Pinceladas de Cuba
La Habana, 29 de agosto de 2011.
Padre Santiago Martínez Martín
Párroco Iglesia San Juan Bosco
Santa Catalina y Goss
Santos Suárez, 10 de Octubre,
Habana.
Muy estimado Padre Santiago:
Me dirijo a usted como católica practicante de esa Iglesia, y sin ningún vínculo con mi actividad política, solo atada por el amor a Dios y al prójimo.
Tengo un profundo dolor por lo que ha estado sucediendo en las últimas semanas en la provincia de Santiago de Cuba, con mujeres que quieren asistir al culto religioso en la Catedral del municipio cabecera de ese mismo nombre, a las que se les impide oír Misa.
En el día de ayer 28 de agosto, 13 de ellas fueron detenidas por la policía política para impedir que acudieran a tan solemne celebración. Entre las mismas estaban algunas amigas personales y supe por una de ellas, Bertha Soler, que fueron violentamente introducidas en un ómnibus y conducidas al Distrito José Martí, donde incluso la vistieron con uniforme de presa. Anteriormente oficiales de la Seguridad del Estado le habían manifestado que solo ella y Belkis Cantillo podían asistir a Misa por ser católicas practicantes. ¿Desde cuándo para ir a la casa de Dios hay que practicar la religión?
A pesar del tiempo transcurrido con esta misma situación, no he visto ningún pronunciamiento público al respecto por parte de la jerarquía eclesiástica cubana; sin embargo, el pasado 1ro de agosto en un discurso en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente Raúl Casto expresó:
“Hace muchos años que nuestra Revolución superó el escenario de confrontación con algunas de las instituciones religiosas, etapa en la que por ambas partes se cometieron excesos de mayor o menor envergadura”…
No creo que estemos en la época en que el practicar la fe cristiana convirtiera a la persona en un perseguido político, por lo que recabo de usted que se dirija a sus niveles superiores para que se reclame a las autoridades competentes el derecho al culto y al refugio en Dios; una petición hecha por una cristiana de su parroquia.
Agradeciéndole por anticipado las gestiones que pueda realizar y reiterándole que utilizo su vía por ser el Pastor al que amo y respeto, el que me vincula a la Iglesia como institución; lo saludo en comunión con Nuestro Señor Jesucristo y con el amor al prójimo que nos enseñó San Juan Bosco.
Martha Beatriz Roque Cabello