El otro Pablo Neruda
Por Alberto Acereda Alberto Acereda - El otro Pablo Neruda - Libros
Durante los inicios del nuevo Gobierno socialista se celebraron en España (o mejor, en lo que va quedando de ella) actos, congresos y homenajes para celebrar el centenario del nacimiento del poeta chileno Pablo Neruda. Lo que se silenció y lo que apenas escuchamos en ellos es la otra cara de Neruda: la que trasciende al poeta del amor, al supuesto artista noble y defensor de la libertad, al honrado amigo del cartero en aquella popular película: Il Postino. El otro Pablo Neruda –del que se dice poco y se esconde mucho– es el ideólogo radical, el senador comunista que se confundió gravemente y que erró casi siempre en su visión de la historia.
Su miopía marxista alcanzó también a su poesía, igual que hoy les ocurre a muchos poetastros salvadores, catedráticos de ejercicio que se enriquecen con el dinero público mientras fomentan una universidad radicalizada en el socialismo y la manipulación.
Juan Ramón Jiménez ya dijo de Neruda que era un gran poeta “malo”. Al hilo de la Guerra Civil, y tras haber insultado Neruda a todos los españoles que luchaban en el bando nacional, el chileno escribió poemas tan sintomáticos como Canto a Stalingrado o Nuevo canto de amor a Stalingrado. Leerlos hoy produce sonrojo, como otros muchos de su Canto general, por ejemplo. Allí Neruda elogia a Stalin y nos advierte: “Stalin alza, limpia, construye, fortifica / preserva, mira, protege, alimenta, / pero también castiga. / Y esto es cuanto quería deciros, camaradas: / hace falta el castigo”. Cuando muere Stalin, Neruda inicia su elegía con un “Camarada Stalin…”, a lo que sigue: “Stalin es el mediodía / la madurez del hombre y de los pueblos”. Para el gran Neruda, claro, los poetas que no pensaban como él –por ejemplo, Dámaso Alonso o Gerardo Diego– eran unos franquistas hijos de p…: “los Dámasos, los Gerardos, los hijos / de perra, silenciosos cómplices del verdugo”.
En 1945 Neruda fue elegido senador por Tarapacá y Antofagasta. En el Boletín de Sesiones del Senado de Chile se recogen los discursos parlamentarios de Neruda. En uno de ellos, Lenin es el “gran genio de este siglo”. Otro discurso, del 5 de junio de 1946, es un homenaje al líder soviético Mikhail Ivanovich Kalinin, fallecido dos días antes. Para Neruda, Kalinin fue “hombre de vida noble”, “gran constructor del porvenir”, “camarada de armas de Lenin y Stalin”. Afirma Neruda que Kalinin contribuyó al nacimiento y al esplendor del régimen soviético, “el que implantaría el comunismo en medio del concierto de las naciones como potencia gloriosa y respetada y como esperanza encarnada, realización formidable de vastos y antiguos sueños de la humanidad”.
Según Neruda, Kalinin personificó un hijo del pueblo, un gran capitán de la causa popular, un gran estadista, el gran patriota de una noble nación y un gran bolchevique. “Su recuerdo –concluye Neruda– permanecerá como un ejemplo de acción, de abnegación, de pureza y de lucha para todos los defensores del pueblo, en todos los países de la tierra”. Podríamos seguir. Pero todo esto que afirma Neruda cabría preguntárselo a los más de cuarenta millones de muertos por la dictadura estalinista, a los del Gulag, o a las decenas de miles de prisioneros polacos masacrados a sangre fría el 5 de marzo de 1940 en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, tras la orden expresa de ejecución firmada por ese héroe de Neruda –Kalinin– y su otro tirano favorito –Stalin–.
Entenderán ahora la fama de Neruda en las universidades del socialismo y la progresía. Comprenderán así que Neruda recibiera el llamado ‘Premio Stalin de la Paz’ en 1953. Se explicarán que fuera también Neruda miembro del jurado del mismo ‘Premio Lenin’ en 1965. No les extrañará tampoco que apoyara a otro mito socialista, Salvador Allende, y que –en fin– este Neruda sea un poeta tan querido por la espesa y estigmática izquierda intelectual. En este recién estrenado 2005 toca en España centenario del Quijote: no les extrañe que aparezca algún lince de la universidad socialista que nos demuestre documentalmente que Dulcinea era comunista. O que algún otro –iluminado por el talante e hipnotizado por el diálogo– busque hacer méritos en la universidad y aproveche el otro centenario –el de Cantos de vida y esperanza de Rubén Darío– para disfrazar de sandinista al gran poeta nicaragüense. Claro que eso ya lo hicieron los amigos de Daniel Ortega en la Managua de los ochenta. Y es que si no… la cosa no encaja. Mitos socialistas. ________________
Neruda and Stalinism http://en.wikipedia.org/wiki/Pablo_Neruda
Bolstered by his experiences in the Spanish Civil War, Neruda, like many left-leaning intellectuals of his generation, came to admire the Soviet Union of Joseph Stalin, partly for the role it played in defeating Nazi Germany (poems Canto a Stalingrado (1942) and Nuevo canto de amor a Stalingrado (1943)). In 1953 Neruda was awarded the Stalin Peace Prize. On Stalin's death that same year, Neruda wrote an ode to him, as he also (during World War II) wrote praise of Fulgencio Batista (Saludo a Batista, i.e Salute to Batista) and later of Fidel Castro [2].
His fervent Stalinism eventually drove a wedge between Neruda and longtime friend Octavio Paz who commented that "Neruda became more and more Stalinist, while I became less and less enchanted with Stalin". Their differences came to a head after the 1939 Nazi-Soviet Ribbentrop-Molotov Pact when they almost came to blows in an argument over Stalin. Although Paz still considered Neruda "the greatest poet of his generation", in an essay on Aleksandr Solzhenitsyn he wrote that when he
thinks of … Neruda and other famous Stalinist writers I feel the gooseflesh that I get from reading certain passages of Dante’s Inferno. No doubt they began in good faith, but insensibly, commitment by commitment, they saw themselves becoming entangled in a mesh of lies, falsehoods, deceits and perjuries, until they lost their souls.
In the ode written on the occasion of Stalin's death, Neruda wrote: “To be men! That is the Stalinist law! . . ./We must learn from Stalin/ his sincere intensity/ his concrete clarity. . . . [...] And Stalin, the giant,/ Carried her at the heights of his forehead. . . ./A wave beats against the stones of the shore./But Malenkov will continue his work.”(full English translation [3])
Neruda also called Lenin the "great genius of this century". Another speech (June 5, 1946) is a tribute to the late Soviet leader Mikhail Kalinin, who for Neruda was "man of noble life", "the great constructor of the future", "a comrade of arms of Lenin and Stalin". [4]
Neruda later came to rue his support of the Soviet leader; after Nikita Khrushchev's famous Secret Speech 20th Party Congress in 1956, in which he denounced the "cult of personality" that surrounded Stalin and accused him of committing crimes during the Great Purges, Neruda wrote in his memoirs "I had contributed to my share to the personality cult," explaining that "in those days, Stalin seemed to us the conqueror who had crushed Hitler's armies". Of a subsequent visit to China in 1957, Neruda would later write: "What has estranged me from the Chinese revolutionary process has not been Mao Tse-tung but Mao Tse-tungism", which he dubbed Mao Tse-Stalinism: "the repetition of a cult of a Socialist deity". However, despite his disillusionment with Stalin, Neruda never lost his essential faith in communism and remained loyal to "the Party". Anxious not to give ammunition to his ideological enemies, he would later refuse publicly to condemn the Soviet repression of dissident writers like Boris Pasternak and Joseph Brodsky: an attitude with which even some of his staunchest admirers disagreed.
Entonces con modesto /
vestido y gorra obrera, / entró el viento, / entró el viento del pueblo. / Era Lenin. / Cambió la tierra, el hombre, la vida./ El aire libre revolucionario / trastornó los papeles / manchados.Nació una patria / que no ha dejado de crecer. / Es grande como el mundo, pero cabe / hasta en el corazón del más / pequeño / trabajador de usina o de oficina, / de agricultura o barco. / Era la Unión Soviética. / Junto a Lenin / Stalin avanzaba / y así, con blusa blanca, / con gorra gris de obrero, / Stalin, / con su paso tranquilo, / entró en la Historia acompañado / de Lenin y del viento. / Stalin desde entonces / fue construyendo.Todo / hacía falta. Lenin / recibió de los zares / telarañas y harapos. / Lenin dejó una herencia / de patria libre y ancha./ Stalin la pobló / con escuelas y harina, / imprentas y manzanas./ Stalin desde el Volga / hasta la nieve / del Norte inaccesible / puso su mano y en su mano un / hombre / comenzó a construir./ Las ciudades nacieron. / Los desiertos cantaron / por primera vez con la voz del agua. / Los minerales / acudieron, / salieron / de sus sueños oscuros, / se levantaron, / se hicieron rieles, ruedas, / locomotoras, hilos, / que llevaron las sílabas / eléctricas / por toda la extensión y la / distancia. / Stalin / construía./ Nacieron / de sus manos / cereales, / tractores, / enseñanzas, / caminos, / y él allí, / sencillo como tú y como yo, / si tú y yo consiguiéramos / ser sencillos como él. / Pero lo aprenderemos./ Su sencillez y su sabiduría, / su estructura / de bondadoso pan y de acero inflexible / nos ayuda a ser hombres cada día, / cada día nos ayuda a ser hombres. / Ser hombres! Es ésta / la ley staliniana! / Ser comunista es difícil. / Hay que aprender a serlo. / Ser hombres comunistas es aún más difícil, / y hay que aprender de Stalin / su intensidad serena, / su claridad concreta, / su desprecio / al oropel vacío, / a la hueca abstracción editorial. / El fue directamente / desentrañando el nudo / y mostrando la recta / claridad de la línea, / entrando en los problemas / sin las frases que ocultan / el vacío, / derecho al centro débil / que en nuestra lucha / rectificaremos / podando los follajes / y mostrando el designio de los frutos. / Stalin es el mediodía, / la madurez del hombre y de los pueblos. / En la guerra lo vieron / las ciudades quemadas / extraer del escombro / la esperanza, / refundirla de nuevo, / hacerla acero, / y atacar http://www.elmundo.es/papel/2003/03/05/docume/1349131.html
En su 'Saludo a Batista' Neruda afirma: "Otra hora ha llegado al mundo, la hora del pueblo, la hora de los hombres del pueblo, la hora en que Batista se confunde con los héroes populares de nuestra época, Yeremenko, Shukov, Cherniakovsky y Malinovsky, que hoy golpea y deshace las puertas de Alemania, los guerrilleros de España y de China, Tito y la Pasionaria. A Batista, en esta hora que también, por desgracia, se ha caracterizado por incubar traidores y cobardes, lo ponemos en el marco de los americanos totales".
Y sigue: "Batista, como hombre del pueblo, ha comprendido mejor que muchos demagogos el papel de los intelectuales, y honra a toda América (…) Los chilenos damos hoy la mano a Fulgencio Batista… Saludamos en él al continuador y restaurador de una democracia hermana". Y así todo, más saludos de Neruda, hasta definir a Batista como libertador, uno de los grandes "que han ayudado a que su fulgor nos ilumine en el camino de la libertad y de la grandeza de América". http://libros.libertaddigital.com/articulo.php/1276229962
No hay comentarios:
Publicar un comentario