Puerto Mariel, izq la ZED/ Google Earth |
Antes bien, se ha estado avivando desde que La Habana entendió que muchas experiencias del establishment partidista de Hanoi le servían para estimular la economía y llevarse la tajada del león sin arriesgar el poder. Y desde que ha estado viendo, con ojos de carnero degollado, cómo engorda sin parar la billetera del “partner” indochino.
CORNUDO Y CONTENTO
Por ejemplo, el gobierno de la isla ha camelado a Brasil para que aporte más de 600 millones de dólares de los 900 que cuesta crear la Zona Especial de Desarrollo (ZED) de Mariel, un lugar a las puertas de EE.UU donde además de un enorme puerto de contenedores se ofertará mano de obra barata, saludable, de alta calificación y sin derechos laborales.
Un par de empresas del principal inversor han anunciado sus intenciones de establecerse en la ZED cubana y el miércoles el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Fernando Pimentel, justificó la inversión alegando que Cuba está en fase de transición hacia una economía de mercado y que, cuando eso ocurra, Brasil podrá beneficiarse por el apoyo que está ofreciéndole a la isla.
Sin embargo, según la Voz de Vietnam, ha sido ese país asiático –-no Brasil— “el primer país elegido por Cuba para proponer sobre la zona de Mariel”. La web de esa radioemisora oficial reporta que un seminario titulado: “Promoción de la zona especial de desarrollo Mariel” se realizó el 18 de septiembre en Hanoi para presentar las potencialidades de inversión en esa área.
La importancia que le concede La Habana a la participación anamita es signada por el nivel de sus enviados: fue el propio Rodrigo Malmierca, ministro cubano del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, quien formuló la invitación a empresas vietnamitas para invertir en Cuba en áreas como petróleo, energía renovable, envase de productos, la agropecuaria y el turismo, y aprovechar las ventajas del proyecto de zona económica de Mariel en ejecución.
Se espera que la primera fase de la ZED entre en funcionamiento en abril del 2014.
TODO BAJO CONTROL...MILITAR
Las relaciones entre ambos países se han estado estrechando recientemente no sólo en el ámbito económico e ideológico, sino incluso en el jurídico y el de la informática, dos aspectos en los que La Habana tendrá que apurarse para implementar su plan de desarrollo del capitalismo de Estado controlado por las capas privilegiadas de la burocracia castrista. No es coincidencia que la entidad con quien hay que tratar lo relativo a la ZED sea la empresa “Almacenes Universales”, perteneciente al holding empresarial “GAESA”, que es dirigido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Una de las primeras medidas jurídicas dirigidas a allanar el camino fue la puesta en vigor a principios de año, por parte del Ministerio de Finanzas y Precios de Cuba, de una resolución publicada en la Gaceta Oficial a fin de establecer que el puerto de Mariel y las maquilas que se creen allí gozarán de un régimen aduanero especial para producir mercancías de alto valor agregado, destinadas a la exportación y la venta en las zonas de libre comercio.
Maquilas, un formato productivo con el que los vietnamitas, exprimiendo a sus trabajadores, le están arrebatando inversores incluso a la atractiva economía china, la de mayor crecimiento sostenido en el mundo.
Un reportaje de la Televisión Cubana muestra a Raúl Castro siguiendo muy de cerca la construcción en El Mariel.
SON LAS INVERSIONES, ESTÚPIDO
Otra importante modificación jurídica que Cuba viene anunciando hace dos años, será la promulgación de una nueva Ley de Inversión Extranjera. Y Vietnam podría ser el modelo: desde 1987 cuando autorizó empresas mixtas 50-50, hasta 2002, experimentó un proceso de liberalización de la Inversión Extranjera Directa (IED) y luego, el salto de un año a otro ha sido notable: solamente en el primer semestre de 2008 el incremento fue de 370 por ciento con relación al mismo periodo de 2007.
En un país que fuera eminentemente agrícola proliferan ahora fábricas de alimentos procesados, ropa, calzado, maquinaria, minería, acero, cemento, fertilizantes, vidrio, llantas, aceite y papel. Sin contar con que, en la agricultura, se ha convertido en segundo exportador del mundo de arroz (después de Tailandia) y (después de Brasil), de café, el mismo grano aromático que según Raúl Castro Cuba les enseñó a cultivar y ahora tiene que importar de Vietnam para cubrir en alguna medida el consumo nacional.
¿POR QUÉ ELLOS SÍ Y NOSOTROS NO?
Pero el interés de Castro por Vietnam también pasa por una proyección tentativa a futuro: tras librar una larga guerra y perder más de 50.000 hombres en el país asiático, Washington le levantó el embargo a Hanoi en 1994. En 2000, firmó con Vietnam un Tratado de Libre Comercio. En los nueve años siguientes las exportaciones vietnamitas a EE.UU. se multiplicaron por 15, y Estados Unidos es hoy el primer socio comercial de su antiguo enemigo.
Como aseguró el ministro brasileño Pimentel, el gobierno cubano está promoviendo obras como las del puerto de Mariel, que será el mayor de Cuba, y la modernización del aeropuerto de La Habana, a fin de prepararse para el momento en que Estados Unidos levante el embargo
El Doi Moi o proceso de renovación económica iniciado en Vietnam en 1986 significó un claro paso de avance respecto al inmovilismo anterior, como parecen serlo, salvando las distancias, las reformas penosamente introducidas en Cuba bajo el sucesor de Fidel Castro. Los vietnamitas tienen ahora más poder adquisitivo, son menos pobres y más sanos.
Sin embargo, casi 30 años después, como el perro desertor del cuento de la era soviética, siguen sin poder "ladrar". Algo que –pregúntenle a Sonia Garro-- parece encajar perfectamente en el sueño de Raúl Castro. Ojalá que no se le cumpla.
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