Lo que dijo Fidel hace medio siglo que el Granma no publica hoy
"Buscamos esa libertad en que todos tengamos derecho a pensar, a escribir, a reunirse. Y aunque sea en una esquina, ese hombre se pueda expresar (...) sin que se lo lleven a la estación de policía."
David Perdomo | 2-4-2009 | 170 lecturas | 2 comentarios
www.kaosenlared.net/noticia/dijo-fidel-hace-medio-siglo-granma-no-publica-hoy
Desde que empezó el año, el periódico Granma ha estado publicando fragmentos de intervenciones de Fidel que cumplen medio siglo. Hoy se cumplen 50 años de unas declaraciones suyas con las que no ha sido consecuente. Curiosamente el Granma impreso obvia su intervención del 2 de abril de 1959, no así el digital, aunque descarta los fragmentos a los que hago referencia e incluyo a continuación. El sitio oficial de los discursos e intervenciones de Fidel (http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/) también excluye la mencionada intervención. Las declaraciones del Fidel de entonces hablan por sí solas. Lástima que no haya sido consecuente con ellas:
Fidel Castro Ruz
Ante la Prensa, CMQ TV, La Habana, 2 de Abril de 1959
"La Democracia es derecho para unos y para otros, que se discutan todas las teorías, todas las prédicas que se escriban, que se discutan, porque el hombre es razón y no fuerza, el hombre es inteligencia y no imposición y no capricho, que se hable, que se discuta, que lo que nosotros estamos buscando en esa libertad donde todas las ideas se discutan, en que todos tengamos derecho a pensar, libertad para escribir, libertad para reunirse, para todos los actos lícitos y legales. El hombre es verdaderamente demócrata... Y aunque sea en una esquina y donde lo oigan 20 personas si no lo pueden oír 100, ese hombre pueda expresar su pensamiento. Y si quieres sacar en mimeógrafo una tesis política que la imprima y la reparta en la Universidad sin que se lo lleven a la estación de policía ".
Lo que publica el Granma digital:
Soy mucho más amigo de la actuación sencilla, natural, que de todas las cuestiones protocolares
El 2 de abril de 1959, Fidel Castro comparece nuevamente en el programa de televisión Ante la Prensa. El primer periodista en interrogarlo, le pregunta a qué obedece su decisión de ir a los Estados Unidos en viaje privado y no de carácter oficial. Fidel responde:
[...] No hay ningún misterio en la visita mía a los Estados Unidos y le voy a explicar cómo ocurrió la idea de la visita.
Había recibido anteriormente infinidad de invitaciones a una serie de programas, de conferencias de prensa y de instituciones en los Estados Unidos, realmente no las había aceptado con motivo de lo ocupado que estaba aquí. También fui invitado por otros países, como Chile, por ejemplo, y no he podido disponer de tiempo para hacer el viaje; pero hasta que me hicieron una invitación la Asociación de Editores, que anualmente celebra una conferencia en Washington, que es una Asociación de Editores numerosa. Me invitaron a la conferencia de este año para comparecer allí, hablarles y responderles a sus preguntas. Entonces, yo, que había rechazado numerosas invitaciones, decidí aceptar alguna para que no se pudiera interpretar que estuviera en mi ánimo rehuir un interrogatorio o rechazar sistemáticamente cualquier invitación que me hicieran, y acepté esa.
Esto precisamente está de acuerdo con mi manera de enfrentar los problemas y precisamente cuando se levantó la campaña contra Cuba en los primeros días del Gobierno Revolucionario, convocamos a una reunión de periodistas aquí en Cuba, sencillamente para responder a todas las cuestiones que tuvieran relación con la política cubana y con la Revolución nuestra, precisamente porque no tememos enfrentarnos a ningún tipo de interrogatorio, con facultades para hacernos todas las preguntas que estimen pertinentes, porque no hay preguntas indiscretas en la opinión pública.
Preguntas indiscretas pueden existir para los gobiernos cuando no están claros, cuando no tienen sus ideas muy claras, porque si en otra ocasión ha sido de interés reunir a los periodistas, tiene que ser de interés que se reuniera aunque no sea en Cuba un grupo numeroso de periodistas para una conferencia de prensa, y con ese criterio acepté la invitación. Yo no era todavía primer ministro cuando me hicieron la invitación [...]
Posteriormente vino la designación de primer ministro y siguió pendiente la invitación, la que no tengo ninguna razón para rechazar ya que tengo las mismas razones que tenía aquellos días para comparecer en esa conferencia, y no he variado de opinión.
El hecho de que hubiera aceptado que fuera como visita privada, en esto actué como cuando actúo en todas mis cosas. Soy mucho más amigo de la actuación sencilla, natural, que de todas las cuestiones protocolares. No tuve ninguna se-gunda intención al aceptar aquella invitación; me invitaban editores de periódicos; de acuerdo con mi línea revolucionaria y mi posición sobre la libertad de prensa, mi disposición a responder sobre todas las cuestiones del gobierno, me parecía correcto aceptar esa invitación.
Mis pronunciamientos en los Estados Unidos no pueden ser distintos de los que he formulado aquí. He hablado con claridad sobre la mayor parte de los problemas revolucionarios que interesan a Cuba y pueden afectar a ciertos intereses aquí en Cuba.
Allí muchas cuestiones se tocarán, entre otras cosas, uno de los puntos y problemas que más han servido como arma para atacar a la Revolución: el problema de los fusilamientos. Todas esas cosas se abordarán allí.
Y la ventaja que significa poder decir allí muchas cosas que, dichas aquí, los cables las cambian y las presentan de un modo distinto; porque ustedes saben que una misma noticia hay muchas maneras de plantearla y puede ser completamente transformada en el camino, y sin duda, que los pronunciamientos míos y las cosas de Cuba han sido constantemente alteradas y publicadas de una forma que se aparta de la verdad.