“Se tiraron con la guagua
andando”, dice un comentarista sobre la foto de unos lujosos regalos
navideños publicada en la página de Facebook que el reguetonero cubano Gilberto Martínez Suárez mantenía en la Web bajo su nombre artístico de Gilbert Man.
La frase del argot popular cubano se le podría aplicar al uso que
Suárez hizo de dineros que, al menos en parte, obtuvo ilegalmente en
Estados Unidos mediante el uso de tarjetas de crédito falsas y robo de
identidades.
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Carnet de Identidad expedido en Cuba a Gilberto Martínez Suárez en marzo del 2014 |
Por ello fue acusado en
el condado floridano Miami-Dade
en septiembre pasado, y antes, en mayo del 2013, en el condado de
Martin. Pero pagó una fianza y escapó a Cuba. Diez meses después las
autoridades de la isla le expidieron un carnet de identidad que fue
mostrado, al destapar la historia la semana pasada, por el programa
Las Dos Orillas del canal America Teve.
Pero la ropa de Gucci y zapatos y accesorios de Louis Vuitton
mostrados en las fotos palidecen ante el despliegue de ostentación,
comparable a la de un capo de las drogas, que Suárez
hacía rutinariamente desde Cuba en las redes sociales. En especial desde
la mansión habilitada con muebles importados y baldosas españolas que
construyó en el suburbio habanero de Guanabacoa: rejas
de hierro forjado, piscina con bar y jacuzzi, un enorme garaje donde
mantenía entre otros vehículos dos motocicletas y al menos cinco autos,
todos modernos y caros (un Camaro, un Saab, un Hyundai, un Audi y un
BMW); y hasta un par de pavorreales en el jardín.
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Ostentación: parte de su dinero lo obtuvo Gilbert Man de fraudes con tarjetas de crédito en EE.UU. |
El alarde incluye una foto de Gilbert Man con varios fajos de dólares entre su bíceps y su antebrazo derechos, y un
reguetón donde aparece ante una virtual alfombra de billetes verdes y dice tener “mucho dinero en el banco”.
La noticia, sin embargo no es ésa: se había vuelto habitual para las
autoridades estadounidenses descubrir que cubanos acusados en
Estados Unidos de fraudes al Medicare, a las compañías de seguros de
autos o a las tarjetas de crédito, huían a la isla a disfrutar de lo
robado, con la seguridad de que nunca serían molestados ni extraditados.
En algunos casos transferían su botín a bancos cubanos, como en el de
Jorge Emilio Pérez, quien a través de su compañía de envío de dinero Caribbean Transfers, envió a la isla 30 millones de dólares.
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Fuerzas élite del MININT custodian la casa allanada del fugitivo de la justicia de EE.UU. Gilberto Martínez Sánchez (ATV). |
La noticia es justamente que Suárez, uno de estos fugitivos fue
detenido por fuerzas élite del Ministerio del Interior dos días después
de que el diario
Sun-Sentinel de
Fort Lauderdale publicara el fruto de un año de investigaciones,
incluidas las que realizó en Cuba, sobre este “ferrocarril subterráneo”
de la delincuencia que, según el diario, denota un abuso de la Ley de
Ajuste Cubano.
Y también menos de un mes después de que los gobiernos de Cuba y
Estados Unidos anunciaran su intención de restablecer y normalizar sus
relaciones.
En noviembre, Gilbert Man había convencido a la revista cubana de entretenimiento Vistar de que
había regresado a Cuba como un hombre de negocios atraído "por el olor
de la isla" y con el propósito de ayudar a impulsar la música urbana.
En un
reportaje sobre el caso publicado este sábado el
Sun-Sentinel
señala que en las últimas dos semanas el Servicio de Alguaciles de
EE.UU. ha estado compilando una lista de fugitivos que se cree se
encuentran en Cuba. “Por si acaso cambian las cosas”, dijo al diario el
portavoz del servicio, Barry Golden, refiriéndose a la posibilidad de
que el gobierno de Cuba acceda a extraditar a los fugitivos de la
justicia estadounidense, o al menos a los que no considera perseguidos
políticos. Golden indicó al Sentinel que “parece que [Suárez] ha sido
detenido”.
A diferencia de los delincuentes profesionales, Gilbert Man, de 28
años, adorado según consta en su Facebook por fans y cobeneficiarios de
su malhabida riqueza, se incineró en la hoguera de las vanidades,
convirtiéndose en el chivo expiatorio perfecto.
Queda por ver si en los nuevos tiempos que corren será enviado de
regreso a enfrentar la justicia de EE.UU. Y si después de él otros
seguirán regresando. Esposados.
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