cubanalisis
Antonio Arencibia
Empezó en España este mes de mayo (que pronto se acaba) con la
conmemoración del Día del Trabajo. En Estados Unidos, donde se
originaron los sucesos que marcan la fecha, se pasó a septiembre
para apartarla del recuerdo de aquel mayo de 1886 en Chicago, cuando
en medio de una manifestación pacífica por la jornada de 8 horas se
lanzaron bombas que mataron a siete policías y cuatro civiles y
llevaron a la horca a cuatro acusados. Sin minimizar el altísimo
nivel de desempleo que aún aqueja a los españoles, aunque ese primer
día del mes hubo actos con reivindicaciones laborales en varias
ciudades, no tuvieron la contundencia de otras épocas, en gran parte
por la caída de prestigio del liderazgo sindical debido a su
participación o negligencia en los fraudes multimillonarios a los
cursos de capacitación a trabajadores andaluces.
También el primer domingo de mayo en la Península y en Canarias fue
el Día de la Madre, (así, en singular), a diferencia de Cuba y EEUU
en que cae en el segundo domingo del mes y se escribe en plural.
Quizás sea por coincidencia o por copia a la Iglesia Católica, que
dedica el mes de las flores a la madre de Jesús, basándose en una
tradición medieval que arranca desde que Alfonso “el Sabio”, rey de
Castilla, escribiera las “Cantigas de Santa María”. De todos modos,
cualquiera que sea el día, sirve para tributar gratitud a la madre
humana (o divina); en muchos lugares con regalos y cenas, y el 10 de
mayo en Cuba, con sencillas tarjetas de felicitación o una flor ante
su foto.
En mayo también hay brotes de partidos en Europa
Cuando llega mayo todo florece, hasta los nuevos partidos que han
estado creciendo por algún tiempo en España y Reino Unido (R.U.).
Primero eran semillas y después plántulas, pero ya salen a la
palestra política con sus nuevos colores. Algunos se han hecho muy
visibles gracias al abono separatista, como el “CiU” de Cataluña y
el “SNP” de Escocia. Otros, como el “UKIP” británico, aspiran a
separar el país de la Unión Europea, lo que unido al crecimiento del
independentismo escocés en las elecciones del pasado jueves 7,
podría llegar a conseguir no solo una “Pequeña Bretaña” sino también
una “Pequeña Europa” (1).
A
pesar de las encuestas que pronosticaban un empate con los
laboristas, el partido conservador del Primer Ministro David Cameron
obtuvo la mayoría parlamentaria y enseguida llegó la reacción de los
mercados, con la mayor subida en seis años de la libra esterlina
frente al euro, pero durante su campaña electoral el inquilino del
No. 10 de Downing Street se comprometió a un referendo dentro de dos
años sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Es
decir, por ahora hay calma, pero no se descarta que con el
otorgamiento de nuevos poderes a sus partes integrantes, el reino
llegue a convertirse en un estado federal (2), y además la posible
salida del país de la UE tendría consecuencias geopolíticas muy
graves en una Europa enfrentada al expansionismo ruso.
En
España acaban de entrar en el escenario nacional “Ciudadanos” y
“Podemos”, el primero desde el centro-derecha y el segundo desde una
izquierda que se quiere camuflar, y cada uno por su lado están
restando votantes al Partido Popular y al Partido Socialista Obrero
Español, los dos partidos que se han alternado en el gobierno por
tres décadas. No obstante, todo parece indicar que en las elecciones
municipales del próximo 24 de mayo el bipartidismo no será
aplastado, aunque saldrá muy debilitado, y que el partido más votado
en los comicios generales de fines de año tendrá que aceptar pactos
para formar gobierno, incluso con fuerzas políticas de signo
contrario en lo ideológico o lo nacional. Eso debilitará la
gobernabilidad con mayoría absoluta que han tenido los Populares en
este mandato, y puede frenar el ritmo del crecimiento económico del
país. Para conjurar las fuerzas centrífugas y el creciente
regionalismo de las quince comunidades autonómicas, los políticos
españoles están obligados a reinventar su discurso y sus proyectos y
a buscar consenso para modificar la constitución.
Quienes vivimos fuera de Cuba constatamos que la entrada en el
escenario político de nuevos partidos de todas las tendencias en
estos dos países europeos no frena, sino dinamiza los respectivos
procesos democráticos. Es un nuevo ejemplo del papel que juega el
multipartidismo, en contraste con el absurdo sistema dictatorial de
partido único que elimina la participación ciudadana de la discusión
y aprobación de programas, planes y propuestas de leyes.
Por
eso repugna la frivolidad, ignorancia o descaro de que hicieron gala
algunos medios extranjeros que cubrieron las recientes “elecciones”
en la Cuba neocastrista. No solo porque dieran cobertura al hecho de
que dos opositores al régimen estuvieran entre los 27.000 candidatos
de la lista única oficialista, sin ser apaleados y detenidos, sino
porque dan pie con ello a crear ilusiones o idea de cambio en
quienes no conocen el nivel represivo del régimen dictatorial
cubano, cuya magnitud es tal que a veces no requiere de la violencia
física, porque le basta el descrédito público de sus oponentes para
lograr la intimidación de la ciudadanía. No en balde Cuba y
Venezuela siguen en la lista negra del informe anual publicado este
mes por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) (3).
Flores para soldados de un país que no existe pero quieren revivir
No
había que ser adivino para pronosticar, como hice a inicios de este
año (4), que el general-dictador Raúl Castro asistiría a los
festejos por el 70 aniversario de la victoria sobre el fascismo el 9
de mayo en la Plaza Roja. Así fue, y como también era de esperar,
entre los asistentes estaba Nicolás Maduro, su compañero en la lista
latinoamericana de violadores de los derechos de sus conciudadanos.
Pero tengo que confesar que el alcance del repudio a Vladimir Putin
por la invasión de Ucrania fue mucho mayor que el esperado, pues los
líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, España,
Italia y Polonia rehusaron participar en las celebraciones de Moscú,
e incluso Aleksander Lukashenko -el dictador de la vecina
Bielorrusia- se sumó al boicot.
Como era de esperarse, hubo un gigantesco desfile militar y se hizo
alarde de los nuevos medios de guerra, como el novísimo tanque
Armata, el carro de combate blindado Kurgánets-25, el sistema de
misiles antitanque Kornet-D, el transporte blindado Bumerang, y el
obús autopropulsado Koalitsiya-SV. Al día siguiente, el gobernante
cubano estuvo entre los Jefes de Estado y de Gobierno que honraron
con ofrendas florales la Tumba del Soldado Desconocido de la
desaparecida Unión Soviética en la II Guerra Mundial.
Antes de partir hacia Roma a verse con el Papa Francisco, Raúl
Castro repitió la visita al Patriarca Cirilo I de Moscú, como hizo
tras su elección en el 2009 como jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Se trata de un aliado clave para el arraigo en la población del
chovinismo gran-ruso que ha revivido Putin, y que se manifiesta en
las actuales fronteras de Rusia con agresiones y provocaciones a
varios países de la antigua Unión Soviética. Como consecuencia de la
exacerbación nacionalista, se vuelven a erigir en Rusia bustos de
Stalin y se restablecen prácticas comunistas abolidas, como es la
autorización a miembros del partido gobernante, “Rusia Unida”, de
patrullar uniformados las calles de Moscú con poderes policiales
para reprimir el tráfico de drogas y a quienes perturben el orden
público (4).
El camino de Raúl no es el de Saulo
A
Roma llegó Raúl Castro para ser recibido primero por el Papa
Bergoglio y luego por el Primer Ministro de Italia, Matteo Renzi.
Tenía razones para estar eufórico, pues en sólo diecisiete años tres
Papas habrán visitado la Isla, ya que Francisco irá a Cuba del 19 al
22 de septiembre y viajará a las provincias de La Habana, Holguín y
Santiago de Cuba. Si no es un record es un buen average para el
Vaticano y los Castro.
Quizás esa euforia llevó al visitante a una declaración tan
exagerada que nos deja esta duda: ¿Sentirá Raúl Castro lo que dijo
en Roma sobre su retorno al catolicismo si el Papa Francisco “sigue
así”, -es decir-, por el camino que lleva, o es un nuevo engaño? La
historia de los conversos de todas las religiones es compleja; por
ejemplo, en la España de los Reyes Católicos y sus descendientes, la
mayoría de los judíos y musulmanes que lo hicieron fue para evitar
la deportación y la incautación de sus bienes.
Sin
dudas, la conversión más importante que se conoce entre los
cristianos fue la de Saulo de Tarso, un cobrador de impuestos para
el Imperio Romano, que perseguía a los seguidores de Jesús, hasta
que cayó del caballo en el camino de Damasco, cegado por una
revelación. Convertido, llegó a ser, con el nombre de Pablo, el
segundo apóstol en importancia de la entonces nueva religión. Pero
el camino de Damasco del menor de los Castro no parece conducir a la
fe, sino al bunker de Bashar al-Assad, apuntalado por armamentos y
asesores de Putin y los ayatolas iraníes.
Además, otro problema que tiene Raúl Castro es que, aunque quiera,
no se puede “caer del caballo”, todavía. No tiene tiempo suficiente
para romper el círculo vicioso de la dependencia con quien sigue
siendo el líder histórico de un sistema fracasado que está obligado
a remendar, pero que no puede ni quiere liberalizar. Prueba de esa
dependencia es que el Granma no ha publicado la “declaración de fe”
de quien es -nominalmente- el Primer Secretario del Partido
Comunista de Cuba.
Las recientes procesiones habaneras
En
marzo y abril, cuando se celebraba la Semana Santa, llegaron a La
Habana en procesión solemne varios altos funcionarios políticos de
países democráticos, para discutir nuevas relaciones con la
dictadura al calor de la apertura iniciada por Obama. El primero en
llegar en marzo de la Unión Europea fue el Ministro de Exteriores de
Italia, luego el secretario de Estado de Comercio de Francia, y
cerró el mes la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE),
Federica Mogherini. En abril arribaron el secretario de Estado de
Comercio de España, y el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
Entonces llegó el mes de mayo con un cortejo de dos cancilleres, (el
de los Países Bajos y el de Japón), y un presidente, el de Francia,
François Hollande, en la primera a Cuba de un mandatario galo.
Casi todas las delegaciones de países que llegaron a Cuba en esos
tres meses tuvieron carácter político-económico y estaban integradas
por representantes de importantes empresas nacionales. Por ejemplo,
Hollande se hizo acompañar por directivos de la afamada Pernod
Ricard, la hotelera Accor, el grupo de supermercados Carrefour, la
aerolínea Air France, el grupo Orange de telecomunicaciones, y
representantes de varios bancos.
Por
cierto, después de su elección, las encuestas sitúan siempre a
Hollande por debajo de los demás políticos franceses. Así lo reflejó
Prensa Latina en un despacho que publicó el blog oficialista
Cubadebate hace un año, aunque ahora solo tienen para él frases
laudatorias. Que el jefe de Estado más impopular de la actual Quinta
República de Francia se haya convertido en el primero de la historia
francesa en visitar Cuba, no sería un problema tan grave si Hollande
hubiese tenido el recato de abstenerse de elogiar a Fidel Castro
tras visitarlo. Para un análisis concienzudo sobre ese tema
recomiendo leer el artículo de Eugenio Yáñez en Cubaencuentro,
Monsieur le Président y su “momento histórico”.
Aparte de esa improcedente guataquería, la comitiva oficial y
empresarial francesa venía a lo concreto: fomentar el comercio y
ampliar inversiones; y eso han acordado en diferentes campos, aunque
también entraron a formar parte de una empresa mixta que participará
en el proyecto del Mariel, una prioridad del régimen de dudosas
perspectivas mientras se mantenga el embargo.
Cuba-EEUU: relaciones diplomáticas (y más exigencias)
No
podemos cerrar este panorama del mes sin plantear que se ha
generalizado la idea de que el 29 de mayo es la fecha clave para el
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La
Habana. Es cierto que ese día se cumplirá el término del tiempo
establecido desde que Obama notificó al Congreso que recomendaba la
salida de Cuba de la lista de países promotores del terrorismo, y no
se han dado pasos para aprobar una ley en contra. En el breve tiempo
que falta no se espera una oposición de la mayoría republicana en el
Congreso a esa decisión presidencial.
Hace unos días Raúl Castro declaraba a la prensa que “una vez
nombrados los embajadores, restablecidas las relaciones
diplomáticas... tendremos relaciones…”. Pero la cosa no es tan
simple, y como se verá en la reunión bilateral del 21 de mayo en
Washington se requerirá de más tiempo. El primer paso, y quizás el
más difícil, es, precisamente, el nombramiento de embajadores.
En
la Cuba dictatorial, si aún no está decidido quien será designado,
eso se resuelve por decreto en unas horas. Pero en la gran nación
del norte cualquier propuesta presidencial para ocupar el cargo de
embajador tiene que pasar por la confirmación del Senado. Ese
trámite está en manos del Comité Senatorial de Relaciones
Exteriores, y aunque es un proceso algo más simple cuando se trata
de diplomáticos de carrera, siempre es lento. Ahora bien, cuando el
presidente hace un nombramiento político, la confirmación puede
estancarse, como está ocurriendo ahora mismo, afectando las
relaciones diplomáticas óptimas con numerosos países. Como planteaba
un artículo del pasado noviembre de la prensa de Costa Rica, “más de
la cuarta parte de los 169 países donde Estados Unidos tiene
embajadas, desde Afganistán hasta Malawi, están a la espera de que
llegue el embajador que se les ha designado. Eso no se debe al
recorte del presupuesto federal ni a graves situaciones de política
exterior, sino es culpa de las luchas partidistas en Washington”
(5).
En
el año en curso el Departamento de Estado envió al Senado las
propuestas presidenciales de embajadores estadounidenses en Surinam,
Haití, Estonia, Togo, Mongolia, Republica Centro Africana,
Tailandia, Camboya, Nepal, Croacia, Maldivas, Benín, Rumania,
Chipre, Georgia, Pakistán, Guyana y Kosovo. Todas estaban pendientes
de aprobación al escribirse estas líneas (6).
Hay
que esperar a ver a quien propone Obama como embajador en La
Habana, y hay que considerar también la presencia en el Comité de
Relaciones Exteriores de Marco Rubio y Bob Menéndez, dos de los tres
senadores cubano-americanos en el Congreso. Por eso es prematuro
poner fecha de mayo a la restauración de relaciones. Dicho esto, ya
sea con un Embajador, o más probablemente con un Encargado de
Negocios norteamericano, el restablecimiento de relaciones a nivel
de embajadas solo depende de la Casa Blanca y el Palacio de la
Revolución, y se puede hacer en cualquier momento.
En
la calle Calzada, en el Vedado, está el edificio de la Sección de
Intereses de EE.UU. (SINA) lleno de funcionarios, y el Jefe de
Misión de la SINA, Jeffrey DeLaurentis, es un diplomático de carrera
con rango de embajador en el Servicio Exterior de su país. Por otra
parte, desde que se estableció en 1977, durante el mandato de Jimmy
Carter, la Sección de Intereses ha estado autorizando cientos de
miles de visas, especialmente aquellas del Programa Cubano de
Reunificación Familiar (CFRP en inglés). Como lo hemos visto en
otros países, la presencia de un embajador norteamericano no es
imprescindible para que funcione la embajada, aunque le da a las
relaciones diplomáticas el máximo nivel.
Por
todo eso, esperamos el acto oficial de inauguración de embajadas con
las siguientes dudas: ¿Irá el Secretario de Estado Kerry a la
reconversión en embajada del edificio de la calle Calzada? ¿Cómo
gesto de reconciliación, restaurarán los neocastristas el águila
emblemática del monumento a las víctimas del “Maine”, o
desmantelarán el llamado bosque de banderas y el protestódromo de
sus alrededores? ¿Hará alguna Reflexión al respecto el Anciano en
Jefe?
De
lo que no hay dudas es que antes de restaurarse oficialmente las
relaciones, el régimen hace nuevas exigencias que van más allá de la
eliminación del embargo. En enero, en la Cumbre de la CELAC, Raúl
Castro pedía como parte de la normalización una compensación por los
daños que este ha causado, y además la retirada de la Base Naval de
Guantánamo. Y el 12 de mayo revelaba a la prensa otras
“preocupaciones” que había planteado a Obama en la Cumbre de las
Américas del pasado abril:
Lo que le manifesté a ellos (Estados Unidos), al
presidente concretamente que lo que más me preocupa es que continúen
haciendo cosas ilegales (...) por ejemplo, graduando periodistas
independientes. (…) Les dan (a disidentes) no sé cuántas clases, en
pantalla, teleconferencias de los propios Estados Unidos. No sé si
les dan título y por supuesto la correspondiente mesada
(7).
Es
por eso que, en opinión de algunos comentaristas, al
“general-presidente” le sigue la euforia por su reciente viaje a
varias capitales y las visitas de alto nivel que está recibiendo, y
por eso no cesa de hacer a Obama exigencias que están fuera de su
competencia. Dicen que se ha creído vencedor y reta a quien le está
poniendo oxígeno a su régimen despótico como si fuera el personaje
de dibujos animados Elpidio Valdés que tras alguna victoria gritaba
“!Yanquis, nos vemos en la próxima aventura!”.
Yo,
por mi parte, creo que actúa así porque tiene prisa y quiere recoger
lo más que pueda lo antes posible, porque sabe que tanto él como su
hermano tienen cerca la fecha de vencimiento. Sabe que hay grandes
intereses que han apostado por una apertura de Cuba al mundo, y que
van a tener que pagar un precio político muy alto si eso fracasa.
Raúl Castro, tras la visita al Vaticano, puede pensar que a lo mejor
ocurre un milagro y recibe algo de lo que exigiendo sin dar -como
hasta ahora- nada a cambio.
NOTAS
(1)
Francisco de Borja Lasheras, Pequeña Bretaña, pequeña Europa, El
Mundo, mayo 6, 2015.
(2)
Timothy Garton Ash, Bienvenidos al Reino Federal de Gran Bretaña, El
País, mayo 9 de 2015
(3)
Silvia Ayuso, Venezuela y Cuba continúan en la lista negra de
derechos humanos, El País, mayo 7 de 2015.
(4)
Antonio Arencibia, Suenan Tambores de Guerra (y un bongó castrista)
en Europa, Cubanalisis, febrero 9 de 2015.
(4) Druzhinniki
Volunteer Police Patrols, a Staple of Soviet Era, Revived in Russia,
www.interpretermag.com, May 13, 2015.
(5) Larry Luxner,
Costa Rica not alone as it waits for a new US ambassador, The Tico
Times, Nov. 24, 2014.
(6) American
Foreign Service Association, List of Ambassadorial Appointments,
Updated May 7, 2015.
(7)
Nelson Acosta, Raúl Castro, preocupado por actividad "ilegal" en
misión diplomática estadounidense en Cuba, Reuters, mayo 12 de 2015.