LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -Desde hace algún tiempo habíamos notado la ausencia de Elián González y de otros miembros de su familia, de las páginas de los periódicos, las emisoras de radio y los canales de televisión. Incluso conocemos del intento fallido de un corresponsal de la prensa extranjera por entrevistar a Elián, pues apenas se deja ver en su Cárdenas natal. Cualquiera podría pensar que se trata del curso normal de los acontecimientos cuando las personas se sumergen en lo cotidiano: el balserito es ya estudiante de una escuela de cadetes, mientras su padre y otros familiares se desenvuelven en sus empleos habituales.
Sin embargo, un suceso reciente deja entrever que semejante ostracismo pudiera responder a una política trazada por la cúpula del poder. El periódico Granma, en su edición del viernes 23 de agosto, informó que la Dirección Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) entregó su Premio del Barrio -bueno, los CDR casi no funcionan a nivel de barrio, pero sus jefes recorren el país dando reuniones y entregando distinciones- al “Museo A la Batalla de Ideas”, ubicado en la localidad matancera de Cárdenas. En la ceremonia estuvieron presentes dirigentes del Partido Comunista, de los CDR, los responsables del Museo, y la señora Irma Sehweret, madre del liberado agente René González. Y Granma no mencionó a nadie más.
Si la rimbombante “Batalla de Ideas” surgió como resultado de la algarabía orquestada por las autoridades cubanas en torno a las gestiones por el regreso a Cuba del niño Elián, y la creación del Museo cardenense obedeció al propósito de recoger para la historia aquellos tumultuosos momentos de marchas, mítines, Mesas Redondas y discursos de barricada, ¿cómo concebir que ni Elián, ni su padre, ni ningún otro miembro de la familia estuvieran ahora presentes en la entrega del citado reconocimiento? Evidentemente, atrás quedaron los tiempos en que, una vez regresado Elián, y cada vez que se celebraba un acto público, los presentadores de la “actividad” anunciaban la presencia de “Elián González y su distinguida familia”.
Claro, a ningún observador medianamente informado de la realidad cubana escapa el hecho de que muchas de esas personas convertidas, de la noche a la mañana, en “héroes” por la maquinaria propagandística del castrismo, son útiles solo cuando sirven para avivar el diferendo con Estados Unidos; un litigio que el gobierno cubano necesita como válvula de escape para encubrir sus desaciertos. El show alrededor de “El Caso Elián” cumplió su cometido mientras el niño estaba retenido en Estados Unidos. Después sobrevino, a partir del año 2000, el ruido por la liberación de los cinco agentes acusados de espionaje, quienes habían sido arrestados en 1998. O sea, la nueva cantaleta irrumpió cuando las tribulaciones del balserito no podían exprimirse más.
En ese contexto es lógico esperar que el liberado René González aparezca en público con menos frecuencia; y ese sería igualmente el destino de Fernando González Llort, el próximo agente que será liberado en febrero de 2014. Tal vez solo conserven la aureola de “héroes” aquellos que enfrentan condenas más extensas, como es el caso de Gerardo Hernández Nordelo. No obstante, también es probable que la estrella de los ya prescindibles no se apague por completo, y que se les recuerde alguna que otra vez.
Entonces, ¿habrá sucedido algo especial con Elián y su familia, para desaparecer así, de modo total, de la farándula castrista? Al parecer, ni sus propios vecinos cardenenses están en condiciones de ofrecer una respuesta adecuada.