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Daniel Ortega logró este martes en Nicaragua la que ha sido su gran aspiración política: una Constitución a la medida, sin limitaciones molestas a su reelección indefinida. En un debate parlamentario que resultó ser un monólogo del Frente Sandinista, los diputados de ese partido político, mayoría en la Asamblea Nacional, aprobaron en primera legislatura, con 64 votos a favor, la reforma a la Constitución que garantiza la perpetuidad en el poder del exguerrillero. Fuera del Parlamento, decenas de personas protestaban contra los legisladores. “Diputados degenerados, con la Constitución el culo se han limpiado”, gritaban los opositores al régimen.
El pasado 30 de noviembre Ortega había justificado la reelección indefinida en unas declaraciones que fueron interpretadas como la orden del Presidente a sus diputados para que aprobaran la reforma. “No puede ser limitado ese derecho, coartado en cuanto a elegir a sus autoridades. Es el pueblo el que tiene que decidir”, dijo Ortega sobre la posibilidad de un tercer mandato presidencial, prohibido por la actual Constitución. De hecho, Ortega participó en las elecciones generales de 2011 violando el artículo 147 de la Carta Magna de Nicaragua, que establecía que no podía ser reelegido. Fue la Corte Suprema, a través de un controvertido fallo, la que limpió el camino de Ortega, pero la prohibición seguía vigente, como un obstáculo que el comandante debería eliminar, lo que pasó este martes.
“El pueblo rechaza las reformas. En nuestra historia se ha demostrado que las reformas constitucionales para perpetuarse en el poder han traído confrontación fratricida y conflictos armados”, dijo el diputado opositor y ex candidato presidencial, Eduardo Montealegre. “Ortega imponiendo reelección igual que Somoza. Terminará igual que Somoza”, escribió en su cuenta de Twitter la exguerrillera sandinista Dora María Téllez.
Desde que se conoció el llamado “paquetazo” de reformas a la Constitución, grupos opositores al Gobierno, intelectuales y organizaciones civiles se movilizaron en su contra. La presión fue tal que Ortega decidió ceder en algunas propuestas de la reforma, como la de darle rango constitucional a los controvertidos Gabinetes de la Familia, organizaciones de control político creadas por la esposa de Ortega, Rosario Murillo, o la que establecía ciertos controles a Internet. El mandatario decidió “maquillar” otras propuestas, como los amplios poderes entregados a los militares, que podrían ser elegidos como magistrados electorales y de la Corte Suprema. En la nueva versión de la propuesta, los militares podrán ocupar importantes cargos en la Administración pública, como la dirección de aduanas o el sistema tributario.
“Es un ajuste de forma, no de fondo. El fondo del asunto es la perpetuidad en el poder”, dijo el experto en temas constitucionales, Oscar Castillo. La reforma aprobada este martes en primera legislatura borra los candados a la reelección, el porcentaje de votos necesario para ser electo Presidente y le da al mandatario amplios poderes para aprobar leyes sin necesidad de pasar por la Asamblea Nacional, lo que los analistas consideran un golpe a la separación de poderes en Nicaragua.
La de este martes fue la primera de dos discusiones parlamentarias establecidas para reformar la Constitución. La próxima está programada para enero, pero será, a decir de los opositores del Gobierno, un mero trámite. Mientras los diputados sandinistas aprobaban, en lo general, la nueva Constitución, en las afueras de la Asamblea Nacional decenas de personas protestaban contra las reformas. “Marchamos porque es el día de los derechos humanos y el mundo está recordando a Nelson Mandela, porque esta contrarreforma va a provocar muchas violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses. Por eso hemos querido venir a decirlo aquí”, dijo María López Vigil, periodista y otrora opositora del régimen somocista.
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