"Me han contado anécdota deliciosa sobre el bueno de Randy, el aquiescente Randy. No es nueva, pero no la conocía y supongo otro tanto ocurra con muchos lectores. La fuente es de primera mano, y me la callo por razones comprensibles.
Se casó Kcho el pasado febrero. (No lo anoté, pero juraría que fue el 22 de febrero.) Raúl Castro le deja su casa en Varadero para fiesta y posteriores.
Se reúne allí toda la jet set del castrismo tardío. Todos y todas las luminarias.
A Randy, sin embargo, no lo invitan, pero él, ay, se aparece solito, y ya que fue no era cosa de hacerle el feo al feo Randy, de manera que lo dejaron pasar.
Ron por aquí, whiskey por allá: la fiesta del inefable Kcho fue todo un «suceso», que dirían del otro lado del Atlántico.
Y llegó de pronto Castro II. Los invitados se ponen en fila para darle la mano. También Randy.
Raúl avanza, saluda, abraza, y le llega el turno a Randy en la cola del besamanos.
Randy sonríe con esa sonrisa tan suya y extiende la mano.
¡Y OCURRE LO QUE SIGUE!
Raúl lo mira y le dice alto y delante de todo el mundo:
–A ti yo no te doy la mano porque tú eres un mentiroso".