miércoles, diciembre 11, 2013

Cuba: Pescadores furtivos le venden erizos a los turistas




LA HABANA, Cuba, 6 de diciembre de 2013 – Dos  buzos de Jaimanitas   descubrieron  hace poco  una nueva forma de ganar dinero,  la venta de erizos  a  turistas que se hospedan  en  hoteles del litoral.
Son Joaquinito  y Sandy,  quienes entran todos los días  al mar en busca de  las prendas y  dinero que pierden por descuido los bañistas,  y también sobreviven de la pesca  y    la extracción  de calandraca del fondo marino  para la venta como carnada.  Ahora han añadido a la lista el erizo de mar,   especie que abunda  en los arrecifes,  considerados  platos de lujo en algunos países desarrollados.
El  descubrimiento fue realizado  por  Sandy,  al que apodan  en el   pueblo  el suicida,  desde aquella  vez que  resolvió  una  compleja   situación familiar clavándose  un cuchillo en el abdomen.  Cuenta  que mientras  buceaba  en los arrecifes detrás del club Habana,  tres turistas italianos se acercaron a la orilla y  le pidieron que  sacara erizos  para comer. Dijeron que eran afrodisíacos,  y  en sus países  platos  caros.

 
Un saco de erizos
Sandy  se puso la careta,  mordió el snorker y se zambulló en el agua. En menos de diez minutos tenía afuera un saco  de erizos. Los contaron,  sesenta erizos de primera calidad, que los  italianos  devoraron en menos de lo que cantó un gallo.
Abrían los cascarones de espinas y se comían las huevas amarillas alojadas en  su interior. Relataron  que contienen  un alto poder nutritivo  y   medicinal.  Le pagaron  10 cuc por el atracón, que en su país  hubiera costado una fortuna, ya que un plato de  erizos se cotiza en  restaurantes especializados en  50 dólares, dijeron.

Sandy acepto el dinero sin chistar,   porque consideró   ventajoso el negocio, que le  había demorado solamente 10 minutos en  recolectar los especimen marinos.
En unión  de  su amigo Joaquinito,  un padre de familia que   sobrevive con el negocio de la calandraca  y  del buceo en la orilla,  y  que ha añadido  también la venta de caracoles,  la pareja de buzos se ha agenciado una clientela  fija de  extranjeros  que han corrido la voz entre  sus coterráneos,  de  erizos y caracoles baratos,  y los esperan  al mediodía  en  la orilla,  para comprarles.
Estómagos de hierro
–Se comen  los erizos  crudos,  y también  los moluscos que viven dentro del  caracol. Los devoran sin sal, sin limón, sin cocinar.  Tienen estómagos de hierros –dice Joaquinito.

Un custodio del club Habana  los regañó hace poco,  alegando   una supuesta alteración del ecosistema. Los buzos  contestaron   que los erizos llevan años muriéndose de viejos en el fondo,  y pinchando a los bañistas,   y ellos ahora  los  estaban utilizando  con un  fin  social.
–Además, estamos pasando las de Caín. Tenemos que  sobrevivir  como sea –dijo Sandy.
El jefe de sector de la policía   les  advirtió recientemente,   de ciertas  informaciones  que le estaban llegando  sobre venta ilícita de erizos, pero los muchachos se hicieron los suecos.
–¿Venta ilícita? ¿De erizos?  ¿A quién? ¿Dónde? ¿Cuando?

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