Líderes de la oposición en la Isla expusieron este miércoles sus
críticas al anuncio de restablecimiento de relaciones entre el Gobierno
de Barack Obama y el régimen de La Habana ya que estiman que no se dan
las condiciones para justificar una apertura, por lo que consideraron
las medidas como "una traición" a los demócratas que se oponen al
régimen.
El director del grupo opositor Estado de SATS, Antonio G. Rodiles,
consideró que las medidas anunciadas pueden ser una nueva "tabla de
salvación" para el régimen en un momento delicado, tal y como pasó en
1994 con la crisis migratoria y el tratado que acabó facilitando la
salida de más cubanos de la Isla.
Alertó que 20 años después de esos sucesos ahora podría estar
promoviendo la "mutación" del régimen castrista a una nueva fase, el
"neocastrismo", en el que la familia Castro ha tomado sus posiciones. El
opositor advirtió que esta situación supone "un grave peligro para los
cubanos de dentro y fuera de la Isla" y para "toda la región".
En este sentido, Rodiles dijo que, en un momento en el que en América
Latina existe un debate sobre el autoritarismo, "la aceptación del
neocastrismo en Cuba significaría un respaldo al autoritarismo en la
región" y, en consecuencia, relegar los derechos humanos "a un segundo
plano".
El anuncio de Obama y Castro "es fatal" y el no contar con la opinión de la sociedad civil "envía un mal mensaje", añadió.
En la misma línea, el líder del Frente Antitotalitario Unido
(FANTU), Guillermo Fariñas, aseguró que del acuerdo solo se puede
aplaudir la liberación de Gross, "que fue tomado como cabeza de turco
por el Gobierno cubano para poder chantajear al Gobierno de Estados
Unidos".
Fariñas apuntó que, bajo su punto de vista, el Gobierno de Obama "ha
sido desconsiderado con la ciudadanía cubana y con la sociedad civil que
se enfrenta a este gobierno tiránico”. El opositor recordó que en un
encuentro en Miami en 2013, el presidente Obama se había comprometido a
tener en cuenta la opinión de los opositores ante cualquier medida
relativa a la Isla.
El opositor, para quien el anuncio supone "una traición a los
demócratas", lamentó además que los gobiernos de Washington y La Habana
no hayan dado garantías sobre si habrá "reciprocidad" por parte del
Gobierno de Raúl Castro a las medidas estadounidenses.
"Debemos adaptarnos al nuevo escenario", subrayó Fariñas, reclamando
al Gobierno norteamericano que escuche a la sociedad civil cubana antes
de cualquier negociación. También alertó a la Casa Blanca de que debe
dialogar con Alejandro Castro Espín, quien, aseveró, es quien "maneja"
el poder militar en la Isla y no con ministros que calificó de
"fantoches" del castrismo.
Por su parte, el expreso político Ángel Moya afirmó, en la misma
rueda de prensa, no estar de acuerdo con el pacto alcanzado por Obama y
Castro "porque se ha cedido ante la dictadura, a pesar de que existen
las mismas condiciones que llevaron al embargo en 1961".
El opositor recordó que en la Isla "las cárceles siguen estando
repletas, el Gobierno representa a una sola familia" y subrayó que "nada
ha cambiado" porque "la represión continúa, la sociedad civil no está
reconocida y no tenemos derecho a reunirnos ni manifestarnos".
A pesar de este contexto, Moya lamentó que el Gobierno de EEUU haya
"cedido ante la tiranía" accediendo a la liberación de los tres espías
cubanos encarcelados en cárceles estadounidenses. "Consideramos que no
se ha logrado nada, aunque la familia Gross ha podido disfrutar de este
hombre".
El expreso político consideró que "hasta que los 11 millones de
cubanos que vivimos en esta nación no tengamos la posibilidad de
disfrutar de nuestros derechos civiles y políticos no habrá victoria
para el pueblo cubano".
Asimismo, recalcó que es necesaria una amnistía de presos políticos,
la apertura del espectro político hacia el multipartidismo y que se
reconozca a la oposición política. "No podemos estar hablando de nada
positivo para este pueblo, a pesar de que hoy se están dando vítores."
Las medidas anunciadas son, en opinión de Moya, "una traición a los que
desde dentro nos estamos oponiendo al régimen".
En declaraciones a DIARIO DE CUBA, el presidente de la Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo
Sánchez, afirmó que "siempre es mejor el contacto y la negociación que
la hostilidad". En este sentido, la decisión de Obama, señaló, "pudiera
quitar un poco de fuerza a la coartada del Gobierno para justificar la
pobreza y la represión".
En todo caso, añadió, "no creo que la normalización de relaciones
tenga consecuencias positivas para la situación de los derechos humanos
en Cuba" porque "sigue sin verse ni una sola señal de que el Gobierno
esté dispuesto a asumir las reformas que necesita el país".
En cuanto a la liberación de 53 presos políticos, el opositor recordó
que todavía no se conocen sus nombres, y subrayó que "esa es solo la
mitad de la cifra total de presos políticos que hay en el país".
"Nos genera intranquilidad que las cuentas del régimen puedan crecer,
porque el primer efecto podrá ser una más efectiva represión y un mayor
nivel de corrupción", dijo en una declaración publicada en internet
José Daniel Ferrer, secretario ejecutivo de la Unión Patriótica de Cuba
(UNPACU).
"Estamos, sin embargo, dispuestos a apoyar cualquier cambio si a la
larga éste revertiera en algún beneficio sobre el pueblo. Es en este
terreno donde las organizaciones pacíficas prodemocráticas, ahora más
que nunca, deben hacer valer el mayor cambio que Cuba necesita: el
respeto pleno y ratificado a la Carta Universal de los Derechos Humanos.
Ahí ha centrado su accionar la UNPACU, y lo seguirá haciendo aún con
mayor fuerza", aseguró Ferrer.
"La UNPACU reafirma su criterio de que el principal actor en esta
lucha es el pueblo cubano, que viene manifestando cada día con más
fuerza su descontento con el régimen", añadió.
Por otro lado, el historiador Pedro Campos señaló que el anuncio de
Obama es "un triunfo de la cordura y la sabiduría de las fuerzas más
constructivas y objetivas en ambos gobiernos y una derrota para las
fuerzas conservadoras que en los dos estados aspiraban a mantener el
viejo estatus quo heredado de la Guerra Fría".
Asimismo, afirmó que "los partidarios del socialismo participativo y
democrático que siempre nos hemos opuesto a las políticas agresivas, a
las presiones y al embargo-bloqueo, saludamosos estos pasos de ambos
gobiernos, esperamos que sean el inicio de una fructífera colaboración
entre ambas naciones y de un despegue definitivo a una nueva era de paz,
desarrollo y concordia para la nación cubana".
Posición de la Iglesia
Por su lado, la Iglesia Católica en Cuba reaccionó también con un
comunicado en el que señaló que los cambios "marcan una nueva etapa en
la relación" entre Cuba y Estados Unidos y expresaron "especial gratitud
al Papa Francisco".
En su nota agradecieron "al señor, ya en vísperas de la Navidad, que
nuevos horizontes de esperanza iluminen la vida del pueblo cubano, pues
la distensión y las buenas relaciones entre pueblos tan cercanos son el
fundamento de un futuro prometedor".
La Iglesia agregó que espera que "la voluntad manifestada por los
presidentes contribuya al bienestar material y espiritual de nuestro
pueblo" y valoró "altamente el reencuentro de los tres cubanos liberados
con su patria y con sus familiares, así como el gesto humanitario hacia
el prisionero norteamericano que ha podido reencontrarse con los
suyos".
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