buen reportaje. lo creeran o no, pero la 'creatividad' de los emprendedores kubishes en este sector supera a los 'paquetizados' servicios en muchos paises desarrollados. En otra dimension, un verdadero cluster redimensionador generador de nuevo valor agregado social, politico y economico.
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Desde
"La Chiringa de Cuba"/
Por Carlos Alberto Pérez
Cuando hace apenas unos años la máxima dirección del
país decidió expandir la telefonía celular a todos los cubanos, la
pregunta de orden para muchos fue qué futuro tendría en la isla un
mercado tan específico como este. O quizás, cómo un pueblo con tantas
prioridades económicas se insertaría en este espacio tecnológico, que si
bien ofrece a sus usuarios diversas ventajas y comodidades, también
representa para todo cubano de a pie un particular reto cuando se trata
de mantener de un solo bolsillo los elevados costes de adquisición de
equipos, líneas, reparaciones, así como la mensualidad que se debe
abonar a la compañía telefónica para mantener activo el servicio.
Pero lo cierto es que en apenas un año los abonados
de la telefonía celular en Cuba superaron el millón, dejando atrás la
similar cifra de teléfonos fijos que existen en todo el país, lo cual
demuestra una marcada tendencia al incremento de la telefonía móvil en
la isla. Tan es así, que según estadísticas ofrecidas por la empresa de
telecomunicaciones cubana ETECSA, cada vez son más los cubanos que
acuden a las oficinas de Cubacel a solicitar este servicio, hecho
que sin lugar a dudas tiene sus mejores momentos durante las rebajas de
tarifas, o a partir de las diferentes ofertas de promoción que se
anuncian coyunturalmente según el plan estratégico de marketing de esta empresa.
Es por ello que con esta acelerada tendencia al
incremento de usuarios, podemos dar casi por seguro que la telefonía
celular en Cuba llegó para quedarse. Tal es así, que con las nuevas
medidas de apertura en el país se pueden observar a simple vista cómo en
diferentes lugares existen mesas con todo tipo de móviles a la venta,
múltiples accesorios para estos, así como talleres de reparaciones, una
nueva modalidad que ha venido cobrando mucha fuerza en los últimos
meses.
Digamos que según aumenta la demanda, lógicamente
también se ha incrementado este servicio, donde muchos técnicos
especialistas en electrónica, cibernéticos y hasta cacharreros por
cuenta propia, se hayan aventurado a abrir sus propios talleres donde se
realizan (en algunos lugares con más eficiencia que en otros),
servicios de defectación de equipos, limpieza, reparaciones, cambios de
bandas de equipos, desbloqueos de móviles, flasheos, etc.
Competencia, imagen y calidad en los servicios: la experiencia de “La Clínica del Celular”.
Aún falta mucho para que en Cuba se logre la cultura de marketing
necesaria para poder triunfar como es debido. A nivel de Estado son
contados los ejemplos en los que se trabaja correctamente esta fina
línea que, en no pocos casos ha decidido la permanencia en el mercado de
un producto o incluso, la quiebra o subsistencia de una determinada
empresa.
Más crítica aún es la situación de los negocios
particulares, donde son contados los casos que se han tomado el tema de
la comunicación como el eje principal del éxito, pues de aquí
deben partir estrategias, inversiones, identidad e imagen, y producto
final, elementos que deben marchar juntos si realmente se desea alcanzar
un tramo de ventaja dentro de tanta competencia.
Este es el caso de un grupo de jóvenes que decidieron
emprender vereda por este riesgoso camino, en el cual se han tenido que
desdoblar desde la teoría comunicacional hasta la práctica en sí misma,
hecho que en muy poco tiempo los ha llevado a lograr un sello
distintivo en imagen y calidad en los servicios.
“La Clínica del Celular”
surge hace apenas dos años, cuando un amigo conocedor de la tecnología
me sugirió que podríamos adentrarnos en este mundo de los celulares”,
comentó Javier Ernesto Matos Soto, cuentapropista responsable del
taller de telefonía móvil ubicado en la calle G entre 17 y 19, del
Vedado capitalino.
“Vimos una oportunidad única, ya que los celulares
comenzaban a tener auge en Cuba, así que nos dimos cuenta que este
sería un negocio próspero, ya que la tecnología siempre está
evolucionando, fallando, y los usuarios siempre van a necesitar un
servicio que responda a este tipo de exigencias”, agregó Matos Soto.
Pero para llegar a caminar sin tropiezos hay que
comenzar por pequeños pasos, poco a poco, aunando el empeño de todos en
un mismo objetivo. Así lo experimentó Carluchín Vidal, otro integrante
del equipo de la calle G, quien nos confesara que el local que ahora
mismo utilizan era un garaje viejo repleto de trastos amontonados, así
que la primera y gran tarea para lanzarse a esta aventura era limpiar el
lugar y acondicionarlo según las exigencias requeridas.
“Estuvimos todo un fin de semana trabajando muy
duro. Al ser esto un garaje tuvimos que abrir un hueco y poner un
extractor, porque en verano sería como trabajar dentro de una sauna. Una
vez limpio el local, lo pintamos y comenzamos a acomodar según la
estética que habíamos acordado para el mismo. Así, de poco en poco y con
el apoyo de muchos amigos, es que hemos podido llegar hasta este punto,
que por supuesto, continuaremos mejorando paulatinamente en imagen, y
atención al cliente”, explicó Vidal.
En cuanto a la puesta en práctica del taller, Javier Matos insistió en
que todo un compendio de elementos tendrían que estar listos antes de
abrir a la población, pues según sus propias palabras “en este tipo
de negocios uno no se puede desesperar; se debe ser muy hábil, pues hay
que hacer estudios de mercado, aprender de la competencia, etc. Y
precisamente son esos elementos los que al final hacen que la estrategia
escogida marque la diferencia”.
Sobre la estrategia utilizada relató: “
Partimos de un detallado Manual de Identidad, el
cual encomendamos a un especialista partiendo de nuestras prioridades.
De aquí fue que nos propusimos apartarnos del nombre cotidiano de Taller de celulares, por lo repetido y poco original. Surgió entonces la propuesta de “La Clínica del Celular”,
un nombre que se ajusta con el objetivo real de las clínicas de salud.
Por ejemplo, el color seleccionado para el local es un verde fuerte,
bien vivo, parecido al de las batas que se llevan en estas clínicas. Y
como ícono identificativo diseñamos una graciosa mascota, que simula a
un celular alzando las manos (como símbolo del éxito) con un
estetoscopio médico. Como vez, todos estos son detalles que por
insignificantes que parezcan, nos han ayudado mucho a atraer clientes”, afirmó el especialista”.
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