lunes, febrero 28, 2011

El neocastrismo necesita un pulpo militante/ Eugenio Yáñez

El neocastrismo necesita un pulpo militante
Eugenio Yáñez/ Cubanálisis-El Think-Tank

Para tapar los salideros, y no de agua solamente, sino de la totalidad de la economía neocastrista, el régimen necesita un pulpo militante, aunque posiblemente no basten sus ocho patas para la compleja tarea que tendría ante sí, donde lo poco que se avanza por algún lugar, cuando se avanza, se desanda simultáneamente por otro.

Parafraseando a Vladimir Ulianov, también conocido por el alias Lenin, la tarea de ese cefalópodo comunista sería dar “un paso adelante y ocho pasos atrás”.

Para empezar, tendría que desconfiar de las continuas noticias diversionistas relativas al aumento en la llegada de turistas a Cuba, que solo se refieren a cantidad de visitantes, pero no a ingresos totales, y nunca a ingresos netos, porque son cortinas de humo en la propaganda oficial del régimen para enmascarar las “des-noticias” de los continuos retrocesos en la agricultura, la construcción de viviendas, el transporte, la producción azucarera, la producción de alimentos, la industria básica, la salud pública, la educación, el deporte o los servicios a la población.

Por eso ni un compañero pulpo militante o “histórico”, donde cada una de sus ocho patas fuera capaz de movilizarse a la velocidad de una brigada de respuesta rápida para un mitin de repudio, sería capaz de taponar los agujeros en la producción de leche en Mayabeque; los retrasos en la construcción del acueducto de Santiago de Cuba –cuando finalmente llegue agua a los embalses, las tuberías para transportarla no resistirán la presión-; los raquíticos resultados en la construcción de viviendas en todo el país; los permanentes desfases de la actividad de acopio (cuyo objetivo mayor es tratar de que los productos agropecuarios no se le pudran en las fincas o los camiones de transporte, sino en los lugares donde se van a vender, para que la “responsabilidad” sea de otros); el transporte que, simplemente, no funciona; la zafra azucarera que año tras año sufre para llegar a la misma producción que se lograba en el año 1905, y lo logra, pero a un costo muy superior al de entonces; y la baja permanente en la cantidad y calidad de los servicios a la población en la salud pública, la educación, el deporte o la atención a los reclamos y quejas de los consumidores.

Si no bastara con todo eso, ahora ha tocado el turno a una de las pocas joyas de la corona neocastrista que todavía pueden brillar en medio del desastre totalitario: la compañía canadiense “Sherrit” y su alianza con empresas del Ministerio de la Industria Básica, cuyos directivos acaban de anunciar que

esperan para este año 2011 un modesto declinar de la producción en varias actividades: níquel (2%), cobalto (2.9%), y reducciones más considerables en la producción de petróleo (7.1%) y electricidad (18.7%).
 
Son las maravillas del neocastrismo que los vulgares mortales no logran entender, porque no se dan cuenta que el cangrejo camina aunque sea marcha atrás, ni que el gobierno pretende muy seriamente dar un paso al frente en la economía, ahora precisamente, que se encuentra al borde del abismo.

PERSPECTIVAS SOMBRÍAS

Habrá menos producción de níquel, cobalto y petróleo, productos de exportación que en estos momentos disfrutan de precios al alza en el mercado mundial, y en generación de electricidad, lo que supone menos capacidad para elaborar los imprescindibles fondos exportables. Sin embargo, a pesar de esos “pequeños detalles”, las perspectivas son de lo más optimistas.

La parte canadiense de la joint venture siempre piensa a largo plazo, por eso, a pesar de estas noticias para 2011, seguirá invirtiendo en su operación en Cuba: cincuenta millones de dólares en la planta de níquel de Moa, revisa opciones para la expansión de una planta de ácido sulfúrico en ese mismo lugar, además de que invertirá en 2011 cien millones de dólares en operaciones petroleras motivadas por ocho nuevos proyectos de perforación de pozos, y ciento cincuenta y ocho millones en generación de electricidad.

Como hubiera dicho Fidel Castro: los históricos mueren, pero la Sherrit es inmortal. Dentro de algunos años, biología mediante en el peor escenario, y política mediante en alguno más optimista, no quedarán ancianos históricos ineptos para malgobernar el país, pero las plantas de la Sherrit estarán ahí, produciendo beneficios.

El neocastrismo se desespera: no puede refinar azúcar para venderla blanca a China, que debe conformarse con la “prieta”, a pesar de la tradición cubana en producción azucarera, descuartizada en su momento por las brillantes decisiones de Fidel Castro para sepultar esa industria, pero ahora habla de la posibilidad de refinar cobalto, como si tal pretensión pudieran llevarla a cabo ¿quiénes?

De seguro no cuentapropistas, ni el Partido Comunista llamando a la calidad, el ahorro y la eficiencia, ni los “cinco héroes prisioneros del imperio”, ni el Comandante con sus reflexiones. Mucho menos el dictador libio Muamar el Khadafi.

¿Nadie le ha explicado a la gerontocracia que refinar cobalto es tarea de alta tecnología que requiere conocimientos, experiencia, equipamiento y capital que no se puede obtener sembrando en un “ciclo corto” como si fueran vegetales en la agricultura urbana?

Por eso es que hay problemas mucho menos complejos que la refinación de cobalto o la extracción submarina de petróleo en aguas profundas del golfo que tampoco se resuelven.

PROBLEMAS ELEMENTALES, SOLUCIONES ABSURDAS

El periódico “Granma, refiriéndose a la búsqueda de posibles soluciones a problemas de la producción de leche en San José de las Lajas, acaba de informar que

“…hasta el 85% de la leche no rebasaba las 3:30 horas de "reductasa", parámetro que mide la calidad. Se detectó además leche adulterada con agua y altos niveles de acidez, fundamentalmente en el producto que va a la industria, lo cual también obligó a un gasto adicional por concepto de importación, ya que para determinadas elaboraciones había que fortalecer la leche con el producto en polvo.
 
Los problemas de la calidad abarcaron todos los eslabones de la red. Fueron encontrados como causantes de violaciones graves el exceso de manipulación; es decir, del productor al acarreador, del acarreador al chofer-comprador de la bodega y de este al destino final, industria o consumidor. (…)
 
Los ministerios de Economía y Planificación y Agricultura dedican una atención preferente a este trabajo cuyos resultados, hasta ahora, se califican de satisfactorios. Por ello se orientó a las delegaciones provinciales de la Agricultura, poner en práctica experiencias similares mediante la incorporación de los organismos, organizaciones e instituciones que cada una considere y tomar siempre como base de control el Grupo Provincial de la Leche”.

Si el régimen no puede garantizar ni un vaso de leche diario a cada cubano, o una taza de café puro (sin mezclar con chícharos), y ni siquiera un vaso de guarapo o algunos caramelos, en el país de la caña de azúcar, ¿cómo se pueden resolver los serios problemas de infraestructura, inversiones, capitales y eficiencia, que la economía del país necesita a agritos y el totalitarismo de la gerontocracia no puede ni sabe solucionar?

Véase como se pretende resolver los problemas de la leche adulterada y de baja calidad, de acuerdo a lo que explica el mismo periódico “Granma” con palabras de Juan Varela Pérez:

“El punto de partida de la experiencia para incrementar la calidad -así lo admiten todos- es la integración de los productores, personas y directivos relacionados con el acopio, acarreo y venta directa de leche a la industria o el comercio.
 
No menos importante ha sido en San José la creación de un grupo de trabajo con los participantes de la propia base y del municipio, para definir aspectos como la entrega de cántaras y medios a las organizaciones productivas, para que lleven la leche directamente a su destino”.
 
Si esto es así con algo tan tecnológicamente sencillo como el ordeño de vacas y la producción y comercialización de leche, imaginemos como se enfrentará el retraso en la llegada al país de la plataforma perforadora de petróleo que se esperaba desde el año pasado y ahora se dice que no podrá llegar al menos hasta el mes de agosto, (aunque en este caso concreto no por incumplimiento del régimen), o la contaminación de las fuentes de agua potable por negligencias ecológicas fundamentales, o la presionante construcción de viviendas en un país que ya acumula un aplastante déficit de un millón de viviendas, cuando se suman las que faltan totalmente y las que están en deplorable estado, incluso con peligro para la vida de sus residentes.

En algo menos complicado que la producción lechera, la lucha contra el marabú, se acaba de editar un texto titulado “Finquero. Fincas diversificadas”, con el supuesto objetivo de guiar a quienes reciben tierras en usufructo para obtener los mejores resultados posibles en la producción de alimentos.

Sería de risa si no estuviera de por medio la prolongada tragedia cubana, cuando se edita un documento para los agricultores donde se dicen maravillas como ésta:

“Se estructuró en varios capítulos, teniendo en cuenta la secuencia de acciones a desarrollar. El primero está destinado a las cercas o linderos, porque para tener una finca lo primero que necesitas es delimitar bien el perímetro de la misma”.

¿Cuántos siglos hace que eso se sabe en todas partes del mundo?

Entre los “Consejos útiles” del manual aparecen diversas recomendaciones tan profundas y científicas como las siguientes:

“Lucha contra el marabú
 
• Lo primero que debe conocer el productor es el grado de infestación que tienen las áreas o potreros de la finca para establecer la estrategia de lucha. (…)
 
• La observación del terreno se hará todos los días para detectar cualquier rebrote o germinación de semillas de marabú”.

¿Maravilloso! ¿Es eso lo que pretende explicar el gobierno a los finqueros para garantizar la producción de alimentos con calidad? No hacía falta recurrir a tantos profesionales especializados para esa tarea, que muy bien hubieran podido llevar a cabo unos niños de escuela primaria.

En este caso, al menos lo que se dice, aunque elemental, es sensato. Mucho más sensato que lo que se explica en otros párrafos del referido manual, según expresan sus autores:

“…destacamos la importancia de los setos y cercas vivas —una serie de árboles o arbustos que constituyen barreras infranqueables a personas y animales— frente a la ausencia de alambre de púas, grapas y otros insumos”.

Nadie se detiene a considerar qué tiempo se necesita para que una “cerca viva” a base de setos resulte operacional, ni en explicar lo que se debe hacer mientras tanto, si la intención es criar ganado, para enfrentar esa carencia de “alambre de púas, grapas y otros insumos”.

El neocastrismo es así: frente a los problemas, cualesquiera que puedan ser, no hay que alarmarse para nada: basta con mirar hacia otro lado.

LA CRISIS NEOCASTRISTA EN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS

El problema de la alimentación, “la jama” en el argot popular, se enmascara igualmente para no tener que tocar la terrible crisis que atenaza a los cubanos. De tal forma, la revista “Bohemia”, otrora un portento profesional del periodismo cubano pre-castrista, señala en su última edición lo siguiente:

“…si comer hoy resulta más caro aún que en los días de la crisis de 2007-2008, para más honda preocupación 2011 vendrá preñado de una volatilidad extrema de los precios agrícolas, mayormente de los cereales, que han experimentado un incremento medio cercano al ciento por ciento desde el mes de junio, mantenido durante el recién finalizado enero.
 
El índice global de precios de productos de base (cereales, carne, azúcar, oleaginosas, lácteos) se sitúa en el nivel máximo desde que la FAO comenzó a elaborarlo, hace 20 años. Repunte que, de acuerdo con la entidad, constituye una seria amenaza para la seguridad alimentaria de los países subdesarrollados, donde se concentra la más extensa porción de la población global, que gasta en la compra de provisiones hasta el 70 por ciento de los ingresos personales”.

¿Por qué la revista, que se recrea con innegables dificultades que atribuye a los demás, aunque sin comparaciones de salarios y precios, no menciona para nada el porcentaje de sus ingresos que los cubanos necesitan para alimentarse?

Porque sería escandaloso. De ahí que prefiera destacar el mal de muchos, que se sabe que es solamente consuelo de tontos.

Pocos pasan más trabajo para alimentarse que los cubanos, independientemente de su alta calificación educacional (a lo que hay que añadir las colas, incertidumbres y maltratos para comprar alimentos) no por el alza real de los precios en todo el mundo, sino por la ineficiencia, baja productividad y pésima calidad de los productos alimenticios en esa economía cubana llamada socialista.

Un ejemplo sobre la “eficiencia” totalitaria en el suministro de agua para la agricultura, un recurso que está en la base de producciones elevadas y eficiencia económica, no hay que buscarlo en los archivos de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) o en filtraciones de Wikileaks, sino en el propio periódico “Granma” del Partido Comunista de Cuba, en un reportaje titulado “Valle de Caujerí ya tiene agua”, de hace muy pocos días:

“El trasvase toma el agua del río Sabanalamar y la trasiega durante 1,8 kilómetros hasta la presa Pozo Azul, embalse construido en la década del ochenta para almacenar hasta 14,8 millones de m³, pero que durante años permaneció prácticamente seco al ser insuficiente su fuente de abasto natural.
 
Para aliviar el déficit de agua que entraba a Pozo Azul entonces fue necesario instalar una estación de bombeo en el propio río Sabanalamar (específicamente en Los Asientos), que si bien atenuó la situación durante años, no la resolvió, generando con el tiempo ineficiencia por frecuentes roturas de sus electrobombas y un enorme costo por su elevado consumo eléctrico, ascendente a unos 4 800 MW/hora al año”.

Nótese la “cientificidad” de la planificación socialista que el neocastrismo pretende ahora anteponer al papel del mercado en la absurda “actualización del modelo” en que está enfrascado, la falta de previsión, la ineficiencia de la gestión estatal, el despilfarro, y la estulticia como arma de propaganda: en resumen, hay de todo menos agua, y la idea que se enmascara se logra expresar en un par de párrafos.

Un problema similar en su versión urbana, agua para las viviendas, lo aborda “Juventud Rebelde”, que se hace llamar el diario de la juventud cubana, de la siguiente manera:

“Sequía, y sigue el derroche
 
«La historia de nunca acabar», así califica el despilfarro de agua el lector Mario Rodríguez, vecino de calle 76 No. 29F09, entre 29 F y 31, municipio Playa, en la capital.
 
Mario insiste en que para educar a los ciudadanos en la importancia del ahorro de tan vital recurso, lo primero es que los responsables del servicio hidráulico al menos agilicen la solución de los salideros, esos manantiales de afrentas para quienes no tienen agua en la capital, que no son pocos.
 
Denuncia el lector que en la calle 76, entre 31 y 41, a un costado del Hospital Oftalmológico Pando Ferrer, diariamente, entre las dos de la madrugada y las ocho de la mañana, fluye un gran chorro de agua que termina en las alcantarillas.
 
Lo más inquietante es que el imperdonable manantial brotó hace más de un año, a raíz de la demolición de una edificación.
 
Mario lo planteó en la última asamblea de rendición de cuentas y hasta el momento nada se ha hecho al respecto. El agua continúa desperdiciándose, así como se derrocha indolencia a raudales cada día, ante los ojos y la sed de los ciudadanos”.

Y todo tiene que ver con el agua, en la agricultura y el consumo en las viviendas, esa agua que un alienado Fidel Castro alerta continuamente, en sus apocalípticas reflexiones, que se convertirá en un gran problema global dentro de poco tiempo. Bueno, al menos en este caso se puede decir que Cuba, gracias al totalitarismo y la gerontocracia, está en la vanguardia mundial ya en estos momentos.

SIN SOLUCIONES A LA VISTA

Se trata simplemente, en los ejemplos mencionados que la dictadura no quiere o no puede resolver, de agua y leche, que podrían definirse claramente como problemas “líquidos”. ¿Qué quedará para los problemas que podríamos llamar “sólidos”, como carne, arroz, frijoles, papas, ropa, zapatos, muebles, medicinas, cemento, cabillas, televisores, autos, hornos, cocinas o refrigeradores que funcionen?

Ni mencionar los que podrían definirse como asuntos “gaseosos” en esta definición con base en una física elemental: libertad para todos, el sagrado derecho a la libre expresión del pensamiento, libertad de asociación, de viajar al extranjero y poder regresar al país, de poder residir en cualquier lugar del territorio nacional, de expresarse sin temor a las represalias, de estudiar y prepararse en la especialidad de preferencia.

Demasiados problemas para un solo neocastrismo, que necesita justificar a un terrible criminal como Muamar el Khadafi en la ONU, intenta convertir a cinco espías convictos en “héroes antiterroristas”, a un Comandante decrépito en líder visionario, y a un payaso con chequera abierta como Hugo Chávez en estadista.

Demasiado para un solo corazón.

No basta el clásico hombre nuevo. Hacen falta pulpos militantes: ocho patas y muy poco cerebro, listos a taponar problemas en cualquier lugar, no pensar demasiado, apoyar sin vacilar los “lineamientos”, y dar golpes sin misericordia a “los mercenarios” cada vez que los convoquen  para esa tarea, todo a la vez.

Ni aún así se resolverán los problemas, pero sin dudas que puede ser más entretenido.













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