cubanalisis
Antonio Arencibia
Con la noticia del nuevo campo de golf que el gobierno de Cuba quiere construir cerca de Varadero, la memoria me transportó al poema de Nicolás Guillén que me aprendí allá por 1960. El título, Little Rock, no tiene nada que ver con el deporte de los palos y los hoyos, pero el poeta aprovechó para meter en su crítica al racismo en el Sur de Estados Unidos, al presidente “Ike” Eisenhower. De ahí quedó en el recuerdo de muchos una imagen de su despreocupación de golfista ajeno al bochornoso episodio de aquella ciudad de Arkansas, recogida en versos que dicen:
mientras la pelotilla blanca,
una graciosa pelotilla blanca,
presidencial,
de golf,
como un planeta mínimo,
rueda en el césped puro,
terso, fino, verde, casto, tierno, suave,
yes.
La realidad (que como sabía muy bien Guillén desmiente su poema), fue que Eisenhower había tomado medidas contra los que se oponían con violencia a la asistencia de estudiantes negros a las escuelas de Little Rock, que eran de uso exclusivo para blancos. Y decidió enviar 500 paracaidistas de la División 101 Aerotransportada para imponer la integración escolar como había dictaminado la Corte Suprema de Estados Unidos. Claro que en la Cuba de 1959 la amplia difusión de aquellos versos sirvió para que muchos jóvenes quedáramos con la impresión de que el golf era el juego idiota típico de los “racistas imperialistas yanquis”.
Pero volvamos al golf en aquella Cuba de los barbudos en sus primeros años en el poder, ya que -como es tema de actualidad- la prensa internacional se ha lanzado con avidez e imprecisión a escribir sobre el día que lo jugaron Fidel Castro y el “Che” Guevara. Alguno ha afirmado que ocurrió en 1960 y que fue una burla al general y presidente norteamericano; otros sitúan la acción después de la Crisis de los cohetes nucleares pero la califican de una especie de guiño al presidente Kennedy para tratar de mejorar relaciones. Lo cierto es que el juego de los dos guerrilleros se llevó a cabo en el club de golf que había en Colinas de Villareal, en La Habana, en 1961, un mes antes de la invasión de Bahía de Cochinos. La revista norteamericana Golf, en un reportaje de septiembre del 2009, entrevistó en Miami a un testigo de primera mano que esclarece la motivación de aquella parodia “golfística”. Se trata del novelista cubano José Lorenzo Fuentes, que trabajaba entonces de enlace con la prensa para Fidel Castro, aunque más tarde iría a prisión acusado de agente de la CIA. Según Fuentes, Castro le dijo que lo acompañara porque iba a jugar golf con el Ché y que escribiera sobre eso para el periódico Revolución, e incluso le dio el título del artículo que sería: “Fidel: yo puedo derrotar fácilmente a Kennedy en este juego” (1).
Sea cual fuera la intención de la partida entre el argentino y el cubano y del reportaje de José Lorenzo Fuentes en el diario del “Movimiento 26 de Julio”, el ambiente político se radicalizó aún más tras la derrota de la invasión y la declaración de Fidel Castro de la naturaleza socialista de la hasta entonces “Revolución tan verde cómo las palmas”. En junio de 1961 el dictador decidiría el destino futuro de dos de los tres únicos campos de golf cubanos, el situado en el Country Club y el de Colinas de Villareal. Fue en su discurso clausura de la tristemente célebre Reunión con los Intelectuales en la Biblioteca Nacional, en el que además de dejarle bien claro a los asistentes que podían escribir “Dentro de la Revolución: todo; contra la Revolución, nada”, anunciaba dos proyectos:
Construir la Academia Nacional de Arte […] en el medio del Country Club […] en el medio del campo de golf, en una naturaleza que es un ensueño […] E inmediatamente también comenzará a funcionar la Academia Nacional de Artes Manuales con otras tantas residencias, en otro campo de golf y con otra construcción similar. (2)
Donde estuvo el campo de golf del Country Club se construiría -por el arquitecto cubano Ricardo Porro y los italianos Vittorio Garatti y Roberto Gottardi- un moderno conjunto de cinco edificios conocido como las Escuelas Nacionales de Arte de Cubanacán, que quedaron sin terminación y hoy en día están en franco deterioro. La supuesta Academia Nacional de Artes Manuales nunca se edificó y las instalaciones de Colinas de Villarreal y su campo terminaron siendo utilizados como área de entrenamiento militar. Solo quedó el Havana Golf Club, un viejo campo de solo 9 hoyos que se le dio a la embajada británica para disfrute de su personal.
De golf no se volvió a hablar en el país hasta que llegó el Período Especial y alguien convenció al Comandante de la conveniencia de explotar ese deporte para el turismo extranjero de lujo. Fue entonces que se construyó el Varadero Golf Club -diseñado por un arquitecto canadiense- y localizado en los terrenos de la que fuera mansión del multimillonario norteamericano du Pont.
Una protesta diluida
El artículo de la revista Golf arriba mencionado se refería en detalle a las negociaciones de grupos financieros con el régimen para crear nuevos campos de golf en la Isla. Fue publicado un año antes de que Gerardo Arreola, corresponsal en Cuba del periódico mexicano La Jornada, revelara que el Consejo de Ministros del régimen había acordado autorizar la construcción de campos de golf e instalaciones residenciales en la Isla para sus asociados extranjeros. Aunque el trabajo del norteamericano no tuvo resonancia, el título del de Arreola, Cuba se abre al turismo de lujo, venderá casas a extranjeros y construirá 16 campos de golf, (3) levantó un pequeño debate entre intelectuales cubanos a favor o en contra de la decisión gubernamental.
Algunos plantearon que el proyecto de entregar propiedades en usufructo a extranjeros ricos era contrario a las leyes del propio régimen. Otros llegaron a argumentar que se estaba “vendiendo el alma al diablo”. Hay que tener en cuenta para entender aquellas críticas la falta de información oficial al respecto y, además, que las noticias que estaban llegando desde la Venezuela “bolivariana” eran que Hugo Chávez había cerrado entre 2006 y 2009 un total de siete campos de golf, de los treinta y uno que poseía ese país, y había declarado que ese era “un deporte de burgueses”.
Aunque las opiniones encontradas sobre la creación en Cuba de campos de golf se publicaron en varios blogs y sitios web de izquierda en el extranjero, nada se dijo en la prensa o en los blogs internos en la Isla, y con el tiempo la mayoría de los que protestaron se han acogido al silencio o han decidido utilizar seudónimos para protestar en la Red. Es mucho más notable teniendo en cuenta que Manuel Marrero Cruz, que era en el 2010 el Ministro de Turismo que con sus declaraciones dio pie al artículo de Arreola, tres años después sigue siendo ministro del ramo y ha vuelto a confirmar que el desarrollo en la Isla de turismo de lujo con golf de alto nivel es una prioridad del régimen.
Este Coronel y Ministro del sector económico más pujante del país declaraba a inicios de mayo, en la inauguración de la Feria Internacional de Turismo de Cuba, que se están dando los toques finales a la legislación para el desarrollo de proyectos inmobiliarios asociados a campos de golf. También dijo que continúan las negociaciones al respecto con más de diez compañías extranjeras y con algunas de ellas “ya se han firmado o están concluyéndose cartas de intención para posibles nuevos desarrollos en varias ciudades y destinos turísticos del país”. Según la agencia EFE, Marrero Cruz puso como ejemplo que el grupo estatal cubano Palmarés y Habana Resort, una firma de Reino Unido, han acordado constituir una empresa mixta y construir, cerca de Varadero, un campo de golf de 18 hoyos - el “Carbonera Club” - y también 750 apartamentos, 200 residencias, un hotel-boutique y un centro comercial (4). Aunque el embajador británico en Cuba, dijo que era “la mayor inversión británica en la isla en más de una década y de un gran paso de avance” para la relación comercial entre ambos países (5), una semana después de sus declaraciones se iniciaba en La Habana el juicio por corrupción contra dos hombres de negocios del Reino Unido establecidos en la Isla.
Los medios del régimen han estado informando con bastante amplitud sobre los 16 proyectos para construir instalaciones turísticas de lujo, que incluyen varios campos de golf, viviendas, múltiples servicios y muelles para atracar yates, aunque, como es costumbre, sin entrar en detalles. Por ejemplo, cuando terminó la visita a Cuba de Guo Jinlong, secretario del Partido Comunista Chino en Beijing, y miembro del Politburó, se dio a conocer un acuerdo para la creación de empresas mixtas cubano-chinas para construir un complejo turístico con campos de golf en los alrededores de La Habana y otro en la provincia de Pinar del Río, pero no se sabe la cuantía de tales inversiones.
La República Popular China ha dado gran impulso a ese deporte, pues ya en 2004 había construido unos 170 campos. Actualmente, y a pesar de restricciones gubernamentales motivadas por el desplazamiento ilegal de campesinos chinos de sus tierras para construir nuevas áreas de golf- hay unos 600 campos. Otro país socialista que ha desarrollado ese deporte - hasta ayer junto al polo considerado como de élite - es Vietnam, con 43 campos de golf. La ventaja para la dictadura de asociarse con China -y quizás pronto con Vietnam en esta fiebre de construir “golf resorts”- es que todos son de la misma camada y conocen las reglas del juego, por lo que es prácticamente imposible que sus hombres de negocios sean acusados de corrupción.
La competencia en el área
En general a Lenin se le atribuye la frase “los burgueses te venden la soga con la que los van a ahorcar”. No importa si lo dijo o no, pero se trata de un asunto que a los que tiene que preocupar es a los inversionistas de Occidente que se meten en negocios con los Castro. Así son los riesgos en el capitalismo, y lo hacen por la ganancia que pudiera traerles vender “soga” en Cuba, pero la cosa cambia cuando los ricos dejan de negociar y van a disfrutar. La clientela que Cuba querría atraer a jugar golf supone gente rica que no va a cualquier parte y sabe exigir por lo que pagan. Y ahí entra el factor competencia.
Repasemos únicamente los competidores de Cuba en el área cercana a la Isla. En Cuba hoy solo hay un campo de 18 hoyos, el Varadero Golf Club, y el viejo Havana Golf Club de 9 hoyos, mientras que Bahamas, uno de sus más cercanos vecinos, cuenta con 8 campos de 18 hoyos y dos de 9 hoyos. Por el sur están las pequeñas Islas Caimán con 4 campos, dos de cada categoría. Y al sudeste de Cuba, está Jamaica con 10 campos de 18 y dos de 9 hoyos.
He dejado para el final a República Dominicana, una verdadera potencia en golf en el área, con 21 campos de 18 y tres de 9 hoyos, es decir más de diez veces las instalaciones actuales de Cuba. Es un país que, según la Organización Mundial del Turismo, ocupa el lugar 48 entre los primeros 50 del mundo en ingresos por turismo internacional en el 2012 cuando obtuvo 4,500 millones de dólares. República Dominicana solo es superada a nivel de América Latina por México (24o lugar), Brasil (39o lugar) y Argentina (45o lugar). Con excepción de México, que tiene costas en el Caribe, ningún otro país en la región caribeña se acerca a los ingresos de República Dominicana. Por sus instalaciones y su experiencia en atraer tanto al turismo masivo como al de lujo es extraordinariamente difícil que los dominicanos sean desplazados de esa posición por Cuba, y mucho menos con el ritmo actual de las reformas económicas.
Pero hay que aclarar que lo de impulsar el golf no es un cambio promovido por Raúl Castro, pues ya vimos como en los años 90, el Comandante aprobó la construcción del Varadero Golf Club. Pues bien, en el mismo año 2006, antes de caer gravemente enfermo, Castro se reunió tres horas con Wally Berukoff, jefe de Leisure Canada, una de las empresas empeñadas en construir campos de golf en Cuba. De tal modo fueron sus contactos que esa constructora obtuvo después un contrato de arrendamiento por cincuenta años para un campo de golf en Jibacoa con opción de renovación, pero no contenta con ello solicitó la extensión del acuerdo a 75 años. Ahora cuentan con una legislación hecha a la medida y que no se ha divulgado, pero que se comenta sea la legalización de la otorgación en usufructo hasta por cien años a esas y otras compañías foráneas.
Pero en esencia el problema ha sido y sigue siendo para los extranjeros de Occidente que quieren hacer negocios en Cuba, que con o sin Fidel Castro se enfrentan a la demora en los trámites de aprobación. Si desde el 2006 Castro estaba de acuerdo con este plan, ¿cómo puede el régimen demorarse siete años en hacer los ajustes legales para el desarrollo del golf alto nivel?
Otro fiasco petrolero
Desde diciembre de 2012, la empresa rusa Zarubezhneft ejecutaba trabajos de perforación de un pozo exploratorio en el Bloque L en aguas de Cuba en la zona de la cayería Norte de Villa Clara, pero a fines del pasado mes de mayo se suspendió la exploración. Al inicio el blog pro-gubernamental de Yohandry Fontana reprodujo un artículo del corresponsal de Radio Rebelde en Matanzas, José Miguel Solís, que daba pábulo a la falsa información de que la plataforma “Songa Mercur” se estaba resguardando en la bahía de Matanzas hasta que pasara la temporada ciclónica. Pero la verdadera razón surgió en una declaración de la empresa rusa a Reuters donde explicaba que se debía a “complicaciones de carácter geológico surgidas”, léase, que encontraron una capa gruesa de roca dura difícil de perforar, igual que ocurrió con las exploraciones de Statoil, de Repsol, de Petronas y de PDVSA en aguas cubanas (6).
Indudablemente hay petróleo pesado en la Isla y sus aguas, como lo demuestra la producción nacional que ya abastece un 50% de las necesidades, pero no se encuentra el acceso a las reservas calculadas en 20,000 millones de barriles de crudo, que permitiría el pleno autoabastecimiento y además el impulso al desarrollo futuro del país. Este nuevo y muy costoso fracaso en la exploración petrolera aleja cada vez más a las grandes empresas de hidrocarburos de seguir arriesgando su capital en la Isla cuando hay otras regiones que ofrecen mayores perspectivas de éxito.
Ni en lo grande, ni en lo pequeño
Como aprendí del amigo y colega de Cubanálisis Lázaro González, un aspecto decisivo de la vía del Socialismo de Mercado en China fue cuando se aplicó el principio de zhua da fang xiao (“controla lo grande y deja ir lo pequeño”), que mantuvo las áreas estratégicas de la economía en manos de las empresas estatales, pero permitió el libre surgimiento de empresas individuales y privadas en otros sectores. Las reformas iniciadas por Deng Xiaoping han dado por resultado que en enero de este año se contaran 40,6 millones de empresas individuales y privadas en China, que se desempeñan mayoritariamente en el sector de servicios y dan trabajo a alrededor de 80 millones de personas (7)
Por otra parte, desde 1978, cuando se desmantelaron las comunas y se devolvió la tierra a las familias para su explotación controlada, ha habido avances en la agricultura privada. A inicios de los 80 se sustituyó la venta obligatoria de la producción al estado por contratos voluntarios entre los campesinos y las agencias gubernamentales. A inicios de los años 90 fue abolido el sistema de racionamiento de granos y casi toda la producción anual de vegetales, frutas y legumbres se vendió libremente a precios de mercado.
En Cuba, en cambio, en pleno proceso de “actualización”, en vez de crecer la agricultura a un 2 por ciento según el plan para el 2012, decreció en 1.2 por ciento, y en el Consejo de Ministros Ampliado del 31 de mayo pasado, su vicepresidente, Marino Murillo, tenía que reconocer que
“las medidas que durante décadas se han puesto en práctica en la forma de gestionar la tierra, no han conducido al necesario aumento de la producción, [y] urge poner en igualdad de condiciones a todos los productores, liberar las fuerzas productivas y propiciar su eficiencia”. (7)
En cuanto a lo grande, los resultados estadísticos del 2012 el sector de la construcción incrementó su ya alto nivel de actividad de 12,4 en 2011 a un 18,0 por ciento. Claro que esas cifras no indican que en Cuba haya peligro de una burbuja inmobiliaria, pues se trata fundamentalmente de obras dirigidas al turismo, -hoteles, muelles o vías de acceso- y no a viviendas populares como las tan necesarias en el municipio Centro Habana, que tiene más de la mitad de sus 46,277 viviendas en mal estado o en estado crítico.
¿Qué hacen entonces los que mandan en Cuba pero no resuelven ni lo grande ni lo pequeño? ¿No deberían acaso acelerar las reformas para resolver la mala suerte en la prospección petrolera y el riesgo para sus suministros por la crisis venezolana?
Eso sería lógico para la supervivencia del régimen, pero en este caso la lógica formal no tiene en cuenta la sicología de los que deben actuar. El problema es que tras cinco décadas de consolidación como casta en Cuba, los militares históricos y sus favoritos promovidos a Ministros -ahora disfrazados con guayaberas como falsos civiles- no tienen prisa por soltar la productividad de una nación, no solo atada sino también amordazada. A pesar de la acumulación de la presión social y económica en la Isla, siguen pensando que tienen todo el tiempo del mundo y ensayan y estudian planes piloto en distintas regiones del país.
Ahora a lo que se dedican con ahínco es a priorizan la estabilización política de una Venezuela que -como dicen en Caracas- “pende de un cabello”, y emplean su tutelaje o control para poner orden en las facciones “chavistas”.
Cuando la cúpula raulista se involucra en lo ajeno y descuida el sustrato social altamente explosivo en la Isla, cuando no les importa que Tony Castro Soto del Valle, el médico hijo de Fidel Castro y dirigente del béisbol cubano, salga en la prensa como un burgués premiado por hacer rodar una “pelotita blanca, dictatorial, de golf”, cuando el régimen actúa como si los cubanos fueran de otra especie diferente a sirios, egipcios o turcos.
Sin embargo, el fracaso de los planes agrícolas, el alza insoportable del costo de la vida en la Isla, unidos a la desigualdad creciente, y a las noticias sobre la vida regalada de los hijos de los dirigentes, están fomentando un sustrato social altamente explosivo.
Los que mandan olvidan que las grandes masas que forman los cubanos más desfavorecidos, no son una especie diferente a los que en Cuba en otras ocasiones se lanzaron a luchar por sus derechos, y que una sola chispa puede incendiar la pradera.
NOTAS
(1) Josh Sens, Adios Fidel, Hello Tiger: The Future of Golf in Cuba, Golf.com -Sports Illustrated, August 28, 2009.
(2) Fidel Castro, discurso conclusión de las reuniones con los intelectuales cubanos, Biblioteca Nacional, 16, 23 y 30 de junio de 1961.www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961
(3) Gerardo Arreola, Cuba se abre al turismo de lujo, venderá casas a extranjeros y construirá 16 campos de golf, La Jornada, 3 de agosto de 2010.
(4) Cuba ultima legislación para sus proyectos inmobiliarios con campos de golf , EFE, 7 de mayo de 2013.
(5) R.Unido celebra participación británica en desarrollo de golf resort en Cuba, EFE, 24 de mayo de 2013.
(6) Jeff Frank, Cuban oil hopes sputter as Russians give up for now on well, Reuters, mayo 29 de 2013.
(7) China posee más de 40,6 millones de empresas individuales y privadas, Globalasia.com, Feb 2, 2013.