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por otro lado, que permitan la libre contratacion de los peloteros y otros deportistas, obligados hoy a poner en peligros sus vidas en precarias embarcaciones.
"Necesitamos cambiar en los dos lados, tenemos que hacer algo realista, tenemos que hacer algo por nuestros jugadores... No es bueno para los atletas, para las familias, para nadie. Perdemos a esos jugadores, no pueden volver a jugar con el equipo nacional, ¿por qué?", se preguntó Castro, hijo del ex líder cubano, en un reportaje sobre el béisbol cubano que emitió hoy la cadena estadounidense ESPN.
"Tenemos que luchar por no perderlos. Si no cambiamos, perdemos a los jugadores, perdemos todo", agregó.
Hasta 16 jugadores que huyeron de la isla jugaron esta temporada en las Grandes Ligas de Estados Unidos, incluido el nuevo ídolo de Los Angeles Dodgers, Yasiel Puig.
La isla abolió el deporte rentado en 1962, por lo que los deportistas cubanos no pueden trabajar como profesionales ni fichar por equipos extranjeros. Por lo tanto, es habitual que algunos deportistas de élite de la isla deserten durante viajes al exterior para intentar labrarse un futuro como profesionales.
El sacrificio familiar y humano se compensa al menos con millones: el pelotero cubano José Dariel Abreu cerró este mes un contrato récord para jugar la próxima temporada con los White Sox de Chicago que le reportará 68 millones de dólares en seis años.
El acuerdo es el primer contrato más alto de un jugador internacional en la historia de las Grandes Ligas, según el diario "The New York Times".
Abreu desertó de la isla en agosto y obtuvo residencia en Haití, donde empezó a tramitar los permisos con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para poder ser agente libre y fichar por las Grandes Ligas.
De Haití se desplazó a República Dominicana, donde los cazatalentos de las Grandes Ligas pudieron seguir su evolución y hacerse una idea de su juego.
Antonio Castro citó como ejemplo el regreso a Cuba de José Contreras, que desertó y volvió a la isla tras estar diez años jugando en Estados Unidos. "Nunca tuve la esperanza de poder volver a Cuba, porque muchos antes que yo no fueron capaz de volver, ya que para Cuba éramos unos traidores", explicó a ESPN.
Contreras se fugó de la isla en 2002 aprovechando la presencia de la selección nacional en Monterrey, México.
El retorno del pitcher fue el primero de un deportista fugado de Cuba desde que el 14 de enero entró en vigor en Cuba la nueva política migratoria, que estipula el regreso de los atletas que salieron del país por vías irregulares en la década de los '90 u ocho años después de su marcha.
"Muchos quieren volver y vivir aquí para enseñar a los niños, ¿eso es malo? No, por supuesto que no. Contreras volvió y está trabajando por los niños, por desarrollar el béisbol. Me encanta esa idea", dijo Antonio Castro en inglés a la reportera estadounidense desplazada a Cuba.
La isla parece ir levantando poco a poco las restricciones para los deportistas de alto nivel vigentes desde hace décadas. Las autoridades cubanas, por ejemplo, anunciaron el 27 de septiembre que permitirán oficialmente a sus deportistas fichar en el futuro por equipos en ligas extranjeras.
La reforma busca "generar fuentes de ingresos" e "incrementar los salarios de manera gradual", según el anuncio que publicó el diario oficial "Granma".
La medida se enmarca en el proceso de reformas económicas de mercado del gobierno de Raúl Castro.
En julio, la Federación Cubana de Béisbol también anunció que autorizaba el fichaje de beisbolistas de la isla en clubes profesionales en el extranjero con el objetivo de "insertar al béisbol (cubano) en el mundo". Poco después las autoridades permitieron los fichajes puntuales de tres peloteros por el equipo profesional mexicano Piratas de Campeche.
"Cuba necesita cambiar, somos parte del mundo, necesitamos cambiar", aseguró Antonio Castro a ESPN.
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