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Cuartería en un solar habanero |
Por Daniel Benítez
Casi un millón de viviendas cubanas (955,885) reciben agua desde un pozo, río o manantial, mientras a 40,958 les llega desde una fuente imprecisable, catatalogada oficialmente como “otra”, según arrojan cifras divulgadas por el Censo de Población y Viviendas 2012.
Estos datos estadísticos significan que uno de cada tres hogares no tiene servicio de acueducto y utiliza agua sin ningún tipo de tratamiento de purificación, lo cual incrementa las posibilidades de contraer enfermedades infecciosas y la proliferación de brotes de epidemias como resultado de la insalubridad. En Cuba aparecen registradas 3.73 millones de viviendas.
Millones de cubanos también se ven afectados por el pobre abastecimiento del vital líquido, el cual llega a 591,469 viviendas por acarreo o pipas de distribución. Un total de 909,918 tienen las tuberías de agua fuera de las casas, una incomodidad adicional, pues para utilizarla en labores domésticas o en el consumo los residentes tienen que cargarla.
Problemas de desagüe
Pero si el abastecimiento es un problema, el desagüe no se queda atrás. En la actualidad, un millón 430 mil 86 viviendas ocupadas tienen que utilizar una fosa o tanque séptico, mientras que 756,644 recurren a “otros” mecanismos -que no son descritos- para evacuar los desechos líquidos y sólidos.
El alcantarillado solo cubre poco más del 45 por ciento de los hogares.
Con relación al servicio de electricidad, cientos de miles de cubanos se iluminan con kerosene, material inflamable que es utilizado en 42,392 hogares. Las plantas industriales se emplean en 23,484 inmuebles, en tanto las minihidroeléctricas le alivian la vida a 7,098.
Es llamativo el hecho de que como fuente de energía se utilice el biogás en 257 edificaciones, al tiempo que “otras” provisiones -nuevamente la clasificación indeterminada- permiten que 8,148 puedan al menos encender un bombillo.
Bohíos, cuarterías, vagones
El acápite sobre el tipo de viviendas sorprende al revelar que todavía existen 82,607 bohíos en el país, 25 mil de ellos en Holguín y solo 150 en La Habana, la provincia con el mayor número de casas y apartamentos.
Los capitalinos comparten el raro “privilegio” de tener 10,700 habitaciones en cuarterías, el 59 por ciento del total de 18,365 que existen en la isla, y ser los segundos en cuanto a edificaciones “improvisadas”, con 1,553 de ellas (solo los supera Granma, con 1,993). En la categoría de improvisadas -como bien aclaran las autoridades- clasifican “aquellas viviendas que han sido construidas con materiales no adecuados o de desechos como son: cartones, planchas metálicas, fibrocemento, lona, etc”.
Pero la verdadera sorpresa de este registro estadístico es que los investigadores del Censo consideraron como viviendas 1,718 locaciones barcos, botes, vagón de ferrocarril, tráiler, contenedores, cuevas y otros.
El déficit habitacional alcanza las 700 mil viviendas, en un país que apenas pudo construir 32,103 el pasado año.