Por
Andrés Pascual
Un
sacerdote “católico”, casado y con hijos, se hizo cargo de una
parroquia en Pinecrest, el mismo “templo del Señor” donde juró
absoluta fidelidad a la doctrina que traicionó.
La
circular (autorización a este novísimo y peligroso reto a la
sociedad católica), la pasó “el Beni” durante su ENIGMÁTICO
papado y más SOSPECHOSA renuncia; pero Pancholo no hizo nada por
detener lo que no refleja “lo moderno”; porque hay cosas que no
pueden clasificar bajo el endose temporal, habilitado por la poderosa
reacción comunista de hoy, para el campo de “lucha entre lo nuevo
y lo viejo...”
Tamaña
irresponsabilidad de las altas esferas del Vaticano pudiera generar,
con el tiempo, un Santo Pontífice casado con un novio de toda la
vida y “un par de vástagos adoptados”; o una MAMA con
similares características... La conspiración es de mucho más
alcance que lo que un mortal común y corriente pueda suponer.
Parece
que Maduro resolvió positivamente su lucha interior “entre el bien
y el mal”, porque ayer acusó de antichavistas a quienes le han
disparado a la población desarmada en las recientes protestas
estudiantiles: “tendrán que pagar como cualquiera”, dijo, y
continuó, “esos no son revolucionarios...” Menos mal que superó
el momento de la posesión diabólica que le hizo disparar escondido
desde una azotea (grabado en un video), a grupos exactamente iguales
a los que le exigen su renuncia hoy... ¡DIOS ES GRANDE!
¡Qué
desagradable y peligrosa resulta la partícula EX delante del
sustantivo “oficialista”, que apoya el carácter de “importancia”
de estos extraños líderes de nueva edición, en la oposición a lo
que ayudaron a enquistar!: Ex chavistas, ex castristas... Y es
obligado, porque fueron responsables en buena medida de “ponerlos”,
de ayudar a consolidarlos y de nadie sabe qué aún... ¡NADIE!
Algunos
magnates de importancia, que tenían poder económico suficiente
durante el batistato, querían el poder político; por eso apoyaron a
Castro, ayudaron a crear su ejército, a mantenerlo bien equipado, a
los “peluses” protegidos en sus fincas, a establecerle relaciones POLÍTICAMENTE
ventajosas con el Norte y, con todo, a descabezar la República, viva
a pesar de la “dictablanda” de Batista, que no atentó contra la
idiosincracia ni contra la identidad nacional nunca.
“El
Chacal de Birán era un gángster, un asesino...” eso es lo que he
oído durante 30 años en Cuba y 25 en Miami, lo sabía todo el mundo
en La Habana y en Santiago: la prensa, los intelectuales, los
políticos, los hombres de empresa... pero “el guajiro de tierra
adentro o el empleado en pueblos de provincia, NO”; entonces ¿Cómo
fue posible que tanta gente inteligente, preparada, anticomunista...
que sabían el detalle, lo apoyaran y se le unieran en contra de la
población, que fue lo que se logró: una alianza antipopular contra
la esencia nacional?
¿Acaso
todos los implicados en el “cubanicidio, desde Conte Aguero o el
médico Rodríguez Díaz a Miguel Ángel Quevedo, pensaron como las
clases vivas que lo colocaron en la punta de su bestial tiranía
dictatorial, que el tipo era manejable, que podrían “desmontarlo
como a una tienda de campaña” cuando quisieran para hacer lo que
les diera la gana? ¡Por favor! Esa actitud fue el más monumental
insulto a la inteligencia pretendido nunca en Cuba, porque Castro,
farsante, ególatra, ladrón, asesino y mentiroso no ha intentado
insultar a la materia gris, sino someterla, anularla, destruirla y
aplastarla...
De
todos los países (pueblo de a pie), ocupados por la reacción
comunista, el único que no tuvo antecedentes que le señalaran el
trágico y peligroso destino que enfrentaría fue el cubano. Y no
pido absolución, sino comprensión, que debe existir, porque, a fin
de cuentas, ningún pueblo ha luchado tanto contra el comunismo como
el cubano, ninguno, nunca.
A
PESAR DEL PACIFISMO DISIDENTE, LOS QUE SEAN BUENOS ELEMENTOS
PATRIOTAS DENTRO DE ESOS GRUPOS, CONTINÚAN LA TRADICIÓN DEL PERÍODO
INICIAL, ESTA VEZ ENFRENTANDO EL PELIGROSO PROGROMO EN LAS CALLES
CUBANAS, EN TOTAL Y ABSOLUTA DESVENTAJA Y ABANDONO INTERNACIONAL;
IGUAL QUE HACE 50 AÑOS LA OPOSICIÓN VIOLENTA ERA FUSILADA,
MASACRADA O ENCARCELADA SIN PIEDAD. TAN DESCALIFICADOS HOY POR MEDIO
MUNDO COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE LA TRAGEDIA NACIONAL, QUE
LOS PATRIOTAS QUE LOS PRECEDIERON POST 1959.
¿Cuál
es la primera diferencia favorable a los antichavistas venezolanos
con respecto a los luchadores anticastristas de más de medio siglo?
A no dudarlo, la época, porque no es igual luchar contra el
comunismo internacional regido por el Pacto de Varsovia, con la Unión
Soviética al frente, que en las condiciones en que lo hacen en las
calles de Caracas, en territorio continental sin rusos, ni alemanes,
ni búlgaros, ni... Kennedy, Carter; a pesar de eso, no hay guerrillas en la selva ni
comandos urbanos, aunque ya contabilizan un par de muertos y dos o
tres centenares de heridos; sin embargo, en Cuba el asesinato se
falló en la Constitución castrista como “justicia en aras de
mantener los logros del pueblo” y fueron más apoyados por todo el
mundo. Todavía nadie sabe realmente cuántos fusilados y muertos en
acción han habido.
La
cara opositora venezolana es una bella mujer en medio de la masa
juvenil que protesta, María Corina Machado, dos fotos “carné”
que la retratan de arriba a abajo en su empeño: vibrante y retadora
de la fuerza criminal entre la multitud a riesgo de su integridad
física, o herida en el rostro (instantánea) que requirió de una
operación para arreglar la fractura de la nariz que le infrigieron
los salvajes reaccionarios castro-chavistas.
La
cara cubana son varios ex oficialistas que se hicieron viejos y
enfermos como dirigentes dentro del “proceso”, como Marta Beatriz
Roque, especie de Capriles disidente, que ha descalificado varias
veces la lucha por la calle cubana contra el opresor.
También
pueden ser Vladimiro Roca o Fariñas, que mataron “negros buenos”
en África; o Yoani, la heroína de Montaner y de Saladrigas que,
aunque no deseo que le suceda, no me explico cómo asaltaron la casa
de Antúnez y le robaron hasta los clavos y en la de la directora del
Nuevo Juventud (sin rebeldía), no dan ni un “tendederazo” (forma
utilizada en Cuba para nombrar el robo de prendas “íntimas”
usadas que se secan al sol en una soga atada a dos puntos)
Me
quedo con Payá, con Laura Pollán, con los huelguistas asesinados
por inanición y efecto de la no asistencia médica, definitivamente.
¿Dónde
está la juventud venezolana de Miami? En la calle apoyando a sus
iguales ante el peligro en su patria.
¿Dónde
“el hombre nuevo” enviado a Miami de varias formas? En la acera
opuesta a los viejos exiliados que, para asuntos partrióticos, no
envejecen; o en el concierto de fulana, intercambiada con sede en el
Dade County Auditorium, o en una discoteca “echando un pie” con
Formell y Los Van Van, aunque, probablemente, en la cola de uno
de los aeropuertos que ofrecen “tours humanitarios” a la Isla.
Y
¿La juventud de Cuba? En un concierto rocquero, en una embajada
esperando una visa “pa' pirarse”, o bajando por la escalinata
hasta Infanta en la marcha ratificadora del compromiso con Fidel y
Raúl de “vuelta al capitalismo nananina...”
¿La
culpa? Perdón del que desacuerde, de los americanos y quién sabe de
cuántos más, que lo provocaron todo, que lo promovieron todo y que
lo ayudan en lo que sea para que “no se caiga”.
El
chavismo no ha podido consolidar nada, porque no ha podido liquidar
la identidad nacional del pueblo venezolano; es decir, parte de esa
juventud, que ha nacido y crecido con la tiranía madurista en el
poder desde Chávez, que no conoció de la gestión de Carlos Andrés
Pérez ni de Herrera Campins, se siente venezolana y lucha por su
patria, que es su historia, su soberanía y su libertad.
Castro
logró descabezar el pasado y la nacionalidad con ayuda de una parte
mucho más que generosa de la población oportunista de la época
(60's, 70's, 80's), acaso lo único que ha podido hacer
perfectamente, por lo que la gente no es marxista, es castrista con
lo que le cuelguen; a todos los efectos, lo mismo les ha dado
comunista hasta hoy que obamista si mañana se lo pidieran... la
razón estriba en que la tiranía logró su individuo, peculiar y
particular, que no es cubano ni responde a Cuba mayoritariamente.
Hay
un par de generaciones que no conocen “la sovietización”, que no
vieron al país invadido por esos “seres raros, cochinos y
repugnantes” que cambiaban hasta sus asquerosos calzoncillos por
una botella de alcohol con etiqueta de Bacardí; pero sus mayores,
nacidos o criados bajo la égida temporal de la hoz y el martillo
también, reclaman el pasado de los últimos 52 años como la etapa
de “cuando había”, incluso encasillan el período 1962-presente
como la única era grandiosa de la ex República en todos los
sectores de la sociedad.
A
la pregunta de ¿Cómo ve el proceso la juventud? La respuesta de un
recién llegado, por lo general, es: “esa gente ni conoce a Fidel”,
o “a ningún joven le interesa la Revolución...”
Hasta
cierto punto aceptable, porque lo peligroso es que esa apatía, esa
forma singular de pensar sin tomar partido en la lucha activa,
violenta y definitiva, también es con respecto a Cuba, que ni la
conocen ni les interesa recuperarla ni la respetan: para estos elementos, para la
mayoría, Cuba es un estado transitorio de días, meses... especie de
escala rumbo al Norte, al Este, al Oeste... ¿El Alma Máter? para
negocio y cuando resulte conveniente.
Ese
es el trabajo que no hace la disidencia ex castrista, enseñar la
historia para recuperar el compromiso con la patria, con su
liberación, con el pasado, recuperar la identidad cultural y con
esta la identidad nacional; es decir, la capacidad absoluta de
ciudadano de la República de Cuba de forma oficial y tradicional,
porque traería como resultado el tan criticado enfrentamiento en las
calles, el sabotaje y la pérdida de sus protagonismos inútiles.
Y
si ni lo intentan es por miedo a la represalia comunista, a la buena,
la de siempre, porque el trabajo ideológico, de recuperación de la
moral patriótica y el civismo ciudadano, ha de ser un stop que
ninguno de estos “activistas” se arriesga a “violar”.
Esa
fue la monstruosidad que lograron las fuerzas ajenas a la
nacionalidad cubana en contubernio con grupos anticubanos y
antisociales intestinos, que, salvo los responsables y el propio
Castro, nadie sabe a ciencia cierta por qué escogieron a Cuba para
semejante experimento.
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