"No sé, me pregunto si en el Concilio-Conferencia de mi Iglesia-Partido se encontrará ocasión de que entre sus Conclusiones aparezca fórmula que haga apreciar que es posible un Socialismo juvenil, desenfadado y bello, el único que puede lograr la eficacia que solo se da en el saber aplicado a partir de la Persona, Persona realizándose. No en los supuestos cuadros a menudo, no siempre, seleccionados sin esta cualidad. Cada vez me convenzo más de que vale la pena recuperar, estudiar, exaltar a Paul Lafargue discípulo temprano-cercano de Marx y cultor de vida plena e introductor del trópico nuestro en menos templadas aguas. La liberación desalienante para cultivar lo espiritual y reservar, alguillo, para gozar.
"No habría modo de refundar el Socialismo sin desterrar la fealdad, la miseria y la ignorancia enemigas imperialistas, que se empeñan en invadirnos y que andan infiltradas. E insisto, habrá que desterrar la fealdad con la miseria cuando esté presente y definitivamente la ignorancia que resiste; son rasgos incompatibles con el Socialismo. El Socialismo tendrá que ser definitivamente Neo-Renacentista cultor de la Belleza. Es el Socialismo en que creo, el que quiero".
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