Juan O. Tamayo
Melissa González, una adolescente de Tampa, quería visitar a su abuelo enfermo en Cuba. Pero su agencia de viajes le dijo que el gobierno cubano había rechazado su solicitud de permiso de viaje, sin dar más explicaciones.Sin duda, dijo su padre, Jorge Luis González Tanquero, su permiso fue rechazado porque él es un ex preso político que pasó siete años y medio en la cárcel y ha seguido criticando duramente al gobierno cubano desde su llegada al sur de la Florida en febrero pasado.
Sea cual sea la razón, Melissa pertenece ahora al poco conocido grupo de cubanos que vive en el extranjero y a quienes La Habana les prohíbe visitar la isla -se estima que son entre 77,000 y 300,000- por razones que van desde su salida ilegal de Cuba hasta el activismo político.
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