Además de su trabajo como educador organizó con su padre y hermanos una empresa agrícola familiar “Matos e hijos” dedicada a la siembra de arroz en la zona de Yara.
El golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952 cambios la vida de Huber Matos para siempre. En su libro Como llegó la noche Matos describe lo que representó ese golpe de estado:
“La acción de Batista es realmente un golpe mortal para el país. Desde que se proclamó la Constitución de 1940 hemos tenido tres presidentes electos por el pueblo. Es cierto que el primero de ellos fue Batista y la legitimidad de su elección es discutible, pero Batista entregó el poder en 1944 al Dr. Ramón Grau San Martín y éste en 1948 al Dr. Carlos Prío Socarrás, ambos elegidos por voto secreto y directo. También es cierto que estos tres gobiernos han estado viciados por la corrupción política y el manejo deshonesto de los fondos públicos, taras que vienen de las autoridades coloniales españolas que gobernaron la isla por más de 400 años hasta 1898. Pero durante doce años ha estado vigente un orden constitucional que habría de conducir, eventualmente, al control de estos males. El pueblo llegaría a tener fe en el sistema democrático. El desarrollo económico de Cuba es indiscutible y el triunfo casi seguro del Partido Ortodoxo en las elecciones de este primero de Junio de 1952 representaba una esperanza de honestidad en el manejo de los asuntos públicos. Este golpe de estado, tres meses antes de las elecciones presidenciales, es nefasto.
Inmediatamente después del 10 de marzo y en unión a un grupo de manzanilleros –médicos, maestros, empresarios- miembros del Partido Ortodoxo, Huber Matos comenzó la oposición activa contra la dictadura de Batista, que eventualmente lo obligó al exilio en Costa Rica, donde hizo amistad con el presidente José Figueres.
Desde ese país organizó una expedición que transportó por avión cinco toneladas de armas a la Sierra Maestra en marzo de 1958. Este armamento fue crucial para detener la ofensiva que Batista lanzó contra los guerrilleros en la primavera de 1959.
Al unirse al Ejercito Rebelde Matos escribió en sus memorias:
“Detesto la violencia pero estoy dispuesto a dar la vida en este intento por devolver a los cubanos la libertad. La dictadura no ha dejado otra alternativa a quienes creemos tener derecho a vivir en una sociedad libre y justa sobre principios de civilidad y convivencia en paz”.
En pocos meses Huber Matos fue ascendido a teniente, capitán y comandante de la Columna 9 Antonio Guiteras. La columna 9 fue la tropa rebelde que más combates libró durante la lucha revolucionaria.
A Huber Matos Fidel Castro le asigna la tarea de dirigirse a la ciudad de Santiago de Cuba y en el camino ir provocando a combate a las tropas del Ejército para distraerlas y de esa forma permitir que las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos pudieran alcanzar la provincia de Camagüey en su marcha hacia el occidente de la isla. La misión principal de Matos era cercar y tomar la ciudad de Santiago de Cuba en un asalto final en la cual estaría al mando de todas las tropas del Ejército Rebelde involucradas en la operación.
En enero de 1959 Matos fue designado jefe militar de la provincia de Camagüey. Diez meses después, en octubre de 1959, renunció al gobierno revolucionario en protesta por la creciente infiltración comunista. Fue detenido el 21 de octubre y una semana después, el 28 de octubre, su amigo y compañero Camilo Cienfuegos desapareció sin dejar rastros. Huber Matos fue condenado en diciembre a 20 años de prisión que cumplió en rebeldía.
Salió de prisión el 21 de octubre de 1979 y en Octubre de 1980 fundó en Venezuela el movimiento Cuba Independiente y Democrática, el CID, con el apoyo del gobierno de ese país y de sus dos grandes partidos políticos: Acción Democrática (social demócratas) y COPEY (demócrata cristianos).
Vive en Miami con su esposa María Luisa Araluce
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