"La corrupción en Cuba ha avanzado hasta tal punto que se ha convertido en un fenómeno generalizado que alcanza a altos funcionarios, miembros del Partido Comunista Cubano y profesionales sin adscripción política", citó El País sobre cables de 2006 y 2007 de la Sección de Intereses de Washington en Cuba (SINA), cuyo jefe era entonces Michael Parmly,
Según los cables, las prácticas corruptas incluyen "soborno", "malversación de los recursos estatales", trampas contables y "comisiones ilegales cobradas por funcionarios a cambio de concesiones y cuyo monto es depositado en cuentas abiertas, a su nombre o al de personas interpuestas, en bancos extranjeros".
"Hay instalaciones del Estado que son administradas, de hecho, por mafias (en sectores como el turismo y la construcción) Como en cualquier lugar en el mundo, un contrato de un millón de dólares supone (para el comisionista cubano) 100.000 dólares en el banco", dicen los reportes.
El periódico agrega que de acuerdo con los cables esos dirigentes corruptos no son tanto de la cúpula revolucionaria sino funcionarios "pragmáticos que se han hecho un espacio dentro de un rígido sistema comunista".
La información enviada al Departamento de Estado por la SINA señala que en Cuba, donde el Estado controla más del 90% de la economía, el robo y la corrupción -para nutrir el mercado negro- "son un mecanismo de supervivencia", debido a los bajos salarios.
"Las autoridades toleran las corruptelas de supervivencia hasta cierto punto, pero cuando saben de desvíos importantes actúan con severidad", añadieron los reportes.
Señalan que muchos de los puestos potencialmente más rentables suelen ser asignados sobornando al funcionario que decide y que los policías "son famosos por aceptar sobornos".
El gobierno de Raúl Castro lleva a cabo una ofensiva contra la corrupción y el robo de recursos al Estado, y creó una poderosa Contraloría General.
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