Coronel de la Inteligencia cubana, Alexis Frutos Weeden |
La duda quedó despejada el pasado 4 de mayo, en ocasión de un acto oficial en Caracas para condecorar a ocho médicos militares de la Misión Martí, dedicada a velar por la salud de Chávez desde el 2003. La ceremonia fue realizada en el Cuartel de la Montaña, junto al panteón donde descansan los restos de ex mandatario venezolano, y Nicolás Maduro tuvo a su cargo la imposición de la Orden Generalísimo Francisco Miranda de Primera Clase al selecto grupo.
En el video del acto –transmitido por la estatal VTV- apareció el coronel de la Inteligencia cubana, Alexis Frutos Weeden, sentado junto a Maduro y al embajador Rogelio Polanco.
Conocí muy bien a Alexis Frutos. Las primeras noticias de este oficial se remontan a la época en que el jefe de la Inteligencia cubana era el comandante Joaquín Méndez Comiche. Por entonces Frutos era el Segundo Jefe de Personal y Cuadros de la Dirección General de Inteligencia (DGI), bajo las órdenes del jefe de ese departamento, el coronel José.
Cuando el General de División Luis Barreiro Caramés (hoy suegro de Fidel Castro Díaz Balart, hijo de Fidel Castro Ruz) tomó el mando en la DGI, a finales de los años 70, el coronel Frutos desempeñaba el cargo de jefe del Grupo Psicológico de la inteligencia, encargado de preparar a oficiales y agentes de inteligencia.
Frutos siempre se destacó por ser un adulador de los jefes y siempre tuvo la ambición de pertenecer a la parte operativa de la inteligencia. Siempre quiso ser un oficial operativo. Los acontecimientos de la Causa No. 2 de 1989 –juicio contra el General José Abrantes y un grupo de altos oficiales del Ministerio del Interior (MININT)- provocaron la intervención del organismo por oficiales de las Fuerzas Armadas, que asumieron el mando de las principales direcciones del MININT, menos la dirección de Seguridad Personal. En esta dependencia, el General Humberto Francis Pardo había asumido su cargo en una fecha reciente, y era un hombre de Raúl Castro con toda la confianza de Fidel Castro.
Por entonces Frutos, en actitud sumisa y oportunista, continua sus adulaciones al entonces General Carlos Fernández Gondín, designado al frente de la Inteligencia tras los acontecimientos del verano de 1989.
Pero la ambición de Frutos no se concretaba y comenzó a merodear -junto al General Orlando Delgado "Orlandito", ex jefe de despacho de Abrantes- las instalaciones de un grupo de trabajo que creado por Fidel Castro en una oficina en las calles 19 y 0, en El Vedado, bajo el rotulo de ¨Futuros Negocios¨. ("Orlandito" seguía siendo hombre de comfianza tras declarar contra Abrantes en el juicio de la Causa No. 2)
Al frente de este grupo se encontraba el Coronel Saúl, de la Dirección de Inteligencia (DI), quien se encargaría de planificar, controlar y establecer negocios fuera de Cuba, incluyendo Panamá, México y Estados Unidos.
Como directivos de las empresas de Futuros Negocios se utilizarían a supuestos desertores cubanos. Aludiendo a la misión de este grupo empresarial, Fidel Castro manifestó delante de mí y en presencia de algunos de sus más cercanos colaboradores, que “al imperialismo había que darle donde más le duele, en el dinero”. (De ahí mi certeza de que muchas de las estafas realizadas por cubanos en territorio estadounidense tienen detrás al gobierno de La Habana).
Entre 1999 y 2003, Frutos estuvo como encargado de negocios en la Embajada de Cuba en Panamá y, sin dudas, su relación con el grupo Futuros Negocios había dado resultados.
En Panamá y junto al coronel de la inteligencia Carlos Rafael Zamora, más conocido como el Gallo Zamora (hoy embajador en Brasil), Frutos informaba a Cuba de las actividades de corrupción y posible vinculación con la CIA del empresario panameño Alejandro Abood y de varios funcionarios cubanos que le habían vendido información sensible. Abood fue arrestado en La Habana en el 2001 y devuelto a su país dos años después.
Frutos salió hacia Venezuela para ocupar el cargo formal de ministro consejero de la embajada cubana en Caracas, pero en realidad su designación sería como jefe de la inteligencia en el país suramericano. El coronel fue encargado además por las autoridades cubanas con la responsabilidad de supervisar la salud del presidente Chávez y sobre todo mantener el control sobre el equipo médico de la Misión Martí.
Además de mantener en estricta vigilancia a los oficiales miembros de la Misión Martí y evitar fugas de información con respecto a la salud del mandatario, Frutos mantuvo informados a Fidel y Raúl Castro de todos los pormenores de la salud de Chávez desde el 2003. Por esta época también llegó a Venezuela el General Fabián Escalante Font, alias Roberto, encargado durante años a la contrainteligencia cubana y con vasta experiencia en tareas de enfrentamiento a actividades subversivas contra el régimen castrista.
El coronel Frutos tiene dos hijas con Mayra Mena, su esposa. La mayor se nombra Patricia Frutos Mena y trabaja actualmente para la inteligencia cubana en la Embajada de Cuba en Beijing, China. La segunda, Mayra Frutos Mena, está con su padre en Venezuela probando los manjares de la cúpula chavista.
Esta es la cosecha de Alexis, pilar del espionaje cubano en tierras venezolanas, a quien tanto Chávez agradecía por su dedicación y lealtad ante la cercanía de la muerte.
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