además de la contribución de Cuba, China y la URSS. De inmediato se proclamó la validez de lucha armada contra el gobierno instaurado en el Congo tras el asesinato de Lumumba.
Mulele, a su regreso de Pequín, provoca la insurrección en la zona congolesa del Kwilu, junto a varios ex‑colaboradores de Lumumba, algunos elementos de la izquierda y jesuitas. Mulele también intervino, en menor escala, en la región que colinda con los grandes lagos del este africano. El ejército congolés comienza a dar muestras de incapacidad para dominar las revueltas del Kwilu, que como un cáncer se extendía por todo el país. La CIA disponía ya de informes3 en los que se evidenciaba cómo Castro estaba moviendo los hilos dentro de la oposición lumumbista, y desde países colindantes desplegaba su esfuerzo por involucrarse en el Congo.
Tras la rebelión del Kwilu, a inicios de 1964, los lumumbistas (marxistas) Gastón Soumaliot y Christopher Gbenye, entraron en acción en la vecina provincia del Kivú. El jefe militar de la revuelta del Kivú, Soumaliot, recibe ayuda china y cubana a través de Burundi.
A la sazón, el CNL de Soumaliot había despachado a La Habana una delegación de militantes encabezada por Albert Kissongo para coordinar el entrenamiento y la asistencia que Cuba le brindaría. La reflexión de transformar el Congo en un segundo Vietnam del periférico Tercer Mundo, yacía en el trasfondo de la política cubana y resultaba la culminación de la moción castrista en África.
En febrero de 1964, Tshombé, ya instalado en el poder, con la ayuda de la CIA, decide aplastar el levantamiento con la brutalidad que le es característica y recluta alrededor de 900 curtidos mercenarios en Europa, África y Estados Unidos. En la Florida se captan cubanos exilados, veteranos de Bahía de Cochinos, con experiencia militar en el ejército norteamericano, grupos de comandos marítimos y pilotos en especial. Sin perder tiempo, Tshombé decidió contratar al legendario condotiero sudafricano Mike (El Loco) Hoare, quien se reveló en el Congo como un experto de la guerra en movimiento dentro del marco selvático.
El pro-soviético Gbenye junto a Soumaliot atacaron Stanleyville el 5 de agosto de 1964, asistidos por militares chinos encabezados por el coronel Kan Mai. Los simbas perpetran atroces represalias con la población europea local. En ese mes Hoare, con sus mercenarios y la fuerza aérea de cubanos exilados, derrota en forma aplastante a los simbas cuando intentaban desbordar la ciudadela de Bukavu.
El envío de paracaidistas belgas a Stanleyville en noviembre de 1964, operación apoyada por la OTAN, constituyó una señal de alarma, no sólo en La Habana, sino también en Pequín y Moscú. Con los sanguinarios disturbios que provocan la caída de Stanleyville se cierra un capítulo de la crisis en el Congo, inaugurándose un período de mayor violencia donde el largo brazo armado de Castro entraría en acción para rescatar a la revolución congolesa en pleno desmoronamiento militar.
A fines de 1964, el premier argelino Ben Bella, en mutuo acuerdo con la URSS y Cuba, decide incrementar la ayuda en armas y entrenamiento ante la campaña militar que desplegaban los mercenarios y la situación general de los simbas que no resultaban ya la fuerza imperante en el teatro de batalla. Al inicio de 1965 se seleccionaron jóvenes negros cubanos con experiencia combativa. A estas escuadras se les dotó de una preparación especial por el segundo al mando del Che Guevara en el Congo, Víctor Dreke. El Che Guevara había efectuado una gira por África a fines de 1964 e inicios de 1965, después de su comparecencia ante la ONU. El Che Guevara nuevamente trató de poner en marcha el viejo sueño de una brigada internacional para el Congo dirigida por los cubanos e integrada por movimientos africanos y contingentes afro-americanos.
En Tanzania, el Che Guevara en compañía del líder negro americano Stokely Carmichael se entrevistó con el angoleño Jonás Savimbi quien discrepó del plan cubano y calificó al Che Guevara de poseer una mentalidad “tarzanesca”4. Refiere Savimbi un discurso de Che Guevara ante representantes de los partidos opositores africanos5 "Guevara también argumentó de que El Congo, inmenso y rico en minerales y potencialidad agrícola, era la clave para la revolución en el centro y sur de África. Si los regímenes pro-capitalistas del área pudiesen ser reemplazados con un gobierno revolucionario se propinaría un golpe al imperialismo Occidental en el corazón de África. Después podría ser más fácil penetrar en las áreas periféricas como Angola y Mozambique"
A fines de 1964, Castro envía dos batallones cubanos a Tanzania, iniciando de inmediato algunas penetraciones de unidades. el Che Guevara inspeccionará las bases de aprovisionamiento y acondicionamiento de sus soldados en la frontera lacustre con el Congo. El 2 de enero de 1965, el Che Guevara voló al selvático país del Congo Brazzaville, para conciliar en intimidad los pormenores de la futura campaña armada con el presidente Massemba-Debat, el premier Pascal Lissouba y los simbas congoleses.
El Che Guevara discutió con los dirigentes del MPLA angoleño la posibilidad de brindarles logística y entrenamiento combinado con los futuros reclutas congoleses, con vistas a extender el foco guerrillero a todo el macizo central africano. Muy en secreto fueron sus tratos con el FNLA de Holden Roberto para discutir la misma estrategia.
A principios de diciembre de 1964, los jefes de la beligerancia congoleses recibieron considerables alijos de armamentos de fabricación china y soviética. Hacia los enclaves fronterizos de Uganda, Sudán, Burundi y Tanzania arribaron instructores argelinos, egipcios y cubanos que debían enseñar a los simbas el manejo de las armas y ofrecerles los rudimentos del arte militar.
Toda la provincia oriental está en manos de Soumaliot y Gbenye, los cuales se trasladaban también hacia el Congo medio. Mulele hacía de las suyas en el Kwilu. El plan de La Habana comenzaba a dar sus primeros frutos. La campaña oriental, desatada por Hoare y su ejército mercenario tuvo que librarse a sangre y fuego y el conflicto, que parecía languidecer, cobraba nuevos bríos.
RUMBO AL CONGO
Aislado políticamente de la América Latina, luego de ser expulsado de la OEA por su ingerencia en Venezuela, Castro trata de obtener de los africanos el reconocimiento de Cuba como miembro pleno de la OUA para actuar libremente en el continente africano.
Luego de instaurado en Leopoldville un gobierno pro comunista con Soumaliot, Gbenye y Mulele, resultaría fácil descargar golpes laterales sobre las colonias lusitanas de Angola y Mozambique desde las fronteras del Congo y Tanzania. Se esperaba fundir una franja de costa a costa con Tanzania, ambos Congo y las posesiones portuguesas de Angola y Mozambique; luego se propiciaría el desmoronamiento de ambas Rhodesia mediante los guerreros de Joshua Nkomo. Se esperaba presionar militarmente a África del Sur con tropas africanas, bajo las órdenes del Che Guevara, que operarían desde diversos países limítrofes.
Así, La Habana profetizaba un futuro con dos grandes federaciones comunistas en el Tercer Mundo: una en el Cono Sur de África, y otra en el Cono Sur de América las dos partes más desarrolladas de ambos continentes. Si con el devenir de la lucha se producía la intervención militar norteamericana, se pondría en marcha la estrategia del desangramiento: dos, tres, muchos Vietnam.
Sin embargo, el sueño naufragó ante el cambio drástico que sufrió el cuadro político continental africano, con su rosario de golpes de estado que arrasó con el grupo de figuras que habían encabezado la descolonización y hecho causa común con los planes de Cuba. En el primer escenario, cuyo centro de irradiación sería el Congo, el Che Guevara fue derrotado limpiamente; de allí escapó con vida de milagro. En el segundo tablado, el latinoamericano, cuyo punto propagador sería Bolivia, el Che Guevara también fue vencido, y esta vez no pudo escapar.
El apresurado viaje de Che Guevara al Congo a instancias de Castro responde al decaimiento de las guerrillas en Colombia, Perú y Guatemala, y esencialmente a tratar de compensar el descalabro del plan de La Habana por desbancar al régimen venezolano del presidente Rómulo Betancourt. La invasión y ocupación de la República Dominicana, por parte de los Estados Unidos y en nombre de la OEA, aplastó al foco guerrillero alimentado por Cuba y repercutió negativamente en los movimientos pro-castristas del continente. La revuelta dominicana estaba socorrida logísticamente por Cuba y junto a los rebeldes había oficiales cubanos, entre ellos un miembro de la DGI, Roberto Santiesteban Casanova.
En el último momento, La Habana optó por no aceptar el reto militar de Washington a pesar de que Castro había concentrado el grueso de sus fuerzas militares en la provincia oriental al mando del Che Guevara, desde la cual podía desplazarse con cierta rapidez a la República Dominicana6.
La gerencia cubana daba señales de inquietud ante la impune escalada de la maquinaria militar norteamericana en Vietnam y la posición defensiva de la nomenclatura soviética tras la defenestración de Jruschov. En mayo de 1965, Bumedién privó a Castro de su santuario principal al derribar mediante un golpe de estado al presidente Ben Bella. De inmediato fueron expulsados los miembros de la DGI y se suprimió la presencia de instructores militares cubanos en los campamentos de guerrilleros.
El Che Guevara partió para el Congo en una misión que afectaría el curso político del África central. La desaparición de Che Guevara en marzo de 1965 pone en guardia por primera vez a los principales servicios secretos de Occidente. Che Guevara se encamina primero a París y luego a Bruselas. En Bélgica, entra en contacto con los congoleses así como con un emisario del presidente ghanés Nkrumah. Los servicios secretos chinos y egipcios, así como el ala maoísta de los comunistas belgas, aportarán una cobertura a Che Guevara para enmascarar su traslado al Congo y burlar la vigilancia de la policía francesa y belga7.
Hyani Kapo, patrón de la inteligencia albanesa y mano derecha del tirano Henver Hoxha, realizó los trámites y preparó la documentación necesaria para facilitar el viaje de Che Guevara en Europa. De Bélgica, Che Guevara se corrió hacia Ámsterdam. Che Guevara realizó una escala secreta en El Cairo antes de seguir al Congo; allí, se puso nuevamente en contacto con elementos congoleses y con los servicios de seguridad egipcios y tanzanos, para apresurar su traslado a Tanzania y Burundi.
Che Guevara dispondrá de un eje operativo temporal en la base de Dolissié, Congo Brazzaville, donde se entrenan guerrilleros del MNC a los que se agregarán los cubanos y haitianos que trae consigo. La guerrilla estaba compuesta por cubanos, algunos argelinos y más de un millar de simbas. La milicia cubana de Che Guevara, que ahora respondía al nombre de guerra de "comandante Tatú", incluye unos 200 guerrilleros, bien pertrechados e instruidos, una tropa superior a la que dispondría posteriormente en Bolivia8.
En Tanzania (Ujiji, Kigoma) y Congo Brazzaville se hallaban los santuarios de armas, hombres, dinero, y comunicaciones. Se utilizarían contactos y misiones diplomáticas en Burundi. En el enclave de Fizi‑Baraka, Che Guevara espera operar con Laurent Kabila, Nicolás Olenga e Idelphonse Massengo.
La penetración del dispositivo guevarista en el territorio del Congo se realizó poco a poco a través de Tanzania, y en grado menor por el Congo Brazzaville. Che Guevara, junto a Dreke y José Martínez arribó a Tanzania con el falso nombre de Ramón entre el 19 y el 20 de abril. En Dar-Es-Salaam comenzaron a dosificar la entrada clandestina en el Congo Leopoldville de los cubanos en grupos de 10 ó 12, desde la aldea de Kigoma pasando el Lago Tanganyika9.
La responsabilidad del cruce de combatientes por el Lago Tanganyika y la logística quedaron en manos del cubano Sánchez Bertelemi. Los preparativos del ataque que el Che Guevara se disponía llevar a cabo en El Congo no eran desconocidos por la fuerza mercenaria que los debía combatir. Tan es así que se patrullaban los lagos intensamente, pues se tenía la idea que Che Guevara recalaría de un momento a otro, a través de Tanzania10.
Desde los inicios, el Che Guevara enfrentó la enconada escisión de los líderes insurrectos provocada por las recientes derrotas militares, el tribalismo y el desacuerdo chino‑soviético. Los chinos, desde el Congo Brazzaville, maniobraban a través de Bocheley‑Davidson y sostenían al mulelismo en el Kwilu. Gbenye, personaje débil e indeciso, se erige en la voz cantante de los sublevados de la franja Fizi‑Baraka‑Elizabethville, agrupando a interlocutores prominentes como Kabila, Moisés Marandura y Gregoire Anisi11.
Estalla una nueva pugna entre los congoleses. El cuerpo militar de Abdulá Yerodia, Etienne Mbaya, Bocheley‑Davidson y Kasmarlot Kassongo arremete contra el de Gbenye‑Soumaliot estrechamente ligado a los servicios secretos soviéticos en El Cairo12. Estos a su vez entrarán en disputa con Mulele. Las riñas intestinas impiden la conformación de una estrategia única. Además, la expedición recibe un rudo golpe cuando el jefe rebelde pro-soviético Gregoire Mwamba‑Mukanya acepta la amnistía que concedió Tshombé. Mukanya denuncia las ejecuciones masivas y las vendettas en la fugaz República Popular, así como la corrupción de sus líderes: Gbenye, Soumaliot y Olenga.
En la convención que efectuó en El Cairo con los capos guerrilleros, Che Guevara consiguió elegir el Consejo Supremo de la Revolución, formado por Soumaliot, Mulele y Bocheley‑Davidson, con una diputación dentro del Congo. Allí, Che Guevara sostiene un encuentro general con todos los comisarios políticos y militares de ambos frentes para crear una especie de Estado Mayor. También impulsará la expansión de las escuelas militares y ante la oposición total, instaura las unidades de combate sin tomar en consideración la procedencia tribal y rompiendo con las normas establecidas.
Che Guevara trató de mejorar las comunicaciones entre las guerrillas y crear áreas liberadas que protegiesen las vías a los santuarios por donde se recibía la logística de los países africanos y del bloque soviético. También instala delegaciones en el extranjero para el abastecimiento de armas y asegurará que Olenga y Soumaliot se ocupen del material soviético venido de Argelia vía Sudán. Por último, creará una parcela defensiva en el triángulo de Bunia‑Watsa‑Dramba.
Con rapidez se enviaron oficiales cubanos como jefes de operaciones a los distintos frentes del Congo. Che Guevara contaba con fuerzas de reserva entrenadas en Cuba para ofrecer asistencia en el progreso posterior de la lucha. Se seleccionaron combatientes entre los tribeños Bahembi, acaso los más fieros de toda África Central. Los congoleses se resintieron ante la centralización que los cubanos fijaron en la administración y se expresaron en contra del programa ideológico, de indudable corte marxista.
EL DUELO CHE vs HOARE
Al llegar Che Guevara, el frente de Fizi‑Baraka expande su radio de acción en dirección a la importante base aérea de Kamina, pulmón militar del gobierno de Tshombé, donde se traza el avance de una contienda futura, y la creación de los santuarios para las ulteriores guerrillas de Angola. El enfrentamiento entre ambos bandos no se hizo esperar. En Wawa, unidades del Quinto Comando de Hoare cayeron en una bien calculada emboscada. Hoare encajaba el primer golpe lanzado por los cubanos de Che Guevara, cuya tenacidad y habilidad mostrada en la defensa de las posiciones detuvo el avance mercenario, obligándoles a solicitar refuerzos con urgencia.
Hoare no se intimidó. Determinado a conservar la ofensiva estratégica, estructuró la segunda fase del plan para reconquistar Watsa, fuente aurífera de los insurrectos, guardada por un cuerpo de 1,200 simbas, asesorados por los cubanos. Si bien Hoare logró cortar a lo largo de 300 millas el acceso de los rebeldes a los límites con Uganda y Sudán (fuente valiosa de los suministros de Che Guevara por el norte), percibía a un enemigo diferente.
Al recibir Tshombé y Joseph Mobuto Sese Seko noticias acerca de que los cubanos de Castro se concentraban en Fizi‑Baraka y que Che Guevara retornaba de Brazzaville, determinaron centrar todo el ímpetu en la región de Kivú y lanzar un asalto definitivo desde Albertville. Entre las minutas ocupadas en la aldea de Bambesa se hallaron pruebas de que el 29 de abril Gbenye había sostenido un mitin con todos los jefes tribales locales a nombre de Che Guevara. El 29 de junio de produce el combate de Force Bendera con la participación del grueso de la guerrilla de Che Guevara que concluirá en una derrota para el argentino. Esta batalla fue la prueba fehaciente de que Che Guevara se hallaba físicamente en la zona.
El espacio de Fizi‑Baraka, que enlaza con las elevadas planicies de Burundi y los aguazales de Tanzania, era la única fuente de aprovisionamiento de recursos materiales y humanos que le quedaba a Che Guevara. Los cubanos fabricaron un cordón defensivo que les permitía recibir material bélico desde Tanzania y Burundi, a través del Lago. Pero éste se hallaba bajo el constante acecho de un comando naval de exilados cubanos.
Era también el asiento de los campamentos de formación de las aldeas lacustres de Kigoma, Ujiji, Usumbura, Kungwe y Kibwesa donde cerca de 3,000 rebeldes congoleses eran entrenados a todo vapor por los cubanos de Che Guevara. Partiendo de Fizi‑Baraka Che Guevara se proponía lanzar una ofensiva que desarticularía la provincia de Katanga para establecer un estado revolucionario federado con Tanzania.
Che Guevara alimentaba varios designios para la hora en que Katanga cayera en sus manos: privar al gobierno central congolés de sus fuentes financieras producto de la minería; obligar a que Bélgica reconociese el nuevo estado revolucionario; controlar los minerales estratégicos para beneficio del bloque socialista; ampliar la subversión en el Congo y acelerar la lucha guerrillera en Angola.
En Fizi‑Baraka se jugó la suerte de la contienda bélica y con ella la del Congo y la de todo el centro‑sur africano. La orografía parecía favorecer a los insurgentes en el poblado de Lulimba, donde sólo podían ser embestidos atravesando cordilleras o desde el Lago Tanganyika. Sin embargo, el sistema serrano que circunda la región seleccionada por Che Guevara, asediado en los muros naturales, le impedía maniobrar fuera de la misma dando la posibilidad a Hoare de tomar la iniciativa.
Teniendo Hoare en su puño el lago y el techo aéreo se propone apalear al enemigo en una maniobra audaz: atacar sorpresivamente a Che Guevara por la retaguardia con una pequeña escuadra naval rápida, a través del Lago, socorrido por los aeroplanos en manos de los cubanos exilados. La finalidad substancial era demoler el centro de mando y sajar las líneas de abastecimiento.
La fuerza aeronaval logra descender a 8 kilómetros al norte de Baraka para asaltar el poblado durante la lívida luz de la madrugada, protegidos por una cobertura aérea. Otra agrupación embestirá a Lulimba frontalmente, en una operación de diversión. El desembarco es recibido con ráfagas de ametralladoras y morteros y hace perder al Quinto Comando el factor sorpresa. Una de las columnas, atravesando los pantanos y las malezas choca con las huestes de Che Guevara, a cuatro kilómetros de Baraka. Los cubanos se retiran ofreciendo resistencia y Hoare aprovecha el único factor a su favor, la velocidad, y se abalanza a toda marcha.
La entrada en Baraka, protegida por 2,000 rebeldes congoleses y cubanos castristas se realiza tras un fantástico duelo de plomo; el Quinto Comando mercenario va ocupando poco a poco la ciudad. El acometimiento sobre Fizi‑Baraka, a pesar del uso eficaz de bombarderos ligeros pilotados por los cubanos anti-castristas, se hace difícil ante la resistencia tenaz que ofrecen los cubanos.
Un ataque a los flancos de los cubanos pone en aprietos a los defensores, que pierden el puerto de Durban. Es por ese baluarte que los mercenarios están recibiendo municiones. Desde el Lago, la cañonera vuela los nichos de ametralladoras que barren la playa, permitiendo así el peaje de municiones, no sin altas perdidas humanas. Los mercenarios ven mermar su intenso poder de fuego, pero ello no les impide sostenerse en Baraka. Del lado de los rebeldes hay un aproximado de 125 muertos e infinidad de heridos.
El flanco de Hoare rechaza un intento de los cubanos por reconquistar la ciudad. Una pequeña tropa de cubanos exilados arremete sobre sus compatriotas, permitiendo al resto de los mercenarios la ampliación del perímetro. Hoare decide solicitar refuerzos, y describe la situación en los siguientes términos13 "el enemigo era muy diferente de todo lo que me había encontrado hasta ahora. Estaban equipados, empleaban tácticas militares y respondían a señales. Obviamente estaban dirigidos por oficiales entrenados. Interceptamos mensajes de radio en español... la defensa de Baraka estaba organizada por los cubanos .. con regularidad cronometrada estaban concebidos sus ataques frontales, que eran notables por su ausencia de ruidos y disparos, usuales entre los simbas".
El 10 de octubre de 1965, la columna mercenaria con su van-guardia de cubanos exilados y con la soldada congolesa entra a marchas forzadas en Fizi, mientras la aviación arremete sobre los núcleos estratégicos pero sin poder cercar al grueso de los 3,000 rebeldes, que se escurren hacia las serranías. El Che Guevara es propenso a emplear las tácticas guerrilleras y decide tender una emboscada al noroeste de Fizi, donde la presión de Hoare cede al confrontar el problema de los puentes destruidos.
Al desmoronarse el territorio libre concebido por el Che Guevara en Fizi‑Baraka se propina un descalabro casi definitivo a la guerrilla y a las aspiraciones del Che Guevara y Castro en el Congo. En agosto, el Che Guevara aniquila a una pequeña fuerza enemiga al norte de Albertville. Hasta octubre se reportan operaciones bélicas; pero ya se está en los estertores del foco guerrillero guevarista.
Castro hace un último esfuerzo por salvar el frente africano. El 8 de octubre tiene lugar en La Habana una junta con todos los movimientos de liberación de las colonias portuguesas. La delegación cubana se compromete a ayudar al MPLA y al Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) a cambio de que éstas se sumen a los cubanos en el Congo. Sin embargo, el FRELIMO mozambicano, en la persona de Eduardo Mondlane, rehusó el compromiso.
Tres miembros de la columna cubana que batalló con el Che Guevara en el Congo y después en Bolivia confirmaron, en conversación con guerrilleros bolivianos, que los rebeldes de Kinshasa no habían sabido pelear; en cambio, los mercenarios belgas al servicio del gobierno resultaron, según ellos, un enemigo formidable14. Ante la derrota militar, la URSS promoverá una línea de reconciliación congolesa, colaborando con el gobierno en el transporte de tropas para poner fin a la insurrección guevarista15. Ante la nueva agenda soviética, el Che Guevara se enfrentará a una lucha perdida contra Hoare y el ejército congolés, y al aislamiento en África.
Soumaliot sostendrá conversaciones con Chou‑En‑Lai y Castro en nombre del Che Guevara, con la decisión de procurar un incremento de la logística. Castro, consciente de que el Che Guevara no tiene la menor posibilidad militar en El Congo, hace patente a Soumaliot la dificultad que atraviesa el argentino para unificar la guerrilla. Detalla Soumaliot16 "el partido comunista cubano le había prometido el incondicional apoyo de todas las fuerzas políticas del campo socialista si, con la ayuda de la Unión Soviética presente ahora en la región, facilitaba el fin de la lucha y negociaba con las otras fuerzas del país una solución política".
El 25 de noviembre de 1965, Mobuto, jefe del ejército congolés, dio un golpe de estado. Aprovechando la confusión, el Che Guevara ataca nuevamente Bukavu, y aísla las milicias gubernamentales en Kiliba cerca de los bordes fronterizos con Tanzania. Mobuto desencadena su ofensiva final en el Este donde se encuentran encajonados el Che Guevara y Kabila; la situación resulta grave para el Che Guevara que se halla prácticamente acorralado por los mercenarios y el ejército congolés.
La URSS se quejó nuevamente a La Habana y el Che Guevara recibe de Castro un mensaje conminándole a retirarse. En enero de 1966, saldrá definitivamente del Congo, atravesando el Lago Tanganyika, donde sostiene un encuentro nocturno con las fuerzas navales de los cubanos exilados, que habían interceptado una comunicación radial que anunciaba su paso17.
El Che Guevara se obstina en proseguir la lucha en el Congo y se dirige a Brazzaville, esperando introducirse en la región donde opera Mulele para jugarse con éste su última carta personal. Es entonces que Castro envía sus mensajeros, entre ellos Dreke, Eliseo Reyes, Osmani Cienfuegos y Emilio Aragonés, quienes con ayuda de la guardia personal de Massemba Debat, presidente de Brazzaville, "convencen" al Che Guevara de que retorne a La Habana.
Lo cierto es que de no haberse retirado a toda prisa, la selva africana y no la quebrada del Yuro hubiera sido el epílogo del mito del Che Guevara. En su crónica García Márquez refiere el epílogo de la aventura de Castro y el Che Guevara en el Congo18 "el Che Guevara se fue como había llegado: sin hacer ruido. Se fue por el aeropuerto de Dar-Es-Salaam, capital de Tanzania, en un avión comercial y leyendo al derecho y al revés un libro de problemas de ajedrez, para taparse la cara durante las seis horas del vuelo".
Para sustituir al Che Guevara en África y reorganizar el resto de las fuerzas cubanas, Castro escogió a un guerrillero maduro que luego se transformó en su mejor general Ochoa, quien había operado al frente de un grupo de sus curtidos guerreros a las montañas de Venezuela, como parte de un esquema hostil para eliminar al presidente Betancourt en el poder. Al frente de 1,200 hombres, el general Ochoa asumió la truncada misión del Che Guevara de proseguir el entrenamiento de africanos, encaminado ahora hacia los angoleños del MPLA y las guerrillas de Amilcar Cabral de Guinea Portuguesa.
El general Ochoa cargó con la preparación de los combatientes de la SWAPO de Namibia, del ZAPU de Zimbabwe, del FRELIMO de Mozambique y de los comandos del Congreso Nacional Africano (ANC) de Oliver Tambo y Nelson Mandela. El 15 de marzo de 1967, el buque cubano Manuel Ascunce zarpó hacia el Congo Brazzaville conduciendo un millar de hombres y armamentos de refuerzo.
La contienda por el poder en Brazzaville se recrudece y el ejército apoya al gobierno marxista de Massemba-Debat, mientras las milicias se inclinan a favor del premier Lissouba y de Gastón Noumazalé, éste último la extrema izquierda y figura clave de Cuba y del PC francés. Marién Nguabi, jefe del ejército, presiona para que se destituyan a los elementos de izquierda de la juventud (la jeunesse) y se expulse a los cubanos.
En junio de 1966, desde la base de Dolissié, la tropa del general Ochoa socorrida por las milicias sofoca la revuelta armada contra el presidente Massemba Debat, en abierta intromisión; los cubanos sobrellevan varias bajas en el encuentro. Una de las columnas entrenadas por el general Ochoa, bautizada como la Camilo Cienfuegos, se infiltró clandestinamente en los bosques de Angola a través de Kinshasa y se agregó a la lucha contra los portugueses en la región petrolera de Cabinda. Otra cuña, comandada por el general Patricio de LaGuardia, pasó también a Cabinda, y más tarde cruzó el río Congo y se aposentó en la zona de Dembo. Dembo era famosa por su resistencia durante cinco siglos a la colonización portuguesa y por ser el lugar de nacimiento de Agostino Neto19
lunes, agosto 04, 2008
Las guerras secretas de Fidel Castro. Guerra en Argelia y golpe en Zanzibar/ Juan F. Benemelis
CAPÍTULO 6 GUERRA EN ARGELIA Y GOLPE EN ZANZÍBAR
El colonialismo resultaba una doctrina anacrónica; el gobierno francés conducía el proceso descolonizador de sus territorios de Ultramar con inteligencia, mientras mantenía su empecinamiento de permanecer en Argelia. De nada había servido el descalabro sufrido en Indochina, donde la mano oculta soviética les había puesto militarmente en crisis1.
Egipto había sido el sostén esencial de la rebelión argelina. Argel se hallaba inmersa en una lucha fratricida entre el demócrata moderado Ben Khedda, presidente del gobierno provisional clandestino, el izquierdista Mohammed Budiá y el carismático Ben Bella. Todo pronosticaba que al final de la omnipotente influencia anticolonial, Argelia se envolvería en una guerra civil.
El callejón sin salida argelino da pie a que el ejército galo propine un virtual golpe de estado en favor del general Charles DeGaulle, militar de altivo perfil con alma de planificador; pero en contra del deseo de su camarilla golpista, DeGaulle adopta una postura descolonizadora llevada a suprimir los estériles gastos militares, que lo convierte en el enemigo acérrimo de sus viejos camaradas de armas, quienes organizan una sociedad secreta, la OAS, con el fin de liquidarlo físicamente2.
El primer acto del castrismo en el continente africano está unido a la lucha de la altiva y belicosa comunidad islámica argelina, vista con simpatías en el mundo entero. El régimen cubano se unió a la campaña internacional del bloque soviético lo que hizo mella en la opinión pública francesa cuyo gobierno luchaba por la protección de sus despojos de la preguerra.
En diciembre de 1961, en una operación silenciosa, el buque cubano Bahía de Nipe, descarga en Casablanca pertrechos militares norteamericanos, especialmente carabinas M-1 y personal médico. Los heridos argelinos serían recogidos y luego transferidos a Cuba. Se inició una intensa participación militar que provocó la reacción del alarmado Estado Mayor francés. Como apunta en su crónica el Premio Nóbel Gabriel García Márquez3. "En Argelia, aún antes de que la Revolución Cubana proclamara su carácter socialista, ya Cuba había prestado una ayuda considerable a los combatientes del FLN en su guerra contra el colonialismo francés. Tanto que el gobierno del general DeGaulle prohibió, en represalia, los vuelos de Cubana de Aviación por los cielos de Francia"
Los acuerdos de Evián, que consagran la independencia de Argelia en 1962 son recibidos con suspicacia y reserva por parte de Castro y el Che Guevara, que aspiraban un segundo Dien‑Bien‑Phu para Francia. Castro impone silencio a la vieja guardia marxista cubana sobre la forma en que Ben Bella aplasta a los comunistas argelinos, y hace todo lo posible por ocultar el papel filo-colonialista del partido comunista francés y la actitud tibia adoptada por la URSS en esta lucha4.
El comandante Jorge Serguera, hombre de confianza de Castro, es nombrado embajador; las relaciones cubano argelina llegan a tal punto que se instituye un intercambio de información de inteligencia. El Che Guevara estableció en Argelia estrechos vínculos con el líder trotskista Michel (Pablo) Raptis, que fungía como asesor de Ben Bella.
La Argelia independiente aspira en su proyección exterior a una política en favor de la lucha armada de los movimientos de liberación nacional afroasiáticos, entre ellos la galvanización de los movimientos anti‑rhodesianos y anti-sudafricanos, así como la promoción del foco guerrillero en estados ya constituidos, como el Congo, Senegal, Chad, y Camerún.
Este enfoque argelino, coincidirá con las intenciones de Castro en el continente; ambos mandatarios conciertan una estrategia insurgente, donde Cuba asume como suya la política argelina en África y específicamente el sostén a los alzamientos tribales en el Congo. Se crea, además, un torrente de fanáticos movimientos armados del Tercer Mundo contra los países “pro-imperialistas”.
La conexión Castro‑Ben Bella llega a tal familiaridad que, fuera de los altos círculos cubano-soviéticos, el argelino es el único que conoce con antelación la instalación en Cuba de proyectiles balísticos soviéticos de medio alcance, con ojivas nucleares. Ben Bella facilita un entendimiento de Castro con países industrializados de Europa, especialmente Francia, que en la década 1962-1972 logra un considerable salto económico. Cuba inaugura una etapa de intensa actividad económica con empresas privadas francesas5.
Entre los temas que Cuba y la URSS abordan en estos años iniciales están la campaña anti-China, el intento por sustentar el control de los movimientos anticoloniales y del nacionalismo árabe, y los conceptos autómatas del socialismo.
A partir del ascenso de Jruschov, la URSS muestra señales de interés por África y Medio Oriente, alentada por el naserismo y la crisis tunecina de Bizerta; es la época de los estados del tercer mundo con vocación neutralista, como Indonesia, la India, Túnez, Ghana, etcétera. En Egipto e Irak se habían sucedido golpes militares que al final favorecerían el lado soviético. En 1947, fue Gromyko el que presentó ante la ONU el plan de partición de Palestina, defendido por los partidos comunistas de Egipto e Irak, en especial por los corrillos de judíos marxistas.
Antes de ello, durante la Segunda Guerra Mundial, el núcleo que luego constituyó en Egipto los oficiales libres naseristas, (Anwar El Sadat y Nasser incluido) intentó negociar con los alemanes del mariscal Erwin Rommel la futura independencia egipcia, a cambio de información sobre la disposición de las fuerzas inglesas en el Canal de Suez. Por su parte, el movimiento nacionalista hebreo y la organización IRGUN, haciendo oídos sordos del antisemitismo de Adolf Hitler en Europa, propuso un pacto con las potencias del eje nazi fascista, en contra de los aliados, a cambio de un estado soberano en Palestina.
El antisemitismo fue así elaborado por Inglaterra, la cual pensaba que los ejércitos árabes, especialmente el jordano de Glubb Pasha, podían barrer con facilidad al nuevo estado israelí, privando de paso a los Estados Unidos de un punto fuerte en el Medio Oriente. Nasser, de tendencia fascista en sus años mozos, se convierte en el primer egipcio en gobernar un Egipto libre desde el año 526 antes de n.e., cuando fue derrotado por los persas el faraón Psamético III. La URSS aceptó a Nasser, cuando éste se envolvió en la banderola del antiimperialismo, a pesar de que mantenía en los campos de concentración de Tourah y Kharga a un millar de comunistas egipcios.
Por esa época existía una intensa y secreta pugna entre los jerarcas de las naciones árabes por controlar la enorme herencia de Hermann Goering, depositada en un banco de Lausanne, destinada a los palestinos, puesto que en el testamento de Goering rezaba que la misma debía ser utilizada para luchar contra la “supremacía judía”. En parte, el diferendo egipcio-argelino se emponzoñó por este episodio, o sea: quién iba a poseer el control de esta cuantiosa suma de dinero.
El premier cubano se aferra a su alianza afro-europea con Argelia; pero halla un poderoso valladar en Nasser firme supervisor del espectro político del mundo árabe. Los intentos reiterados de la alta dirigencia castrista por tender un puente con los egipcios resultan infructuosos, y los soviéticos no mostraron inclinación en facilitar un acercamiento entre ambos.
El desacuerdo Castro‑Nasser resulta tan turbio que el mandatario cubano sostendría relaciones diplomáticas con Israel hasta la muerte del gobernante egipcio, pese a que ello conspiró contra la imagen de Castro en el mundo islámico. Este sordo desacuerdo es una de las causas del estrecho acercamiento de Castro a Argelia y explica el que Ben Bella fuera aupado por La Habana para disputarle a Nasser la hegemonía de la región.
El eje Castro‑Ben Bella desplegó una cruzada anti-naserista en todos los niveles. Pero en vida de Nasser, Castro no logró descifrar los signos misteriosos del egipcio, fracasando en el intento de abrir brechas en el Medio Oriente; sólo se hizo eco de la campaña anti-egipcia de Ben Bella y del régimen baasista6 iraquí de Abdul Karim Kassem, sin lograr cimentar bases de entendimiento con el hombre fuerte de Bagdad. A principios de 1963, el indonés Sukarno concibió una conferencia internacional de jefes de estados del tercer mundo; una nueva versión de la famosa conferencia de Bandoeng. La diplomacia cubana se movió para capitalizar la idea de una gigantesca comunión mística del Tercer Mundo, pero buscando desplazar la reunión hacia Argelia, donde Castro pudiese ejercer mayor influencia y contrapesar a figuras como Tito, Nasser y Nehru.
En la conferencia de Moshi, en Tanganyika, en 1963, el representante cubano José Carrillo lanza la propuesta de un coloquio de los tres continentes, introduciendo un nuevo elemento: la presencia de los movimientos de liberación, que posibilitará llevar éste cónclave Tricontinental fuera de la órbita chino‑indonesa, acercándolo a la brasa cubana‑argelina.
EL CONFLICTO FRONTERIZO
En octubre de 1963, estalla el conflicto fronterizo argelo‑marroquí, largamente incubado desde tiempos coloniales. Esta conflagración sirve para poner en práctica el primer experimento militar castrista de envergadura en África. La disputa se inicia en las comarcas sajarianas de Hassi‑Beida, reclamada por ambas partes y luego se extiende al sur, a las arenas de Tinduf y hacia el norte, a la zona pedregosa de Colomb‑Bechar.
Esta agria polémica, que había traumatizado la memoria de ambas naciones, tiene sus raíces en el viejo tratado colonial fronterizo de Lalla Marnia, acordado en 1845, entre el poder imperial francés y el sultán de Marruecos. Por medio del mismo se identifica arbitrariamente gran parte de la frontera con Argelia, desde la costa hasta el oasis de Teniet el-Sassi7.
No bien concluida la ceremonia de la independencia argelina, comienzan a surgir los primeros roces en los parajes de Colomb‑Bechar y Zegdou. La diferencia ideológica entre el sultán de Marruecos y la oscilación izquierdista de Ben Bella emponzoñan aún más esta fúnebre herencia del coloniaje francés. En septiembre, contingentes de Marruecos se esparcen por las pistas polvosas de Hassi‑Beida y Tinjoub. Con esta acción, Rabat fuerza una decisión argelina en todo el contencioso fronterizo. El 8 de octubre, las tropas argelinas recuperan ambos puntos para perderlos nuevamente, una semana después.
Al estallar el conflicto argelo‑marroquí, Castro siente que tendrá un papel protagónico en Argel; ofrece apoyo y solicita permiso para despachar una fuerza voluntaria simbólica. Entre otras razones, quiere borrar la irritación de Ben Bella por los pronunciamientos favorables del gobierno cubano en ocasión del reciente fallecimiento del presidente israelí Ben Zvi. En el mes de agosto, Castro envía una delegación militar a Ben Bella, encabezada por el Che Guevara, acompañado de Víctor Dreke, Harry Villegas (Pombo) y Raúl Suárez Gayol, para que coordinen la ayuda que se debe prestar.
Se envían tropas cubanas a Argelia bajo la asesoría del mayor general soviético Ciutah. El contingente es transportado en los barcos mercantes Aracelio Iglesias, Sierra Maestra y Playa Girón, y llegan al puerto de Orán el 21 de octubre. A estos buques siguen otros embarques de hombres y armamentos, por vía aérea, usando aviones turbohélices Britannia que siguen la ruta Habana‑Praga‑Argel. La fuerza cubana de choque comprende 3 batallones moto-mecanizados, 1 brigada con 50 tanques pesados T‑55, varias unidades de artillería (con un total de 2,200 soldados) y alrededor de 1,000 hombres más como tripulación de la operación y personal de apoyo.
El batallón de tanquistas cubanos y otros cazas MiG‑17 llegan en el buque González Lines el 28 de octubre8. Al mando de las tropas estaba el comandante guerrillero Efigenio Ameijeiras (un osado rebelde castrista) secundado por Aldo Santamaría Cuadrado, Dermidio Escalona, Raúl Díaz Argüelles, Samuel Rodíles, Lino Carreras, Joaquín Ordoqui, así como oficiales de la columna guerrillera de Ameijeiras. Esta situación es recogida en un artículo del escritor García Márquez9.
"Mientras Cuba es devastada por el huracán Flora, un batallón de combatientes cubanos internacionalistas va a defender a Argelia contra los marroquíes. Para la época, no hay un sólo movimiento de liberación africano que no cuente con la solidaridad de Cuba en la forma de armas y material de guerra y también en la forma de entrenamiento para técnicos y militares y civiles y especialistas. Mozambique desde 1963, Guinea Bissau desde 1965, Camerún y Sierra Leona, todos reciben alguna expresión de solidaridad y ayuda de los cubanos en un momento u otro"
El dispositivo militar cubano acude a la zona de operaciones, sin esperar órdenes del mando argelino. Asimismo, el embajador Serguera y el comisario político de las tropas Ordoqui10 justifican ante Ben Bella el por qué de una fuerza expedicionaria de tal magnitud. Argelia complementa este poderoso núcleo con una unidad de tanques y artillería de campaña enviada por Nasser. La combinada presencia cubano‑egipcia, está coordinada y aprobada por la URSS, que autoriza la remesa de material de guerra y unidades egipcias.
Nasser, está en deuda con los soviéticos, por el apoyo logístico a su voluminoso cuerpo expedicionario en Yemen del Norte. Además, debido a la alianza entre Egipto, Siria e Irak en 1963, la URSS había reforzado militarmente a estos países, en particular al primero, para que la balanza militar del Medio Oriente no se altere a favor de Israel.
Antes de asumir el mando de las operaciones en Argelia, el comandante Ameijeiras, escoltado por el embajador Serguera pasa por El Cairo para coordinar con los egipcios los detalles de la acción conjunta. El entonces jefe militar argelino, Houari Bumedién, unido al grueso de su plana mayor, desaprueba la representación militar egipcio‑cubana solicitada por Ben Bella11.
El ejército argelino traslada, apresuradamente, refuerzos por aire y tierra y se lanza a una sucesión de ataques y contra‑ataques para obtener la iniciativa en el cuadro territorial en conflicto. Las huestes cubanas, apoyadas por columnas argelinas, desbaratan los bordes delanteros defensivos del enemigo y se precipitan por la fractura a la profundidad del territorio; el 17 de octubre se ocupan los conglomerados moros de Ich, mientras se bombardean los privilegiados islotes de verdor de la región de Tindara. Con ello, se inserta la confusión entre los marroquíes y se generaliza el conflicto. Los intentos de Rabat por recuperar esta región en las entrañas del Sájara son infructuosos; Marruecos rompe relaciones con Cuba y retira su embajador de El Cairo.
El antagonismo argelo‑marroquí y la comparecencia de una columna militar castrista12 suscita ansiedad entre los estados de la zona, los cuales tratan de impedir su internacionalización, encauzando el conflicto hacia las negociaciones. Siria, Ghana, Irak, Túnez, Etiopía y Malí predican diversas soluciones y ofrecen sus oficios mediadores para atajar la maquinaria Castro‑argelina, que amenaza con extender los choques fronterizos a pleno territorio marroquí.
Salvo el caso de Egipto, Siria e Irak, que se inclinan hacia el costado argelino, casi todos los países afroasiáticos se declaran neutrales ante los dos contendientes. La Liga Árabe adopta una resolución exigiendo el cese del fuego y crea un comité de mediación. Argelia demanda un cónclave urgente de la Organización de Unidad Africana (OUA), propuesta que es impugnada por Marruecos, negada a abandonar las zonas de Hassi‑Beida y Tinjoub.
En octubre 28, se consuman en Malí las negociaciones entre los dos mandatarios antagónicos. Se acuerda un armisticio a partir del 2 de noviembre así como una franja desmilitarizada; se aconseja una reunión urgente de la OUA y la suspensión de todos los ataques verbales por ambas partes. Pese a todos los denuedos, no es hasta el 4 de noviembre que las falanges cubanas se estacionan, poniendo fin al rápido ciclo destructivo. Esta operación queda como el primer acto de participación exterior de los guerreros de Castro. Estas unidades, después de permanecer un tiempo en Argelia donde fundan cuarteles de instrucción para reclutas africanos, se transfieren al Congo Brazzaville, para montar la siguiente maniobra de envergadura en el continente africano: el Congo.
LA REVOLUCION DE ZANZIBAR
En diciembre de 1963, Inglaterra concede la independencia a Zanzíbar y Pemba13, dos virtuales atolones índicos constantemente azotados por la humedad de trombas torrenciales. El proceso fue manipulado con los magistrados musulmanes, herederos de una época extinguida, fieles colaboradores del anterior arquetipo colonial de dominación indirecta, y cedida para su regencia a un déspota sultánico. Los militantes más violentos y radicales, los estudiantes y la juventud urbana, de ascendencia persa, árabe y mulata se apiñaban en un partido elitista, el UMMA, de vocación Castro‑maoista14.
Su guía era el periodista Abderramán Mohammed (Babu), viejo fumador de opio que había sido corresponsal de la agencia noticiosa pequinesa en la zona: Sinjua. Babu tenía fuertes contactos con los chinos, aunque no era remiso con los soviéticos; sus conexiones con los cubanos datan de su estancia en Praga, y fueron canalizados por agentes soviéticos emplazados en la Federación Sindical Mundial.
La idea de promover una revolución anticolonial en Zanzíbar, se halla en las agendas políticas de Moscú, La Habana y Pequín desde fines de 1961. De forma indirecta, China, la URSS y Cuba asientan los cimientos para la futura revolución de Zanzíbar, enardecidos por las cruzadas de la descolonización africana.
La URSS establece los acercamientos con las autoridades cubanas para que el UMMA inaugure una representación en La Habana, encabezada por Alí Maffoud (marxista comorés fanático de la revolución cubana) y luego con Salím Ahmed Salím, a cargo de la secretaría política del UMMA, que viajaba continuamente por Europa Oriental. A fines de 1962 alrededor de 30 zanzibareños son trasladados en barcos soviéticos a Cuba, para recibir instrucción militar.
En medio del desenfreno de delirantes multitudes, el UMMA es declarado ilegal en los primeros días de la independencia. A fines del año 1963, el régimen de La Habana decide abrir su misión diplomática en Tanganyika con el objetivo de otear el horizonte del este africano. En diciembre de ese año, Maffoud y Babu se acercan a los cubanos en Tanganyika, informándoles que el UMMA y los 30 zanzibareños entrenados militarmente en Cuba están listos para desatar la insurrección. Se elaboró un plan factible que aprovechase la retirada militar inglesa e impidiese la consolidación del engendro sultánico, a los cuales el egipcio Nasser había prometido armas y soldados.
El 27 de diciembre, los dirigentes del UMMA sostienen una reunión con la embajada cubana en Dar es Salaam15 donde se precisa el levantamiento aprovechando la situación geográfica de las islas Zanzíbar y Pemba, y la crisis política y económica del gobierno del Sultán. En la carrera que se desata por el África Oriental, la diplomacia de Castro halla sin duda el eslabón débil de la cadena: Zanzíbar y su frágil independencia.
El Daily Telegraph detallaba entre tanto que mientras se hallaba en Dar‑es‑Salaam, durante el golpe de estado, Babu visitó frecuentemente la misión cubana16. De inmediato comienzan los preparativos revolucionarios para asaltar las brumosas guarniciones insulares. El UMMA, financiado por la embajada cubana, gestiona la compra de armas, municiones y embarcaciones. El 12 de enero de 1964, a las 6:00 de la mañana, se desencadenan las operaciones bajo el mando de John Okello, quien con parte de los zanzibareños entrenados en Cuba se apodera del aeropuerto, el palacio del Sultán y la armería; sólo la estación de policía resiste a los ataques desorganizados que lanza Okello.
La otra fase comprende la captura de la estación de radio, la detención del Sultán y altos funcionarios y la protección del puerto, donde llegará el resto de las bandas armadas17. Otro núcleo de los zanzibareños entrenados en Cuba, bajo las órdenes de Maffoud, se unió a los ataques contra la estación de Policía, cuyo jefe, el comisionado J.M. Sullivan la entrega a las 4:30 de la tarde. El Sultán, su premier, el comisionado de policía y otros miembros del gobierno, escaparon al atardecer hacia Mombasa. Se anunció el nuevo régimen, integrado por el líder del partido Afrozhirazi, Abeid Karume, el jefe del UMMA, Babu, y Abdulá Kassem Hanga, el primer estudiante africano graduado de la universidad soviética Patricio Lumumba.
Una semana después, el 18 de enero, el bloque soviético en pleno extiende su reconocimiento diplomático a Zanzíbar. La embajada cubana resultó un elemento importante en la victoriosa insurrección. A instancias de Babu se cabildea en favor del establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Democrática Alemana, para que la URSS le conceda asistencia inmediata desde sus bases en Hodeida (Yemen del Norte) y Egipto.
Sobre el rol de Cuba, Richard Beeton, corresponsal especial del Daily Telegraph en el este africano expresaría18 "pude hablar con los primeros refugiados británicos y americanos procedentes de la Isla que arribaron hoy a Dar es Salaam. Muchos de ellos expresaban que habían visto a varios cubanos armados, que hablaban español entre sí y que dirigían a los "luchadores por la libertad".[] ..fuentes de inteligencia me han confirmado que el "mariscal de campo" Okello, un ex‑Mau Mau, había regresado recientemente de La Habana..[] ..uno de los refugiados, Mr. Peter Delafosse y dos estudiantes holandeses de vacaciones en Zanzíbar, Mr. Van Vesterloo y Mr. Gouvernour, también reportaron haber visto cubanos vestidos con el traje de campaña del ejército de Castro"
Los cubanos y los soviéticos estaban descontentos con la negativa del presidente de Tanganyika, Julius Nyerere en reconocer al gobierno de Zanzíbar. Nyerere, un maestro de escuela ascendido a agorero revolucionario ungido por las masas, mantenía aún en su ejército la oficialidad británica colonial y disponía de vínculos directos con los servicios de inteligencia de Londres. Poco después se amotinan en Tanganyika dos batallones de rifleros, que estaban conectados a elementos de extrema izquierda encabezados por Oscar Kambona, canciller de Nyerere.
El levantamiento militar, desarrollado con precisión, muestra una eficiencia que no correspondía a un simple amotinamiento de soldados. No sólo fue conocido con antelación por las embajadas de Cuba y la URSS, sino que en gran medida lo habían alentado. Las embajadas del bloque soviético en Tanganyika, en especial las de Cuba y la URSS trataban de minar la posición del presidente Nyerere y lograr que lo reemplazase su canciller, Kambona, hombre clave de los soviéticos para la zona y cabeza de una red africana que cooperaba con la KGB. Sin embargo, en el bloque soviético se desconocía que Kambona era un doble agente, y que respondía también a los servicios secretos británicos.
La plataforma de los amotinados incluía reivindicaciones para los soldados, un mayor alineamiento con el bloque soviético, el reconocimiento de Zanzíbar y la separación económica y política de Tanganyika de la mancomunidad británica de naciones, el Commonwealth. En una declaración en Londres, Lord Salisbury expresó que había pruebas de que los sucesos de Zanzíbar y el amotinamiento del ejército en Tanganyika habían sido propulsados por Cuba y la URSS, con el fin de alterar todo el plano político en el África Oriental19.
Retratos de fusilados por el Castrismo - Juan Abreu
"Hablame"
"EN TIEMPOS DIFÍCILES" - Heberto Padilla
A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas
duras y nudosas
(sus viejas piernas andariegas),
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaria inútil.
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
esta es, sin duda, la prueba decisiva.
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- La ¨Rana Hirviendo¨ del Castrismo
- Los caminos hacia la Cuba post-castrista
- Los funerales del hombre nuevo
- Los múltiples síndromes del "Papá Estado" cubano
- Neocastrismo y Vaticano: liturgias y Vía Crucis. El camino de Tarzán
- Neocastrismo, diplomacia "revolucionaria" y wikiboberías
- Por un puñado de dólares
- Raúl Castro en el año del Dragón ( I )
- TRES AÑOS DE RAULISMO ( I I I, FINAL): Sombras nada más
- Unificación Monetaria en Cuba: Un arroz con mango neocastrista [1]
- Unificación Monetaria en Cuba: Un arroz con mango neocastrista [2]
- Unificación Monetaria en Cuba: arroz con mango neocastrista [FINAL]
- Vivienda y Castrismo. La mezcla se endurece
- ¿Perestroika a la cubana?
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Cuba
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Carta desde la carcel de Fidel Castro Ruz
“…después de todo, para mí la cárcel es un buen descanso, que sólo tiene de malo el que es obligatorio. Leo mucho y estudio mucho. Parece increíble, las horas pasan como si fuesen minutos y yo, que soy de temperamento intranquilo, me paso el día leyendo, apenas sin moverme para nada. La correspondencia llega normalmente…”
“…En cuanto a fumar, en estos días pasados he estado rico: una caja de tabacos H. Upman del doctor Miró Cardona, dos cajas muy buenas de mi hermano Ramón….”.
“Me voy a cenar: spaghettis con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H. Upman #4. ¿No me envidias?”.
“…Me cuidan, me cuidan un poquito entre todos. No le hacen caso a uno, siempre estoy peleando para que no me manden nada. Cuando cojo el sol por la mañana en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa… ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?”.
Quotes
"No temas ni a la prision, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo" - Giacomo Leopardi
¨Por eso es muy importante, Vicky, hijo mío, que recuerdes siempre para qué sirve la cabeza: para atravesar paredes¨– Halvar de Flake [El vikingo]
"Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir" - Lorca
"Al final, no os preguntarán qué habéis sabido, sino qué habéis hecho" - Jean de Gerson
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie" - Giuseppe Tomasi di Lampedusa
"Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras" - Giovanni Papini
"Life is what happens while you are busy making other plans" - John Lennon
"Habla bajo, lleva siempre un gran palo y llegarás lejos" - Proverbio Africano
"No hay medicina para el miedo" - Proverbio escoces
"El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar" - Sun Tzu
"You do not really understand something unless you can explain it to your grandmother" - Albert Einstein
"It is inaccurate to say I hate everything. I am strongly in favor of common sense, common honesty, and common decency. This makes me forever ineligible for public office" - H. L. Menken
"I swore never to be silent whenever and wherever human beings endure suffering and humiliation. We must always take sides. Neutrality helps the oppressor, never the victim. Silence encourages the tormentor, never the tormented" - Elie Wiesel
"Stay hungry, stay foolish" - Steve Jobs
"If you put the federal government in charge of the Sahara Desert , in five years ther'ed be a shortage of sand" - Milton Friedman
"The tragedy of modern man is not that he knows less and less about the meaning of his own life, but that it bothers him less and less" - Vaclav Havel
"No se puede controlar el resultado, pero si lo que uno haga para alcanzarlo" - Vitor Belfort [MMA Fighter]
Liborio
Para Raul Castro
Cuba ocupa el lugar 147 entre 153 paises evaluados en "Democracia, Mercado y Transparencia 2007"
Enlaces sobre Cuba:
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- Union Liberal Cubana/Seccion de Economia y Finanzas
- White House
- Yo Acuso al regimen de Castro
Cuando vinieron
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, Callé: yo no soy sindicalista.
Cuando vinieron a buscar a los judíos, Callé: yo no soy judío. Cuando vinieron a buscar a los católicos, Callé: yo no soy “tan católico”.
Cuando vinieron a buscarme a mí, Callé: no había quien me escuchara.
Reverendo Martin Niemöller
Articulos especiales
- * Analisis del saldo migratorio externo cubano 2001-2007
- * Anatomía de un mito: la salud pública en Cuba antes y después de 1959
- * Cuba: Sistema de acueductos y alcantarillados
- * ELECCIONES: Un millon ciento cincuenta y dos mil personas setecientas quince personas muestran su oposicion al regimen
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- Analisis de los resultados de la Sherrit en Cuba
- Circulacion Monetaria: Tienen dinero los cubanos para "hacerle" frente a las medidas "aperturistas" de Raul?
- Cuba-EEUU: Los círculos viciosos y virtuosos de la transición cubana [ 3] / Lazaro Gonzalez
- Cuba-EEUU: Los círculos viciosos y virtuosos de la transición cubana [ I ]/ Lazaro Gonzalez
- Cuba-Estados Unidos: Los Círculos Viciosos y Virtuosos de la transición cubana [ I I ]- Lazaro Gonzalez
- Cuba: Comercio Exterior 2007 y tasas de cambio
- Cuba: Reporte de turistas enero 2008
- Cuba: Sondeo de precios al Mercado Informal
- Estudio de las potencialidades de la produccion de etanol en Cuba
- Reforma de la agricultura en Cuba: Angel Castro observa orgulloso al Sub-Latifundista de Biran al Mando*
- Turismo en Cuba: Un proyecto insostenible. Analisis de los principales indicadores
- Unificación Monetaria en Cuba: Un arroz con mango neocastrista [1]
CUBA LLORA Y EL MUNDO Y NOSOTROS NO ESCUCHAMOS
Donde estan los Green, los Socialdemocratas, los Ricos y los Pobres, los Con Voz y Sin Voz? Cuba llora y nadie escucha.
Donde estan el Jet Set, los Reyes y Principes, Patricios y Plebeyos? Cuba desesperada clama por solidaridad.
Donde Bob Dylan, donde Martin Luther King, donde Hollywood y sus estrellas? Donde la Middle Class democrata y conservadora, o acaso tambien liberal a ratos? Y Gandhi? Y el Dios de Todos?
Donde los Santos y Virgenes; los Dioses de Cristianos, Protestantes, Musulmanes, Budistas, Testigos de Jehova y Adventistas del Septimo Dia. Donde estan Ochun y todas las deidades del Panteon Yoruba que no acuden a nuestro llanto? Donde Juan Pablo II que no exige mas que Cuba se abra al Mundo y que el Mundo se abra a Cuba?
Que hacen ahora mismo Alberto de Monaco y el Principe Felipe que no los escuchamos? Donde Madonna, donde Angelina Jolie y sus adoptados around de world; o nos hara falta un Brando erguido en un Oscar por Cuba? Donde Sean Penn?
Donde esta la Aristocracia Obrera y los Obreros menos Aristocraticos, donde los Working Class que no estan junto a un pueblo que lanquidece, sufre y llora por la ignominia?
Que hacen ahora mismo Zapatero y Rajoy que no los escuchamos, y Harper y Dion, e Hillary y Obama; donde McCain que no los escuchamos? Y los muertos? Y los que estan muriendo? Y los que van a morir? Y los que se lanzan desesperados al mar?
Donde estan el minero cantabrico o el pescador de percebes gijonese? Los Canarios donde estan? A los africanos no los oimos, y a los australianos con su acento de hombres duros tampoco. Y aquellos chinos milenarios de Canton que fundaron raices eternas en la Isla? Y que de la Queen Elizabeth y los Lords y Gentlemen? Que hace ahora mismo el combativo Principe Harry que no lo escuchamos?
Donde los Rockefellers? Donde los Duponts? Donde Kate Moss? Donde el Presidente de la ONU? Y Solana donde esta? Y los Generales y Doctores? Y los Lam y los Fabelo, y los Sivio y los Fito Paez?
Y que de Canseco y Miñoso? Y de los veteranos de Bahia de Cochinos y de los balseros y de los recien llegados? Y Carlos Otero y Susana Perez? Y el Bola, y Pancho Cespedes? Y YO y TU?
Y todos nosotros que estamos aqui y alla rumiando frustaciones y resquemores, envidias y sinsabores; autoelogios y nostalgias, en tanto Louis Michel comulga con Perez Roque mientras Biscet y una NACION lanquidecen?
Donde Maceo, donde Marti; donde aquel Villena con su carga para matar bribones?
Cuba llora y clama y el Mundo NO ESCUCHA!!!
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