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El presidente Hugo Chávez “pasó de problemas de triglicéridos y colesterol hace 20 años a una bipolaridad en tratamiento desde hace una década, y de ahí al agresivo tumor en la pelvis que exige quimioterapia y es de muy mal pronóstico”. Al menos así lo publica la revista M Semanal, que recogió declaraciones de Salvador Navarrete, quien integró un equipo de galenos venezolanos en el Palacio de Miraflores.
“Nosotros pensamos que el pronóstico del presidente Chávez no es bueno. Y cuando digo que el pronóstico no es bueno significa que la expectativa de vida puede ser de hasta dos años”, señaló.
Según la información que maneja el cirujano, el Jefe de Estado “tiene un tumor de la pelvis que se llama sarcoma. Esos son tumores retro-peritonales, del suelo de la pelvis”.
“La información que yo tengo de la familia es que él tiene un sarcoma, un tumor muy agresivo de muy mal pronóstico y estoy casi seguro que esa es la realidad. Por eso le están aplicando una quimioterapia tan agresiva”, explicó.
El cáncer que padece el presidente Hugo Chávez ha conmocionado a Venezuela y a los aliados del mandatario. El médico que integró un equipo de galenos venezolanos en el Palacio de Miraflores para cuidar la salud del Presidente, antes de que éste confiara su vida sólo a médicos cubanos, aceptó conversar sobre el tema con M Semanal. El cirujano Salvador Navarrete Aulestia traza en esta entrevista el perfil del paciente Hugo Rafael Chávez Frías, y su diagnóstico no es bueno: el Presidente sufre de un agresivo tumor maligno de origen muscular alojado en la pelvis. La expectativa de vida en esos casos puede ser de hasta dos años.
Entre firmes secretos, varios presidentes latinoamericanos han padecido en los últimos años un deterioro en su salud durante el ejercicio del poder: Fidel Castro heredó su sillón presidencial a su hermano Raúl en Cuba cuando estuvo al borde de la muerte en 2006; Néstor Kirchner enfermó siendo presidente y murió el año pasado, y su viuda Cristina muestra cuadros depresivos al frente de Argentina; el presidente paraguayo, Fernando Lugo, tiene cáncer; el uruguayo Pepe Mujica, de 76 años, ha dicho que sufre de estrés; el presidente Mauricio Funes no oculta su gran afición por el tabaco, mientras que la presidenta brasileña Dilma Rousseff se recupera de un cáncer linfático; Vicente Fox fue operado de la columna en pleno mandato y el ex presidente peruano Alejandro Toledo padece alcoholismo.
Haber cuidado la salud del presidente no es el único mérito del cirujano Salvador Navarrete, especialista en laparoscopía formado en Venezuela, Francia, Estados Unidos y Cuba. Ha publicado una treintena de trabajos y videos científicos, y obtenido una serie de galardones; entre ellos el premio Sociedad Venezolana de Cirugía, el premio Cipriano Jiménez Macías y el premio Ricardo Baquero González, en diversas ediciones del Congreso Venezolano de Cirugía. Este es su testimonio.
VFG: ¿Cuál es el perfil de Hugo Chávez Frías como paciente de un médico de la Presidencia?
SN: El presidente Chávez es un hombre que ha sido tratado en el pasado por una enfermedad de tipo maníaco-depresiva conocida por sus biógrafos y por los médicos que lo hemos atendido. Este padecimiento ha sido manejado antes por un grupo de siquiatras, encabezados por el médico Edmundo Chirinos, quien ha sido condenado en 2010 a 20 años de cárcel por el asesinato de una paciente en 2008. Ese tratamiento médico mantiene al Presidente compensado en sus manifestaciones de estados mentales inestables que pasan de la euforia a la tristeza, estados en los que la personalidad se disocia y llega a tener episodios de pérdida de contacto con la realidad. Es una enfermedad muy frecuente en el mundo de hoy, calificada como trastorno bipolar. El presidente Chávez oscila entre estos polos, con más tendencia a la euforia, a la hiperactividad y a la manía.
VFG: ¿Cuándo fue su primer encuentro con el presidente Chávez como paciente?
SN: Yo lo tuve como paciente en el Palacio de Miraflores en marzo de 2002, en vísperas del golpe de Estado en su contra, porque él estaba muy angustiado. El ministro de la Secretaría de la Presidencia, Rafael Vargas, quien vivía en la residencia presidencial, nos pidió crear un reducido círculo de médicos venezolanos de confianza para tratar los padecimientos del Presidente, sometido a una intensa presión y desgaste físico.
VFG: ¿Cómo era el trabajo de ese equipo médico con la misión de atender a un Presidente en la mayor crisis política venezolana de la última década?
SN: Fue una experiencia muy intensa. Nos hizo miembros del personal de la mayor confianza adscritos al Palacio de Miraflores. Éramos tres médicos venezolanos, un cardiólogo, un gastroenterólogo y este servidor como cirujano del equipo. De los tres yo era el único con militancia política, como miembro de la Dirección Nacional Ampliada del Movimiento Quinta República (MVR), fundado por el presidente Chávez, como parte de la Dirección de Formación Ideológica, que fue un gran partido hasta su conversión en 2007 como núcleo del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV).
LA DESCONFIANZA
VFG: ¿Cuál fue la experiencia de ese grupo de médicos venezolanos ante un paciente en el poder bajo acoso permanente?
SN: Nosotros tres fuimos a evaluar al Presidente en varias oportunidades. En aquella ocasión, hace menos de 10 años, había que hacerle una endoscopia superior e inferior (introducción de una cámara por la boca y por el ano). Por esa razón llegamos todos para protegerlo, para que ese padecimiento no evolucionara, pero él no se dejó examinar. Hoy en día, que se ha descubierto el cáncer que padece, el Presidente dice en público que se arrepiente de su soberbia ante las recomendaciones médicas.
VFG: ¿Se trata entonces de un paciente renuente y escéptico?
SN: El Presidente es muy desconfiado, muy, muy desconfiado. Él pensaba que no se iba a enfermar nunca. En una de esas ocasiones, él y yo tuvimos una discusión importante, cuando le reclamé la falta de responsabilidad política por no dejarse atender de sus males y por no dejarnos hacer nuestro trabajo médico de preservar su salud.
VFG: ¿Hubo consecuencias?
SN: El Presidente nunca se enemistó conmigo. Ese episodio quedó allí, en el vacío, y se diluyó aún más con las posteriores tribulaciones del golpe de Estado. Desde entonces descubrí muchas cosas en el entorno del poder y abandoné la militancia política, pasé a los “cuarteles de invierno” como asesor el gobierno en el área de Salud; pero no me retiré completamente. Dos años después, el entonces ministro de Salud, Francisco Armada, me nombró su representante ministerial en la dirección del Hospital Universitario de Caracas, cargo que mantuve hasta julio de este año cuando, felizmente, después de haber renunciado dos veces, la ministra actual, que fue alumna mía, Eugenia Sader, aceptó mi retiró de un cargo que ocupé desde 2005 hasta julio de 2011, con una carta muy bonita de agradecimiento. Era un cargo público honorario muy interesante que me mantuvo activo en la dirección hospitalaria, no obstante que pasaron tres ministros ex militares no muy transparentes. Ahora me dedico plenamente a la actividad médica y académica.
HISTORIA CLÍNICA PRESIDENCIAL
VFG: ¿Qué tipo de persona resultó ser el Presidente en las auscultaciones médicas que se dejó hacer en aquella ocasión?
SN: Es un hombre muy, muy limpio, es notable que incluso se hace cuidar las uñas de las manos y los pies, eso es una cosa que llama muchísimo la atención en él, un militar. El Presidente tiene muy buena presencia y un magnetismo muy particular. Es un hombre que cuida muchísimo su aspecto personal, que siempre está arreglado, que no huele mal, pulcro, que se preocupa por estar físicamente en forma. Es un hombre de poder interesante, poco dado a la lectura sistemática, lee fragmentos que trata de atar en su imaginario ideológico, que puede oscilar de un bando a otro.
VFG: ¿Cuál fue la adicción más notable registrada en su expediente?
SN: Es un hombre que toma mucho café, muchísimo, consume un incontable número de tazas de café al día. Fuma en situaciones de tensión o por placer, en privado, nunca en público. Trabaja hasta altas horas de la noche todos los días, es noctámbulo, y hace que sus ministros trabajen a su mismo ritmo. Se levanta a las seis y media o siete de la mañana, con un promedio de sueño de unas tres o cuatro horas diarias, no más de eso, y duerme muy poco. Es un hombre fuerte, aunque ahora esté deforme por los efectos de la quimioterapia.
VFG: ¿Qué registros tiene la historia previa de la hoja clínica presidencial?
SN: No tiene operaciones ni antecedentes de cirugía. Tiene un antecedente de trastorno metabólico, llamada dislipidemia, es decir, colesterol y triglicéridos altos. Para aquel momento no se lo estaba tratando, manifestaba tendencia a la tensión arterial alta; pero no era hipertenso, apenas con unos cinco o seis kilos de más, con unos 82 kilos, no como ahora. Es hombre alto y fuerte, con 1.79, 1.80 de estatura.
VFG: ¿Cómo saltó ese paciente una década después a un cuadro clínico de un cáncer?
SN: El Presidente decidió cambiar de rumbo radicalmente meses después del golpe de Estado en su contra. Abandonó a todos los médicos venezolanos y se puso absolutamente en manos de los médicos cubanos. Hace un mes nos reunimos con gente muy cercana al Presidente y les dije lo mismo que le dije a él una vez en Miraflores, cuando fue mi paciente: que no hay conciencia del impacto político nacional del tema de la salud de Presidente. La respuesta de estas personas de su entorno fue la misma: que a él no se le puede decir nada sobre su salud, que no le hace caso a nadie, mucho menos a los venezolanos.
VFG: Hay mucha especulación sobre el tipo de cáncer que aqueja al Presidente, ni él mismo ni nadie lo ha dicho.
SN: Voy a ofrecer la información que tengo sobre esa base que usted me propone. El presidente Chávez tiene un tumor de la pelvis que se llama sarcoma. Esos son tumores retro-peritonales, del suelo de la pelvis. Desde el punto de vista embriológico pueden ser de tres tipos: del mesodermo, del ectodermo o del endodermo. La información que yo tengo de la familia es que él tiene un sarcoma, un tumor muy agresivo de muy mal pronóstico y estoy casi seguro que esa es la realidad. Por eso le están aplicando una quimioterapia tan agresiva, porque si fuera un cáncer de próstata, le pones hormonas y ya, ni te das cuenta que está tomando tratamiento.
VFG: ¿Está descartado entonces un tumor de próstata?
SN: No es un tumor de próstata. Es un tumor que está muy cerca de la próstata y que probablemente invadiendo su vejiga. O es un tumor que se origina en la vejiga y que está invadiendo la pelvis. En todo caso, es un tumor que se origina en la parte de abajo de la pelvis, que es considerada la región anatómica que está dentro de las caderas. Atrás de esa región están los músculos psoas ilíacos, que es el músculo que, insertándose en la columna lumbar, levanta el fémur hacia arriba. Es el músculo que permite levantar la rodilla estando sentado. Por eso pensamos que el tumor es de naturaleza muscular, que está alojado y originado allí; lo digo porque, antes de ser sometido a la intervención quirúrgica para extraer el tumor maligno del tamaño de una pelota de beisbol, el Presidente resintió un problema en la rodilla: un dolor referido. Por eso estamos casi seguros de que se trata de ese tipo de cáncer. Esa es un información que por el natural interés público la hemos ido integrando, construyendo poco a poco. Soy el cirujano de la familia y me reuní con otro de sus médicos (de la familia), compartimos la información disponible y coincidimos plenamente en este diagnóstico que estoy haciendo.
VFG: La pregunta inevitable que todo el mundo se hace es: ¿cuál es el rango de la expectativa de vida con el cuadro similar al del presidente Chávez?
SN: Nosotros pensamos que el pronóstico del presidente Chávez no es bueno. Y cuando digo que el pronóstico no es bueno significa que la expectativa de vida puede ser de hasta dos años. Esto explica la decisión de adelantar las elecciones.
ENFERMEDADES DEL PODER
VFG: ¿Un presidente enfermo es el resultado de dos décadas de estrés, desde el golpe de Estado que dio en 1992 hasta los 12 años que lleva en el poder?
SN: Los hombres en el poder son individuos que se creen poseídos por una fuerza sobrenatural. Para aspirar a la Presidencia de un país debes tener una condición emocional diferente a la mayoría de la gente, porque debes tener mucha ambición y mucho fuelle para poder quitarte tanta gente del camino y poder llegar a la toma del poder y preservarlo. Eso configura un estado psíquico y emocional muy particular. Tener los cojones para aspirar a dirigir un país de 50 millones de habitantes, o 30 o 20 millones, requiere de algo más que voluntad.
VFG: ¿Usted conoce a la familia del Presidente porque los ha operado como cirujano, hay una tendencia común a ciertas enfermedades?
SN: Ellos tienden a tener enfermedades vasculares por parte de los Chávez, de la rama paterna. Él sufrió un accidente cerebro-vascular. Y por parte de la madre, de los Frías, tienen la tendencia a tener tumores. Operé a su madre de un tumor benigno del cuello en 1999, junto con otro colega médico de la familia que aún frecuento. Y ahora es una mujer muy sana y muy fuerte. Pero el presidente Chávez era un hombre sano cuando lo examiné en el marco que llevó al golpe de Estado de 2002. Sólo padecía un problema con elevado colesterol y elevados triglicéridos, y un problema mental de conducta bipolar bajo tratamiento. Esa enfermedad alguien de la familia la debe tener, una antecesor, porque definitivamente el presidente Chávez la tiene, pero no sabemos de quién la heredó.
VFG: ¿Son cubanos también los médicos de la familia del Presidente?
SN: No, los médicos de la familia somos nosotros.
VFG: ¿Y por qué los cubanos y no los venezolanos ocupan ese lugar, se volvió desconfiado el Presidente?
SN: Absolutamente, el presidente Chávez no confía en nadie ahorita.
VFG: ¿En nadie?
SN: En nadie. En Venezuela el presidente Chávez no confía en nadie, sólo en los cubanos. De hecho, en el Hospital Militar hay actualmente un piso preparado por si le pasa algo al Presidente y todo el personal es absolutamente cubano. Ni siquiera los camilleros son venezolanos.
VFG: ¿Eso explica la versión imprecisa publicada por el Miami Herald sobre la hospitalización del presidente Chávez hace un par de semanas?
SN: Con certeza puedo decir que entre el domingo 25 y el lunes 26 de septiembre lo dializaron porque el riñón no estaba filtrando bien los medicamentos y él estaba sufriendo. El lunes, colegas médicos tuvieron que sacar una máquina de diálisis del Hospital Militar de Caracas hacia el Palacio de Miraflores.
VG: Fue en su habitación del Palacio de Miraflores donde usted lo auscultó alguna vez. ¿Cómo es esa intimidad del Presidente de Venezuela?
SN: Es una habitación muy sencilla y ordenada, como es él. Con una biblioteca muy pequeña, con las lecturas que elige para el momento, todo muy pulcro; debo insistir en que es una persona muy meticulosa y limpia, ordenada, austera, así es él.
VFG: ¿Cuál es el escenario con Chávez enfermo en 2012?
SN: Ese escenario tiene dos opciones: uno con Chávez candidato y otro sin él. El Presidente puede morir y los militares tendrán que tomar el poder por un tiempo; o, si su enfermedad le impide ir como candidato, el oficialismo perdería las elecciones. Si llega en condiciones de salud aceptables para una campaña electoral, según información reciente, tiene más de 55 por ciento de aceptación en popularidad, pero como candidato Chávez registra 35 puntos, un candidato independiente que aún no tiene nombre recibiría el mismo 35 por ciento y el candidato opositor sólo 22 puntos. Esas son las consecuencias de la enfermedad del Presidente.
Salvador Navarrete, médico cirujano
Médico cirujano, especialista en cirugía bariátrica y metabólica, egresado de la Facultad de Medicina, Escuela Luis Razetti, Universidad Central de Venezuela, en 1981. Posgrado realizado en el Hospital Universitario de Caracas, donde obtuvo el título de Especialista en Cirugía General.
Realizó su entrenamiento en Francia, Estados Unidos y Cuba, especializándose en cirugía laporoscópica. Asimismo, fue visitante asistente de la Unidad de Laparoscopia dirigida por el prestigioso doctor Moisés Jacobs en el Baptist Hospital de Miami.
Como especialista en cirugía de la obesidad, cuenta con una extensa participación como panelista y expositor en congresos y jornadas médicas realizadas en Venezuela, así como en Japón, Brasil, España, Estados Unidos y Perú, entre otros países.
El doctor Navarrete tiene más de una treintena de trabajos publicados y videos científicos, los cuales le han valido una serie de reconocimientos, entre ellos los siguientes: Premio Sociedad Venezolana de Cirugía, Premio Cipriano Jiménez Macías y Premio Ricardo Baquero González, entregados en diversas ediciones del Congreso Venezolano de Cirugía.
Ha sido jefe del Equipo Quirúrgico del Hospital Universitario de Caracas; jefe de Residentes del Servicio de Cirugía II y actualmente es jefe de la Unidad de Cirugía Endoscópica del Hospital Universitario de Caracas.
Su actividad como docente en la Escuela Luis Razetti de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela ha sido extensa, incluyendo Coordinador General del Posgrado de Cirugía General y Coordinador del Internado de Pregrado de Cirugía General de la Cátedra de Clínica y Terapéutica Quirúrgica B del Hospital Universitario de Caracas.
Actualmente es coordinador del Posgrado de Cirugía General del Hospital Universitario de Caracas y jefe de la Cátedra de Clínica y Terapéutica Quirúrgica B.
El doctor Navarrete comparte su actividad profesional entre el Hospital Universitario de Caracas, la Clínica El Avila y la Clínica Santa Sofía. Pertenece a numerosas sociedades científicas: fundador de la Sección de Cirugía Endoscópica y de la Sección de Cirugía Bariátrica integradas a la Sociedad Venezolana de Cirugía, así como fundador de la Sociedad Venezolana de Cirugía Bariátrica y Metabólica.
Es miembro de la Asociación Latinoamericana de Cirugía Endoscópica, The Society of Laparoendoscopic Surgens y de la Sociedad Española de Cirugía Laparoscópica, entre otras.
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