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Se dice que Miami está lleno de ustedes, que cuando se termine aquello habrá sorpresas en Miami. Algunos de ustedes han de llevar décadas de décadas en la decadente Miami que han venido a cubrir en cubierta profunda, encubiertos con identidades y profesiones que le asignó el G no se qué o el M no se cuanto.
Aquí han podido usar los cubiertos que en Cuba casi no usaban. Allá se comían un trozo de pizza o un pan con pan y va que chifla. Recuerdo aquel chiste del espía que reportó a La Habana lo atrasado que estaba Miami, donde la gente comía lo que se comía en Cuba en 1959.
Algunos de ustedes son espías en el sentido tradicional de la palabra y otros son agentes de influencia, dedicados a despistar y dividir. Han hecho un gran trabajo y han ayudado a que Cuba retroceda a niveles haitianos y no cese el sufrimiento del pueblo, especialmente del sector del pueblo que piensa.
El FBI sabe quiénes son ustedes. Ustedes saben que el FBI sabe quiénes son ustedes. Y los Castro saben que ustedes saben que el FBI sabe quiénes son ustedes. Supongo, luego entonces, que ya no es necesario mucho misterio. El FBI quiere tenerlos localizados para no tener que empezar en cero si los recoge –los americanos son muy prácticos. Así que ustedes pueden relajarse y hacer su trabajo en Internet, ese gran regalo del Pentágono a la humanidad que su gobierno mantiene lejos de la cubanidad.
Aquellos entre ustedes que son agentes de influencia pueden seguir escribiendo comentarios tendientes a desprestigiar a los opositores, a levantar calumnias y columnas (quintas) que obstaculicen la labor de los que desean que la normalidad en Cuba no sea que nos alquilen la Isla o los parientes, sino que haya libertad como la gozan ustedes en Miami. Pero este trabajo se puede hacer desde Cuba, sin tener que gastar tanta escasa divisa en tenerlos en Miami. Así que llamadas a la radio en Miami es algo que todavía pueden seguir haciendo, aunque quizás puedan llamar desde Cuba y ahorrarse el gasto.
Pero los que son agentes de influencia de mayor envergadura están en Nueva York y en Washington, influenciando a que las ovejas permitan que se las coma el lobo, “lobistas” de verdad. Deben seguir logrando que no se le tema a Cuba militarmente, que se le dé crédito para comprar en EE.UU. y que puedan ir todos los “fellow travelers” a Cuba a usar los hoteles controlados por la Mafia de Madrid y no de Miami.
Ahora con los círculos bolivarianos y con los consulados del ALBA en Miami ha de facilitarse mucho todo el jelengue de pasarse notas y bolsas de dinero. Es una panacea ser espía cubano en Miami, con los gastos pagos, jama y trabajo entretenido entreteniendo a los que desean que avance el avance de nuestro pueblo y sin preocupación de que el FBI los moleste. Una relación simbiótica, ustedes los parásitos y la sociedad americana de huésped.
Y refuerzos, fáciles de enviar, sólo hay que cruzar la frontera, no hay ni que ganarse el bombo. Interesante que los mejores trabajitos para los comunistas cubanos son en la capital del capitalismo (NY), la capital de la Yuma (DC) y la capital del exilio (SW). Cierto que se arriesgan a la pena capital, pero casi seguro que lo peor que les puede pasar es un presidio con tres comidas calientes al día y siendo héroes en Cuba.
“He vivido en el monstruo y conozco sus entrañas” es el lema martiano de los espías.
Pero ¡qué bien se vive de parásito en sus entrañas! Espías cubanos retirados en la Florida.
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