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Alfredo Izaguirre Rivas (1938-2014) |
Por Jorge Gutiérrez Izaguirre
Ha muerto el periodista y ex prisionero político Alfredo Izaguirre
Rivas, una de las figuras más lúcidas, valientes y sufridas del exilio
cubano.
Izaguirre Rivas fue despedido por familiares y amigos que estuvieron a
su lado en los más difíciles momentos de su vida. El guerrero que fue
en los días de la prisión en Cuba y luego en una larga batalla de 29
años para sortear las trampas de una salud demasiado dañada, falleció el
pasado 30 de mayo en un hospital de Miami. Estaba impedido del habla
por una embolia masiva, ocurrida el 30 de noviembre de 1985, pero
mantuvo claridad mental hasta el último día de su existencia.
Con la muerte de Alfredito, como era conocido entre sus allegados, se
va también una porción importante de la historia republicana y un
testimonio de primera mano sobre el enfrentamiento decidido de una
generación de jóvenes cubanos al régimen de Fidel Castro desde sus
primeras acciones en el poder.
Izaguirre Rivas nació en La Habana el 11 de octubre de 1938 en el
seno de una acaudalada familia. Era sobrino nieto del magnate Alfredo
Hornedo Suárez, propietario de los periódicos Excelsior y El Pais, e hijo de Rosa Rivas Maruri y Alfredo Izaguirre Hornedo, codueño del diario El Crisol, junto a Julio González Rebull.
Director de El Crisol
Se graduó de bachillerato en la Escuela de La Salle del Vedado, en
1956, y comenzó a estudiar Derecho en la Universidad Santo Tomás de
Villanueva, y Periodismo en la Escuela de Periodismo “Manuel Márquez
Sterling”, en La Habana.
Desde esa época comenzó a familiarizarse con las tareas de El Crisol.
Al producirse la llegada de Castro al poder, no tardó en incorporarse a
las tareas conspirativas para derrocarlo. Tras contactos con la
Embajada de Estados Unidos y con miembros de la resistencia interna,
arreciaron sus labores de oposición. Con apenas 22 años, asumió la
dirección de El Crisol hasta su clausura en junio de 1960.
Viajó a Estados Unidos, estableció contactos con los exiliados y
regresó a Cuba, donde poco después recibió armas por vía aérea para
apertrechar a la resistencia interna. En 1961 se le unió como su
radiotelegrafista Jorge García Rubio, fundador y miembro de los teams de infiltración de la Brigada de Asalto 2506.
Fue así que junto a miembros de la dirección del Movimiento de
Recuperación Revolucionaria (MRR) y otras organizaciones se involucra en
la preparación del Plan Patty, que consistía en la realización de un
atentado a Raúl Castro en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1961 y
otro atentado simultáneo a Fidel Castro en la Plaza Cívica (hoy Plaza de
la Revolución), combinados con un ataque con morteros a la Base Naval
de Guantánamo para forzar la participación americana.
Condenado por la Operación Patty
Pero el plan abortó debido a un Comandante en activo de la Marina de
Guerra, de apellido Saborí, que fue infiltrado por el G2. Izaguirre fue
arrestado en el Edificio FOCSA el 18 de julio de 1961, al igual que el
coordinador nacional del MRR y otros involucrados en otras zonas del
país, incluyendo Santiago de Cuba. En el G2 fue presionado y sometido a
varios simulacros de fusilamiento para que hablara, pero todo fue en
vano. Ni uno solo de los involucrados en el atentado que Saborí no
conocía resultó capturado.
El 2 de febrero de 1962 fue sometido a juicio junto a Octavio Barroso y
José A. Muino, y los tres resultaron condenados a pena de muerte. Esa
misma noche y ya en capilla, lo fueron a buscar para informarle que su
sentencia había sido conmutada por la de 30 años de cárcel.
Cuando en junio de 1964 se implantó el plan de trabajo forzado
“Camilo Cienfuegos” en el Presidio de Isla de Pinos, se negó. La
Circular 4 del presidio fue la única que no había asumido el programa de
reeducación y el jefe de ese plan, Teniente Morejón, llamó
personalmente a Alfredo, quien le reiteró su negativa al trabajo
forzado. Fue inmediatamente apartado y lo llevaron al lugar conocido
como La Mojonera donde se descargaban todas las aguas albañales. Le
dieron una lata y le ofrecieron extraer excremento a modo de
humillación. Como también lo rechazó, fue objeto de una golpiza brutal,
que le dejó el cuerpo totalmente amoratado por los golpes y tuvo que ser
hospitalizado. Al salir del hospital, lo llevaron a las celdas de
castigo.
Estando allí y posiblemente debido a las denuncias internacionales,
lo fueron a ver militares que le dijeron si él quería hacer una denuncia
contra los que lo golpearon, a lo que contesto que No, pues en la
denuncia tendría que poner primero a Fidel Castro, Ramiro Valdés y
otros altos jerarcas del régimen. Estuvo en celdas de castigo por más
de dos años hasta la desaparición del Presidio RM, en 1967.
Tras 18 años de cárcel
En octubre de 1978, su madre, Rosa Rivas de Izaguirre integró el
primer viaje del grupo de los 75 en el llamado diálogo, promovido por el
banquero Bernardo Benes. Ella logró hablar con Castro y le pidió por
Alfredo. El 19 de noviembre de ese año, le permitieron casarse con su
novia María de los Ángeles Munero (hija del también preso Armando
Munero), en el combinado del Este de La Habana. Dos días después fue
puesto en libertad y llegó a Miami con su esposa y su madre, a bordo de
una avioneta particular, el 26 de noviembre de 1978. Quedaban atrás 18
años de prisión en la patria que nunca volvería a pisar.
En octubre de 1979, Alfredo acudió a la Asamblea General de la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en Toronto, donde recibió el
Premio “Pedro Joaquín Chamorro” de manos de su viuda, Violeta Chamorro.
En esa ocasión se dirigió al plenario para denunciar al régimen y
reclamar la liberación de otros colegas presos en Cuba. Un año después
la SIP le concedió la Medalla de Héroe de la Libertad de Prensa, máxima
distinción que otorga esa agrupación del periodismo en el hemisferio.
En mayo de 1981 nació en Miami su único hijo, Alfredo Jr, quien hoy es un prominente abogado.
En pleno activismo político en el exilio, sufrió un ataque
cerebrovascular en 1985, con la secuela de pérdida del habla. En
septiembre de 1986 el presidente Ronald Reagan le envió una carta de su
puño y letra elogiando su trayectoria y deseándole pronta recuperación.
No se escatimaron esfuerzos y gestiones para tratar de retornarlo a
sus plenas facultades. En agosto de 1987 se realizó un maratón de
recaudación de fondos para llevarlo a Londres y someterlo a una
operación experimental.
El 13 de marzo de 1997, la Ciudad de Miami proclamó el Día de Alfredo Izaguirre.
Los últimos 14 meses de vida estuvo al cuidado de su hijo Alfredo, quien
asumió la atención del padre en su propia casa, dos meses después de
haber contraído matrimonio.
Adiós Alfredo Izaguirre Rivas, hombre honesto, guerrero tenaz y cubano inclaudicable.
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