Poco mas de un millon de personas se dieron cita para presenciar el primero de los desfiles. Nada tengo contra el orgullo gay, ni contra la orientacion sexual de las personas, pues otros son los parametros para definirlas, pero el exhibicionismo, el "mal gusto" y la exacerbacion de la boberia reprimida, se dan de la mano para presenciar un lamentable espectaculo.
Solo el aburrimiento congenito de Toronto hace de esta metropoli el lugar ideal para un fenomeno como este. Importantes politicos federales y provinciales, el alcalde de la ciudad, el jefe de la policia y otras personalidades abren orgullosos el desfile, mostrando una tolerancia sustentada en lo "politicamente correcto".
Tolerancia si, boberia no. Los que tengan problemas de emociones reprimidas y que necesitan un escape anual, les recomiendo que lo practiquen diariamente y hagan un desfile que verdaderamente nos llene de orgullo a todos los torontianos.
Por primera vez en 30 anos, el gobierno federal decidio suspender los fondos financieros con que se organizaba el mismo.
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