Por Andrés Pascual
[Cortesia del autor]
A pesar de que Yoani Sanchez, con más premios en metálico bajo el colchón que comparte con Macho Rico y más diplomas “al mérito” que torneos de ajedrez ganó Capablanca en su vitrina, considere como, aunque débiles, el inicio de “reformas” emprendidos en la Isla, a Raúl Castro solo le han asignado tareas represivas en el transcurso de estos 50 años: fusilar, crear planes carcelarios con el MININT; cubrirle la espalda al hermano con la selección del personal de escoltas también con el MINIT; armar y mandar el ejército…sin embargo, después de 1975, en que el tirano mayor se involucro absolutamente en la aventura mercenaria, quedó en las manos del tirano menor representar (mejor dar la cara) los asuntos económicos del país, para que se creyera que la economía tenía alguna importancia para la dictadura en el orden que algunos llaman “doméstico”.
El problema es que el castrocomunismo es un régimen militar que, ayer, no dependía en nada de lo económico: se caía tan a pedazos como hoy; se cometían cientos de estupideces por igual cantidad de estúpidos que solo ejecutaban las indicaciones de Castro que ahora; pero recibían cientos de millones de dólares que aseguraban la libreta de racionamiento “bien robusta” con sus cantidades disponibles a la mesa cubana durante 10 días, ¿El resto? Eso no era asunto de la dirigencia y nadie sabe cómo se ha podido sobrevivir allí durante la época en que un ayudante de la construcción ganaba 43 centavos la hora; o una auxiliar de limpieza en una escuela 75 pesos mensuales; mientras, en bolsa negra, el puerco costaba 5 pesos la libra, el arroz 2 y los frijoles 3. Estos son precios de los 70’s, porque, durante los 80’s subieron y los salarios se mantuvieron.
Si tenía vicio de tabaco, la cajetilla era en espiral con un inalcanzable e irracional precio base de 20 pesos cada una por un cigarro malo con trozos de gajos de aroma o marabú en su interior que no se podía mantener ardiendo.
Y nadie se rebeló; o muy pocos y la DSE funcionaba a la perfección, que quiere decir que se hacía valer en todo su poder de abuso represivo: no organizaciones a diestra y siniestra en ningún concepto; no marchas por la calle de nadie; no entrevistas desde una casa particular para la radio de Miami, mucho menos desde la prisión para el show de Oscar Haza. Era la verdadera etapa, desde 1961, de la Cortina de Hierro, apoyada por la prisión de verdad, sin visitas, sin defensa internacional…y con los asesinatos que fueran necesarios. Nadie escuchaba y casi todo el mundo creía que Che Guevara era un revolucionario romántico y Castro la máxima expresión en la defensa de “los pobres del mundo”; bueno, eso todavía lo creen y yo diría que ha crecido el slogan, a pesar de que lo quieren vender al revés.
En ese ambiente, el CAME le sugirió a la tiranía algunas condiciones para tener a Carlos Rafael o a Humberto Pérez dormitando en una silla en cada reunión del organismo como miembro; entre estas, para desviar la atención del carácter de mantenido indefinidamente del régimen que evitara alguna que otra protesta de países del grupo, que presentaran un plan que diera la impresión de que se preocupaban y de que iban aprendiendo asuntos tan difíciles como la matemática de bodega que, en Contabilidad, es el Sistema de Costos.
Entonces esa operación contable, obligatoria en la gestión económica real, utilizada en cualquier empresa cubana hasta 1960 por pequeña que fuera, reapareció como un monstruo para las legiones de graduados en las escuelas de administración y economía que, de lo menos que sabían, era de eso, incluyo a los “profesores”.
Contabilidad era una oficina de un tenedor de libros con un ayudante durante la República; o 60 chupatintas ociosos con menos contenido de trabajo bajo la tiranía en la propia oficina, que se entretenían en discutir y “asignar” quién se llevaría el televisor por la Asamblea de Méritos y Deméritos; en citar el J’ de la Oficina a la adúltera beneficiada con el cargo de J’ de Planificación para el acto traicionero el próximo domingo de trabajo voluntario; en llenar inoperantes papeles de números que nadie comprendía y, si hacía falta, asistir a una reunión de departamento en la “regional o la provincia”; además de mantenerse al día en la lectura del material de estudio del “núcleo o del comité de base”.
Mientras, una Farmacia recibía una rastra llena de cabillas enviada desde Antillana de Acero que, cuando el “administrador” pedía explicaciones, el camionero, que ya se había robado la mitad, le decía, “me dijeron que te las tirara ahí”. A esa hora, en un almacén de la ECOA, se descargaba otra rastra llena de algunas líneas del servicio farmacéutico como aspirina, mercuro cromo... Hasta dentro de los próximos 10 años nadie haría la pregunta que nunca encontró respuesta ¿Esto qué es? Porque nadie podía responder sobre lo que hacía mucho tiempo; o porque el encargado de mandar los envíos era ahora el Ministro de…
Eso es Cuba todavía, los recientes discursos de Raúl Castro en La Habana, nadie se confunda, son apocalípticos, lo reafirma el millón de “interruptos” como resultado de “la apertura” que ven algunos trasnochados. Y pudieran ser 2, 3 ó 4 millones los queden sin empleos, que no sirven para nada, pero contentan a los pusilánimes; a pesar de todo, los mantenían en puestos sin aplicación, de plantillas infladas para impresionar políticamente con aquello del “full empleo” ideológico: “el socialismo no admite desempleo, ni vagos, ni oportunistas…” De lo otro se encargaba el subsidio del “pueblo hermano de la URSS”
Pero, en 1978, por orden de los soviéticos, Raúl profirió la serie de amenazas de la época conocidas como Campaña de Rectificación de Errores, que también contempló la guerra contra conductas desviadas en el sector laboral. La situación se manejó igual durante los 80’s cuando mandó a Humberto Pérez para un establecimiento municipal a hacer casi lo que hacía en la oficina de mayimbe económico nacional; es decir, nada útil ni interesante, sin embargo, a Humberto “le cobraron” que destapara el valor del sistema de costos, rechazado por el tirano personalmente con una crítica acérrima, tratándolo en el plano de “variante infértil de la burguesía decadente, inaplicable a una economía que le pertenece al pueblo”.
El desastre nacional solo tenía y tiene un nombre : Fidel Castro, su grupo de criminales vaciladores y el comunismo que incluye a Raúl. Hoy como ayer, el tirano II incluye a todo el mundo en la irresponsabilidad que decretó la economía muerta sin posibilidad de salvación ni a mediano plazo, mucho menos si ellos siguen a cargo de la gestión socio-político-económica nacional.
Para que no escape nadie, la célebre “nosotros hemos cometido muchos errores…”, o lo absolutamente impersonal evasivo “se han cometido gravísimas violaciones que son inaceptables…” Como no hay URSS, pues la frase de orden es “o nos arreglamos; o nos hundimos” ¿Quién tiene que arreglarse; o quién y por qué se hunde? ¿Quién mandó a Borrego para la porra y casi lo fusila desde su puesto de J’ del Grupo Azucarero, cuando se le ocurrió decirle a Castro, en la reunión previa a aquella zafra, que los 10 millones no iban, luego de escuchárselo al grupo americano en una reunión internacional del sector en Tel Aviv a principios de 1969?
¿Quién autorizó a Manuel Fajardo Sotomayor a gastar millones en un cruce de ganado a la búsqueda de más carne y más leche, que tenía como objetivo presentarlo como un descubrimiento científico del propio Castro en una reunión de ganaderos en Méjico, solo para que un especialista mejicano le dijera que eso estaba desechado por ineficaz e inútil genéticamente hablando? ¿Quién ha puesto al frente de responsabilidades de índole intelectual elevada desde barrios hasta ministerios a fantoches que solo tenían vicios como guataquearle al tirano y demostrarle, por cualquier vía, su fidelidad cuestionable, aunque en el intento fuera necesario meter preso, incluso golpear o fusilar a alguien?
Raúl Castro no puede cambiar las cosas de como siempre han sido: no sabe, no quiere ni inspira confianza, porque no es un estadista (su hermano tampoco), escasea de talento natural para tamaña empresa y, jamás, ninguno de los dos han mostrado voluntad para resolver los problemas de la población que ellos mismos han creado.
Si no va a eliminar al tirano mayor, a la Nomenclatura, a cuanto implicado en el crimen nacional cometido, que es la destrucción de la República y, después se suicida, entonces, ¿Cuál es el valor que tienen sus discursos, el cuenta-propismo o la venta de casas robadas o de autos de colección, muchos también robados? Ninguno. El hecho de abastecer titulares con carácter proselitista para “la prensa capitalista” es el único.
Es lo mismo que hizo para los soviéticos en 1978: empleando el discurso amenazante y apocalíptico, cumplir el plan en cuanto a preparar el terreno para el aluvión inversionista que avizora de quienes son los únicos capacitados para tratar de arreglar a mediano plazo aquello: los americanos.
Nadie en el mundo puede ni coquetear con la idea de solucionar ese desastre general como no sean estos oportunistas del Norte, que no son todos, pero…y recuerde, los “reformistas” de nueva edición no ponen en juego su estabilidad político-económica bajo ninguna circunstancia, no solo por no perder el status de archi-ricos; sino porque saben bien que, si pierden el juego, les va la vida.
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