lunes, abril 29, 2013

Oposición política y negociaciones en la Cuba actual

¿Y en cuanto a las condiciones actuales para el reforzamiento de la capacidad negociadora de la oposición?
Dimas Castellanos: Ahora el gobierno está agotado y el modelo ha demostrado ser inviable. Con faltas de libertades no puede haber desarrollo de nada, desde la economía hasta el deporte. Todo está dañado y los gobernantes no quieren caer en el suicidio de promover reformas que les corten el camino y los lleven a ser procesados judicialmente. Para avanzar en la economía y salir del desastre, el gobierno sabe que tiene que conectarse de nuevo con el mundo desarrollado, sobre todo Europa Occidental y Estados Unidos, que basan la relación en el respeto a los derechos humanos, por eso es que ha empezado a hacer pequeñas concesiones. De todos modos, ese mundo desarrollado considera que todavía son insuficientes las reformas. Por eso es que el gobierno va a tener que hacer más cambios.
Cubanet: ¿Cree entonces que a partir de las nuevas circunstancias y de las nuevas oleadas de opositores se estén creando ya las condiciones para un posible negociador?
Dimas Castellanos: Pese a todo, el momento de la negociación llegará, aunque no en una situación como la actual. El ejemplo está en excarcelación de los presos políticos, donde no hubo negociación entre el gobierno y la oposición. Aunque muchos criticaron a la Iglesia, me parece que no había otro camino y que con la Iglesia salió fortalecida la sociedad civil, de la que forma parte. Aunque la Iglesia logró satisfacer también algunas de sus propias demandas, en realidad no pienso que sea porque tenga intereses comunes con el gobierno, sino por una táctica momentánea. Estratégicamente, el gobierno y la Iglesia no van en la misma dirección. Ahora hay 400 mil cuentapropistas que no dependen del Estado. Sin embargo, ¿qué trabajo hace la oposición entre esos trabajadores? Ellos no piensan en los derechos humanos, sino en sus necesidades más elementales. Lo que quieren es mayor liberación económica. Esos 400 mil cuentapropistas son un área en la que tenemos que trabajar. Debemos crear muchos más espacios, pequeñas escuelas de historia de Cuba, cursos de política, enseñanzas sobre lo que es una Constitución, sobre los derechos, porque la gente poco a poco se irá acercando. En la oposición no se le da toda la importancia que tiene a la formación cívica. No se puede luchar por un cambio si la gente no sabe ni de dónde viene ni para dónde va. El día en que la oposición pueda decir que el quince por ciento de la población que no asiste a las elecciones está a su favor, será una minoría contra el ochenta y cinco por ciento restante, pero representará una gran fuerza porque estará estructurada y entonces sería realista ver la posibilidad de negociaciones.
En eso es en lo que hay que trabajar. Si miramos la historia de Cuba, vemos que siempre hemos estado cambiando y, sin embargo, ahora estamos más atrasados en derechos humanos que en 1878, porque hemos tenido cambios para retroceder en libertades ciudadanas. La revolución del 1959 parecía lo más grandioso, pero caímos en una trampa y terminamos peor que antes. Por eso nuestro trabajo tiene que ser desde la base y con paciencia.
Primera parte de la entrevista (publicada el viernes 26 de abril) >>

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