Alguien ha cometido un error de graves consecuencias.
¿Será acaso 1 a 10 el cambio de la unificación monetaria? Ya hay algunas pistas.
En la isla del doctor Castro, Fidel, cualquier cosa es posible con su hermano Castro, Raúl. O sea, más de lo mismo, pero elevado a la enésima potencia. Ya nos temíamos el peor de todos los escenarios posibles para la anunciada unificación monetaria, pero se acaba de confirmar la más grave de las previsiones.
Los medios se han hecho eco hoy de algunas informaciones que indican que los trabajadores de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, en principio donde se van a localizar las inversiones extranjeras de las que tanto alardea el régimen en los últimos días con toda la propaganda oficial, van a cobrar solamente el 80% de los salarios pactados entre la agencia empleadora estatal y las empresas extranjeras. El estado comisionista se lleva un 20% de la masa salarial. No ex extraño que hagan falsas moratorias fiscales. Ya se sabe de dónde van a sacar el dinero. Nunca es razonable empezar a construir una casa por el tejado. Tal vez si los proyectos de inversión que se establecen en El Mariel son capital intensivos, les puede salir el tiro por la culata. Pero esa es otra historia.
Sin embargo, existe otra noticia, complementaria a la anterior, que es más relevante. Se informa que los salarios en El Mariel serán pagados en moneda nacional y el Gobierno aplicará una tasa de cambio especial, de 10 pesos cubanos (CUP) por 1 peso convertible (CUC), cuando la tasa de cambio oficial es de 24 CUP por 1 CUC.
Vamos a ver si lo podemos comprender. Un camarero contratado en un hotel de La Habana de la cadena Meliá, a unos 40 kilómetros de El Mariel, por su trabajo percibe un sueldo de 20 CUC, equivalentes a 480 CUP al cambio antes mencionado. Sin embargo, ese mismo camarero si es recolocado en una cafetería de la Zona de El Mariel, va a cobrar igualmente 20 CUC, pero en pesos cubanos, su sueldo quedará en 200 CUP, por obra y gracia de la disposición de las autoridades antes mencionada.
¿Qué consecuencias cabe esperar de todo este lío? Pues muy sencillo, o en la Zona de El Mariel pagan más las empresas en CUC para igualar la retribución en CUP (lo que sería un coste más elevado que actúa negativamente sobre los beneficios de las empresas y una mayor recaudación para el estado por la masa salarial) o van a tener dificultades para encontrar trabajadores, ya que será mucho más interesante quedarse en La Habana o en Varadero y cobrar más, con menos sueldo, al cambio de 1 por 24. Ahora se comprende por qué han tenido que crear la agencia estatal para enviar trabajadores a El Mariel.
Ya nos temíamos el peor de los escenarios cuando la directora de la oficina reguladora de El Mariel, Ana Teresa Igarza, declaraba hace tan solo unos días que a la hora de pactar el salario, se iba a tener en cuenta “el valor de la fuerza de trabajo en la región, y específicamente en Cuba”. Esa frase no deja de ser una bobería si se tiene en cuenta que en Cuba desde 1959 no existe un mercado de trabajo que pueda fijar, siquiera de forma remota, el valor real del trabajo. Esta es una de las consecuencias más nefastas del sistema de planificación central sin derechos de propiedad creado por los Castro, y ahora, 55 años después, no hay forma de darle una solución razonable. Al parecer, esta disposición de rebajar el salario en CUP para los que ocupen los empleos de El Mariel, tiene poco que ver, a no ser que este cambio de 1 a 10 sea el que están barajando las autoridades para poner fin a la dualidad monetaria.
Y aquí es donde conviene detenerse si quiera unos instantes. Con el nivel de secretismo que se está realizando el proceso de unificación monetaria, las noticias como la que estamos comentando, trasladan señales que pueden crear efectos muy negativos en el comportamiento de los agentes económicos. Si finalmente fuera éste el cambio, 1 a 10, en vez de 1 a 24 que rige actualmente, es evidente que los tenedores de CUC van a experimentar una pérdida muy destacable en el valor de sus activos al cambiarlos a CUP, prácticamente la mitad.
De modo que si este tipo de noticias se van difundiendo por la Isla, no me extraña que cunda el pánico y que la gente saque rápidamente sus ahorros en CUC para cambiarlos cuanto antes. Un desplome en la cotización del CUC de estas magnitudes puede acarrear, sobre todo en los mercados negros, cambios incluso inferiores conforme el pánico de la gente vaya en aumento, y trate de cambiar todo el efectivo en CUC al cambio más alto posible que puedan obtener.
La conclusión que cabe extraer es que en un momento especialmente delicado como el actual, en el que la economía castrista tiene que resolver graves problemas internos y externos para afrontar el futuro, no deberían haber dicho este tipo de cosas. Siguen creyendo que en la economía se puede jugar con fuego, y eso solo reporta quemaduras dolorosas.
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