-¿Qué mantiene joven a Juventud Rebelde y qué lo convierte en un rotativo de puntera en Cuba?
-Otra inyección de energía que tiene en la actualidad, otra forma de contacto con los lectores que se lleva a cabo semanalmente, lo tiene Javier Dueñas Oquendo en su sección Frente al espejo. A todo esto hay que añadir su staff periodístico, tanto de veteranos como de jóvenes. Pienso entre los primeros en Luis Sexto con su bien leída columna semanal, Raúl Arce y su veteranía en los escritos sobre las bolas y los strikes, junto a otros nombres en lo deportivo como José Luis López y Luis López Viera.
Jueves, 11 de Diciembre de 2008 | ||||
Fue justamente el 21 de octubre de 1965, durante el resumen de las actividades con motivo del V aniversario de la integración del Movimiento Juvenil Cubano y de la inauguración de los primeros Juegos Deportivos Nacionales, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz comunicó el nacimiento de un nuevo diario, predecesor de la revista semanal Mella y el Diario La Tarde. Su primer número apareció al día siguiente con 16 páginas tamaño tabloide y en los colores rojo, azul y negro. En sus inicios fue un periódico vespertino en la capital y matutino en el resto del país con dos ediciones: la primera para el interior y la segunda para La Habana. Desde entonces ha variado en varias ocasiones su formato y contenido, sin que nada de ello interfiera en la premisa de hacer buen periodismo. Pedro Herrera es uno de los dos fundadores en activo de Juventud Rebelde. Aunque periodista, entrevistarlo es casi una proeza. Él mismo confiesa que no le gusta que le hagan lo que en su carrera debe haber realizado miles de veces. La experiencia que a todas luces transmite hace difícil seleccionar las preguntas; mi inseguridad de joven que se inicia en la profesión me provoca temor a hacer el ridículo. Aún así, me atrevo. -¿Qué significa para Pedro Herrera haber permanecido tanto tiempo en Juventud Rebelde? -Imagínate, 43 años es toda una vida en cualquier ser humano y si ese tiempo se desarrolla en una publicación como esta, hay toda una serie de emociones, de huellas, positivas y negativas como deben ser, pero, sin duda, indelebles. Desde su nacimiento, en que vimos nacer a la criatura en la mitad del siglo XX, ahora que ya estamos en el XXI, hay alegrías y tristezas. Alegría, por los compañeros que uno pudo conocer durante cuatro décadas; tristeza, porque muchos de ellos no pueden disfrutar hoy del gozo de que la "criatura" que todos ayudamos a dar sus primeros pasos, es ya una persona mayor que se mantiene eternamente joven. Y esta afirmación es posible por la inyección de sangre nueva, que siempre, pero sobre todo en los últimos tiempos, ha venido a engrosar la nómina de nuestros reporteros. La vida de Pedro Herrera —o Gabriel, seudónimo que usa para firmar su sección cultural ¿Qué hay de nuevo?— no puede dividirse en personal y laboral, una cosa va tan indisolublemente unida a la otra que él mismo no halla el punto de distinción. Todo cuanto dice revela el amor que siente hacia el periódico, su periódico, que como un hijo, a pesar de haber llegado a la adultez, es capaz de causar desvelos. -Usted ha dado su vida a Juventud Rebelde, pero ¿cuánto le ha retribuido el periódico? -Todo diario en esencia, más que una publicación, es una escuela y como escuela, si uno está atento, si sigue con cuidado lo que pasa tanto dentro como fuera del país, siente como cada año que pasa es como si hubiera hecho un posgrado. En ese posgrado uno aprende lo que es compañerismo, esa preocupación por los que trabajamos aquí, no solo desde el punto de vista profesional, sino también desde el punto de vista humano. Aunque es una frase manida, yo creo que Juventud Rebelde es la prolongación de mi hogar y por lo tanto, hay dos lugares a los que regreso siempre: a donde hago mi vida hogareña, junto a mi esposa, y al sitio donde desde ‘mi pupitre’ acudo cada día de la semana para destruir la falacia de que todos los días son iguales, bebiendo de la experiencia no solo de los veteranos, sino también de los más jóvenes. Desde su bautizo como Juventud Rebelde ya eso marcó un derrotero que el periódico ha tratado de mantener a lo largo de su historia. Por ejemplo, este diario fue el primero que decidió darle un espacio amplio a la cultura después de 1965, año de su fundación. Y ello, con la cultura en su máxima expresión, pues abordaba no solo el movimiento de aficionados estudiantil, obrero, de las Fuerzas Armadas, sino también los artistas de radio, TV, cantantes, escritores… Ahora mismo Juventud Rebelde mantiene una sección que rompe moldes en cuanto a la denuncia de los problemas que aquejan a la sociedad cubana. Acuse de recibo, que escribe José Alejandro Rodríguez, no se conforma con poner el hecho al desnudo, sino que da su propia opinión que en no pocas ocasiones causa escozor a las autoridades responsables, por lo afilado del estilete verbal que utiliza Pepe. Además la dirección del periódico ha tenido a bien crear un departamento para atender las numerosas cartas que llegan y donde todos los que trabajan allí se destacan por la atención que dan a todas y cada una de ellas. Sería una injusticia que pasara por alto a uno de los mejores ejemplos del diarismo y que está respaldado por décadas de labor. Me refiero al pequeño gigante que es Luis Hernández Serrano, quien además de cubrir bien cualquier tipo de acontecimiento, es una especie de radar humano para poner al descubierto los hechos más insólitos de nuestro cotidiano vivir, desde el que se comió un pez vivo entero, el anciano que al asomarse al balcón de su casa cayó sentado sobre unos tendidos eléctricos y pudo salvar su vida, hasta la niña a la que mordió un majá, el hombre que cultivó la calabaza más grande y el hombre que echa agua y humo por los ojos… Y aquí no terminan "las hazañas periodísticas" de Luis, pues también en el campo de la historia ha dado a conocer datos inéditos tanto sobre nuestros patriotas de las guerras de independencia contra el colonialismo, como de la lucha guerrillera contra la dictadura de Fulgencio Batista. Juventud Rebelde signó la génesis de otros proyectos hoy autónomos y no se detiene, renueva constantemente su contenido, sin olvidar lo que ya es tradición. Pero las instituciones son también las personas que las componen. Nada llega a ser lo que es por sí mismo, son quienes laboran detrás de los proyectos los que los hacen exitosos o no. De cierta manera Pedro Herrera también tiene 43 años, a él también pertenecen los elogios y las críticas que acompañan a diario al rotativo. Juventud Rebelde es otros y también él. Frente a Pedro solo puede hacerse silencio. Quizás sin quererlo se ha convertido en un profesor: interrumpirlo puede resultar sacrílego. Vio crecer a una criatura que ahora desde su madurez todavía pregona su rebeldía y mocedad. Sin recato, Pedro revela su amor, confiesa su respeto y conserva la fe, hacia un periódico que por naturaleza es incompatible con la demencia senil. -¿Qué mantiene joven a Juventud Rebelde y qué lo convierte en un rotativo de puntera en Cuba? -Otra inyección de energía que tiene en la actualidad, otra forma de contacto con los lectores que se lleva a cabo semanalmente, lo tiene Javier Dueñas Oquendo en su sección Frente al espejo. A todo esto hay que añadir su staff periodístico, tanto de veteranos como de jóvenes. Pienso entre los primeros en Luis Sexto con su bien leída columna semanal, Raúl Arce y su veteranía en los escritos sobre las bolas y los strikes, junto a otros nombres en lo deportivo como José Luis López y Luis López Viera. Es importante también su redacción nacional que en los últimos meses ha sentado pauta, poniendo en blanco y negro nuestra realidad en toda su compleja situación. Hay detrás de ello alguien que, sin ser joven ni viejo, está detrás de mucho de lo logrado en ese campo: Ricardo Ronquillo. Él ha sido un núcleo para jóvenes y veteranos como Amaury del Valle, Marianela Martín, Dora Pérez, Margarita Barrio… y se me quedan nombres, pues la memoria es una mujer infiel. Por último, y no menos importante, ¿quién no sigue cada domingo las crónicas que escribe Ciro Bianchi, donde recrea con maestría el ayer que vive aún? Creo que después de todo estos ejemplos, es evidente el porqué somos punteros en el diarismo nacional. Definitivamente No existe receta mágica porque este diario no es obra de la casualidad, sino de toda una tradición que ha estado signada por el cambio. (Fuente: Cubahora) |
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