La Unión Patriótica de Cuba
(UNPACU) cumple en agosto próximo tres años de fundada. En solo ese
tiempo se ha convertido en la mayor organización disidente de la Isla, y
en un reto para el régimen, principalmente en el Oriente del país.
También ha cambiado las formas de hacer oposición, con su proyección
mediática y sus labores sociales.
DIARIO DE CUBA habla con su fundador y actual secretario ejecutivo,
José Daniel Ferrer, uno de los miembros del Grupo de los 75 que rechazó
el exilio como condición para ser excarcelado.
¿Cuál es tu lectura del momento actual, de la situación política y social en Cuba?
Lo que se respira es que ya no queda un cubano que no esté
descontento. Hasta los que militan en organizaciones que sostienen al
régimen, cuando están en un ambiente de confianza, lo dicen, que esto ya
no hay quien lo aguante. Tan solo un pequeño grupo calla porque vive
todavía a costa de la miseria generalizada.
El hecho de que la mayoría ya exprese su inconformidad es muy
positivo porque se va perdiendo el miedo. Es el primer paso para que una
sociedad cambie.
Hay una situación en este aspecto que es la que más obstaculiza el
proceso a favor de la libertad y de la democracia, y es el deseo de
emigrar de muchas personas descontentas. La fórmula mágica que considera
la mayoría no es luchar en su propia patria para alcanzar los derechos,
libertades y oportunidades que como ser humano merece, sino escapar.
Ahí está el gran reto de la UNPACU y de todas las organizaciones
prodemocráticas en Cuba, en convencer a esa cantidad de personas que
prefieren emigrar para que se sumen a los que queremos prosperidad,
libertad aquí dentro.
La asfixia económica se combina con el terror que el régimen sigue
sembrando a través de violencia, de la prisión, de las torturas. Muchos
jóvenes de nuestras filas son constantemente reprimidos. Ahora mismo
estamos rondando nuevamente los 40 activistas presos. Solamente en
multas del régimen, sobrepasamos ya los 60.000 pesos, que nuestros
activistas se niegan a pagar porque no han cometido delito alguno.
En lo económico, las medidas del régimen —no vamos a llamarle ni
siquiera reformas—, la autorización de estos pequeños espacios de labor
por cuenta propia, han sido limitadas. No existen organizaciones
asentadas legalmente para defender al consumidor, al empresario o al
productor; no hay sindicatos libres. Las reglas del juego son las mismas
de siempre; la arbitrariedad impera y un excesivo cuerpo de inspectores
corruptos asfixia constantemente al cubano que pone todas sus energías
en salir adelante. Por eso muchas personas que sacaron licencias de
cuentapropistas se han visto obligadas a entregarlas y a pasar
nuevamente a la ilegalidad.
En este sentido, unos 40 exfuncionarios, militares,
empresarios enviaron recientemente una carta a Barack Obama en la que le
pidieron aliviar restricciones del embargo para ayudar a los
cuentapropistas. La idea es que esto les daría independencia del Estado y
cierta libertad política. ¿Qué opinas?
La UNPACU siempre tiene en cuenta dos aspectos, lo que políticamente
es positivo y lo que éticamente es aceptable. Siempre hemos estado a
favor de todo acercamiento al pueblo cubano que traiga mejoría en lo
político, en lo económico, en lo social. Pero cuando estas personas
emiten este tipo de cartas y vemos que hay más un interés económico
marcado que un verdadero interés por la mayoría del pueblo cubano, es
obvio que no podemos estar de acuerdo.
No estamos a favor de medidas restrictivas tomadas unilateralmente,
pero lo que vemos es una total apatía, una total falta de solidaridad
hacia el pueblo cubano que carece de derechos y libertades.
Siempre pedimos a quienes proponen este tipo de cosas recordar que
sin cambios sustanciales en materia de respeto a los derechos humanos
nada va a variar.
Los altos impuestos que el régimen cobra a quienes producen van a
parar, en su mayoría, al Ministerio del Interior (MININT), y esto no es
exageración. Se enferma de gravedad un viejito aquí, en el barrio, y no
aparece ninguna ambulancia para llevarlo al hospital. Sin embargo,
cualquiera de nosotros prepara una manifestación y al momento aparecen
más de 15 o 20 vehículos, 100 o 150 efectivos de tropas especiales,
motos, camiones chinos en muy buenas condiciones. Sin duda, el
presupuesto del MININT es muy superior al de Salud Pública, al de
Educación.
Mientras no se exija al régimen que todo acercamiento en lo
económico, toda facilidad en cuanto a crédito y comercio vaya unida a
serios cambios en cuanto a derechos humanos, no habrá mejoría clara ni
para los cuentapropistas ni para el pueblo.
La principal presión nos corresponde a nosotros los cubanos, pero las
personas que desde el exterior miran o se interesan por el caso de Cuba
deben ser a la vez que prácticos, éticos. Lo demás sería hacerse
cómplice de una dictadura que, a medida que obtenga beneficios
económicos por facilidades que le dé el mundo libre, comprará más
equipos para espiar, para reprimir, para encarcelar a quienes piensan
diferente.
¿Qué crees que ha conseguido la UNPACU en los casi tres años que lleva funcionando? ¿Qué está haciendo actualmente?
Sentimos la satisfacción de que los vecinos de los lugares donde más
activismo tiene la UNPACU constantemente se estén expresando de la
manera siguiente: "Recogieron la basura en tal lado porque la gente de
la UNPACU la estaba limpiando e hicieron un reportaje sobre ello"; o "a
los jóvenes en Palmarito volvieron a ponernos música los fines de semana
porque la UNPACU trajo equipos con pantalla y todo, y la secretaria del
Partido decidió que había que volver a atender a Palmarito y venderle
productos alimenticios y cerveza, y darle el entretenimiento".
Que asfalten varias calles y los mismos militantes del Partido
Comunista digan: "eso fue porque los opositores están publicando muchos
vídeos de las condiciones en que se encuentra la zona", que se preocupen
en cierta medida es precisamente por la labor de la UNPACU. Están
siempre tratando de competir con las labores que la UNPACU pone en
práctica en beneficio de la población. Al final, la población termina
sacando la conclusión de que es gracias a nosotros y ellos terminan
haciendo el ridículo.
Nuestra tesis es que de pequeños resultados podemos llegar a
resultados mayores que nos permitan ir aglutinando el número suficiente
de cubanos dispuestos a la lucha para traer la libertad y la democracia a
nuestra sociedad. Es una tarea ardua, pero estamos seguros de que lo
vamos a conseguir.
Ahora bien, el régimen no se cruza de brazos. Sin ninguna exageración
puedo asegurar que no existe en la historia de la oposición pacífica en
Cuba una organización que en menos de tres años de funcionamiento haya
tenido en las prisiones del régimen castrista la cantidad de presos
políticos que ha tenido UNPACU. Nunca hubo tantos activistas agredidos,
golpeados, multados en tan corto tiempo en una misma organización. Pero
nunca ninguna organización sacó diariamente a la calle tantos activistas
como saca la UNPACU. No hay un día en la provincia de Santiago de Cuba,
que es la más activa de todo el país, en el que no se produzca una
protesta, una marcha y, a veces, combinaciones de tres y cuatro acciones
en un mismo horario en diferentes lugares.
El punto en que está la UNPACU ahora, y que ha sido siempre nuestro
principal objetivo, es atraer el mayor número de personas a la causa. No
hemos logrado atraer al número de cubanos que quisiésemos, pero sí
estamos seguros de que hemos ganado la simpatía de miles. De hecho hay
otro fenómeno que se ve mucho en el Oriente del país y son vecinos que,
cuando tienen algún problema, amenazan con unirse a la UNPACU.
También nos satisfacen mucho las labores sociales que venimos
desarrollando, que van desde las actividades didáctico-recreativas para
niños y adultos; la ayuda que damos a personas sin recursos lavándole la
ropa, dándoles alimentos; cuando servimos de ambulancia con un auto que
alquilamos gracias a la ayuda de hermanos exiliados, para llevar a un
enfermo al hospital.
Nos dedicamos a realizar eso con los poquitos recursos que obtenemos,
cuando el régimen, con todo el presupuesto de la nación, fruto del
sacrificio y del trabajo esclavo de millones de cubanos, no se preocupa
debidamente y sí trata de sostener un carísimo y grandísimo aparato
represivo, campañas costosísimas a favor de sus espías presos y de
regímenes aliados.
¿Cuál es la situación de los presos políticos de la UNPACU?
Estos son temas que a veces organizaciones y líderes prefieren no
tocar; a nosotros nos parece importante que se mencionen. Por ejemplo,
no todos los activistas reaccionan de igual manera ante el rigor de la
prisión, de la tortura física y sicológica. Algunos son neutralizados,
derrotados, la policía política consigue que se aparten de la actividad
pública con la UNPACU. Algunos llegan a convertirse en informantes y
colaboradores para desanimar a los que están en la vanguardia.
Los que siguen firmes, los que están en prisión manteniendo su
dignidad y hacen costoso su encierro a la policía política, sufren
muchísimo, son víctimas de constante acoso, de todo tipo de vejaciones,
de golpizas, de casi nula atención médica. Están en una especie de
laboratorio de tortura. Es el mecanismo que el régimen pone en práctica
para quebrantar la voluntad de un hombre.
Tenemos el caso de tres hermanos de apellidos Vargas Martín, Alexei,
Diango y Dianko, los tres hijos varones de Miraida Martín Calderín. La
policía política les ha hecho muchas ofertas; con solo comprometerse a
apartarse de la Unión Patriótica de Cuba pueden conseguir la libertad.
Los acusan de desorden público. Si les sancionasen la condena sería
inferior, según la ley y los abogados nuestros, al tiempo que ya llevan
en prisión, habría que liberarlos de inmediato.
Eso pasa también con Ángel Yunier Remón Arzuaga (El Crítico), con
Alexander Otero y con otros muchos. A Jorge Cervantes, uno de nuestros
principales líderes, un hombre con un valor extraordinario, desde que lo
encarcelaron ya hace casi dos años, le dijeron: "Si José Daniel te
busca un país que te reciba, te liberamos de inmediato. Pero no vas ni a
tu casa, es llevarte al aeropuerto para que te largues". Él se niega.
¿Cómo valoras el apoyo actual del exilio al activismo interno?
Salvo la Fundación Nacional Cubano Americana, su Fundación para los
Derechos Humanos en Cuba y algunos patriotas —quizás unos 30 o 40— que
de manera personal ponen cinco pesos, o mandan unas medicinas, o envían
un teléfono móvil, no contamos con ese apoyo que es tan necesario en lo
material de más nadie.
Contamos con un apoyo que es muy positivo, y es el que obtenemos a
través de los medios de comunicación que se preocupan por lo que sucede
en Cuba. Esa es una ayuda de un valor incalculable y que agradecemos
enormemente.
Pero, por ejemplo, nuestros presos están pasando serias dificultades
porque la Fundación de Derechos Humanos en Cuba no ha podido
garantizarnos más de 25 CUC, que es insuficiente en extremo para atender
a un preso. El preso necesita jabón, pasta de dientes, alimentos,
medicinas, ropa interior; deja uno o dos hijos con una mujer hostigada,
perseguida que necesita también apoyo, y eso lo lamentamos mucho porque
nosotros, los del Grupo de los 75, en mayor o menor medida tuvimos muy
buen apoyo, no puedo yo quejarme del respaldo que tuvo mi familia.
Tenemos que estar pidiéndole a cubanos de la Isla que, en medio de
sus serias dificultades, donen un poquito de lo que tienen; pedirle a
amigos, a mi familia, que a veces no sé de dónde van a sacar más, a
algunos de los pocos activistas nuestros que han salido y todavía llevan
en su corazón la causa de Cuba.
Otros la olvidan, otros por desgracia salen como refugiados políticos
y luego dicen que no quieren saber nada más de la oposición para poder
venir a Cuba. Es lamentable, pero cierto, no podemos callarlo.
La oposición aquí dentro necesita ganar apoyo, sabemos de grupos,
ONG, personas que lo brindan, pero también somos testigos de que un gran
porciento de esos mínimos recursos se malgasta.
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