Riccardo el hombre que derribo el Muro de Berlín

alfleila

lavozdegalicia

Cuando el gobierno de la Alemania comunista fijó una rueda de prensa para el 9 de noviembre de 1989, nadie esperaba que, tan solo cuatro horas después, multitudes de personas pasarían la frontera hacia el oeste de Berlín. Fue ese acto informativo el que precipitó la caída del Muro de Berlín, uno de los hitos del siglo XX con el que se logró la reunificación germana. Hoy, 25 años después, Google recuerda en su doodle esta efeméride. Berlín es actualmente una ciudad cosmopolita y muy distinta a aquella brutalmente partida en dos durante casi tres décadas.

La confusión histórica que precipitó la caída del Muro de Berlín tuvo dos protagonistas, el portavoz alemán Günter Schabowski, miembro del Politbüro de la RDA, y, sobre todo, el periodista Riccardo Ehrman, corresponsal de la agencia italiana Ansa.

Los prolegómenos de la trascendental rueda de prensa habría que buscarlos en la cada vez más creciente demanda de libertad y democracia en la RDA, que había llevado a miles de alemanes del este a huir a occidente a través de Hungría, Polonia y Checoslovaquia. A lo largo de septiembre y octubre se suceden manifestaciones en Leipzig y en otras localidades alemanas en las que los concentrados clamaban Wir sind das Volk! (¡Nosotros somos el pueblo!). Medio millón protestaron en la céntrica Alexander Platz de Berlín oriental el 4 de noviembre contra lo que calificaban un sistema opresor y sin perspectivas.

La presión sobre la RDA se hizo insostenible. Erich Honecker, líder de la Alemania comunista, renunció el 18 de octubre y, en un intento de calmar los ánimos, el gobierno comunista diseñó una nueva ley para dar permisos de viaje al exterior sin condiciones previas que, en principio, entraría en vigor el 10 de noviembre. Pero la supuesta solución terminó precipitando los hechos en cuestión de horas.

En medio de una rueda de prensa ya histórica, convocada por el gobierno comunista para explicar la nueva norma, Riccardo Ehrman, quiso indagar más y repreguntó cuándo sería efectiva la ley. Lo que siguió forma ya parte historia. Schabowski, contrariado, rebuscó en sus papeles sin encontrar la fecha correcta e improvisó: «De inmediato». «Creo que fui el único que realmente entendió en ese momento lo que ocurría», cuenta Ehrman, que hoy tiene 84 años. «Salí de inmediato y mandé un teletipo a la central en Roma diciendo: 'Cayó el Muro'. Mis colegas pensaron: 'Riccardo se volvió loco'».

Pero Erhman no estaba loco. La escena hizo que miles de personas se congregaran espontáneamente ante puestos fronterizos de Berlín. Antes de la medianoche, las autoridades no tuvieron más remedio que abrirles el paso. El Muro que había separado Berlín y el mundo durante casi tres décadas se había derrumbado gracias a un gran malentendido, cinco horas de vértigo y miles de personas sedientas de libertad. «Que se dieran al mismo tiempo todos los factores que llevaron a la caída del Muro fue un golpe de suerte increíble», resumió el director de la Fundación del Muro de Berlín, Axel Klausmeier, al comentar las circunstancias que llevaron al final del gran símbolo del mundo bipolar de la Guerra Fría.

Así se avanzó en una noche histórica

Tras la rueda de prensa todo se precipitó en una intensa jornada. El Muro de Berlín vivía sus última horas. Esta es la cronología:

19:04 horas: La agencia Dpa envía un teletipo urgente anunciando: «Los ciudadanos de la RDA pueden emigrar por todos los pasos fronterizos de forma directa y desde este momento».

20:00 horas: El informativo de la cadena pública ARD comienza con este titular: «La RDA abre sus fronteras». El Parlamento de la Alemania occidental interrumpe su sesión. En la RDA, el comité central del partido único SED termina una reunión sin percatarse de lo ocurrido en la rueda de prensa de Schabowski.

21:20 horas: Miles de personas que fueron saliendo a la calle ya desde la conferencia de Schabowski se reúnen ante el paso fronterizo de la calle Bornholmer. Sin órdenes claras y sorprendida por la situación, la guardia fronteriza permite a algunos pasar al oeste invalidando su pasaporte, una «expatriación» de facto. Los primeros berlineses del este cruzan el Muro y son recibidos en el oeste con lágrimas y abrazos.

21:34 horas: El presidente de Estados Unidos, George Bush, reacciona con prudencia a las noticias que llegan de Berlín. En una rueda de prensa se muestra «encantado», pero responde meditativo y cauto.

23:00 horas: Aumenta la presión en el cruce de la calle Bornholmer, donde miles de personas gritan: «¡Abajo el Muro!». Sin disparar un tiro, los oficiales del cruce abren las barreras y suspenden los controles. En los 45 minutos siguientes cruzan al oeste alrededor de 20.000 ciudadanos de la RDA.

23:50 horas: El canciller alemán, Helmut Kohl, ofrece una rueda de prensa durante su visita a Varsovia y anuncia que interrumpe su viaje a Polonia. Al día siguiente vuela a Berlín.

00:02 horas del 10 de novuiembre: El informe de situación de la policía de la RDA señala que los ocho pasos fronterizos de Berlín están abiertos.

Desde la 1:00: Miles de berlineses del este y el oeste se unen ante la emblemática Puerta de Brandeburgo y trepan al Muro. Otros bailan y celebran en las cercanías. La policía de los dos Berlines vuelve a cerrar el acceso hacia las 3:30 horas.

8:00 horas: La RDA comienza a emitir permisos o visados para los viajes al oeste. Hasta el 11 de noviembre a las 13:00 horas se entregan 2,7 millones de visados.

9:30 horas: El alcalde de Berlín, Walter Momper, pronuncia un discurso en Bonn, capital de la Alemania occidental, en el que resume la sensación que recorre todo el país: «Anoche el pueblo alemán fue el pueblo más feliz del mundo».

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alanheath3 

Libertad Digital 

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The Fall of the Berlin Wall, 25th Anniversary

National Security Archive

In this Nov. 11, 1989, photo, East German border guards are seen through a gap in the Berlin wall after demonstrators pulled down a segment of it at Brandenburg gate. (LIONEL CIRONNEAU/Associated Press)

Documents show accident and contingency, anxiety in world capitals

East German crowds led the way, with help from Communist fumbles, self-fulfilling TV coverage, Hungarian reformers, Czechoslovak pressure, and Gorbachev's non-violence

National Security Archive Electronic Briefing Book No. 490

Posted November 9, 2014
For more information contact:
Thomas Blanton and Svetlana Savranskaya - 202/994-7000, nsarchiv@gwu.edu
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Washington, DC, November 9, 2014 – The iconic fall of the Berlin Wall 25 years ago today shocked international leaders from Washington to Moscow, London to Warsaw, as East German crowds took advantage of Communist Party fumbles to break down the Cold War's most symbolic barrier, according to formerly secret documents from Soviet, German, U.S., Czechoslovak and Hungarian files posted today by the National Security Archive at George Washington University (www.nsarchive.org).

The historic events of the night of November 9, 1989 came about from accident and contingency, rather than conspiracy or strategy, according to the documents. Crowds of East Berliners, already conditioned by months of refugee flights to the West and weeks of peaceful mass protests in cities like Leipzig, seized on media reports of immediate changes in travel restrictions — based on a bumbled briefing by a Politburo member, Gunter Schabowski — and inundated the Wall's checkpoints demanding passage. Television coverage of the first crossing that yielded to the self-fulfilling media prophecy then created a multiplier effect and more crowds came, ultimately to dance on the Wall.

The documents show that the actual collapse of the Wall began with Hungarian Communist reformers who proposed in early 1989 to open their borders to the West, while seeking particularly West German foreign investment to solve Hungary's economic crisis. Hungarian Communist leaders checked in with Soviet general secretary Mikhail Gorbachev in March 1989, letting him know they planned to take down the barbed wire; and Gorbachev — true to his "common European home" rhetoric — responded only that "we have a strict regime on our borders, but we are also becoming more open." (Document 1) The Hungarian decision sparked a stream and then a flood of East German refugees.

Abandoned East German Trabants
line the streets of Prague.

Gorbachev himself unintentionally gave a signal that the Wall could fall in his press conference on June 15, 1989 after a successful visit to West Germany, where in response to a question about the Wall, he said that "nothing [was] permanent under the Moon" and connected German rapprochement to the building of the common European home. In fact, his conversations with Kohl and other members of the West German government created a real breakthrough in Soviet-FRG relations, which would stand Kohl in good stead in the difficult reunification talks during the next year (Document 2). Gorbachev especially reinforced the theme of European unity in his speech to the European Parliament in Strasbourg where he presented his vision of the common European home on July 7, 1989. After speaking about an essentially united Europe based on universal human values, it would be hard to argue in favor of its continued division.

By August 1989, the Hungarian-initiated refugee crisis had become so acute that the West German embassy in Budapest had to shut down, unable to handle the hundreds of East Germans camped out there for visas. On August 19, Hungarian reformers even hosted a "Pan-European picnic" near the Austrian border, after which some 300 East Germans high-tailed across the former Iron Curtain. The subsequent negotiations on August 25, 1989 between Hungarian Communist leaders with West German chancellor Helmut Kohl and foreign minister Hans-Dietrich Genscher show the Hungarian calculation that only the deutschmark could save them, and by mid-September the Hungarians lifted all East-West controls (Document 3).

East German demonstrators take to the streets in Leipzig, October 9, 1989.

Other world leaders were not at all eager for the Wall to fall, notably the British prime minister, Margaret Thatcher, who told Gorbachev on September 23 to ignore those NATO communiqués about German unification, that even her buddy, U.S. president George H. W. Bush opposed that kind of change (she would be wrong, when the time came. See document 4). As Gorbachev later commented to his Politburo on November 3, the West did not want German unification, but it wanted to prevent it "with our hands, to push us against the FRG" so as to head off any future Soviet-German cooperation — but Gorbachev believed European integration was the ultimate solution to Soviet economic problems (Document 6).

Czechoslovakia was closer to East Germany than Hungary was, and after Hungary opened its gates, Prague quickly filled with East Germans willing to dump their Trabant cars in the streets for a chance to clamber over an embassy wall and flee to the West. By November 8, Prague had become so choked with East Germans that the hard-line Czechoslovak Communist Party's Central Committee made a demarche to East Berlin demanding they open their borders — a moment of pressure from fellow Communists that played a key role in the East German party's decision to announce revised travel regulations the next day (Document 7).

The draft regulations were full of temporizing language and largely intended to let off steam while kicking the emigrant problem down the road. East Germans would have to apply for visas, and the vast majority who lacked passports would have to wait even longer for those. But the presentation of the new regulations came at the very end of a botched press conference from 6 to 7 p.m. Berlin time on November 9 by SED Politburo member Gunter Schabowski, who did not know the back story, the hedges, the limitations meant by the drafters of the documents. Visibly rattled from the shouted questions about travel and the Wall, Schabowski read from his briefing papers the words "immediately, without delay" when asked about the timing of the changes that would allow any East German to emigrate (Document 9).

The Collapse: The Accidental Opening of the Berlin Wall, by Mary Elise Sarotte.

Television news and the wire services as well promptly announced the opening of the borders, and in a kind of self-fulfilling prophecy reinforced by TV coverage, crowds of East Germans massed at the border crossings and ultimately persuaded the senior official at the largest inner-city checkpoint at Bornholmer Strasse to open the gates (a story told in fresh detail by Mary Elise Sarotte in her new book, The Collapse: The Accidental Opening of the Berlin Wall). Once Bornholmer opened, other crossings soon followed; and within hours, people were chipping off souvenir fragments from the concrete panels formerly surrounded by a "death strip" in which earlier Wall jumpers had died.

So unexpected was the Wall opening that Helmut Kohl himself was not even in the country. Instead, the West German chancellor had gone to Warsaw to meet the new Solidarity leaders of that country, and work out some long-standing Polish-German tensions. The transcript of Kohl's discussions with Lech Walesa show the Polish leader complaining that events in East Germany were simply moving too fast, and even predicting, presciently, that the Wall would fall in a week or two — at which point Kohl would have no time (or money) for poor Poland (Document 8).

In Washington, the George H. W. Bush White House greeted the fall of the Wall not with joy or triumphalism (that would come much later, when the President was running for re-election in 1992), but anxiety and even fear about instability. When questioned by reporters why he did not show more elation, President Bush replied, "I am not an emotional kind of guy." (Document 10)

Bush's caution and prudence were appreciated in Moscow, where Gorbachev's messages to Kohl centered on preventing chaos and reducing instability, keeping "others within limits that are adequate for the time being…." (Document 11)

But at Gorbachev's side, his foreign policy adviser Anatoly Chernyaev in private let loose with one of the very few high-level expressions of real joy about the fall of the Berlin Wall. Chernyaev's diary entry for November 10, 1989 (Document 12) contains the coda for the demise of the Iron Curtain, "the end of Yalta" and the Stalinist system, and a good thing, about time, in Chernyaev's remarkable view.

Garry Kasparov on Berlin Wall and essentials of citizenship

Atlas Network

David Hasselhoff sings I've Been Looking for Freedom at the Berlin Wall... again

itnnews

David Hasselhoff sang to save a part of the Berlin Wall from developers who want to tear it down, 24 years after he helped to topple it.

Anthony Suau: The Iconic Photo of the Berlin Wall

TimeMagazine

The Berlin Wall, 50 Years Ago/ National Security Archive

National Security Archive

While Condemning Wall in Public, U.S. Officials Saw "Long Term Advantage" if Potential Refugees Stayed in East Germany. Three Days Before Wall Went Up, CIA Expected East Germany Would Take "Harsher Measures" to Solve Refugee Crisis.

Disturbed By Lack of Warning, JFK Asked Intelligence Advisers to Review CIA Performance

National Security Archive Electronic Briefing Book No. 354

Washington, D.C., August 12, 2011 - Fifty years ago, when leaders of the former East Germany (German Democratic Republic) implemented their dramatic decision to seal off East Berlin from the western part of the city, senior Kennedy administration officials publicly condemned them.  Nevertheless, those same officials, including Secretary of State Dean Rusk, secretly saw the Wall as potentially contributing to the stability of East Germany and thereby easing the festering crisis over West Berlin.  Indeed, U.S. ambassador to the Soviet Union Llewellyn Thompson had written that "both we and West Germans consider it to our long-range advantage that potential refugees remain [in] East Germany."  This surprising viewpoint from Thompson and Rusk, among others, is one of a number of points of interest in declassified documents posted today by the National Security Archive.

"Forming a human chain, West Berlin police force hundreds of angry, jeering West Berliners, past the Soviet War Memorial and away from the Brandenberg Gate, 14 August 1961. East German forces held off the surging crow with water cannon before West Berlin police pushed them back to prevent a major incident" [from the USIA caption]

The previously secret documents also reveal new information about one of the remaining unknowns from the period—how well (or poorly) U.S. intelligence agencies carried out their responsibility.  In one record, President John F. Kennedy's frustration shows through over the fact that he did not receive adequate advance warning of the East German move.
Some of the documents posted today were released by the CIA through its CREST database at the National Archives, College Park.   As a few of them are heavily excised, the National Security Archive has requested further declassification review. Other relevant documents--CIA daily reports to President Kennedy during the Wall crisis--remain classified because of agency insistence that sources and methods are at risk.  The Archive has appealed these denials.

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On 13 August 1961, East German security officials imposed harsh controls at the East-West borders in Berlin designed to stop the flow of thousands of refugees, mostly fleeing through West Berlin.  Implausibly justifying the measures as a defense against West German aggression, the fundamental concern was the threat of economic disaster for the former German Democratic Republic (GDR). To stop its citizens from escaping, the GDR put up barbed-wire fences which soon turned into concrete barriers. A wall was being constructed (although it became a taboo in the GDR to call it a "Wall" (Note 1)).  Declassified documents posted today by the National Security Archive shed light on how U.S. diplomats and intelligence analysts understood the East German refugee crisis and the sector border closings.

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Correo: La cancion que Nino Bravo le dedico al primer aleman asesinado en el Muro de Berlin

Gracias a   Pedro Lopez

"Libre" canción de José Luis Armenteros y Pablo Herrero interpretada por Nino Bravo... la historia oculta y trágica del porqué de esta canción.

La canción habla del primer alemán que murió intentando atravesar el muro de Berlín, el 17 de agosto de 1962.
Peter Fechter,(foto) un obrero de la construcción de 18 años, intentó huir junto con un amigo y compañero de trabajo, Helmut Kulbeik. Tenían pensado esconderse en el taller de un carpintero, cerca del muro, y, tras observar a los guardias de la "frontera" alejándose, saltar por una ventana hacia el llamado "corredor de la muerte", atravesarlo corriendo y saltar por el muro cerca del Checkpoint Charlie, a Berlín Oeste.

Hasta llegar al muro las cosas salieron bien, pero cuando se encontraban arriba, a punto ya de pasar al otro lado, los soldados les dieron el alto, y a continuación dispararon. Helmut tuvo suerte, Peter resultó alcanzado por varios disparos en la pelvis, cayó hacia atrás, y quedó tendido en el suelo en la "tierra de nadie", durante cincuenta angustiosos minutos, moribundo, desangrándose, a la vista de todos, y sin que nadie hiciera nada.

Gritó pidiendo auxilio, pero los soldados soviéticos que le habían disparado no se acercaron, y lo único que pudieron hacer los soldados americanos fue tirarle un botiquín, que no le sirvió de ayuda, ya que sus graves heridas internas le impedían moverse, y poco a poco fue perdiendo la consciencia. Durante casi una hora, los ciudadanos de ambos lados de Berlín contemplaron impotentes su agonía, gritando a los soldados de ambos lados para que le ayudasen.
Pero ambos bandos tenían miedo de que los del otro lado les disparasen, como había pasado en otras ocasiones anteriores; aunque ninguna en una circunstancia tan perentoria como esta y a las dos del mediodía, con tantos testigos presentes, incluyendo periodistas en el lado occidental.

Los soldados del lado oriental, zona a la que pertenecía en realidad la "tierra de nadie", tampoco le ayudaron, y no se acercaron hasta pasados 50 minutos, seguramente para que sirviera de ejemplo para cualquier otro que pensase huir.

(Aún así, entre 1961 y 1989 murieron más de 260 personas, sólo intentando cruzar el Muro; además de los que murieron al querer cruzar la frontera entre las dos Alemanias, y ya no hablemos de los que estuvieron en la cárcel por intentarlo, o por ayudar a otros).

Cuando por fin se acercaron los soldados de la RDA y se lo llevaron, los ciudadanos de ambos lados gritaron repetidamente "¡asesinos, asesinos!". En el lado occidental, se sucedieron las protestas y las manifestaciones los días siguientes, y los habitantes del Berlín Oeste comprendieron claramente lo difícil que sería para sus familiares y amigos del Berlín Este el intentar escapar. Asimismo, también se dieron cuenta, decepcionados, de que los soldados americanos, en pleno auge de la Guerra Fría, no harían nada para ayudarles en circunstancias similares. Fue un duro golpe para la esperanza de los berlineses.  

 

"Tiene casi veinte años y ya está
cansado de soñar,
pero tras la frontera está su hogar,
su mundo, su ciudad.
Piensa que la alambrada sólo es
un trozo de metal,
algo que nunca puede detener
sus ansias de volar.

Libre,
como el sol cuando amanece,
yo soy libre como el mar...
libre...como el ave que escapó de su prisión
y puede, al fin, volar...
libre...como el viento que recoge mi lamento
y mi pesar,
camino sin cesar
detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin, la libertad.

Con su amor por banderas se marchó
cantando una canción,
marchaba tan feliz que no escuchó
la voz que le llamó,
y tendido en el suelo se quedó
sonriendo y sin hablar,
sobre su pecho flores carmesí,
brotaban sin cesar...

Libre,
como el sol cuando amanece,
yo soy libre como el mar...
libre...como el ave que escapó de su prisión
y puede, al fin, volar...
libre...como el viento que recoge mi lamento
y mi pesar,
camino sin cesar
detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin, la libertad".

La canción, escrita diez años después de los hechos, recoge una historia y unas fotos que dieron la vuelta al mundo, y que todavía hoy son símbolo de la crueldad humana. En el lugar donde murió Peter Fechter, se levantó en 1990 un monumento. Ya en 1997, dos antiguos soldados de la RDA fueron juzgados, y admitieron haber disparado contra Peter Fechter. Se les declaró culpables, y fueron condenados a un año de cárcel. En el juicio el forense declaró que toda ayuda hubiera sido inútil, ya que la gravedad de las heridas le hubiera causado la muerte en cualquier caso. Pero es algo que nunca sabremos, ¿verdad?

La canción es símbolo de todo el pueblo alemán que soñó con huir, ya que si Peter fue la primera víctima del muro, el último, Chris Gueffroy, en 1989, tenía, precisamente, veinte años... 

Algún día se conocerán también los muertos que hay por querer cruzar la frontera de la base naval de Guantánamo, Cuba, huyéndole al sistema totalitarista de los Castro. También se juzgarán y castigarán a los asesinos y se erigirá un monumento a tantas víctimas que sólo han deseado ser libres. Ya se conocen algunos casos como el joven que sobrevivió al explotar una de los cientos de minas, y que aunque perdió las piernas pudo años después llegar a EE.UU. y contar su historia y adquirir unas buenas piernas artificiales gracias a la generosidad del exilio cubano. Sólo se necesita un artista de la talla de Nino Bravo para que internacionalice esa canción, como hizo con “Libre” que por algo una vez estuvo también prohibida en Cuba. (Artículo recibido de nuestro colaborador Enrique Artalejo, quien a su vez lo recibió  por María Argelia Vizcaino)

After the Fall [Berlin]

Uploaded by PBS on Mar 26, 2009

http://www.pbs.org/itvs/globalvoices/ - A decade after the fall of the Berlin Wall, this film seeks out its physical and emotional remains.

The Struggle Since the Fall of #Communism

Reflections on #Communism Twenty Years after the Fall of the Berlin Wall/ Paul Hollander*

*Paul Hollander is professor emeritus of sociology at the University of Massachusetts at Amherst and an associate at the Davis Center for Russian and Eurasian Studies of Harvard University. Born in Hungary, he escaped following the crushing of the 1956 Revolution by Soviet forces.

_________________________ 

Twenty years ago the Berlin Wall fell, marking the collapse of Soviet communism. The failure of the communist system was not merely economic and political; it was a moral failure as well. Over time communism created a deep disillusionment and revulsion among those who lived under it. The diminished sense of legitimacy of the ruling elite in the Soviet Union and Soviet bloc countries contributed to the unraveling of those systems as well.

At the same time, there is a remarkable lack of moral concern in the West with the atrocities committed under communist systems, including the tens of millions of people who perished as a result of communist policies. By contrast there has been a great deal of impassioned condemnation of the outrages of Nazism. The most important reason for treating Nazism and communism differently has been the perception that communist crimes were unintended consequences of the pursuit of lofty goals whereas the goals of Nazism themselves were unmitigated evil.

Western intellectuals who had once idealized the Soviet Union have done little soul searching regarding the roots of their beliefs. The long association of idealism with animosity toward commerce and capitalism among Western intellectuals has contributed to a reluctance to criticize a system ostensibly established in opposition to the values they abhorred.

Public attitudes in former communist countries have been conflicted because of the arguable complicity of many citizens in keeping the old system in power. A predominant attitude in Eastern Europe and Russia toward the former communist systems has been a mixture of oblivion, denial, and repression.

Contemporary Western attitudes toward the fall of the Soviet system suggest that political beliefs endure when they are widely shared and can satisfy important emotional needs.

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Gorbachev turns 80-Millions of People Are Alive Thanks To Him

BY CHARLES KENNY 

Mikhail Gorbachev turns 80 on March 2, and the collapse of the Soviet Union, over which he presided, celebrates its 20th anniversary this fall. In the intervening years, Gorbachev has put out an album, filmed pizza commercials, and founded a string of failed political parties. And with the benefit of two decades' worth of hindsight, the legacy of Gorbachev's accomplishment, however staggering, might seem a bit equivocal, too: rich, stable democracies in most of Eastern Europe, but also the increasingly czarist antics of Vladimir Putin and a miserable assortment of collapsing economies and vicious strongmen throughout the 'stans. And global tensions, from the Middle East to the Spratly Islands, have hardly gone away.

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Millions of People Are Alive Thanks
To Mikhail Gorbachev
Iron Curtain Call - By Charles Kenny

Gorbachov cumple 80 anos y Berlín le rinde homenaje

Mijail Gorbachov junto a Angela Merkel. | AP 

Rosalía Sánchez | Berlín

En Rusia se asocia la figura de Gorbachov con la campaña anti alcohol, con los estantes vacíos en los comercios y con el desplome de la URSS. En occidente, sin embargo, es considerado uno de los personajes históricos fundamentales del siglo XX y, concretamente en Berlín, es venerado como una especie de santo de la libertad.
Por eso su 80 cumpleaños, a punto de cumplirse, se celebra por todo lo alto y con la intención de rendir un último gran homenaje en vida a su papel en la caída del Muro de Berlín, que los alemanes no terminarán de agradecer nunca y que sirve de referente ideal en estos días en que otros sistemas totalitarios buscan cómo realizar una transición hacia la democracia desde dentro y en armonía.

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