Fernando González junto a su madre Mirtha Llort (izq.) y su esposa Rosa Aurora Freijanes, durante una visita familiar a la cárcel. |
Por Wilfredo Allen*
Dentro de apenas dos semanas, el espía convicto Fernando González
LLort cumplirá su sentencia de 17 años y nueve meses en la prisión
federal de Safford, Arizona, y será entregado de inmediato a las
autoridades de inmigración para iniciar de inmediato un proceso de
deportación a Cuba.
Vale recordar que González, de 50 años, fue arrestado el 12 de
septembre de 1998 y condenado en el 2001 a 19 años de cárcel bajo 26
cargos de conspiración, falsa identidad y conspiración para actuar como
un agente extranjero no registrado en territorio estadounidense. Como
oficial ilegal de la Red Avispa, actuaba bajo la identidad de Rubén
Campa y usaba también los alias de Vicky, Camilo y Oscar.
En diciembre de 2009, la sentencia de González fue rebajada a la
actual, tras una apelación de sus abogados en torno a tecnicismos
legales durante el proceso judicial, lo que le permitirá su inminente
regreso al país que lo envió a Estados Unidos como segundo jefe de la
red de espionaje. González era el sustituto de los oficiales Gerardo
Hernández (condenado a dos cadenas perpetuas) y Ramón Labañino (30 años
de cárcel) cuando ambos viajaban a la isla.
No habrá probatoria
La fecha de cumplimiento de su sentencia está fijada para el 27 de
febrero y será el segundo de los cinco integrantes de la Red Avispa que
cumpla su condena. René González, quien expiró una sentencia de 15 años,
fue liberado el 7 de octubre del 2011 y se encuentra ya en Cuba tras
renunciar a su ciudadanía estadounidense.
La liberación de Fernando González ha generado especulaciones sobre
el proceso que deberá seguir antes de su retorno a Cuba. La confusión se
generó luego de que un portavoz de la Oficina Federal de Prisiones
dijera a una agencia de noticias que el reo deberá cumplir un régimen de
libertad supervisada por tres años, lo cual es un formalismo en
consideración a la magnitud de los delitos cometidos por González, pero
que no aplica en su caso, considerando que él no es ciudadano
estadounidense,
Por esa razón, el procedimiento legal que se seguirá en el caso de Fernando González le permitirá un pronto regreso a Cuba.
Cuando González cumpla su condena, el próximo día 27, será entregado a
las autoridades de Inmigración (ICE), que lo enviarán a una de sus
instalaciones para detenidos, probablemente en la jurisdicción de
Arizona.
Inmediatamente después se abrirá un proceso de deportación ante un
juez de inmigración. González no tiene derecho a salir bajo fianza
mientras se decida su caso, dada la magnitud de los delitos cometidos.
Como sucede con todos los cubanos no naturalizados como
estadounidenses que cumplen sanciones por delitos graves en cárceles de
Estados Unidos, quedan automáticamente sujetos a un proceso de
deportación y el ICE envía una comunicación a las autoridades cubanas
para proceder a repatriarlos. Mientras se espera por una respuesta de la
parte cubana, los reos permanecen bajo custodia por 90 días.
Proceso expedito
Al no existir un acuerdo de repatriación, generalmente Cuba no
responde a las solicitudes, por lo que los ciudadanos cubanos son
puestos en libertad tras cumplir el plazo de 90 días, y deben cumplir un
período de probatoria. El proceso de deportación es definitivo y los
cubanos excarcelados deben reportarse periódicamente a las autoridades
migratorias, con frecuencias que van de una vez al mes a una vez cada
seis meses o con carácter anual.
Actualmente hay unos 31,000 cubanos con órdenes finales de
deportación desde los años 80 y que el gobierno cubano no acepta. Las
deportaciones a la isla ocurren en casos específicos y con frecuencia
esporádica, siempre como fruto de una negocación puntual sobre el
retenido o a partir de un motivo humanitario.
Pero, obviamente, ese no es el caso de Fernando González. Su proceso
de deportación será expedito y tras la comunicación formal a Cuba, podrá
abandonar Estados Unidos en menos de 30 días. La única demora será el
vuelo fletado en el que debe viajar de regreso, custodiado por
alguaciles federales.
Representado por un abogado como Ira Kurzban, uno de los más
reconocidos especialistas en asuntos migratorios, mi pronóstico es que
Fernando González tendrá que esperar solo semanas por su retorno
definitivo a Cuba.
Tras el retorno de Fernando González a La Habana, solo permanecerán
en cárceles estadounidenses otros tres espías de la Red Avispa. Las
fechas para la libertad de los restantes -si no se produce otra salida
por vía de canje o perdón presidencial- están aún distantes: Antonio
Guerrero debe ser liberado el 18 de septiembre del 2017 y Ramón
Labañino, el 30 de octubre del 2024.
Gerardo Hernández, el cabecilla de la red, sólo sería puesto en
libertad por revocación de la sentencia en un improbable nuevo juicio o
por un perdón especial de la Casa Blanca.
*Abogado de inmigración en Miami.
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