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Patricia Mazzei, una de las arpías que se enyuga con Caputo en The Miami Herald para atacar todo lo que huela a anticastro-comunismo, es venezolana.
Todavía no leo por ningún lugar el enérgico y sostenido escrutinio que debe existir contra los más de un periodista, artista… venezolanos, cuya misión en Miami es, codo con codo, integrar la 5ta columna anti-exilio cubano que, por lo general, atiende a desprestigiar a los candidatos anticastristas a puestos en la Legislatura o el Senado, como está sucediendo con David Rivera ¿Cuándo van a sacar el hocico los “estrellas del talk-show de prime time” de la ciudad para halarles (mejor arrancarles) las orejas y la lengua a sus paisanos descarriados-as? Lo que no me explico es por qué tantos cubanos apoyan a esta gente, que no lo merecen ni por arriba ni por abajo, cuyo objetivo encubierto es desplazar “lo cubano” en todo en este país y, si el exilio sigue comiendo mierda, lo veremos más temprano que tarde. Bajo ningún concepto, viniendo de los Heralds, se puede hacer ver semejante agresión como “preocupación por la salud político social y el buen nombre de Miami”, ellos lo saben mejor que nadie, que el problema es de intereses monetarios y de militancia comunista encubierta, siempre.
En estas páginas, Armando Valladares puso puntos sobre íes, pero ese detalle de la nacionalidad de la Mazzei “huele a quemao”.
Le corresponde a los propios venezolanos de por aquí, si quieren que se les reconozca como verdaderos exiliados, extraño exilio al fin y al cabo, depurarse y unirse a nuestro pueblo en la lucha en todos los frentes o ¿Para qué los queremos al lado entonces? ¿Para lo que les convenga? Todo el mundo no es Pérez Roura, que le paga Saban con los mismos cheques con que financia al castro-comunismo, que se queda en el puesto, que busca rating llevando a la gente que puso a Chávez con tal de obtener un par de puntos en Arbitrón y cuestiona como comunista a un muchacho que estudió en la Lenin y que nació 25 años después que el locutor formó parte de la jauría que se robó Radio Reloj en 1959.
Desde hace un par de días se está movilizando la comunidad económica cubana en Miami con el fin de recoger ayuda para los damnificados del huracán Sandy, no voy a llamar loable a la iniciativa, que lo es, sino rara, porque se tienen antecedentes de la respuesta de la tiranía al esfuerzo por resolver emergencias colectivas en Cuba: no las aceptan, las manejan como les da la gana, se apropian de la carga y le desvían el destinatario, la última fue a parar a Haití (tal vez hasta frigidaires y despensas particulares con un par de latas para la “chopping”), entonces, si se conoce el detalle, ¿Cuál es el empecinamiento? El emigrado económico está tan acostumbrado a las medidas contra sí, que no pueden evitar concederle a la dictadura que siga explotándolos y robándoles.
Bush casi les ofreció reconstruirles el país completamente, el primer avión llevaría una brigada de especialistas capacitados para cuantificar los daños y determinar la ayuda en la cantidad que fuera, hasta los clavos les enviarían.
Sin embargo, la satrapía reaccionó públicamente contra el gesto con mil improperios fuera de lugar por boca del tirano II, de una cagaflexión del “endiarreado” y por cualquiera de la crápula que abriera la boca, según estos, la ayuda propuesta no era suficiente ni para comprar la botella de alcohol que se dispara el segundo. El pueblo combatiente se indignó contra los americanos y nunca reclamó una ayuda de vida o muerte que quienes la necesitaban eran ellos.
Pero lo que más molestó fue observar a aquellos-as “fidelistas” sin un diente en la boca, con el pelo de más de 20 años sin peinarse, aprobando por televisión, delante de cualquier canchanchán, el rechazo, supongo que aún estén esperando la mano del tipango, la contribuyente, porque la de verdad se la dieron aquella vez como cortesía de saludo hipócrita, que sugería el voto por Raúl y por la forma como los aplastó con su propia anuencia militante. Como Lázaro ante Jesús, hicieron como que los levantarían, cuando en realidad los dejaron caer al vació desde las nubes en que se pudren en complicidad voluntaria con sus verdugos.
En esta segunda vuelta, el tipo trajo el tranquilizante perfecto e infalible de siempre: la frase catatónica, combativa y espectacular con que ha malvivido el pueblo, entonces la del momento, estertórea, vibrante y entusiasta: “SANTIAGO, COMO EN GUERRAS, COMO EN OTROS MOMENTOS SIMILARES…TIENES QUE RESISTIR” y chirrín chirrán, el agua potable corrió como hace 54 años que no ocurría, las casas se levantaron pintadas en el interior como hace también 54 años, porque desde que llegaron los hunos solo pintan la fachada con “lechá” y “la amoralidad y la falta de respeto a sí mismos, nacida desde el primer día que asolaron los bárbaros, se hizo presente con tanta fe revolucionaria como siempre…”
Nunca un periodista de América Tevé pregunta en La Habana qué creen de los proyectos de ayuda “del exterior” en medio de emergencias y deberían, para saber si conocen los detalles reales que expliquen la razón por la que nadie en la circunscripción o en una vista de Raúl, exije que les entreguen lo que puede ser de ellos.
La tiranía castro-comunista no es paternalista, es el pueblo quien practica la ley del menor esfuerzo y de la aceptación de cualquier cosa por bajas pasiones no escondidas.
Ahora se pusieron fatales en cuanto a usar la tragedia de Sandy como colaboración a la campaña del Califa, que seguro hubiera arrancado un par de mentiras encubiertas en promesas del musulmán sobre una hipotética ayuda para reconstruir el Oriente del país, eso, los viajes y las remesas les hubiera disparado el entusiasmo y el fervor revolucionario a la comunidad y al propio pueblo en la jaula.
Se jodieron, el huracán entró a Nueva York-New Jersey donde una sola calle, por lo que hay para destruir, causó daños de igual valor que todos los ciclones juntos que han azotado a la dictadura desde el Flora, cuando racionaron la carne y el café que, por lo visto, se los llevaron aquellos vientos.
La ayuda de ayer la rechazaron porque la propuso Bush, hoy, con el califa y por circunstancias de apoyo re-eleccionario, no lo hubieran hecho, sin embargo porque todo lo que se hace con mala idea no funciona, se jodieron otra vez y en grande, digo, el pueblo, a la mandancia le importa poco si 35,000 perdieron sus casas en Oriente, a fin de cuentas, esos vientos no baten sus mansiones.