Foto: The Real Cuba
El Cantaro del Aguador ha publicado una carta abierta a Javier Bardem, recientemente ganador del Oscar por su dudosa actuacion en "No country for old men".______________________Huevos de plomo (carta imposible a Javierito Bardem) Y ya que estamos, voy a tomar este impresionante post de mi amigo
Hartos, que delata la miseria del régimen comunista cubano pese a los "grandes propagandistas" que tiene, tanto aquí en España (los bardemes y los sabinas, entre otros) como en Hollywood (Sean Penn, Oliver Stone, Kevin Spacey, Tim Robbins y señora... y otros progres americanos que no salen en los papeles pero que seguro también los apoyan). Copiamos el post con alguna adaptación, pero sin apartarnos de lo esencial.
Sólo añadiré una cosa más. Uno se tiene que casar por amor, desde luego. Pero si uno pudiera casarse por librar a esas pobres «gineteras» de tener que follar para poder comer algo decente de vez en cuando, yo lo haría.
Querido Javier...
He recibido hoy correo de Cuba, justo al poco de leer tu
sesuda reflexión de hombre versado en relaciones internacionales.
El correo es de mi "vieja" amiga Mila. Por supuesto he de aclararte que Mila es un nombre ficticio y cuando digo lo de vieja lo digo porque nuestra amistad ya va para unos años.
Cuando yo la conocí en la Habana, Mila tenía 16 años. Mi amiga Mila tiene ahora 22 años. Es una mulata escultural de las que quitan el hipo. Y se prostituye. Sí, querido Javier: Mila es una puta. Pero no es una puta como ésas con las que tú acostumbras a revolcarte, tipo la Pé y compañía, putas por placer o por ambición profesional. Ya sabemos todos lo "macho" que eres y lo bien que follas (lo dicen en el Tomate, conste).
No. Mi amiga Mila es puta por necesidad. Mi amiga Mila se prostituye para comer y para dar de comer a su familia. No es la única de su familia que lo hace. Mila tiene una hermana mayor y un hermano algo más pequeño que también lo hacen. Lo hacen por necesidad. Su vida es ésa, Javier. Se deben acostar con turistas que llegan a la Habana buscando lo que en sus países de origen es delito, acostarse con un o una menor por poco más de 10 euros. Diez pesos convertibles (ya sabes: esa moneda que los cubanos tienen prohibido usar). Y deben hacerlo, Javier, de manera indistinta tanto si son hombres o mujeres, jóvenes o viejos, porque lo único que les interesa es el dinero que puedan obtener de esa —llamémosla así— transacción sexual.
Según me contaba Mila el día que la conocí, además intenta enseñarle su hogar al turista. Verdaderamente, tú lo sabes bien, Cuba es un lugar precioso. Intenta enterarse de cosas allende su isla, pues sabe que nunca saldrá de su país y por supuesto intenta que "otros" (un amigo taxista, el camarero de cierto restorán o algún conocido) se "beneficien" de los pesos del turista, alegrándole además la estancia y haciéndosela, digamos, más humana. Es muy fácil así olvidarte de que follarte a esa menor que se te ofrece por hambre es delito en tu país. Así vive Mila, Javier.
Pero qué te voy a contar yo si a lo mejor hasta te la has beneficiado, con lo machote que eres... Pues bien, Javier: me dice hoy Mila que la cosa está allí mal, muy mal, "peor que cuando tú viniste y ya viste...", fatal, vamos. Me pide dinero una vez más, cuando sabe que no puedo enviarle más. ¿Sabes que si le envío 50 euros a Mila Fidel se queda 20? Si le llegan, claro. Pero es que además ya no le llegan: después de dos últimos intentos infructuosos ya no le envío nada. Me dice Mila que tiene hambre Javier, que recuerda el día que la invité a un sándwich en el Barrio Chino, cerca del Capitolio, no recuerdo como se llamaba el local... Y a mí me entran una impotencia y un coraje, Javier, que se me saltan las lágrimas. Porque si Mila este mes no tiene compresas, que no tendrá, siempre puede usar un trapo viejo. Pero amigo: cuando el estomago se retuerce de hambre... Y créeme: sé que tiene hambre.
Sólo quería decirte una cosa más, Javier. La próxima vez que hables de «cárcel» y de esas cosas acuérdate de mi amiga Mila. Y plantéate esta pregunta: ¿crees que su padre está orgulloso de que sus hijas e hijos se tengan que acostar con desconocidos para que la numerosa familia pueda comer de vez en cuando algo decente? Piénsalo, Javier. Y luego piensa quién debería ir a la cárcel. Yo personalmente encerraría a muchos turistas que visitan Cuba. Bajo su progre manto de honorabilidad, respetabilidad y legitimidad socialista simplemente se esconde un pederasta o una vieja verde.
Atentamente,
Hartos de ZPorky
Y yo no añadiré nada más, salvo mi firma al pie de esta «carta imposible». E invito a hacerlo a aquellas personas de buena voluntad y buen corazón.