3 de Enero del 2012
Querido Santo Padre Benedicto XVI: Reciba un fuerte abrazo fraterno, en Cristo Jesús.
He recibido con profunda alegría, la noticia oficial, con la confirmación de su próxima visita pastoral a Cuba, en Marzo. !Bendito sea Dios por concedernos la gracia y bendición, de su visita apostólica! ¡Gracias por venir a compartir con nosotros la alegría de este año especial, en el que celebramos el 400 aniversario del hallazgo y presencia de la imagen de la Virgen de la Caridad, reina y patrona del pueblo cubano! ¡Gracias por aceptar ofrecernos el Testimonio de su Fe profunda en Cristo y de su amor por la Iglesia cubana! ¡Gracias por aceptar el encuentro personal con las Autoridades cubanas y con el pueblo, en general; con nuestra realidad compleja, religiosa, atea y con la situación socio-económico y política, después de 20 años de crisis económica, moral y espiritual (Período Especial).
Cuba necesita mucho de su manera valiente y particular, de predicar el Evangelio de Jesús de Nazaret. Personalmente me considero su discípulo. Su pensamiento Teológico, los Documentos del Concilio Vaticano II, y la Doctrina social de la Iglesia han marcado hondamente mi vida, como laico cristiano, como cubano y como prisionero político. He estudiado y meditado todas sus encíclicas y he leído dos de sus libros y entrevistas, que le han hecho. Reconozco en usted, a un maestro extraordinario.
Las expectativas de su visita, son amplias. Más intensas obviamente, en las comunidades cristianas, en general, en el sector intelectual, académico y en la dirección civil y militar del país, integrada por personas ateas.
Aquí en la compañía 2215, de 30 reclusos comunes y un prisionero político, de la prisión Combinado del Este, percibo escepticismo y hasta indiferencia. Los jóvenes y los menos jóvenes, no ven en qué sentido, la visita del Papa, pueda marcar una diferencia para sus vidas como presos, y para el país. No los juzgo, ni los culpo por su apatía, que es la misma hacia la política interna y externa. Casi 31 años de ateísmo oficial, han distanciando a los padres cubanos y a sus hijos de Cristo Jesús. Todavía no se encuentran a laicos católicos, con una vida religiosa pública y activa, en liderazgo histórico de la Revolución, en el Consejo de Estado y de ministros, o en los principales mandos militares. Subsisten situaciones de discriminación religiosa, a las cuales se han referido en parte, el Presidente Raúl Castro Ruz, y que tienen su origen, en prejuicios ideológicos y conceptos, que relegan a la Fe, a una experiencia existencial privada. En esencia, es la misma situación que encontró, en su momento, el Beato Juan Pablo II cuando nos visitó en Enero del 1998.
Su visita en Marzo será una importante contribución, a los esfuerzos para despejar dudas, temores sobre el accionar de la Iglesia cubana y de la propia Santa Sede; para restablecer confianza mutua Estado-Iglesias, en un momento particularmente sensible, en lo político, porque la revolución democrática en el Norte de África y en el medio oriente, así como los sacrificios de la ONU, para hacer valer el principio de la Responsabilidad( de los Estados miembros) de Proteger a sus poblaciones de violaciones graves y continuadas de los derechos humanos y de crisis humanitarias provocadas por catástrofes naturales o por los gobernantes, están siendo recibidos con desconfianza y hasta con un rechazo tácito, por las Autoridades cubanas, que son enemigas de los procesos sociales, que puedan a la larga, desestabilizar también el régimen Unipartidista en Cuba. Usted puede ayudar a iluminar desde la Fe, los razonamientos del liderazgo histórico, ayudarles a discernir, en una coyuntura, en la cual, amenazan con resurgir los fantasmas, los odios, prejuicios y posiciones de control e intolerancia de la guerra fría, y que siempre terminaron lacerando la libertad religiosa y de culto.
Solo Cristo, salva desde adentro de los corazones, y desde el amor. ¡Que Dios bendiga su visita, y que le conceda, expresar de forma clara y comprensible, el llamado y su sentido profundo, de ¡No teman abrirles el corazón a Cristo!, que ya una vez, articularon los labios temblorosos del Beato Juan Pablo II, cuyo español, se resentía, entonces, por las huellas de las enfermedades y del atentado, que melló su salud!
¡Que Dios lo bendiga, a Usted, a sus acompañantes, a nuestros queridos obispos, y a todos los que harán posible su visita a Cuba!
Reciba el saludo fraterno, de los presos políticos y comunes.
Prisionero político y laico católico Ernesto Borges Pérez
Prisión Combinado del Este. La Habana, Cuba.