Juan O. Tamayo/ jtamayo@elnuevoherald.com
El acuerdo retiró la medida del representante Mario Díaz-Balart, republicano por la Florida, que hubiera limitado nuevamente los viajes de “reunificación familiar” a uno cada tres años, reducido el envío de remesas a $1,200 al año y limitado la definición de “familia”.
A cambio, el liderazgo del Congreso acordó también retirar una medida de la representante Jo Ann Emerson, republicana por Missouri, que hubiera flexibilizado ampliamente un requerimiento de que Cuba pague en efectivo y por adelantado por sus importaciones desde EEUU, según las mismas fuentes.
El tema de Cuba era el último obstáculo que bloqueaba la consideración de un proyecto de ley de gastos del gobierno por $1 billón. Si el Congreso, muy dividido a través de líneas partidistas, no lo aprueba antes de la medianoche del viernes, grandes partes del gobierno tendrían que cerrar.
Hal Rogers, republicano por Kentucky y presidente de la Comisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes, estuvo de acuerdo en el compromiso sobre Cuba a cambio de una promesa de Harry Reid, líder de la mayoría en el Senado, de permitir que la iniciativa de ley de gastos vaya a votación el viernes.
Negociadores de la Cámara de Representantes y del Senado alcanzaron esta semana un compromiso de una versión del proyecto de ley de $1 billón. Pero Reid, respondiendo a preocupaciones de la Casa Blanca, declaró que no lo daría a conocer hasta que se resolvieron el tema de Cuba y otros, incluyendo algunas regulaciones sobre el aborto,
Pero si el entendimiento Rogers-Reid fracasa, la mayoría republicana de la Cámara de Representantes podría presionar a favor de su propia versión de la iniciativa de gastos, que retendría aún el lenguaje sobre Cuba, según versiones del jueves de medios de prensa.
No quedó claro de inmediato si los republicanos de la Cámara de Representantes tienen los votos suficientes para aprobar la versión unilateral, o cómo los cuatro cubanoamericanos en la Cámara votarían sobre ella. Entre los tres republicanos y el demócrata se encuentra la representante Ileana Ros-Lehtinen, la poderosa presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.
Una comisión de la Cámara de Representantes aprobó la medida de Diaz-Balart en junio con un voto a viva voz --sin objeciones-- como una condición para un proyecto de ley de gastos del Tesoro. A la iniciativa de ley se le agregaron otros ocho proyectos de ley de gastos, lo que dio como resultado la medida masiva de $1 billón que se encuentra actualmente ante el Congreso.
Obama, quien en el 2009 levantó virtualmente todas las restricciones a los viajes y el envío de remesas a los cubanos de la isla desde Estados Unidos, amenazó un mes más tarde con vetar la condición del republicano por la Florida. Pero no fue sino hasta esta semana que las luchas intestinas en el Congreso sacaron el tema a la luz.
Los partidarios de las restricciones alegan que los viajes y las remesas implican enviar más dinero a las arcas del gobierno comunista de Cuba, en un momento en que éste ha incrementado su represión de los disidentes políticos y activistas de los derechos humanos, y mantiene en prisión a Alan Gross, contratista del gobierno estadounidense.
Los oponentes alegaron que las visitas ayudan a las familias cubanas a reunirse, y que las remesas ayudan a los cubanos a romper su dependencia del gobierno y quizás incluso a empezar empresas privadas, como restaurantes y otros negocios.
Desde La Habana, la bloguera Yoani Sánchez envió un tweet en que dijo que la medida de Diaz-Balart “sería un terrible paso atrás.” El bloguero Orlando Luis Pardo añadió en otro tweet enviado al presidente Barack Obama: “Esperamos su veto.”
El economista habanero disidente Oscar Espinosa Chepe y su esposa, Miriam Leiva, escribieron en una columna del jueves en internet que se oponen a la medida de Diaz-Balart porque las remesas “ayudan a los cubanos de la isla que enfrentan serias escaseces y miseria”.
El proyecto de ley de gastos de $1 billón financiaría muchas de las operaciones gubernamentales durante el año fiscal 2012. La actual resolución para gastos --la más reciente de las siete aprobadas este año-- está programada para expirar a la medianoche del viernes.
La Casa Blanca ha urgido al Congreso a que si no puede adoptar el proyecto de ley de gastos para todo un año a tiempo para impedir un cierre del gobierno, debe aprobar otra resolución de corto plazo.
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