cubiyanqui |
Ubicada en el occidente de la isla y aledaña a La Habana, Artemisa y su vecina Mayabeque se crearon como nuevas provincias cubanas en el año 2010, y en ellas se experimenta y perfila desde hace nueve meses un sistema de gestión y dirección que acabará implantándose en toda la isla en el año 2015.
En un país de régimen comunista y donde las estructuras de dirección se caracterizan por la verticalidad, la experiencia conlleva cierta descentralización de poderes, al separar las funciones de gestión administrativa de las legislativas, que hasta ahora recaían ambas en los presidentes de las asambleas provinciales y locales del Poder Popular.
El nuevo modelo también separa las funciones empresariales de las estatales, pretende dar mayor autonomía a los territorios y persigue "desburocratizar" el abultado aparato administrativo cubano con la reducción de cargos de responsabilidad, funcionarios y entidades.
Dirigentes locales explicaron el pasado viernes en Artemisa a medios extranjeros, entre ellos Efe, los primeros resultados del experimento en un territorio que, antes de su división en las dos nuevas provincias, tenía 3.521 cargos, siete vicepresidentes, 18 direcciones administrativas con 19.000 trabajadores y 43 comisiones de trabajo.
Ahora, en una provincia de poco más de medio millón de habitantes, la cifra de cargos se ha reducido a 790 y los miembros de su Consejo de Administración (una especie de gobierno local) han pasado de 25 a 11, entre otras cifras.
"Hemos desburocratizado una estructura voluminosa que generaba trabas" en la gestión, señaló Ulises Guilarte, primer secretario del Partido Comunista Cubano (PCC, único) en la provincia, quien añadió que con el nuevo modelo las estructuras administrativas son "más claras, más directas y más participativas".
La nueva organización conlleva además la reducción del gasto, otra de las prioridades del proyecto.
"Se pretende un gobierno más eficiente y con menos gastos. El experimento no va a resolver los problemas económicos del país, pero se trata de hacer más con menos recursos", explicó Raúl Rodríguez, el nuevo jefe del Consejo de Administración de Artemisa.
En cualquier caso, estos dirigentes provinciales admiten que una de las mayores debilidades sigue siendo "la ausencia de preparación económica de los cuadros" para afrontar los cambios que conlleva la "actualización" del modelo socialista cubano.
"La preparación de los recursos humanos para enfrentar el cambio, la gestión del cambio es el problema principal que tenemos hoy", señaló Raúl Rodríguez.
Este experimento de gestión se realiza en una provincia que presume de tener las tierras más productivas de Cuba y una destacada actividad agrícola que la convierten prácticamente en la "huerta" de la ciudad de La Habana, la capital del país.
Artemisa también se ha sumado al tren de la controlada apertura del sector privado y cuenta con 21.500 trabajadores autónomos en la provincia.
Pero en lo que esta provincia tiene puestas sus principales esperanzas es en el proyecto de ampliación del Puerto de Mariel, que aspira a convertirse en un importante centro del tráfico marítimo regional e internacional.
Mariel, a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana y en cuyas obras trabajan actualmente unos 3.500 artemiseños, será "una puerta de Cuba al mundo", dicen los dirigentes locales que esperan que esta infraestructura contribuya sustancialmente tanto al desarrollo económico del país como de la provincia.
La ampliación de Mariel es la más importante inversión que se desarrolla actualmente en la isla, con un monto de unos 900 millones de dólares, de los que 640 corresponden a un crédito aportado por Brasil.
Este proyecto es el inicio de la Primera Zona Especial de Desarrollo de Cuba, cuya extensión abarcará unos 465 kilómetros cuadrados aproximadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario