El excanciller uruguayo Luis Almagro se comprometió a renovar la
Organización de Estados Americanos (OEA) para la que fue elegido este
miércoles como
nuevo secretario general, en una votación para la que concurría como único candidato.
"No vengo para administrar ninguna crisis, vengo para facilitar y
continuar la renovación" de la OEA, dijo Almagro tras ser confirmado
como el sucesor del chileno José Miguel Insulza al frente del único
organismo que sienta a todos los países del hemisferio occidental, salvo
Cuba.
Almagro, que fue elegido con 33 de los 34 sufragios emitidos —hubo
una abstención— se comprometió a ser un "incansable luchador por la
unidad americana, más preocupado en buscar soluciones prácticas
duraderas" que hacer caso a la "retórica y estridencias".
Para ello, puntualizó en posterior rueda de prensa, la OEA necesita
tener una “absoluta credibilidad política”, de modo que sea la
“referencia política inmediata” para todos los países que la conforman, y
más allá de sus miembros. Que sea una organización “que acerca
soluciones, que sirve para resolver conflictos, solucionar problemas, no
para radicalizar conflictos o para alejar soluciones”, insistió.
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Con los Obama y su esposa [izq] la sudafricana Marianne Birkholtz |
Su objetivo es, aseveró, dirigir un organismo hemisférico "cada vez más realista" en un contexto en el que
la OEA ha dejado de ser un "espacio único",
ante la competencia de organismos subregionales como Celac, Unasur,
Mercosur o la Alianza del Pacífico. Pero la OEA, subrayó ante los
Estados miembros, no es una organización más. "Abarca todo ello y la
suma deberá ser más que las partes" para lograr "resultados tangibles"
en áreas "clave para la democracia, los derechos humanos, la seguridad y
el desarrollo integral de las Américas", insistió.
No vengo para administrar ninguna crisis, vengo para facilitar y continuar la renovación de la OEA
La única sorpresa de la jornada fue el rechazo de varios países del
Caribe, apoyados por Canadá, a apoyar la propuesta formalizada por
Honduras de que Almagro fuera confirmado por aclamación. Ello llevó a
los 19 cancilleres y altos representantes reunidos en la sede de la OEA
en Washington a tener que emitir un voto secreto.
Aunque el excanciller consiguió un apoyo prácticamente unánime, el
gesto afeó —una vez más— la imagen de unidad que tanto requiere
un organismo desgastado por divisiones políticas en los últimos años.
Haber logrado un secretario general por aclamación hubiera sido
"preferible" porque esta figura "le da fuerza a la organización",
lamentó la vicepresidenta y ministra de Relaciones Exteriores de Panamá,
Isabel de Saint Malo, en una opinión compartida por México, Brasil y
Ecuador.
Superar las divisiones es una prioridad para no pocos países de la
región, como subrayó la canciller colombiana, María Ángela Holguín.
"América ha estado dividida, es hora de reparar las heridas del
pasado y construir una América unida y para todos, ese es un reto vital
para la OEA", reclamó tras la confirmación del uruguayo.
"Queremos una organización comprometida con la firme defensa de la
democracia, queremos una organización eficiente y efectiva que respalde
la vigencia del Estado de derecho y el pleno ejercicio de los derechos
humanos", resumió el resto de demandas regionales su par peruano,
Gonzalo Gutiérrez Reinel, que también instó a Almagro a "facilitar los
puentes de diálogo político y cooperación" que necesita la región.
El que fuera jefe de la diplomacia del Gobierno
de José Mujica se ha impuesto también como objetivo lograr que Cuba
regrese a la OEA
Almagro (Paysandú, 1963)
tomará el mando de la OEA
el 26 de mayo, un día después de la retirada de Insulza, quien ocupó el
cargo durante una década en la que la organización ha perdido peso ante
la competencia de organismos subregionales surgidos en los últimos
años.
Recuperar la credibilidad -y peso- de la OEA será una de las
principales tareas de Almagro, quien además deberá lidiar con algunas
crisis inmediatas, como
la situación en Venezuela.
Este asunto de hecho regresa el jueves al organismo en Washington,
donde la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, ha pedido una reunión
extraordinaria para denunciar la decisión del Gobierno de Barack Obama
de declarar una "emergencia nacional" respecto a Venezuela por
considerarla una "amenaza inusual". Caracas también pretende denunciar
las sanciones contra siete altos funcionarios venezolanos impuesta por
Washington, que ha defendido el paso como una decisión "soberana".
El que fuera jefe de la diplomacia del Gobierno de José Mujica se ha
impuesto también como objetivo lograr que Cuba regrese a la OEA. El
organismo levantó la suspensión que pesó durante décadas sobre la isla
en 2009, pero desde entonces La Habana ha rechazado regresar a una
organización que considera superada por iniciativas como la Celac, donde
sí participa activamente.
Almagro contará con el hasta ahora embajador ante la OEA de Belize,
Néstor Méndez, como su compañero de fórmula. En la segunda votación de
la jornada, el beliceño se impuso por 24 votos frente a 10 a su rival
para el cargo de secretario general adjunto de la OEA, el embajador de
Guyana, Bayney Karran.
Almagro: la OEA debe apoyar el acercamiento entre Cuba y EE UU
La Organización de Estados Americanos (OEA) tiene la “obligación” de
seguir el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba y “generar una agenda
positiva” para que la isla regrese también al organismo hemisférico,
sostuvo el secretario general electo, Luis Almagro.
“Queremos una participación cubana” en la OEA, reiteró Almagro tras
ser elegido como nuevo jefe de la organización interamericana. El
excanciller uruguayo ha hecho del regreso de Cuba a la OEA -de la que
fue suspendida en 1962, penalización que se le levantó en 2009- una de
sus prioridades para los próximos cinco años que permanecerá al frente
del organismo.
Cuba podría hacer “aportes esenciales” a la OEA en temas como
educación o salud y “redimensionaría” el organismo que solo tiene una
silla vacía, la cubana, señaló.
Aunque Almagro no asumirá su nueva función hasta el 26 de mayo,
destacó la importancia de que se avance en este objetivo desde la Cumbre
de las Américas de Panamá en abril, adonde Cuba acude invitada por
primera vez.
"La Cumbre de las Américas tiene que ser el motor determinante" del
acercamiento a La Habana, se deben ver cuáles son las “mejores
condiciones de cooperación entre Cuba y la OEA”, insistió. “Si logramos
remover cada uno de los problemas que puede haber en ese acercamiento,
tendremos buenas condiciones como para que Cuba empiece a gastar su
silla en la OEA”, confió.
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